La difusa figura se puso a correr lo que pudo para alejarse de la tecnoarmadura, pero esta puso los sistemas de propulsión a más velocidad para de nuevo interceptarla en un placaje que la mandó de nuevo al suelo. Ryan volvía a ganar la presa sobre esa mujer que estaba intentando huir, esperando que su difuminada figura finalmente perdiera los avanzados sensores de Silver Patriot, cosa harto difícil.
La mujer lo intentó, pero no había posibilidad alguna contra Silver Patriot. Engranajes, pistones y placas de blindaje acoplados para formar una máquina sin parangón, orgullosamente fabricado en Estados Unidos, el hogar de los valientes y la tierra de los libres. Por lo tanto, nada podía fallar... Por mucho que el condenado Gólem de Praga hubiera intentado demostrar lo contrario. Y ahora allí la tenía, apresada de nuevo.
-A ver, voy a intentar ser claro. Has traspasado una propiedad privada del ejército de los Estados Unidos de América. Eso es un delito federal, uno por el que puedes acabar mucho, pero mucho tiempo a la sombra. Aún así, es preferible que obligarme a hacer algo que, puedes creerme, no quiero hacer. No somos como esa gentuza de Guantánamo, no la mayoría al menos. Así que deja de resistirte, explícate y hazte visible, por tu propio bien-le dijo Ryan, intentando mantener la presa sobre aquella chica.
Finalmente invisiwoman hizo gesto de alzar las manos pese a estar en una presa con la cara a escasos centímetros del suelo.- Vale… no tuve más opción que entrar…-Dijo en un hilillo de voz. Añadio un suspiro antes de terminar de hacerse completamente visible. -Yo me he mostrado, es de buena educación que tú también lo hagas… ¿Por qué he entrado? ¿Tenía más opciones? Esos tipos controlan la ciudad y mi familia está en la ciudad… supongo que se imagina señor soldado lo que hacen a los que no les hacen caso ¿no?-Fue lo que añadió la joven asiática con ropas de calle que había apresado. Ni alta, ni fuerte, ni llamativa, si acaso un poco de buen ver, pero nada más. Completamente desarmada y con calzado desgastado, que daba a entender su humilde origen.
Ryan ni siquiera hizo el gesto de descubrirse cuando la mujer se lo sugirió, escuchando con gesto ceñudo lo que le contaba.
-Me temo que puedo prescindir de la buena educación en estos momentos. Te basta con saber que soy Silver Patriot, y que no me gustan los matones. Lo que me lleva a: no me toques los cojones-replicó, sin aflojar la presa aunque separándose algo para dejar a la muchacha respirar-eres la jodida mujer invisible. ¿En serio me estás diciendo que no podías escaparte para recurrir a las autoridades? No todo en este lugar está podrido. Y desde luego ayudar al gilipollas del Gólem de Praga no parece la mejor de las putas ideas.