—En fin, yo me voy—dijo Carloto calándose la gorra—. Gracias por todo, cachorros de Tong-Hu. Y tu viejo pirata—añadió acercándose a la radio—, ya me dirás donde estás para ir a verte. Nos vemos mañana.
Mientras tanto el torneo seguía su curso.
—¡Mr. Funk es el ganador!—anunció Mosto mientras un matón con los brazos vendados y con alambre de espino alzaba los brazos—¡Y con el siguiente combate llegamos a la mitad de la primera ronda!
¿La primera mitad? ¿Todavía? Entonces el rostro del árbitro se desencajó y tuvo que agarrarse las gafas para que no se le cayeran.
—Esto.. es... inesperado...
¿Qué estaba pasando? ¿Qué le pasaba a Mosto? El presentador tragó saliva.
—Para-para el siguiente combate tenemos a la maestra de las guadañas. Con todos vosotros... ¡Semper Blur!
Una mujer, con ropajes orientales, pelo recogido en una trenza y máscara de oni entró en la arena. Llevaba dos enormes guadañas una en cada mano.
—Y... ¿recuerdan que estábamos en la mitad de la primera ronda? ¡Pues no señoras y señores! ¡Este es el último combate! ¿Por qué? Porque la siguiente luchadora ha hecho una proeza increíble. ¡Ha reunido nada más y nada menos de treinta y tres medallones! ¡Sí, sí! Todos y cada uno de ellos desde el número treinta y dos hasta el número sesenta y cuatro. ¡Esto es historia del torneo! ¡Pase lo que pase se hablará de este hecho durante los próximos años! ¡Denle un caluroso recibimiento a Boss!
Una joven de veintitantos años, rubia, ojos azules y ropas buenas hizo acto de presencia. Como arma llevaba únicamente un bastón y su rasgo más llamativo era una cicatriz que cruzaba su rostro. La gente no aplaudía, sino todo lo contraría. Parecían un poco confundidos. ¿Quién era esa chica que se había hecho con tantos medallones? ¿Y cómo los había conseguido?
Por su parte Max estaba lo suficientemente cansado como para dejar que las decisiones las tomaran el resto de la banda, de hecho, esperaba que Mary lo cargara hasta donde fuera que hubiera que ir para dormir. Realmente el artillero se había excedido bastante con todo aquello. Había sido un día movidito.
-Mmmmm... -Babeó- Bombas....
A decir verdad el mosqueo del muchacho era comprensible, por lo mismo simplemente asentí a sus comentarios a la vez que respondía "espero tenga un buen dia" eso si... en mi semblante se notaba algo mas de tranquilidad al saber que no se estaba exponiendo por nada.
Tras ello y siguiendo mi labor como secretaría/carrito oficial de la banda simplemente comencé a caminar sin darle mucha importancia al resto del evento.
Señorita Vetev, será mejor que nos vayamos moviendo... - sin detener mi parsimonioso avanzar - si es verdad que el evento esta por acabarse, solo es cosa de tiempo para que las tabernas se abarroten y nos quedemos sin sitio.
Aunque había mantenido silencio, concentrada en los combates, estaba escuchando a sus camaradas y tras la propuesta de Mary, Siobhan intervino:
- Efectivamente, será mejor que nos vayamos marchando antes de que la gente empiece a desalojar el graderío -reafirmó las palabras dichas por Mary. - En cuanto al lugar, cualquiera de los que ha comentado a Rendam podría sernos útil.
La doctora se puso en pie, pero antes de comenzar a caminar para abandonar el estadio, dirigió a Mustard unas palabras.
- Mustard no te enfades con nosotros. En otra circunstancia estaríamos encantados de que nos pudieras ayudar; pero tú mismo lo has dicho, no eres un pirata, y Mary te ha dicho eso por tu bien. Meterte en estos asuntos solo puede traerte problemas a la hora de convertirte en maestro mochimón, y si eso ocurriera yo no me lo podría perdonar.
Siobhan entonces comenzó a caminar.
- ¡Venga chicos vamos, que tenemos que descansar! -comentó con decisión, aunque volvió a mirar una última vez a Mustard y añadió - Independientemente de esto, espero que mañana nos animes ¿Eh?
—Ya veremos—dijo mientras se levantaba junto a Nadire.
La verdad es que a Mustard se le veía más contrariado de lo normal. Estaba claro que no le había hecho gracia quedarse fuera y quizás tenía hasta cierta lógica. Había venido a Orre para ponerse a prueba y no le habían dejado. Al final había acabado apostando su medalla para tener combates. Pero evidentemente eso no era suficiente para él y seguramente luchar con alguien como Quermosura le motivaba. Y lo de que lo tomaran por maleante, bueno estaba en una isla de maleantes, nadie se iba a acordar de él.
El resto de los piratas también hizo ademán de marcharse para evitar las aglomeraciones, pero el combate de Boss duró un abrir y cerrar de ojos. Semper Blur giraba sus guadañas a una velocidad amenazante, pero la chica rubia no se mostró preocupada. En un abrir y cerrar de ojos desapareció de la vista de todos con una velocidad endiablada y golpeó con su vara a su rival en el rostro, quebrando su máscara y dejándola inconsciente. Estaba claro que alguien que se había hecho con tantos medallones tenía que ser una fuerza a tener en cuenta pero esa velocidad... Pocas personas tenían una capacidad así, aunque conocían a alguien con una habilidad parecida: Levi. Lo cual hizo que en las cabezas de algunos surgiera de nuevo la pregunta. ¿Dónde se había metido?
—¡Boss es la ganadora!—el nombre de la luchadora apareció en el cuadro del torneo y la mitad que faltaba desapareció—¡Y con esto damos por concluida la primera ronda! ¡Espero que lo hayan disfrutado! ¡Espero que lo hayan gozado! ¡Espero que las apuestas hayan ido francamente bien! ¡Y espero que estén disfrutando de esta nuestra fiesta! ¡Y prepárense para la segunda ronda! Mañana a la misma hora, ¡os esperamos!
Los Piratas de Tong-Hu aprovecharon que ya estaban de pie, para ganar posiciones y salir del coliseo. Al menos por esa noche podrían descansar tranquilos, porque tenían tiempo hasta la siguiente ronda. Ahora sólo tenían que encontrar una taberna, porque Max, Mary y Rendam, habían hecho muchas cosas. Pero no buscar un lugar donde dormir.
Tras despedirse de Nadire y del molesto entrenador mochimon, el grupo fue a la taberna donde habían tratado las heridas del ávido. Por suerte tenían habitaciones, aunque tendrían que compartirlas.
El grupo continúa aquí.