Partida Rol por web

 Saludos,

Siento la tardanza en postear. Sé que le teníais muchas ganas a este combate, entre Man y Bohzd y vosotros, pero seguramente habréis notado que cada vez me es más difícil postear... y no precisamente por falta de tiempo, sino de ganas. La partida la cogí en sustitución y he intentado darle un poco de sentido, pero me perdí por el camino y entre abandonos y ausencias al final nos encontramos así.

Esta escena, al igual que las demás, tiene miras de continuar durante otro mes si hacemos los combates siguiendo el orden riguroso de iniciativas, tiradas de dados y demás. En otro momento, y estando más animado, no me importaría.... pero en este momento lo que más quiero es acabarla: con esto en mente y con la única idea en mi cabeza que es, que al menos termine "bien", pues os voy a permitir que narréis como queráis el combate con M y Bohzd. 

Si no os ponéis de acuerdo, lo haré yo intentando desarrollar lo mejor posible la acción. Recordad, que a continuación os tocara decidir qué hacer con el asunto del grial. También avisar que tanto Ren como Kanu, cuando el último de los intrusos haya sido derrotado, se desvanecerán como hojas llevadas por el viento, volviendo a la dimensión de la que procedían.

Podéis decidir en esta escena o en el offtopic o por msn o por mp cómo vais a desarrollar el combate.

 Para que os sea más fácil narrar la escena, la identidad secreta de BOHZD es:

Estará complicada la cosa, solo espero que con mi crítico le haga mucha pupa a Man.

Por cierto Master, recuerda que antes de desaparecer haré lo que te dije.

Sólo podré hacer un ataque, antes qeu de la tiparraca ridícula me devuelva el impacto multiplicado por mil, así que trato de atacar con todas mis fuerzas.

-Alguien tiene que pagar lo de Rider- digo, corriendo hacia ella, emitiendo luz en mis manos, como mostrando que voy a lanzar un golpe mágico potente, el más poderoso que conozco- ¡Y mira por dónde, te va a tocar a ti! ¡Muere, maldita servant venida del infierno!

Me aproximo hacia ella, saltando con todas mis fuerzas contra el ser. Tengo que hacer contacto directo con ella para matarla, y lo haré. Seré capaz de alcanzarla, y aunque me mate, juro que al menos me llevaré un trocito de su vida conmigo.

Me dirijo corriendo con mis dagas con la intención de atacar a Bohzd.

Es preciosa, me pregunto a que sabrá su sangre.

La sed de sangre de assasin puede más que sus ganas de encontrar el grial. Deja caer las dagas al suelo mientras corre y se dirige hacia Bohzd con la intención de abrazarla y clavarle sus colmillos. Todavía no sabe si quiere matarla desangrada o tal vez cuando pruebe su sangre quiere hacerla su esclava.

sangre.

Antes de que me dé tiempo a reaccionar veo como assasin suelta sus dagas y se dirige al ataque.

Está pasando lo que más temía, por servants como él tengo que destruir el grial. Aunque me matará justo después de hacerlo.

Por mi mente pasa la imagen de mis seres queridos...mi padre, mi madre y una chica rubia. La imagen de esa chica hace que me gire hacia Naoki y comience a preparar mi ataque de Shock para Bohzd. Mientras preparo el ataque mi cara se vuelve a sonrojar.

Para proteger el futuro de gente como ella merece la pena mi sacrifiio.¡¡Sé feliz Naoki!!

Kanu da un par de golpecitos a naoki en la espalda.

Ya es hora pequeña, es ahora o nunca.

Kanu se lanza al ataque de Man, corriendo a toda velocidad, da la impresión de que la velocidad que gana, sea como si estuviera montado en su corcel.Tras una finta en el último momento, ataca con un sablazo potente ascendente y descendente para cruzar el cuerpo de Man y amputarle los dos brazos y todo lo que haya entre los dos brazos de su archienemigo.

Una rabia incontenida de lo que le paso a su antiguo Master, el proteger a la joven naoki, hacen de su ataque más rápido y mortífero que nunca.Solo hay un pensamiento en la mente de Kanu....

