Partida Rol por web

De nuevo se encontraba sola y casi a oscuras, con el reflejo de una pantalla de ordenador delante de su cara. ¿Qué podía buscar en internet?, siguió recabando información de algunos y otros sitios y contrastándola.

Amuleto llevaba un amuleto, pero no llevaba un amuleto cualquiera. De entre todas las artes esotéricas, llevaba entre otras cosas, un Tetragrammatón, un artilugio conocido por ser una fuerte protección (Según varios blogs de esoterismo en internet). De entre toda la paja, encontró el uso principal:

Puesto en la puerta de una casa, con la punta superior de la estrella siempre hacia arriba, no permite el paso de cualquier vibración negativa
El pentagrama es la estrella en llamas, el signo del verbo hecho carne. REPRESENTA A CRISTO.
Pentagrama o tetragrámaton, significa la dominación del espíritu humano sobre la naturaleza.
Con este símbolo mágico, podemos mandar a las criaturas elementales que pueblan las regiones del fuego, aire, agua y tierra.
Ante este símbolo, tiemblan los demonios.
Es un talismán de protección total. Antiguas costumbres colocan el talismán en la entrada de logias y centros de estudios esotéricos para abrir el entendimiento de lo oculto, atrayendo la bendición de los seres de luz (ángeles)

En especial aquello de que se usaba para ponerlo en la entrada de logias y centros de estudios esotéricos llamó su atención, así como que hacía temblar a los demonios. Amuleto había estado allí, y su mente no había salido muy bien parada del lugar.

La cuenta de correo y redes recibieron el spam habitual, y mensajes de curiosos, pero nada de valor. Había mucha gente intentando recopilar información, y mucho aprovechado intentando sacar beneficio del asunto, así como un colegio de abogados al completo moviendo un grupo de Facebook para que indemnizasen a todos los presentes y demás.

Todos los correos fueron de poco interés, excepto uno que rezaba como (sin título) y tenía el siguiente contenido:

Haces muchas preguntas y aquí hay pocas respuestas. Smugglers Creek. El viernes a las 11 de la noche. Pregunta por ‘nasnoches’.

La dirección de correo era nanite.seven@ukbristol.com. Cuando quiso responder al correo, el servicio de mensajería respondía con que la dirección de correo no existía. Tenía cierto sentido porque Nanite y “nasnoches” eran muy parecidos.

Una búsqueda rápida en google y pudo ver que Smugglers Creek era un pub Irlandés del centro de Silver City, una joya antigua en una ciudad constantemente creciente. Llevaba abierto desde el año 65 al parecer.

Eso lo convertía en el viernes 25 de mayo. Esa misma mañana Leslie le compró el periódico de Silver City (Está en la escena de Silver City Media News) y se lo dejó caer en el regazo a Faith, que se había quedado dormida delante del ordenador.

-Buenos días dormilona. Te he traído el periódico, tiene algunas noticias sobre lo de la mina. Voy a hacer algo de café que si no, no soy persona.- Leslie no parecía muy animada hoy, había tenido mucho trabajo los últimos días y esperaba chuparse otro finde mas trabajando.

Otra noche desperdiciada, sumergida hasta las tantas de la noche en páginas de supersticiones absurdas y leyendo todo el spam recibido en la bandeja de entrada. Sólo un mensaje podría valer la pena aunque tampoco estaba demasiado segura de ello.

El Tetragramatón no parecía haberle servido de mucho a Amuleto y todas esas parafernalias sobrenaturales me sonaban totalmente a chorradas para vender velas perfumadas y amuletos protectores. Y, sin embargo, aquí estaba desperdiciando mi vida en esto. Tenía que buscarme un trabajo o me volvería loca. Sin hablar de mi incapacidad para pagar el alquiler.

- Buenos días... - respondí de forma casi automática mientras acababa de despertarme. - Te agradecería enormemente un café.

Me levanté de la silla y me dirigí al baño aún bostezando. Necesitaba asearme un poco antes de ser persona yo también aunque el café ayudaría bastante. Leslie me había estado apoyando mucho durante estos días y el trabajo le estaba pasando factura. Esta noche tenía planes en un pub irlandés pero esperaba tener el fin de semana libre.

