Ryan no opuso mucha resistencia a ser arrastrado por Tami fuera de aquel sitio, aún habiendo dejado la comida a medio acabar. Fuera del local, ya con la dichosa moneda, amuleto o lo que fuera en la mano, y ante la pregunta de su compañera, empezó a intentar hilar una respuesta. Aunque claro, primero tendría que pensar en, citando a Tami, que coño estaba pasando.
-Ha pasado que la tipa de los harapos ha resultado ser una vagabunda mágica que primero ha convencido a la pelirroja para que me tirara esto de tal modo que encestara en el bolsillo trasero de mi pantalón-explicó frenético mientras enseñaba la moneda-¡y después se ha desvanecido en el aire, como si tal cosa! ¡Como Frodo en la peli! No ha sido bastante con lo de la mina, ahora están pasando cosas raras también en la ciudad... ¡Y no me he vuelto loco, ellas y la otra camarera lo han visto también!
Todavía estaba tratando de entender lo que había pasado dentro y ya me encontraba en mitad de la calle. Me disponía a girarme hacia Leslie para preguntarle si de verdad había visto lo mismo que yo cuando aquella desconocida vino a importunarnos. El comentario de mi amiga no hizo más que ponerme aún más nerviosa.
Me giré hacia la recién llegada con las manos abiertas en gesto conciliador. Aquel hombre de la mina no hacía más que gritar como un poseso pero me sentí aliviada por algo. “Él también lo ha visto. O sea que no estoy loca. No del todo.” Estaba de los nervios y la mujer de la pistola no me tranquilizaba lo más mínimo. “Faith, relájate. No es bueno ponerse demasiado nerviosa.”
Notaba a la bestia pugnando por salir y, en cierto modo, se lo permití. Yo misma era un ser sobrenatural, tenía que aceptarlo. Por tanto, una mujer que desaparece tampoco era tan disparato. El hecho de que existiera alguien que tuviera esas habilidades era preocupante pero no “tan extraño”. Dejé que esa parte “no-humana” me inundara y traté de mantenerme distante de todo lo que pasaba.
- Eso me gustaría saber a mí. - hice un gesto con la cabeza sin mover las manos. No quería que nadie se pusiera demasiado nervioso. - Este tío nos lleva mirado raro desde que estábamos dentro y ahora se pone a hablar de indigentes mágicas y el Señor de los Anillos. ¿Qué coño le pasa a él?
Ryan. Lo siento pero, sí, estoy intentando hacer que parezca que estás loco.
El ceño de Tami se frunció y miro entre Ryan y Faith varias veces, y le dedico una mirada de pocos amigos a Leslie también, que solo la faltó esconderse tras Faith.
-No me lo trago. Vosotros dos os conocéis de algo. Conozco a Ryan y no es un “acosador” de esos.-La militar alzó el dedo para señalar a ambas, la otra mano estaba cerca de la cadera y había retirado la chaqueta en un gesto muy de indignada, aunque quizá no fue muy consciente de que estaba enseñándole el revolver a todo el mundo presente, que no eran más que ellos, y una señora con un niño que justo estaban entrando por la puerta. Tampoco es que un arma de fuego llamara tanto la atención en la nación de las armas.
-Hemos venido a comernos algo porque mi amigo ha estado en el hospital y ahí te dan una comida asquerosa…No sé qué estáis hablando del tal Frodo ese, pero ya os estáis explicando.
Tirada oculta
Motivo: Faith influencia
Tirada: 1d100
Dificultad: 61-
Resultado: 63 (Fracaso)
Leslie intuía la mirada de Faith, pero las palabras no acudían a sus labios, se dedicó a negar nerviosa y apretar la mano de Faith.
Ryan no se lo podía creer. ¿En serio estaba jugando la carta de ponerle de loco? Vale que se había visto envuelto en muchas locuras últimamente, pero estaba seguro a un saludable 80% de que no había perdido la cabeza. Era el mundo el que se estaba poniendo loco y rarito, no él.
-Venga, no me jodas. Eres tú la que se ha acercado a hablar con la tipa que tenía las palabras "rarita inestable" tatuadas en la frente. Y la que me ha lanzado esta moneda o lo que sea por sugerencia suya. Así que no intentes hacerme quedar como un perturbado-replicó, ceñudo, aunque intentando rebajar su tono. Quizás ya era tarde para no montar una escena, pero Tami se estaba poniendo amenazante y había enseñado el revólver, probablemente sin querer... Y no era plan de que la cosa fuera a mayores.
-No diría exactamente que la conozco, estuvo en la mina, la vi pasar con los patines cuando estaba en el atasco. Creo... Que llegó a entrar conmigo y el tipo del traje, pero de eso ya no estoy tan seguro.
No puedo evitar que mi mirada se clave durante un segundo en la culata del arma que nos está enseñando con absoluta normalidad. “Mierda. Faith, tranquila.” Respiro profundamente de nuevo. Debo mantener la calma.
- Vamos a calmarnos. En serio, no tengo ni idea de que está pasando. - sorprendentemente, eso es verdad. - Yo sólo estaba tomándome una cocacola con mi amiga. Puede que tu amigo me haya visto antes. Yo era camarera en la cantina de la mina pero no puedo recordar a todo el mundo que pasó por allí ese día. Era una locura.
