Partida Rol por web

Cuando hubieron pasado por las cocinas en búsqueda de algo para tomar y comer, se sentaron en la sala común. Ragnar prefería a veces buscar sus propias cosas y prescindir de los sirvientes... que pueden escuchar cosas que uno no quiere que otros escuchen.

-Cuéntame... ¿cómo te hiciste caballero?- le dijo mientras servía dos copas y tomaba un pedazo de pan y otro de queso.

-Comence mi trayecto por la vida de la espada cuando un caballero de Arcolargo me tomo como su escudero.- Comenzo a contar Daeron.

-Veras yo me crie y creci en el septo del lugar, no tengo ningun recuerdo de anterior a eso, no se si me abandonaron o si soy hijo de algun Septo o de alguna Septa.- Siguio mientras tomaba una de las copas de vino.

-Allí me daban refugio y comida cuando no podia conseguirla por mis medios, claro que para eso tenia que limiar el piso o las figuras de los siete, allí comence a alimentarme de las historias que oia del "La estrella de siete puntas" y a profesar la fe que ahora llevo.-

-En fin, en las calles aprendi a defenderme y a robar, aunque sabia que no era bueno a veces era lo unico que tenia, una vez quice robarle a un sujeto que pasaba pueblo, lo ataque con un palo y este se defendio. Consegui romperle 3 dedos y el me devolvio el gesto partiendome la cara de un sopapo, en vez de llevarme ante el señor para que me cortaran los dedos desicio que tenia potencial y que el necesitaria ayuda ahora que su mano estaba rota y me tomo como escudero.- Bebio otro sorbo de su vino y reanudo el relato.

-El resto es lo común, servi como escudero durante 6 años y cuando estube listo me nombraron caballero.-

-Vaya historia...- opinó Ragnar -Realmente buena- agregó sonriendo satisfecho ante la historia de Daeron.

Los dos hombres estaban disfrutando de una rica comida, frugal, pero sabrosa y de un vino especiado acorde a la situación.

-En mi caso fue menos... cómo decirlo... "destinada" la historia- comenzó diciendo el joven -Desde que tengo memoria fui el escudero de mi padre... hasta la Batalla del Cuervo, donde obtuve mis espuelas... ¿conoces esa batalla?- preguntó el Heredero ya que no le gustaba alardear de sus hazañas... a menos que fuera necesario. Con Daeron no lo era.

-No mi señor, no conozco esa batalla.- Contesto Ser Daeron -Yo viajo de aquí para allá y pocas veces me entero de conflictos bélicos en los cuales no este participando.- dijo sonriendo y tomando un sorbo de vino.

-Cuénteme por favor, el relato de una hazaña en el campo de batalla jamas debe pasar desapercibida.-

Ragnar tomó un sorbo corto de su copa para humedecerse los labios y la garganta.

-Tienes que saber que nuestra casa tiene una gran historia de batallas contra los Dornienses... esos sucios intentaron muchas veces usurpar nuestras tierras... pero los Nightwing, junto a nobles caballeros como tú, nunca se lo permitieron- comenzó contando con odio en el tono -Todo comenzó cuando mi padre me dio las patrullas del Sur. Estaba entrenándome como líder y como Señor... tenía catorce años y había sido escudero por cuatro años- tomó un sorbo y le dio un mordisco a una tarta. 

Tenía una forma de relatar pausada, sin arrebatarse... cuando hubo terminado de masticar volvió a hablar.