- Llevas unos días bastante liada. - dije desde el pasillo. - ¿Qué te parecería que fuéramos con Andy y Ron a ver una “peli” mañana? Elegimos nosotras. Nos vendría bien salir a tomar el aire.

En cuanto me tomara el café, tendría que sacar a Hope a dar un paseo. No me vendría mal a mí tampoco despejarme un rato.

El rostro de Leslie apareció por el umbral de la puerta que daba a la cocina, junto con una taza que ya andaba removiendo con una cuchara, seguramente ya estaba preparando el café de Faith también.

-Pico de trabajo, luego a la tarde me toca hacer la presentación de una empresa y tengo que personarme allí-Suspiró.- Odio tener que dar la cara…Con todas esas cámaras por ahí y tal. ¿Dos terrones de azúcar o tres?, ¿cómo cuánto te endulzo la vida, nena?-Se metió de nuevo para la cocina esperando instrucciones. Al rato salió con ambas tazas de café en la mano y haciendo el típico gesto de “auauauauquema”. Se sentó junto a Faith y ojeó lo que andaba investigando en el portátil, aunque no dijo nada, ella tenia sus propios problemas y si Faith no pagaba el alquiler...bueno, se buscaria una nueva compañera de piso.

-Mañana lo tengo libre si, ¿una peli?, casi suena a que necesitas un meneíto después de estar aquí encerrada…-La sonrisa de Leslie se ensanchó.

Estos días me encontraba demasiado enfrascada en estas paranoias sobrenaturales hasta el punto de que mi conexión con la realidad peligraba. Comenzaba a imaginarme hasta el punto que Amuleto había estado metida en estos temas para estar consumida hasta ese punto.

- Tres. Necesito mucho dulce en mi vida... - suspiré.

Cerré la ventana de búsqueda. Había sido suficiente. Mi último intento sería en el pub, tratando de hablar con una persona. A pesar de que las relaciones sociales no eran lo mío, ya había sobrepasado mi dosis de pantalla para una semana. Tampoco era demasiado fan de la tecnología.

- Necesito bastantes cosas y, tal vez, un “meneito” esté en la lista. - dije entre risas - Además de aire fresco, no encontrarme con nada raro, olvidarme de lo que leo en esta pantalla... Espero cumplir la mayoría de estos propósitos con la salida al cine.

Di un sorbo al café y fui yo la que puse cara de estar siendo incinerada por dentro. Luego soplé un poco la taza antes de continuar bebiendo.

- Bueno... Voy a cambiarme y ha sacar a este peludo a la calle. Preveo alguna catástrofe si no lo saco ya. Tal vez vaya a hacer la compra, Hope come como una lima y llevamos días sin salir de casa. Por si no te veo antes de volver, mucha suerte con tu presentación.

El Smugglers Creek estaba en el centro, aunque no tan cerca de la zona en la que estaban prohibidas las armas por la presencia del memorial a los colonos y los mineros. Estaba bien situado, y era conocido, pero no era un lugar muy concurrido hasta bien entrada la noche; era uno de esos pubs de ir de “tranquis”, caro en cierto modo, pero se podía permitir el tener poca clientela a causa de sus precios gracias a las visitas casuales y la gente que quería terminar la noche en un lugar entre amigos.

Al entrar al local parecía estar recién abierto, un muchacho joven, de unos veinte años, colocaba cajas de cerveza tras la barra, y el dueño, el viejo Thomas estaba por allí, fumando de su pipa pese a que la ley vigente lo prohibía. ¿Pero quién iba a prohibírselo a él, que le daba un toque especial al lugar con su tabaco con aroma a vainilla?

No había música, ni si quiera una de fondo pero si había dos clientes, hombres seguramente recién salidos de trabajar, sentados en los bancos de madera en torno a una mesa, gesticulando y hablando con gran emoción, por las pintas, debían llevar unas cuantas guinnes encima.