¡¡¡¡ MUERE MAN !!!! -se dice para si mismo mientras ejecuta el mortífero y letal ataque -

Si mata a Man y puede ayudar a los demás lo hará, pero , antes de que muera  Naoki, se la llevará con él, a su Dimensión, siempre soño con tener una mano derecha a su lado, con tanta fuerza de voluntad como Naoki, la entrenara en su dimensión, para hacerla una futura Servant.

 El campo de batalla estaba preparado. Fue elegido hace tres días, Ren aun duda de si hizo lo correcto en engañar a sus nuevos camaradas de batalla, se pregunta si debió decirles que no había tal ritual. Que tan sólo era una treta... Mannawydan y Bodhb. Ellos lo habían urdido.

Entendía porqué habían urdido aquel plan y habían arriesgado sus existencias para hacerlo posible, sabiendo cual sería el castigo que el Arbiter ejecutaría sobre ellos cuando murieran.

Él también había estado de acuerdo. Los había abandonado cuando comenzaron a pensar en quedarse más tiempo aquí: más tiempo significaba que sacrificarían más vidas humanas por un deseo egoísta. Ellos ya habían vivido sus aventuras y desventuras. Estaban muertos y tan sólo la Guerra del Grial podía devolverlos a la vida.

Recordaba con odio, hacia sí mismo, por lo débil que había sido. Por haberse dejado convencer... por eso los había abandonado, y ahora que habían vuelto para enfrentarse no cabía en sí de gozo y entusiasmo. No volvería a luchar por el Grial. Lo sabía... como todos, su tiempo había pasado, había Héroes de carne y hueso que se lo merecían más que ellos. Ellos ya habían trascendido la Leyenda y siempre serían recordados.

 Mannawydan sonrió al comprobar que no le faltarían enemigos en la que sería su última lucha. No se arrepentía de lo que había hecho, estaba seguro de que el olor de la sangre y el sudor, la muerte danzando a su alrededor, el ruido ensordecedor del crepitar de sus rayos, los movimientos veloces y el entrechocar de los aceros valía la pena.

Sí, cada uno de sus camaradas había estado de acuerdo. Existían rituales y ceremonias antiguas por las que se creía, un servant, podría desafíar el orden establecido. Pero se necesitarían sacrificios que ninguno de ellos estaba preparado a realizar.

Muchos de ellos habían sido adorados en vida, otros la habían sacrificado para proteger la vida de los humanos y más de uno se había enamorado y puede que los hijos de sus hijos siguieran vagando por la faz de la Tierra.

No, ninguno había pensado ni por un momento realizar los ritos por los que podrían hacerse con el Grial. Diezmar a la mitad de la población de un planeta era demasiado sacrificio. Sin embargo, debían engañar a los actuales representantes de las siete casas. Y ello tenía costes: matar al supervisor, destruir su lugar de reunión, y hacer creer a los representantes del Grial, que iban a hacerlo.

Y ahora se encontraba frente a ellos. Y sus compañeros se enfrentarían igualmente. La última batalla de sus existencias, venciese o fuera derrotado, su esencia no volvería al salón de los Héroes. El Arbiter ya había decidido sobre ello hace tiempo.

Se desvanecerían y nunca más volverían a ser convocados.

Sólo esperaba que Bohbd disfrutara de este combate.

 Bodhb enarboló su claymore, una espada de doble puño que necesitaba de ambas manos para ser usada, pero que ella podía perfectamente blandir a una o a dos manos en apenas un instante. Aulló al cielo y su figura se recortó contra la luna, todos pudieron ver su verdadera forma durante unos segundos.

Un ser asexuado, de forma humanoide, con los rasgos de un minotauro, garras en las manos, ojos rojizos y un pellejo de lobo blanco como capa sobre sus hombros y a su espalda unas amplias alas de cuervo negro.

Nemhain.

Rezaba la leyenda que aquellos que posaban su mirada sobre ella, tenían su destino sellado. La muerte era inminente.

Bodhb volvió a su aspecto original. Se puso en guardia, preparada para el combate. Se permitió predecir los siguientes movimientos, se decidió por los objetivos a abatir e intentó calcular cuales serían las acciones de sus oponentes. Si todos luchaban contra ella, seguramente todo terminaría unos pocos segundos, apenas dieciocho movimientos después. Pero no sería el caso... ya Kanu se lanzaba contra su compañero.

