Partida Rol por web

Constance sonriò, de momento el tema estaba zanjado y escuchò a Mèrida con atenciòn.

-Yo no estoy muy segura de que eso vaya a ser para siempre, puede que seas muy rebelde pero el corazòn es el corazòn y èl toma sus propias decisiones, ¿sabes?

Ademàs, habìa una cosa que era cierta.

-Tampoco estàs exenta de que padre decida casarte con alguien... Y lo sabes.

No pude evitar el dejar salir una tremenda carcajada ante las palabras de mi hermana, apenas me pude contener, pero al terminar de reir segui hablando.

Puse mi mano sobre su hombre para que me prestara mas atencion-¿cuanta gloria puede traer a nuestra casa el Casamiento de la Hija Bastarda?-la idea sonaba completamente descabellada en mi cabeza, y por lo poco que sabia jamas oi de los casamientos llenos de gloria de los bastardos, eramos basura para muchos, aunque admito que mi familia era distinta.

-No tiene por què ser un matrimonio lleno de gloria, puede ser un matrimonio por tierras, por guerreros, por oro... Puede que no lo creas, pero si que podrìa servir de algo. Aunque quizàs si que tengas màs suerte que yo...

Bajò la mirada y volviò a perderla en el horizonte. Se le notaba triste de nuevo.

-Ojalà yo tuviese esa suerte pero no, a mì me tocò esto.

No me creia lo del casamiento, pero ya mi propio padre me quitaria la duda sinceramente no sabia que hacer o que decirle a mi hermana, no podia decir que comprendia lo que sentia ya que nunca pase por algo asi, menos sentir aquello por mi propio hermano. Solo tome su mano para contenerla.

-Me haz dejado sin palabras-trage saliba-¿por eso no quieres aceptar los compromisos?-me atrevi a preguntar,esperaba que al hablarle al charlar con ella, se desahogara un poco.

Constance se sintiò contrariada, Mèrida no tenìa la culpa de sus cosas y sus obligaciones.

-No, lo siento. Sòlo no quiero porque estoy enamorada de otro pero sè que lo tengo que hacer y que lo harè, no te preocupes, no harè ninguna estupidez.

Y si, en ese momento decidiò que no la harìa. Tenìa que sacarse aquella idea estupida de la cabeza.

-¿Vamos a la cocina a robar algo de comer?

La escuche atenta, y espere a que se ponga de pie, apoye una vez mas su mano en su hombro.

-Si tienes pensado hacer una estupides, recuerda que tienes una hermana pequeña estupida y rebelde para darte una mano ¿si?-dije con una enorme sonrisa.

-¿A que llego primero que tu a la cocina?-agruege comenzando a corre para adelantarme un poco de ella.

La mujer asintiò y le respondiò a su hermana.

-Y tù una hermana mayor...

No le dio tiempo de correr porque la otra saliò primero y ademàs, no solìa ser de esas chicas atlèticas, màs bien era de las tipicas damas como le habìa enseñado su madre pero al poco corriò tras su hermana.

-¡Eso es trampa! Jajajaja

[ Fin De Escena ]