Trasfondo de Silvercity

Oro, carbón y tierra

Corría el año 1848 y la fiebre del oro golpeaba fuerte California, en la costa Oeste de Estados Unidos, la gran cantidad de movimiento generó una necesidad de combustibles sin precedentes, y fue entonces cuando las minas de Calebourne empezaron a ver un aumento en el número de trabajadores, extrayendo carbón de estas, lo cual estimuló la economía del lugar y durante unos años gozosos, la población en Calebourne creció a la sombra de las varias fiebres del oro que se sucedieron en las ciudades cercanas. El futuro de la industria del carbón pintaba bien puesto que Oregón fue el siguiente estado en recibir un boom interesante debido a la fiebre del oro, y durante años prospectores trataron de tener el mismo golpe de suerte en las fuentes de agua de Calebourne, pero nunca hubo éxito. Finalizada la fiebre del oro en ambos lugares, Calebourne pasó a un segundo plano.

Salvados por la Plata

Hacia el año 1980 la minería regresó a Calebourne, esta vez gracias a una veta de plata en las inmediaciones del pueblo, el lugar se convirtió en algo popular, el magnate del petróleo James J. Lockwell tenía en propiedad las tierras y pronto empezó la explotación del lugar. Durante la pasmosa cantidad de veinticinco años el lugar dio frutos y fue prospero, atrayendo a población hasta el punto de que las tierras en propiedad por el magnate absorbieron al pequeño pueblo de Calebourne, y este fue renombrado como Silvercity, la ciudad de la plata. Hacia el año 2006 los Lockwell dejaron de invertir en la afamada ciudad de Silvercity y todo se fue al traste; la gran jungla de asfalto recibió un duro golpe económico y ni si quiera sus ya maltrechas minas de carbón consiguieron salvarla de lo que estaba por venir.

Crisis del 2006

Aproximadamente el 30% de la población de Silvercity vivía de las minas de plata, y el paro en la región aumento a niveles considerables, la gente había invertido en propiedades, suelo, terrenos y demás, y de un día para otro el desplome de las acciones de Lockwell Industries cayó y dejo a muchas familias en la ruina. Silvercity tomó un giro radical; la delincuencia en las calles crecía, la prostitución y la trata de personas creció y las calles se llenaron de drogas de diseño. Ya no era como antiguamente, cuando la gente en diligencia se podía marchar a otro lugar de los maravillosos Estados Unidos, la tierra de la libertad. Ahora la economía los ataba a este lugar.

La Silvercity de hoy

El puerto se corrompió hasta el punto de que Silvercity es conocida como uno de los primeros lugares donde la DEA tiene que intervenir para requisar envíos de drogas, las investigaciones por corrupción policial se suceden semana tras semana y el ciudadano medio ya ha dejado de prestar atención a los escándalos políticos, siendo de mayor preocupación las bandas callejeras. Para los jóvenes, el ruido de un arma en algún callejón de Silvercity ya no es motivo de preocupación, han crecido sabiendo que el primero de su pandilla en tener un arma es el chaval más popular del barrio y de su clase. Las luces de neón adornan las calles y jóvenes de familias endeudadas calientan la barra en los clubs de striptease, marineros llegan al puerto a sabiendas de que las mujeres de Silvercity harían cualquier cosa por un puñado de dólares, y un puñado de dólares parece tener más valor aquí que en cualquier otro lugar de Estados Unidos.

Un rayo de esperanza

En la Silvercity de 2018, Eriksson Enterprises, una empresa extranjera, ha decidido invertir de nuevo en las minas. Hasta hace poco solo los Lockwell sabían de ellos, puesto que vendieron el terreno a un precio reducido, y la ingeniería de los trabajadores de las hermanas Eriksson se prepara para una gran reapertura de las minas de plata. ¿Habrán encontrado aún más plata, o será otro material el que las ya conocidas minas de Calebourne aporte a una ciudad sumida en la oscuridad?

En mitad de los movimientos feministas, la aspirante republicana a alcaldesa Brianna Donovan sale victoriosa, sus discursos sobre la regulación de la prostitución y el cerco a la trata de personas en Silvercity parece haber calado fondo en una ciudad que ve a sus jóvenes mujeres marchitarse en la pobreza, la prostitución y las drogas que corren rampantes por las calles.