Como habían hablado horas antes, esta batalla sería la última, y deseaba experimentar el ardor de la batalla de nuevo, la sangre de sus enemigos resbalando por su piel, notar como su arma se clavaba en la carne del oponente y sentir el dolor de los músculos tras horas de lucha y lo que más echaba de menos... mirar a los ojos a la muerte y reirse de ella.

Los combatientes danzan unos alrededor de otros, se observan y buscan el momento adecuado para atacar y en un instante todo se precipita. El primero en actuar es Assasin, quien ciego por la sed de sangre a cualquier orden de su amo se abalanza contra la letal guerrera. Antes de que pueda llegar siquiera a poner sus manos sobre su brillante armadura, ésta lo obliga a detenerse intentando un corte oblicuo.

La claymore hiende el aire, Assasin consigue evitar el golpe saltando agilmente por encima como si la gravedad no le atara, y acto seguido comienza un feroz ataque sobre la joven que se defiende con una pasmosa celeridad.

Por su parte Kanu comienza el ataque sobre el hijo de Llyr. Carga cuan imponente contra él, para en el último momento agacharse, rodar por el suelo y colocarse al lado de Mannawydan. La energía alrededor del mago es increíble, crepita alrededor lanzando descargas y todo a su alrededor arde y se carboniza. 

Kanu es abrasado. Ahoga un grito de dolor - siente como su carne se derrite por el tremendo calor, y como su sangre hierve. A pesar de todo reúne la fuerza de voluntad remanente para resistirlo mientras concentra toda su fuerza en un potente golpe que secciona, en dos movimientos, los brazos del hechicero. La energía que el mago estaba concentrando, supera las protecciones mágicas al no poder controlarlas por el shock del ataque.

Hay una explosión. Kanu sale despedido, con medio cuerpo abrasado. La mitad del rostro ha quedado quemado. Por su lado, Mannawydan, aun con los brazos cortados a la altura del codo, se levanta. Sangra copiosamente, pero no se va a dejar vencer tan fácilmente.

 Es momento de que Nemhain se lance al ataque. Comienza a mover la doble puño dejando entrever cuan temible es, apenas Assasin consigue evitar los golpes más letales mientras ríe como un loco. En ese momento entra en liza por el flanco, Ren. Sin embargo su ataque no va contra la mujer, sino contra Assasin. Éste, sin posibilidad de evitarlo, su corazón no muerto es atravesado desde la espalda hasta el pecho por la espada del guerrero.

Antes de que toque el suelo, Assasin cambia de aspecto, apareciendo alas de murciélago en su espalda, luego su rostro se deforma hasta parecer un lobo y finalmente... se deshace en cenizas.

Nemhain vuelve a su guardia, y mira atentamente al extraño aliado. Yo, Aquiles, hijo del mortal Peleo rey de los mirmidones en Ftía y la ninfa Tetis, deseo un combate uno contra uno. - Dijo el griego, firme e impertérrito mientras recogía su arma.

Nemhain asintió. 

Ambos contrincantes comenzaron de nuevo el combate, observándose, moviéndose uno y otro en una cruel y letal danza en la que ninguno quería errar, pues sería un error mortal. Lanzaron estocadas, detuvieron, fingieron y amagaron golpes, doblaron las armas, tensaron y golpearon con fuerza atacando extremidades, torso y cabeza. Evitaron, bloquearon, se apropiaron del arma, filo sobre filo. 

Y retrocedieron. Sus musculos tensos, sus miradas fijas en el oponente cuasi-divino que tenían delante.

Kazuki, mudo por la sorpresa de los acontecimientos que han acabado con la existencia de su servant, decide retrasar su acción, piensa en si no sería igualmente asesinado por Ren si ahora atacara a la joven guerrera.

Por su parte, Naoki lo tiene muy claro. Aprovechando que el hechicero está encarado hacia Kanu, la única presa que merece su atención, la chica se acerca primero con cuidado y cuando se encuentra cerca, se lanza de un salto sobre él. El mago intenta inútilmente defenderse del ataque que ya ha sobrepasado sus defensas.