Un vistazo a la hora, marcaba las 22:53 del 25 de mayo. Aún quedaban unos minutos para su cita.

Había llegado temprano y por la tranquilidad que se respiraba en el local, mi cita aún no estaba allí. Tras un rápido vistazo al pintoresco local, elegí un taburete en la barra, en un lugar que me permitiera ver la sala al completo en la medida de lo posible. Así estaría a la vista de todos si mi “informante” resultaba ser un psicópata o algo así. Ya había tenido mi dosis de cosas raras para toda la vida tan sólo en la última semana.

- Buenas noches. Una cerveza, por favor. - pedí despreocupada al camarero. Me parecía que era lo más normal dada la ambientación del local.

Ahora sólo me quedaba esperar. Saqué mi móvil para echar un vistazo a las últimas noticias mientras esperaba. Hoy parecía haber sido un día “movidito” en los medios de comunicación.

Además, me sentía incómoda en aquel lugar y prefería evitar llamar la atención en la medida de lo posible.

El viejo Thomas se despegó de la zona de la vieja caja registradora que aun usaban, y dejando la pipa a un lado tomó una de las cervezas y la abrió con el abridor que colgaba de su cinturón, sirviéndosela a la joven con una breve sonrisa.

-Aquí tiene.-El hombre deslizó la aun húmeda y fría botella por la barra de madera del local-Estoy seguro de que será de su gusto.

La cerveza tenía un regusto afrutado y acaramelado, pese a tener un toque seco que invitaba a volver a beber de ella, y la cebada tostada le daba ese característico color rojizo, no era cosa de la botella en si como con otras cervezas. El hombre volvió a su pipa de nuevo, se le notaba pendiente de Faith y su reacción, aguardando a esta.

El muchacho trabajando tras la barra cargó varias cajas en uno de esos carros manuales para llevar varias cajas a la vez y se movió ágilmente para llevarlas al almacén de la misma planta. Por ahora todo parecía tranquilo en aquel lugar, la televisión del lugar aburria con alguno de los programas habituales hasta que finalmente llegaron las 23:00, momento en el cual empezó a sonar la música. Hubo una pequeña ovación por algunos de los pocos clientes presentes, ante el inicio de lo que sería largas horas de música de la temática irlandesa, pero la apertura parecía bastante acorde.

Devolví la sonrisa un instante a aquel hombre de aspecto tan característico.

- Muchas gracias. - respondí un di un corto sorbo de la botella. Esperaba una cerveza más fuerte, tal vez oscura y amarga. El sabor me sorprendió agradablemente.

Alcé la botella en dirección a Thomas como si se tratara de un brindis y le dediqué una nueva sonrisa más sincera y privada de cortesía. La música comenzó a inundar el local mientras empezaba a entender el porqué de la fama del sitio.

Para una persona que apreciaba tan poco como yo la compañía indeseada, un lugar tan tranquilo y “con encanto” resultaba bastante agradable. Había llegado la hora, mi cita llegaba tarde o ya se encontraba en el local. Di una trago algo más largo aunque evitando beber más rápido de la cuenta y eché un nuevo vistazo a los que se encontraban alrededor. Tal vez alguno fuera mi “cita” pero no nos habíamos reconocido a primera vista...

La puerta del local se abrió momentos después con dos jóvenes hablando entre si y riendo, dejaron sus chaquetas en unos percheros y ambos dieron un repaso al local con la mirada. Uno de ellos dio con el codo al otro haciendo gestos hacia Faith, pero por alguna razón, este arrugo la nariz y negó. El otro se quedó de pie allí, mirando a Faith con un encogimiento de hombros y luego siguiendo a su compañero tomaron asiento en unas sillas en torno a una mesa redonda de madera. El muchacho que trabajaba con Thomas subió del almacén y tras dejar el carro de mano, se acercó para atender sus pedidos.

El reloj de Faith marcó las 23:00 y todavía no había rastro de su cita. Quizá se le olvidaba algo…Algo que recordó sobre aquel mensaje que recibió.