Todo lo que estaba diciendo era verdad. Estaba teniendo cuidado de no decir ninguna locura ni mentir descaradamente. Mi fuerte nunca había sido la diplomacia...
Tami miraba a uno y a otro ceñuda, cruzando los brazos por debajo de la silueta de su pecho, gesto que casi hace que Leslie escupa el corazón por la boca.
-No sé muy bien que os traéis entre manos vosotros dos, sé que os conocéis y que tú-Hizo un gesto con la barbilla indicando a Faith-Te estás haciendo la loca para irte corriendo ahora mismo. Me salgo unos minutos para hablar por teléfono y se lía.-Luego señaló la moneda que Ryan había sacado a relucir.- ¿Y eso que es, algún truco de magia?
Leslie hizo lo suyo, que era balbucear un poco y tratar de calmarse antes de hablar:- Yo…Yo creo que deberías explicarle todo a ella…-Aunque hablaba directamente a aquel revolver.
-Sí, creo que deberías explicarte-dijo Ryan, coincidiendo con la valoración de la otra pelirroja. Él ya había dicho todo lo que podía decir. De hecho, era la víctima en todo esto, perseguido por gente con alas, raritos y magia. Y pensar que hace unos días estaba de camino a buscarse una vida normal y tranquila... Pero la llegada de la tipa con alas y las mierdas de la mina mandaron todo al traste.
Me llevé las manos a la cabeza. Aquella conversación no tenía ninguna clase de sentido.
- ¡¿Cómo demonios voy a explicar nada si ni yo misma tengo la menor idea de lo que pasa?! - respondí comenzando a perder los nervios. - Ojalá tuviera alguna clase de información privilegiada que compartir. Estaría encantada. Pero sólo sé la misma mierda que todo el mundo. Vine aquí a buscar un trabajo con el que ganarme la vida y poder estar tranquila y en paz y, en vez de eso, una loca con alas irrumpe en la mina y me jode la vida.
Desahogar mis frustraciones con una loca con una pistola era, sin duda alguna, una de las peores ideas de mi vida. Sin embargo, la situación se comenzaba a poner demasiado tensa y no quería perder los nervios.
Al menos, no del todo.
- He visto la tele, leído las noticias y buscado por internet. En todos lados dicen las mismas majaderías. Así que no me vengáis esperando que conteste preguntas de las que no conozco respuestas. No he visto más que tú. - concluí señalando al pesado de la mina.
Me quedé con las manos aún algo levantadas enseñando las palmas. Estaba algo más agitada de lo que me hubiera gustado.
- Y ahora, salvo que quieras pegarme un tiro aquí en mitad de la calle, - hice un gesto con la cabeza señalando el arma – dejamos de jugar a los interrogatorios y me voy con mi amiga a casa. Estoy cansada de lidiar con gente rara.
Tami alzó una ceja ante las palabras de Faith y miro de soslayo a Ryan durante toda la diatriba nerviosa de la mujer. Cuando hizo referencia al arma se quedó algo extrañada, dándose cuenta que efectivamente la portaba, aunque medianamente oculta, seguía cumpliendo a según como marcaba la ley del estado.
-Yo no voy a dispararte ni nada de eso…-Dijo a la defensiva, mosqueada por la acusación. Hubo un silencio incomodo antes de que volviese a hablar.-Mejor será que os vayáis, ¿sí?, necesitáis calmaros un poco…
Dicho aquello Leslie tiró de la mano de Faith:- Mejor volvemos a casa, ¿sí?, te preparo un té caliente y ya vemos que hacemos.-El teléfono de Leslie estaba en su mano, zumbando con una llamada entrante que colgó inmediatamente. Dicho aquello la pelirroja tiró de su compañera hasta alejarla de aquellos dos, directa a volver a casa, dedicando miradas hacia atrás a la pareja con la que habían discutido segundos atrás.
Sujeté con fuerza la mano de Leslie, temiendo que fuera a caerme redonda. Nuestras manos temblaban entrelazadas y no estaba segura de cuál de las dos contribuía más a ello. Mi amiga miraba atrás una y otra vez. Yo no estaba segura de querer girarme. Eso sólo me pondría más nerviosa.
- Sí, por favor. - dije casi sin fuerzas. - Aunque no sé si necesito un té o un café o una copa.
Ni siquiera sabía la hora que era pero era bastante posible que la necesidad de un trago fuera real. Todo lo que subía, bajaba; y tras el arrebato anterior, mi estado de ánimo estaba a punto de tocar fondo.
- Esta ciudad se ha vuelto loca. Te lo juro.
“Igual soy yo la que está loca...”
Ryan siguió con la vista a las otras mujeres mientras se alejaban, ceñudo.
-Qué tipa tan rara-dijo, más para sí mismo que para Tami. Suponía que allí ya habían acabado, pero aún así le dijo:
-Si quieres volvemos a entrar, pero ahora mismo deben estar intentando calmar a la camarera que ha visto como la andrajosa rarita se desvanecía. Pobre chica, creo que va a tardar en volver a sujetar la bandeja sin temblar-comentó Ryan, algo asustado por la naturalidad con la que empezaba a hablar de estas cosas. Pero a todo se acostumbra uno, y seguramente en ese todo entraban también las movidas chungas como aquella.
Voy a dar esta escena por zanjada y os propongo en vuestras escenas personales la siguiente, para ver en que quereis enfocar ahora :P