Partida Rol por web

La patada contra el pandillero falló, que se estaba viendo superado por la agilidad de la mujer, pese a que el combate se estuviera desarrollando casi en el salón de una casa, casi en un pasillo.

-¡Pero que te vayas ya!- Es lo que dijo antes de intentar golpearla de nuevo, a lo que Kiwa respondió esquivándole y empujando un sillón con el pie, cosa que detuvo el bate del tipo.

Kiwa lanzó una patada larga que falló por poco pero aprovecho el impulso para meterse en su guardia y lanzar un potente puñetazo que alcanzó al matón en su hombro izquierdo, antes de retroceder un paso y mantener la guardia para esquivar el siguiente ataque.

Kiwa le propino el golpe suficiente al tipo como para que se doliera y se soltase el bate de sus manos, que fue rodando hasta debajo de uno de los sillones. Viéndose desarmado el tipo emprendió la huida hacia el pasillo, casi perdiendo los pantalones en el proceso. La misma puerta por la que entró Kiwa se abrió de par en par en el momento justo y el tipo se comió la madera de esta de tal forma que la puerta, que no es que fuera la más sólida, se astillo y partió, quedándose quien fuera que abrise la puerta con el pomo en la mano.

-Joder.-Dijo una voz familiar para Kiwa.

Segundos después Goodman asomaba por el pasillo con el pomo en la diestra y en la zurda una palanqueta azul algo maltratada. Miró a Kiwa y luego al tipo que estaba aturdido en el suelo. El médico murmuro un “lo siento” y le enganchó de un pie para arrastrarlo a la sala donde estaban los dos colgados que Kiwa había visto no hacía mucho. Ambos descansaban en un rincón dormiditos ahora mismo, con una jeringa pinchada en el brazo cada uno.

-Les he dado un chute y se han dormido, rápido, vamos a hacerle las preguntas al tipo este.-Dijo mientras entornaba lo que quedaba de puerta.

Kiwa se disponía a perseguir al matón cuando la puerta lo derribó con un tremendo estruendo. Parpadeó un segundo al ver a Goodman entrar, y sin terminar de creerse que aquello hubiera sido una simple curiosidad. Mientras meneaba la cabeza con el gesto torcido por las dolorosas magulladuras que tenia por el cuerpo, busco rápidamente algo con lo que atar a ese tipo, un cable,un cordel o incluso la goma que utilizara alguno para pincharse.

Una vez debidamente inmovilizado le echó un vaso de agua por la cara, esperando a que reaccionase, al tiempo que se calaba la capucha y subía el cuello de la sudadera para cubrirse parte del rostro.

- Eh tu, despierta de una vez. Quiero respuesta y no tengo toda la noche. Quiero que me digas donde puedo encontrar a tu jefe y que me lo digas ahora.

Goodman se echó a un lado para cubrirse el rostro de manera parecida. Cuando el tipo espabiló miro a Kiwa intentando zafarse de sus ataduras, luego, pareció entrar en razón y mirar que estaba en clara desventaja.

-El dragón negro, esto es del dragón negro…No me matéis, joder, que yo solo trabajo aquí y le doy a esos pinches yonquis lo que quieren…-Se arrastró hasta que su espalda dio contra la pared, mirando a la mujer cubierta de aquella manera.

-Si querés encontrarlo solo tenes que ir a su dojo-El chicano parecía bastante dispuesto a colaborar, con toda la cara marcada por algún golpe y algún moratón más de la pelea.- Hoy hasian un gran golpe, estará solo. Venga mamita, ¿déjame ir si?, te lo dije todo todito.-El tipo casi suplicaba con cada palabra.-No me jodás, podría gritar y me terminarían escuchando mis compadres.

- Si pensaras que gritar es una buena idea ya lo habrías hecho, pero sabes perfectamente que si quiero puedo partirte el cuello en menos de un segundo ¿crees que podrías gritar tan rápido? ¿Crees que te oirían? Y lo mas importante ¿que mas te da todo eso si ya estarías muerto? Ahora déjate de bobadas y concéntrate en mis preguntas. ¿Donde esta ese dojo? ¿Y que clase de golpe es el que pretenden dar?