-Jinetes provenientes del Sur, es decir, ratas dornienses, estaban entrando a nuestras tierras y mi padre se encontraba en Desembarco del Rey. Sólo yo estaba para dirigir a las tropas, no podía dejar que llegaran a "Último Pueblo" ya que no había una guarnición suficiente para repelerlos ya que los mensajeros habían hablado de un ejército y no de una simple incursión- los ojos de Ragnar brillaban con el recuerdo de tal hazaña -Pocos hombres me siguieron, pero eran fieles y aguerridos, como todos los hombres de las tormentas... montamos y cabalgamos como nunca he vuelto a hacer en mi vida. Llegamos a Río de Mármol al atardecer... era un gran ejército de mercenarios, nos sobrepasaban en mucha proporción, la verdad es que no recuerdo cuánta, pero lo que sí recuerdo es que tuve miedo... no sólo por mí y mis hombres, sino por las personas que dejaba atrás... esperamos al amparo de la noche y nos encomendamos a los 7, pero especialmente al Guerrero y al Herrero: nos esperaba una muerte digna o la gloria en el combate. Cargamos cuando todos habían cruzado el río y se encontraban cansados, prestos para el requerido sueño. No usamos trompetas ni señales, sólo un "¡Somos la tormenta!"- dijo gritando el lema y sonriendo -El primer embate salió como era de esperar... no hubo casi resistencia. Pero eran demasiados para sólo treinta y un guerreros de las tormentas. Cuando sólo me quedaban veinte valientes y heridos hombres, la lluvia se desató sobre el campo de batalla. Mis tierras me dieron coraje, esa lluvia era una señal. Reagrupé a mis hombres formando una sola línea para empujar a los bandidos hacia el río. No éramos suficientes, pero bastó para hacerlos dudar a muchos. Un noble dorniense quiso enfrentarse a mí, pero mi hacha pudo más que su espada curva. Estábamos ganando...-

El tono del joven heredero era sosegado, pero sus ojos mostraban la tormenta que había vivido en ese momento.

-Terminamos ganando luego de haber sido derrotado su líder...- concluyó Ragnar -Los veinte valientes que iban conmigo fueron nombrados caballeros junto conmigo por el mismísimo Rey y yo recibí de manos de mi padre a Alas Negras. Fue en ese momento que se conformó la Guardia Negra. Esos caballeros son los que ahora protegen a la familia Nightwing...- dijo el joven con orgullo -Y ahora parece que tú también estás entre ellos...- agregó con un guiño.

-No sé por qué nunca se habla de aquella batalla... debe haber gente con intereses para que nunca saliera a la luz, pero en nuestras tierras es conocida como la Batalla del Cuervo- finalizó y apoyó la espalda en el respaldar de la silla que sin darse cuenta se había ido separando poco a poco.

-Es sin lugar a duda una gran historia mi señor.- Dijo Ser Daeron. -Es raro ver a un joven de 14 al mando de una guarnición veo que le han enseñado bien... O tal vez usted sea un prodigio.- Ser Daeron tomo un sorbo mas de su vino antes de proseguir.

-A veces las batallas regionales no trascienden mucho, yo he peleado decenas de esos combates. Señores a los que se le quito una porción de tierra por algún motivo y quieren volver a tener posecion sobre la misma es uno de los motivos mas comunes de guerra.- el caballero cambio de postura y saco su puñal, con el mismo comenzó a limpiarse las uñas.

-Eso no significa que no sea una gran hazaña pero cuando no involucra a un rey no trasciende mucho, es una pena oírlo pero es cierto, conocía a cientos de valientes hombres que sus historias no pasaron del campo en el que murieron por ser trifulcas fronterizas, si fuera por mi todos los conflictos deberían hacerse conocer así como a los valientes que combatieron en los mismos

-Tal vez un poco de cada cosa...- bromeó el caballero -Tienes razón, Daeron, muchas vidas que se pierden sin una canción que las inmortalice... tanta gloria sin ser compartida como ejemplo...- dijo pensativamente -Eso es algo que podemos llegar a cambiar... que nuestras victorias no mueran en el devenir de la Historia...-

Luego de varios minutos más de debate filosófico sobre la gloria, las batallas y el recuerdo, y varias copas de vino, Ragnar preguntó lo que tenía pensado preguntar desde el primer momento.

-¿Cómo te está yendo con la misión que mi padre te encomendó?- le preguntó como si no le importara realmente la respuesta, como quien pregunta cómo le fue en la guardia de la tranquila noche pasada.

-Déjeme decirle mi señor que su hermana es muy complicada.- Dijo sin muchos rodeos Ser Daeron.
-No quiero pecar de irrespetuoso pero Lady Constance es bastante irrespetuosa y de temperamento explosivo.- Agregó esperando no ofender a Ser Ragnar que era su hermano gemelo.
-Es una pena que tanta belleza tenga escondido una persona tan complicada.- A veces mientras cuidaba a la muchacha ser Daeron deseaba volver al campo de batalla, por lo menos allí podría devolver las agresiones que sufría.

Ragnar soltó una carcajada.

