-Yo creo que una mujer no necesita aprender esas artes, si tiene hombres fuertes para evitarle el derramar sangre ajena- dijo caballerosamente el heredero -Pero sí creo que es útil y algo que un enemigo no se esperaría- agregó sonriendo.
Ragnar soltó una corta y moderada risa ante la propuesta de su prometida.
-De acuerdo... cambiemos de tema. En principio debe saber que vivirá en Stonecrow, no en Nido de Cuervos- le dijo con un guiño de su ojo derecho, no era con actitud despectiva, sino divertida -Desde su habitación podrá ver montañas, mar, bosques y ríos... ciertamente es un lugar muy bello para vivir. No vivirá los fríos típicos del Norte, pero sí habrá tormentas... por algo se le llaman las Tierras de las Tormentas.- contó sintéticamente, pero de manera muy amena -¿Usted lleva la Fe de los 7?- preguntó.
-Espero haberlo hecho, estoy seguro de que su padre estara encantado cuando le ofresca unir sus casas y desechara a aquel con el que la comprometio.- Dijo con gran seguridad Ser Bastian mientras bailaba.
¿Vamos cerrando la escena?
La chica no dijo nada ante la corrección aunque se mostró incomoda, no le gustaba haber fallado en el lugar de asentamiento de la casa de su futuro esposo.
-Sera una linda vista mi señor seguramente será un gran cambio de aire, espero poder viajar pronto hasta allí.
-Si mi señor me educaron con la fe de los siete, no estamos tan al norte como para adoptar su religión y además venimos de una casa del Dominio llevándonos nuestras creencias hacia el norte
Por mi esta bien.
-No se preocupe, milady, es un error que estamos acostumbrados a escuchar por la cercanía de ambos cuervos- dijo intentando solventar la incomodidad de la joven, y le dio un beso en la mejilla -Yo también espero ansioso el momento de mostrarle las tierras y bosques de mi Casa... pronto lo haremos- agregó continuando con la danza y la conversación, que desembocó en diversos tópicos, siempre acompañados de sonrisas y miradas fulgurantes entre los dos jóvenes comprometidos.
¿Cerramos?