Haces muchas preguntas y aquí hay pocas respuestas. Smugglers Creek. El viernes a las 11 de la noche. Pregunta por ‘nasnoches’.

No me gustaban nada las miradas de los recién llegados pero tendría que ignorarlas. Ya tenía demasiadas preocupaciones con el retraso de mi cita. Algo nerviosa, miré de nuevo el correo que había recibido en el móvil. No pude evitar hacer un "facepalm" por mmi propia estupidez.

- Disculpe... - llemé de nuevo al pintoresco camarero algo avergonzada en esta ocasión. - ¿Sabría decirme si se encuentra aquí... "Nasnoches"?

Sin duda, una pregunta que me resultaba tan extraña de hacer como posiblemente a ese señor de responder.

El viejo Thomas miró a Faith con el ceño fruncido cuando dijo aquello, y se inclinó sobre la barra haciendo gesto de que se acercase. Extendió sobre esta una llave parcialmente oculta por la palma de su mano.

-Su cambio señorita-Dijo antes de bajar la voz-Baja y abre el reservado de la izquierda, junto a los baños.

La llave era de lo más normal, una de esas que abren una cerradura de pomo según pudo notar Faith al tomarla. Bajo el mismo camino que el mozo que trabajaba allí bajo hace no mucho, y pasó cerca de los carteles de los baños. Había una puerta de madera de color negro con un pomo dorado desgastado, con un cartel que ponía “Reservado”. La llave encajaba en el pomo a la perfección, un giro de muñeca y la puerta se abrió.

Había una luz tenue, casi producida más por pantallas de ordenador y equipos informáticos que por alguna fuente de luz natural. El ligero zumbido de varias computadoras trabajando y un calor seco invadió los sentidos de Faith, especialmente sus sentidos lupinos, que hicieron que se le erizara el vello de la nuca.

Sentada en una silla de ordenador se giró una mujer, con tranquilidad se puso en pie y tiró de un cable conectado a su sien, abriendo los ojos para mirar a Faith. Faith pudo ver su propia imagen entrar en la sala, por una cámara que debía estar situada en su espalda.

-Pasa y cierra, loba. Tenemos mucho de qué hablar tú y yo...

Fueron sus palabras, Faith pudo ver a la mujer por completo. No vestía mucha ropa, y era algo normal con el calor que desprendían los ordenadores de aquí, pero lo más llamativo era que su brazo y parte de su espalda habían sido sustituidos por varios componentes mecánicos.

Alzo un dedo, que este si parecía humano.

-Lo primero, si me atacas, o te vas por esa puerta sin que hablemos, haré que al gobierno le lleguen las grabaciones de la mina donde sale tu culo peludo.-Se hizo a un lado, en una de las pantallas se repetía en buclé un video de unos tres segundos, de una Faith convertida en lobo corriendo por la salida de la mina.- Y lo segundo es que quiero colaborar…Pero tengo que cubrir mi culo. ¿Y bien?-Se llevó las manos a la cintura.

En unos instantes me vi envuelta en una película de espías de escaso presupuesto. Cogí la llave y entré en el “reservado”. Las palabras que escuché me dejaron congelada un instante. “Loba...” Me giré para ver a mi interlocutora. Tampoco tenía un aspecto demasiado común. “Si fuera a invitar a una mole de un cuarto de tonelada, también tomaría algunas precauciones.”

Cerré la puerta tras de mí mientras trataba de digerir lo que estaba viendo. Aquella chica llevaba tecnología de dentro de medio siglo puesta en el brazo y se acababa de desconectar de un ordenador. La peli de espías había subido bastante de nivel en sólo unos segundos.

- Hola, “Nasnoches”. - respondí algo ausente. Estaba más sorprendida por ella que enfadada por la velada amenaza. - Vengo a hablar, no a buscar problemas... Pero si ese vídeo llega a la red sin motivo, ya sabes de lo que soy capaz y sé dónde encontrarte. ¿Tenemos un trato?

Con serenidad di un paso al frente y le tendí la mano. Si era verdad que quería ayudar, subir ese vídeo a internet o mandarlo al Pentágono no sería una prioridad en sus planes.

