El viaje desde la tierra de las tormentas hasta la tierra de los ríos fue largo y agotador, fueron en una marcha tranquila para que las mujeres no se agotaran y para poder disfrutar del paseo, la tierra de los ríos era muy hermosa en primavera y Lord Owen paro mas de una vez para disfrutar de los lugares, finalmente las torres del imponente castillo se alzaron en el horizonte.
Harrenhal era simplemente gigante, se alzaba al borde del lago cual acantilado gigantesco, tenia varias torres algunas de ellas fundidas por el fuego de Balerion, el terror negro. Jamás en toda su vida los hijos de lord Owen habían visto tan imponente castillo, toda parecía pequeño al lado de semejante estructura de piedra.
Al rededor todo era colores y música, muchas casas ya estaba instaladas y habían plantado sus estandartes y sus carpas, El venado de los Baratheon estaba ya presente, junto a esa gran carpa se alzaban el trueno púrpura de los Dondarrion, la tortuga de los Estermont y los Soles dorados y lunas crecientes de los Tarth junto a cientos de estandartes poco conocidos o de caballeros errantes
El olor a carne cocida impregnaba el ambienta mientras cruzaban pudieron ver varios Juglares y malabaristas.
-Habrá un concurso de Bardos.- Comento el Lord mientras pasaban por al lado de uno que cantaba una canción un poco picantes.
Ronald habia decidido viajar en una de las carretas el ultimo tramo. Algunos dias viajaba con su cuñada y su sobrina y otros montaba pero ninguno demasiado tiempo, necesitaba estirar la pierna varias veces por el dolor que le producia y aprovechaba con enfasis cualquier descanso que se hiciera aunque trataba de disimularlo entre sus tipicas risas y bromas.
De todas formas sabi que deberia ayudar a su hermano, esta reunion no era olo por placer asi que en el ultimo descanso antes de llegar se habia vestido acorde a lo que a un Lord se referia y habia montado un Rosin blanco con los colores de la casa a los costados de la montura. Asi como los bardos y los Jugalres el daria su propio espectaculo.
-crreis Mi Lord queme dejen participar?, yo me conozco unas cuantas historiasde ese estilo...por supuesto que solo las escuche por ahi de casualidad- Rio el tio con otra de sus tipicas bromas.
Constance hizo el viaje ocultando un cierto dolor que nadie conocìa y que a nadie le contarìa pero para el resto del mundo seguìa siendo la niña caprichosa y un poco insolente de siempre. A veces viajaba a caballo para tomar el aire pero su madre la hacìa volver pronto a ella y tenìa que alejarse de Mèrida; asì que la joven se limitaba a conversar de cosas comunes con su madren para que el tiempo pasara màs aprisa e incluso se atreviò a mencionar su pròximo casamiento. Por ella si la casaban con un viejo, daba exactamente lo mismo que si la casaban con un joven, serìa el mismo martirio.
-Què sea pronto, asì puedo olvidarme.
La joven se olvidò de ese pensamiento porque puso atenciòn en lo que acontecìa a su alrededor, tiendas de colores, distintos estandartes, gente de todas las casas y clases, bardos por aquì y por allà. Cuando se apeò pudo escuchar a su padre y aunque no quiso interrumpir, se preguntaba si su padre le dejarìa asistir. Seguramente si, ya antes en casa lo habia comentado y le habìa dicho que si, su padre era fiel a su palabra. Se colgò del brazo de Mèrida y señalò alrededor de ellas.
-Parece que podrìa ser divertido...-dijo a su hermana.
Mis ojos se abriron como plato al ver semejante castillo, waah! jamas habia visto algo asi en mi vida, comence a admirar todo lo que habia a mi alrededor, los estandarte , el color de la gente, los olores, estaba simplemente maravillada.
El brazo de Constance interrumpio un poco mi concentracion, y casi me hizo perder el equilibrio sobre Angus.
-Ops!-deje salir leve entre mis labios ante la sorpresa de mi hermana-Al parecer estaremos muy entretenidos en este torneo, jamas habia visto un castillo tan imponente- la mire unos segundos para luego volver mi atencion a todo lo que nos rodeaba, dejaba ver ese brillo en mis ojos , me sentia mas entusiasmada por la competencia de arqueria, mucho mas que antes incluso.