Obviamente no tenia ninguna intención de matar a ese idiota, pero el no tenia por que saberlo y podía aprovecharme de ello. Confiaba en que Goodman no creyera que realmente ella seria capaz de algo así. Había ocurrido con el mutante en la carretera, pero había sido un accidente.

Si lograba averiguar que iban a hacer quizá podría hacer una llamada anónima. La policía haciendo algo de utilidad, seria realmente una novedad.

-¡No está muy lejos de aquí mamita!, es un gimnasio viejo, paredes descorchadas, ¿ah?, y tiene un viejo cartel descolorido de los años noventa con un tipo fuerte y rubio, a lo Hoogan. Es en la calle …Ah…Como se llamaba…-El tipo parecía nervioso, alternando miradas entre Goodman y ella.- Es la calle Branwick, podés buscarlo en el google manita, está cerca de un taller de motos, ¿si? El Angelo’s Workshop. Solo tenés que buscar el edificio de pintura agrietada junto a este. Volvia a arrastrase alejándose de Kiwa, totalmente asustado. La figura de Goodman era imponente, incluso aunque el medico fuese completamente incapaz de adoptar una posición de tipo duro.- Sobre el golpe no sé, queren haser una cosa para controlar las calles manita, pero eso nos conviene a todos, no sean pinches tontos y llamen a la polisia para que los paren, el Dragon Negro quiere haser de esta siudad un sitio mejor…Sé que suena a secta o lo que sea pero créanme, no lo es. Salieron con muchas furgos todos a una dirección, y se llevaron a los raritos...

Aquel pandillero no parecía que tuviera una gran información, por lo que dudaba que lograran mucho mas de él. A Kiwa le hubiese encantado tener algunos detalles mas de a donde iban esas furgonetas, y la mención a los raritos hizo que mirara fugazmente a Goodman, con expresión preocupada.

- Si, estoy muy convencida de que lo que desea es un lugar mucho mejor, pero no tengo tan claro para cuanta gente lo iba a ser.

Sin darle opción a responder, le dio un duro golpe en el rostro para dejarlo inconsciente y evitar que diese la alarma mientras se iban de allí.

- Vamonos ¿Se te ocurre donde diablos ha podido ir con esos supermutantes? Si los suelta en un lugar publico puede ser una autentica catástrofe.

La luchadora hizo un gesto de dolor cuando intento salir por la ventana. Aquel pandillero la había zurrado bien con ese maldito bate.

Goodman parecía nervioso, hasta casi había hecho gesto de pararle la caída al pandillero que había sido noqueado, mirándole con cara de preocupación. Después devolvió la mirada a Kiwa y se puso a rumiar un kit kat que se había metido en la boca, a saber en qué momento.

-Salgamos antes…-Dijo saliendo apresuradamente por la ventana de la habitación y tendiendo una mano a Kiwa para ayudarla a salir, aunque el gesto parecía sobrar bastante siendo ella la más ágil de los dos. El hombre le ofreció un kit kat a Kiwa mientras se alejaba de la casa mirando nerviosamente a todos lados.

-No sé, es lo que tienen las bandas…No se sabe lo que hacen sus jefes hasta que no das con ellos, o alguien que esté cerca del jefe. Y el Dragón Negro…No me esperaba que estuviera en Silver City.

El hombre soltó la barra de uña que había conseguido de a saber dónde, entre algunos arbustos. Luego se giró para mirar a Kiwa, acercándose a esta y mirándola a los ojos. Su mano aun nerviosa la tomo del brazo para levantarlo ligeramente.

-¿Estás bien…?- Preguntó pasando luego la mirada por el brazo que habían golpeado con aquel bate.

Kiwa negó por enésima vez el ofrecimiento de Goodman de aquellos chocolates, intentando no demostrar demasiado el dolor. pero no consiguió que pasase inadvertido para el veterano doctor.

- Si... es solo un... uuch...

Cuando le levantó el brazo torció el gesto de nuevo y ahogo un gemido de dolor.

- Ese matón era mas rápido con el bate de béisbol de lo que había imaginado. He cometido el error de subestimarlo. Supongo que descansando un rato se pasara - concluye sin mucha convicción.

Goodman la miró a los ojos hasta que esta dejó caer aquel quejido, momento en el cual el hombre salió de su ensimismamiento y miro el brazo de Kiwa.