Nanite dio un paso al frente igualmente y correspondió el gesto dándole la mano a Faith, que pudo sentir que lo que hubiera debajo de su piel, era más duro que el hueso. Su nariz percibió el olor a maquinaria y aceite también, puede que la mujer fuera en parte máquina, pero no estaba privada del mantenimiento de estas al parecer.

-Has estado haciendo muchas averiguaciones por lo que parece, pero creo que has estado dando palos de ciego mientras el gobierno hacia de las suyas.- Retiró la mano de Faith y se acercó a la silla de su ordenador mirando las pantallas de soslayo.- El gobierno está tapando todo esto y capturando a toda la gente afectada en la mina, pero solo imita a los Alemanes, que ya se las han visto con metahumanos…El problema es que aquí todo el mundo quiere su trozo de victoria…

Empleó un dedo para tocar el teclado y una de las pantallas mostró la ficha policial de una mujer que era familiar para Faith, aquella mujer que habló con predicciones en el restaurante donde Faith había quedado con Leslie hacia no mucho tiempo. La mujer salía retradata de frente y de perfil.

-Tranquila, no está detenida. Es una ficha algo antigua, pero estoy segura de que has tenido contacto.-Nanite pulso otra tecla y un video grabado desde un móvil se reprodujo, en este salía durante un breve lapso de tiempo tanto Faith como la extraña mujer, ambas sentadas en la cafetería.

-He hecho investigaciones y Amuleto, como se la conoce ahora, era una delincuente menor hasta que se acercó a la mina. Ahora es una metahumana, el gen se ha despertado en ella como lo hizo con tanta otra gente que rodeaba la mina. El gobierno la busca, pero siempre que se pone nerviosa desaparece y aparece en otro lugar…Y con lo paranoica que está, fue una suerte que incluso pudieras hablar con ella. ¿Qué te contó?

Todo lo que estaba pasando me resultaba cada vez más difícil de creer. Hasta hacía sólo unos minutos, todo esto tenía un matiz místico y metafísico, como impregnado de magia. Ángeles y demonios, una chica llamada amuleto que aparece y desaparece y menciona a los “dioses antiguos”...

Sin embargo, la aparición de la chica con implantes robóticos me había dejado algo descolocada. Tenía buen olfato incluso en mi forma humana y notaba el olor del metal y el aceite de máquina. Notaba la maquinaria trabajando bajo su piel para mover el brazo. Era tan absurdo y a la vez tan real.

Cuando logré centrarme en sus palabras, supe que tenía razón. Yo no tenía ni idea de por dónde empezar a buscar. Además, por lo poco que había logrado ver en internet, el gobierno lo estaba tapando.

“¿Metahumanos? ¿Así nos llaman? ¿Yo soy una de ellas?” Demasiada información en muy poco tiempo. Nasnoches hablaba como si debiera saber demasiadas cosas que en realidad desconocía. Sólo podía recordar la imagen del cráter en mitad de la selva.

- Me contó que estuvo junto a la mina. Que lo vio todo pero que tuvo que irse, casi sin querer, y le dio su ropa a alguien antes de volver. Dijo que vio como todo se movía lento y un flash blanco que lo cubrió todo. - me pasé la mano por la frente y suspiré mientras me echaba el flequillo hacia atrás y me devanaba los sesos intentando recordar el encuentro. - Habló sobre los dioses antiguos e invocaba al “Padre Supremo” con palabras raras todo el rato. Parecía confusa o, tal vez, algo afectada por todo lo que había pasado.

-Me temo que tiene razón en parte, estamos en una batalla antigua.-Dijo la mujer, cruzando las piernas y apoyando las manos en la mesa de su ordenador, si una obviaba toda la mecánica y posiblemente la cibernética en su cuerpo, Nanite podía resultar agradable a la vista.- Por lo que sé frecuentaba foros y demás de esoterismo, quizá se haya refugiado en todo eso. ¿Pudiste ver…algún tipo de poder en ella?-La pregunta iba con curiosidad sincera.