Voltee a ver a Constance-¿Crees que puedas divertirte en un lugar asi?-pregunte con una sonrisa en mis labios, ¿que podia haber de interesante para ella aqui? , los bardos...quizas.
Ragnar había disfrutado mucho del viaje: charlas con camaradas de armas, con su padre y sus consejos para la próxima justa, con su tío aprendiendo bromas, con su hermana y su melancolía, con Mérida y su entusiasmo...
En el camino, su puesto había estado donde estaba el interés, pero cuando comenzaron a acercarse, guió a "Rompefilas" al frente con la guardia personal y su padre.
Su porte era imponente: su armadura grabada, su escudo colgando de la grupa del caballo, "Alas negras" en su espalda dándole esa apariencia tan particular, la barda reluciente de "Rompefilas" adornado con el estandarte rojinegro de la casa... todo en él infundía autoridad de líder militar y a su vez, su tez cuidada y mirada franca, demostraba su atractivo y su interés por algo más que sólo el combate...
Cuando pasaron por el costado de los juglares, su vista se posó sobre cada uno de ellos. Se acercó al maestre y le preguntó:
-¿Conoces a alguno de ellos?-
En su mente, Ragnar ya estaba buscando la forma de sacar ventaja: tal vez alguna información importante, algún nuevo contacto que sirviese para el torneo o fuera de él...
Y su tío habló...
-Tío, yo creo que arrasarías con tus chistes... como el del loro dorniense por ejemplo...- dijo Ragnar recordando cómo se había reído con esa broma -Aunque tal vez a más de uno aquí lo tomaría mal... mejor prueba con otros...-
Inhalo profundo, al menos el aire estaba impregnado con el aroma de la comida y no con el tipico hedor de las aglomeraciones grandes y solto una carcajada, recordando el chiste ademas que estaba de un humor que podria bajar del caballo y besar a cada uno de los bardos del camino.
-Quien sabe tal vez pueda ganar algunas monedas de plata en la plaza, tal vez asi logre pagar en parte toda la comida que ingiero a diario- Termino de decir al mismo tiempo que se quitaba un sombrero imaginario y saludaba a una joven muchacha del camino.
Constance escuchò la pregunta de su hermana y sonriò.
-Lo harè, de una u otra manera, eso te lo aseguro.
Nunca se habìa sentido atraìda por las armas, de lo contrario, quizàs su padre la habrìa dejado llevar un arco y si no, ella lo convencerìa pero no, no habìa sido nunca algo que le atrajera porque sabìa que siempre estarìa cuidada y a resguardo con su padre y su gemelo, incluso con Mèrida asì que no podrìa concursar pero si podrìa mirar y aprender cosas.
-Debe haber algunos maestres aquì a los cuales investigar y...-de pronto se le iluminò la mirada.-Y si hubiera algunos dornienses podrìa aprender de venenos màs de lo que se puede aprender en un libro.
Entonces dejò que su hermana disfrutara del paisaje.
-Màs tarde quizà podamos hablar, te contarè lo que sucediò, ¿si? A lo mejor compartimos aposentos.
A pesar de la sonrisa de la pelirroja, cualquiera que la conociera bien como Mèrida o Ragnar, sabrìan que ella no era meramente feliz.
Si, los conozco a todos. Tenemos a los Estermont, los Tarth, los Dondarrion, Los Baratheon por su puesto.- Dijo señalando los estandartes.
Si ves mas para atrás puedes ver la trucha de los Tully, el caballo de los Bracken y automáticamente en el lado opuesto del campo el árbol de los Blackwood, también están los Shawney, los Mooton, los Frey, los Frey, ese es el del bastardo de los Frey.- Dijo señalando las carpas cuyos estandartes eran parecidos o idénticos.
-¿Hay algún estandarte en el que mi señor este interesado?- El joven Teo sabia que podía reconocerlos todos pero tendría que hablar un buen rato y a gran velocidad.