-No tienes por qué seguir con esto, al menos no hoy. Podemos volver a ca—al gimnasio, y puedo echarte un vistazo. Creo que tengo por aquí alguna cosa que te calmará el dolor, y algo para dormir te ayudará…Puedo ponerte un cabestrillo y creo que eso hará que estés como nueva en dos días.

Hizo una pausa, relamiéndose el chocolate de los dientes, dedicando un breve vistazo a la callejuela de casas bajas y cercadas por vallas, vagamente iluminada por farolas dispersas.

-¡Ha sido increíble Kiwa…lo que hemos hecho!-Parecía repentinamente emocionado, como si entrar a casa de unos matones con una barra de uña fuera un subidón de adrenalina del que ahora por fin se estaba recuperando. Goodman la tomó de las mejillas y la besó con entusiasmo, tanto, que Kiwa pudo notar el sabor del chocolate directamente de la boca del médico.

Kiwa meneó la cabeza poco convencida aunque sin muchas fuerzas.

- Pero se han llevado a los mutantes, debería averiguar a donde han ido y para que...

La luchadora comprendía que el tiempo era crucial, aunque en el fondo sabia que con el brazo así no podría enfrentarse a nadie de forma correcta y menos si aparecían aquellas bestias furiosas.

- ¿Crees que es prudente espe... ?

Su pregunta quedo interrumpida por el entusiasmo de viejo medico, arrancándole una débil sonrisa al verle emocionado como un niño, y luego una expresión de absoluto asombro al ver que la besaba agarrándola de las mejillas. Sin saber muy bien como reaccionar a una actitud tan familiar, parpadeó unos segundos antes de encontrar las palabras.

- Si crees que es lo mejor... supongo que si, lo mejor sera recuperar fuerzas. Tu eres el doctor.

Pareciera que Goodman fuera a tomar ventaja de la situación, pero quizá había sido hasta tierno con aquel beso, más que lujurioso. Sus manos bajaron por la cintura de la mujer y su mirada se desvió a los golpes que había recibido. Lógica se impuso al corazón, al menos a este tipo de cosas del corazón, porque a Goodman se le conocía precisamente por ser bueno de corazón.

-Es mejor que descanses y que vigilemos las noticias, haré alguna llamada y seguramente podamos seguir con esto…pero más informados.

Goodman acompaño a Kiwa hasta el gimnasio, parecía algo nervioso como si quisiera decirle algo a Kiwa durante el camino, pero no se atreviera del todo. Al llegar se puso profesional con la mujer pese a que se le iban los ojos al torso semidesnudo de la mujer, que había pedido para poder administrar un calmante tópico y hacer un remiendo a sus golpes, en especial el del brazo que se había entumecido por momentos.

Las noticias no tardaron en saltar en la radio, había un cordón de máxima seguridad en torno al recinto militar de Silver City, donde la policía no dejaba pasar a un solo periodista; las imágenes desde el helicóptero eran distantes, porque no podían invadir el cielo de la base militar, pero se podían ver disparos y alguna explosión desde los hangares de la base militar. Las noticias barajaban un grupo terrorista atacando las instalaciones.

Goodman hizo una llamada con un viejo móvil al que puso batería y tarjeta en aquel momento. No tardó en usar el ordenador del gimnasio para conectarse a internet y mostrar algunos videos que habían sido censurados en las noticias. Una de las cámaras de un periodista, situado en algún punto alto cerca del lugar captaron a un enorme ser de tierra de más de dos metros de altura liándose a mamporros con los soldados de estados unidos, volcando vehículos de trasporte e ignorando en mayor medida las balas mientras unos pandilleros que destacaban en técnicas de combate que eran una mezcla entre artes marciales y pelea callejera hacían el trabajo sucio de despachar a cuantos soldados podían, si es que directamente no se liaban a balazos con estos. El médico se quedó pensativo unos minutos.

-Pensaba que lo de los mutantes podía ser un cuento, pero ya pasó un evento así en Alemania…La Interpol lo ocultó en su momento pero siempre había filtraciones aquí y allí. Pudieron contener el asunto y los mutantes que escaparon fueron cazados…Pero aquí me temo que se les ha ido de las manos…

Goodman giró el rostro. Los calmantes de Kiwa habían hecho efecto y esta se había quedado dormida en la cama del gimnasio. El medico la arropó y besó su frente. Ya hablaremos mañana, pensó.