Leyes de armas

Silvercity se encuentra en Oregón, por lo tanto, y a normal general, se rige por las leyes de este estado:

Las armas cortas se pueden llevar ocultas, pero requiere de una licencia que otorga el estado y normalmente está garantizada salvo que se sea menor de edad, se tengan antecedentes penales, etc.

Del mismo modo, no se requiere ningún tipo de licencia para llevar armas cortas A LA VISTA, y estas pueden estar cargadas de antemano (a diferencia de otros estados, donde puedes llevar tu arma pero sin cargar, con la munición aparte).

En Silvercity, en el Calebourne Plaza, es decir, el centro de la ciudad y su plaza con la estatua de los mineros del carbón, se prohíbe el llevar armas a la vista (aunque aquellas personas con licencia para llevarlas ocultas, pueden seguir portándolas ocultas).

Los campus universitarios no pueden prohibir el portar armas, pero pueden legislar a voluntad dentro de los edificios de estos campus.

Las armas de asalto están permitidas, y toda arma distinta a un arma de mano o un arma larga debe estar registrada en la NFA (National Firearms Act). Los civiles pueden portar un arma larga a la edad de 18 años, y un arma corta a la de 21. Los menores pueden usar armas con la supervisión de un adulto o tutor legal.

El estado de Oregón tiene la obligación de mantener un registro de las armas durante 5 años, después de ese periodo, los datos son destruidos.

Toda venta de armas debe ser mediante un vendedor de armas licenciado y el acuerdo de ambas partes.

Empresas locales

J.Lockwell

Aunque los Lockwell ya no tienen el control que tenían sobre Silvercity, aun poseen negocios en la zona. Destacan especialmente las gasolineras J.Lockwell, las cuales siguen ofreciendo su 5% de descuento a los residentes de la ciudad y sus cupones de descuento en los hoteles Lockwell. El Magnate tiene algún edificio de oficinas en el centro y sus hijos llevan ahora diversos negocios, se rumorea que su jubilación se acerca, pero como hace años que dejó de salir en los medios, apenas se presta mucha atención al hombre y su salud.

Eriksson Enterprises

La empresa tecnológica Eriksson tiene su origen en el norte de Europa, sus ramas son muchas y sus aplicaciones variadas, pero destacan en la confección de maquinaria pesada, y aparatos tecnológicos. Con la muerte del dueño, ambas hermanas heredaron la empresa y ahora son ellas las que llevan los negocios, haciendo estudios de campo y contratando personal cualificado para ver las inversiones mas rentables posibles para la empresa y sus distintas ramas. En bolsa, Eriksson Enterprises está subiendo como la espuma desde que se rumorea que han encontrado otra veta de plata en Silvercity, y que pronto comenzarán a invertir en material de minería avanzado, si es que no lo han producido ya. Ambas hermanas estudiaron ingeniería, mecánica y electrónica, por lo tanto saben de buena mano las aplicaciones técnicas de las muchas ramas que la empresa puntera de su padre les ha legado.

Stacy’s

La línea de restaurantes 24h tiene un par de negocios abiertos en Silvercity, uno muy cerca del centro y otro alejado, donde paran camioneros. Aunque la brecha entre uno y otro local es abismal en cuanto a clientela, precios y limpieza, ambos negocios parecen prosperos y prometedores. Camareras bonitas con poca ropa en uno, elegantes en el otro, cualquiera que diga haber estado en uno u otro Stacy’s pensara que quien le habla de la versión opuesta le miente descaradamente.

Samyr

Samyr es un empresario que no ha dudado en aprovechar la decadencia de Silvercity, y ejemplo de esto son las luces de neón de sus clubs de alterne, striptease y demás en la ciudad, llevando claramente su nombre como sello de calidad. Sus mujeres son bellas, hábiles y discretas, y el señor Samyr parece orgulloso de ello. Los marineros le dan dinero, la droga ayuda a su negocio y a mantener a las chicas en el negocio, y las bandas protegen su mercancía. Para Samyr, Silvercity era un paraíso hasta que Brianna Donovan ha salido como alcaldesa y parece que cargará contra sus turbios negocios.