Tienes, lírica tienes inventiva pero tu voz hermano mío no es la mas propicia para competir.- Comento el lord con una sonrisa, sin embargo si es tu deseo te doy mi permiso, tal vez terminemos llevándonos a casa el torneo de justas, el de arquería y el de Bardos.- Agregó manteniendo la sonrisa.
-En realidad mi querido maestre, te preguntaba por los bardos...- dijo Ragnar soltando una carcajada -Si llegaras a conocer a alguno de ellos, su forma de comportarse, su fama, etc. tal vez me viniera bien...-
Ragnar se había centrado en la conversación con el maestre, después de todo la atención de su padre estaba con su tío. La mirada del joven iba de aquí para allá observando, intentando recordar rostros y estandartes...
Habia oido la mitad de lo que constance habia dicho, pero realmente estaba fascinada con la vista , no recordaba si era la primera vez que mis hermanos salian del castillo, pero para mi si era la primera vez y era todo nuevo.
-Debería de verlos mas de cerca pero seguro que están los mas famosos mi señor.- Dijo Teo todo servicial.
-Me instruiré al respecto y le informare.-
El Castillo de Harrenhal era tan grande que podía dar asilo a todos sus invitados pero muchos de los Señores dejaron esa comedida para sumarse al show que mostraban las coloridas carpas había mas señores en los campos que en las habitaciones mostrando sus escudos sus colores y haciendo exhibición de su grandeza.
Lord Owen prefirió darle a su familia comodidad y fuero alojados en hermosas habitaciones señoriales, El castillo estaba lleno de gente y aun así sobraban habitaciones, Los Norteños caminaban por los pasillos junto con los hombres del valle, la gente de la tierra de los ríos bebía con la del occidente, había un ambiente muy festivo en el lugar, todos los indicios daban a que este seria un torneo del que se hablaría por décadas.
Llegaron a Harrenhal, puede hacer lo que quieran en la ciudad solo mándenme un MP y yo les abro escenas (de todos modos yo ire abriendo escenas ligadas a la historia principal así nadie se queda sin jugar)
Me podes abrir escena con Ragnar para entrenar con el o para golpearlo un poco xD
Constance estaba concentrada en lo que acontecía a su alrededor, le gustaba lo que veía y no podía negar que era por lo menos emocionante; le quitaba su mente de otras cosas en las que ella no quería pensar. Al pasar por el lado de un bardo se quedó escuchando un poco pero luego siguió caminando hasta que se despidió de sus padres mientras le indicaban cuáles eran sus aposentos y para su bien, le tocó algo ventilado y bonito dentro de lo que cabía. Ni bien entró se descalzó, cogió un libro que Teo le había prestado y se sentó en la cama, necesitaba descansar un poco y no pensar para ello, lo mejor era leer y aprender cosas. Más tarde saldría a dar la vuelta por el castillo. Luego de un rato en que no pudo concentrarse, se levantó y se estiró un poco.
-Creo que será mejor que salga a caminar un poco, este castillo tiene demasiada vida.
Abrió la puerta y miró en todas direcciones, no vio a nadie conocido pero eso no era algo que la fuese a hacer cambiar de opinión de dar un paseo, tampoco se iba a perder porque se ubicaba muy bien. Comenzó a caminar entre la gente que iba y venía, la mayoría sirvientes o eso suponía ella. Algunas miradas se clavaban en ella, seguramente por el color de su cabello y ella sonreía sin disimulo mirando de reojo pero siguiendo como si no sucediera nada.
-Iré dónde los bardos.
Apuró el paso, sus pequeños pasitos resonaban mientras avanzaba, hasta que encontró una puerta que daba al jardín y salió aún más aprisa, una vez allí, buscó un sitio en alto para ubicarse aún mejor y a lo lejos vio a los bardos y a paso vivo se fue acercando, escuchando ya la música, ya algunas palabras acompañando melodías, totalmente perdida de la otra realidad, la que había intentado olvidar sin éxito pero que ahora parecía muy lejana. Su amor no podía ser, tenía que callar y seguir su vida porque de lo contrario le haría daño a él. Se quedó a unos pasos de ellos, sólo mirando, grabando miradas y esperando no interrumpir.