-Es cierto, mi amigo, es cierto- le dijo cómplicemente -Ni me lo digas a mí que soy su hermano... ¿sabes la de caprichos que he tenido que soportar?- dijo acodándose en la mesa -¿Ha sucedido algo en especial?- preguntó aún con el clima festivo que se había apoderado de los dos caballeros.

La mirada brillante de diversión del joven heredero escondía un interés importante por saber qué estaba haciendo su hermana para importunar a tan noble caballero.

-Nada grave señor pero sus bromas de mal gusto, sus insultos camuflados de corteses halagos y sus insultos directos no son de mi agrado.- Contestó Daeron a Ragnar. Prefería mantener en silencio el encuentro que tuvo con Constance y su "amiguito".

-Espero que con el tiempo su hermana entienda que estoy para protegerla y no para molestarla.- Agregó el hombre

-Me lo puedo imaginar, amigo... me lo puedo imaginar- dijo Ragnar tomando un trago de su copa -Pero eso sí, si llegara a pasar algo más grave, te ruego que me lo cuentes, es mi hermana y necesito que esté protegida porque yo no estaré siempre para hacerlo- dejó un breve silencio, pero que se notaba que seguiría hablando -Sé que hay un hombre que la está rondando... ¿no sabes nada? Me preocupa que se quiera aprovechar...-

-No se preocupe mi señor nada le pasara a su hermana, no dejare que le hagan daño.- Aseguro con confianza el caballero

-¿Usted se refiere a ser Bastian? es un caballero de temperamento complicado al igual que el de su hermana.- Se limito a decir no sabia hasta que punto era bueno hablar sin exponer a la joven pelirroja

-Justamente por eso, Ser- le dijo Ragnar -¿Quién sabe lo que se puede planear? Es muy astuta mi hermana...- advirtió el joven.

Había dejado de comer, el tema era importante y no quería distracciones. Sólo llevaba por momentos la copa a su boca.

-Entonces te has cruzado con él... ¿qué opinas de él?- le preguntó sinceramente. Si su hermana estaba interesada en ese hombre, debía conocerlo mejor.

-No lo niego su hermana es astuta y a su modo peligrosa.- Coincidio el caballero.

-Si me he cruzado con el.- Afirmó -y si es la mitad de rápido con la espada de lo que es con la lengua estamos ante un nuevo Aemon Targaryen.- Comento haciendo referencia al caballero dragón y no al maestre del muro.

-Mmm... ¿crees que puede haber engatusado a mi hermana?- preguntó pensativo el heredero -¿Cómo ha sido ese encuentro?- preguntó ante la somera mención de dicho encuentro.

Ragnar se daba cuenta que Daeron era un gran hombre y un gran caballero. Estaba muy agradecido de la amistad que estaban forjando ambos, ya que quería rodearse de hombres así: dignos, leales y valientes. También necesitaría hombres leales, sin escrúpulos y astutos, pero esos prefería tenerlos un poco más alejados...

-Seguramente mi señor, la chica esta muy entuciasmada con ese Fossoway.- Contesto Daeron sin mucho animo
-Se han encontrado a la orilla de lago pretendia comer allí.- Dijo soltando algo de información y teniendo cuidado de no hablar de mas

¿Se han encontrado?

No le había gustado nada lo que había dicho el caballero, pero si él había estado presente no había problema realmente.

-¿Tú estabas con ellos?- le preguntó sin mostrar la molestia -¿De qué hablaron? Espero que no se haya sobrepasado con mi hermana, ¿verdad?-

-No se sobrepaso.- dijo Daeron sin faltar a la verdad. -Hablaron sobre el torneo y sobre los favoritos entre otros temas mas triviales.- Agrego ahora no siendo tan sincero como antes.

-No se preocupe mi señor, mientras yo pueda estar en pie a su hermana no le pasara nada, preocupese cuando yo haya caido.- Dijo dandole seguridad a ser Ragar, Daeron conocia su capacidad con la espada y sabia de lo que el era capas si la situacion asi lo exigia.

Ragnar lo miró un poco de costado y con una media sonrisa.

-Daeron, espero que nunca me ocultes información…- le dijo en tono divertido, pero también bastante en serio –De todas formas confío que eres un hombre recto para tal tarea, después de todo, mi padre te eligió expresamente para ello… al final nunca me dijiste cómo fue que dio contigo mi padre…- le soltó de pronto para luego llevarse la copa a los labios.