Su energía estalla formando miles de rayos que emite desde su cuerpo y atraviesan la débil carne de la niña, que sale despedida una docena de metros, atravesando la pared de una de las cisternas que se levantan sobre el techo del edificio. A pesar del golpe aun retiene la consciencia. Sangra abundantemente, tiene unos cuantos huesos rotos, entre ellos las costillas. Pero eso no es lo grave: tiene un tremendo boquete en donde deberían estar sus intestinos.

Kanu puede ver como el conjuro de la master de melena rubia hace efecto sobre Mannawydan. Cientos de heridas supurantes y sangrantes carcomen la carne del hechicero, que grita de dolor, y le hacen caer arrodillado. Su pelo comienza a caerse mientras la sangre sale a borbotones de la boca, las orejas y la nariz.

 Mannawydan aun no está muerto, aunque ha sufrido terribles heridas. No sabe bien cómo, pero consigue concentrarse lo suficiente para formular los encantamientos necesarios para levitar. Sobrevolando el campo de batalla a apenas unos metros, se dirige hacia donde ha caído Naoki, quien no puede hacer otra cosa salvo dejarse morir. 

Has sido una dura rival. Te mereces una muerte rápida - y diciendo esto, sus ojos se cierran y el tercer ojo aparece en su frente, al tiempo que cruzan su rostro lineas plateadas por las que surca su energía mágica.

Del tercer ojo surge un haz de pura luz que como un láser desintegra el cuerpo de Naoki junto con el tanque de agua y varios edificios cercanos. Sin duda acabáis de ver el Noble Fantasma del hechicero.

Kanu no da crédito a lo que ve, y sintiendo su rabia inundarle, hace acopio de sus fuerzas y se levanta. Ruge de una ira incontenible, recoge su espada con el brazo sano y se lanza nuevamente al ataque. Su Noble Fantasma hace vibrar el aire, la visión de un millar de jinetes avanzando por la estepa al grito de su tronante voz golpea con contundencia todo el área alrededor del hechicero, arrasándola.

Finalmente Mannawydan cae al suelo, inerte y comienza a desvanecerse.

Kanu, sin fuerzas y sin energías, se arrodilla cerca y espera la muerte feliz de haber vengado a su master.

 Ren y Nemhain prosiguen con su enfrentamiento. El cansancio del combate, hace que ambos contendientes comiencen a sufrir heridas provocadas por su adversario, fruto de descuidos bien aprovechados por la veterana habilidad de su enemigo.

Ren desjarreta el músculo de la pierna de la guerrera, mientras ésta consigue cortar a Ren el músculo que tensa el codo, quedando su brazo inútil. El griego pasa la espada a su otra mano y ella renquea. Prosiguen su lucha durante varios minutos antes de que ambos se apuñalen. Sin embargo, Nemhain, consigue la ventaja aplastando la tráquea  del guerrero hoplita al ejecutar una treta en la que finge estar desarmada.

Nemhain, observa como muere el griego, entre estertores. Y cuando comienza a desvanecerse, hunde sus manos en la energía del guerrero y recoge su alma para devorarla.  - Ésta, es mía. - dice mientras sus ojos se oscurecen por completo y el espíritu es atraído hacia su ser.

Son las últimas palabras de Nemhain. Kazuki ha estado por dos horas urdiendo un plan para acabar con ella, en caso de que Ren no lo consiguiera. Sus habiliddes mágicas, han debilitado uno de los soportes de un tanque, y éste cae sobre ella. El tanque se lleva por delante el techo sobre el que han estado combatiendo, así como cada uno de los pisos del edificio.

El combate ha terminado.

 Kazuki apenas tiene tiempo de descansar. Un estruendo terrible surge del corazón del edificio, éste se comienza a desplomar. 

Los cimientos eran demasiado viejos para soportar tal destrucción.

A la altura que se encuentra, sabe que tiene pocas oportunidades de sobrevivir. Sin embargo la muerte era algo para lo que se había preparado. Siente que en estos últimos momento no pueda estar al lado de sus seres queridos. Entre ellos, la chica rubia que fue su compañera durante unos pocos días.

Justo antes de que se desplome el edificio, el servant, Caster, aparece de la nada. Lo agarra, y en un suspiro desaparecen.