Partida Rol por web

El sonido de una caja de música llamó tu atención frente a todo el ruido de los alrededores. Era extraño, pero por alguna razón, no podías ignorarla. La música parecía inundar cada vez más tus sentidos, descolocándote y haciendo que te confundieras con respecto a tu ubicación espacio-temporal.

Buscabas desesperadamente el origen de aquella triste melodía, pero no dabas con ella. Mirabas por todos lados, pero nada te indicaba su fuente. Cuando creías acercarte, esta se alejaba y cambiaba su punto de emisión cada vez. Se estaba tornando en una irritante situación, lo cual te comenzaba a molestar y cuando perdías la esperanza, tropezaste con algo. Te levantaste con rapidez y viste que se trataba de una pequeña caja antigua con un diseño especial, tal vez se te hacía familiar. La abriste y se trataba de una caja de música, pero esta tenía dentro una pintura de una feliz pareja, siluetas y rostros que te recordaron a los de tu propia familia. ¿Sería posible?

Analizaste más de cerca y notaste que la caja de música tenía un espejo detrás del engranaje. Trataste de verte a ti mismo, pero en cambio viste a la feliz pareja de la foto huyendo desesperadamente en una casa en ruinas, tratando de buscar refugio a algo que los perseguía. De repente, viste sus ropas manchadas de sangre y sus cuerpos caían al suelo sin la posibilidad de seguir corriendo. En un último intento por no separarse, tomaron sus manos y murieron allí.

¿Sería esa mujer tu antepasado? Con un dolor inexplicablemente profundo en tu corazón, te aferraste a esa caja de música. Fue entonces cuando sentiste cómo dos figuras te tomaban por ambos costados de tu cuerpo. Al abrir los ojos, viste dos muñecas que te miraban fijamente y con una expresión fría y escalofriante. Sus miradas te penetraron mientras parecían derretirse, quemando tu piel, haciéndote gritar del dolor que sentías. Pensabas que te desmayarías, pero logras soportarlo aunque pierdes el equilibrio. Cuando el tormento termina, te das cuenta de que tu piel ha sido quemada, pero has sanado. Solo quedan los rastros de la cicatriz.

A pesar de la condición de tus brazos, sentías una fuerza sobrehumana emanar de ellos, haciéndote comprender lo sucedido y tu nueva misión en ese lugar. Podrías cobrarle a dos de los presentes lo que hicieron a tu antepasado y lo que tantos años de pesadillas habían causado, pero para ello tomarías algo de tu víctima. Siendo uno con otros te harías aún más fuerte.

Quiero matar a Kazuo Tengan.

Esa noche te dirigiste a Kazuo cuando ya todos dormían y con el cuchillo que Akire había utilizado para atravesar a la muñeca de Sam, le atacaste con codicia e ira. Querías desahogarte, querías que con aquel ataque, sintiera todo tu dolor y tu angustia. Querías que sintiera miseria por ser un estirado. Fue tal la excitación que sentías por aquel acto que no pudiste evitar soltar una desquiciada carcajada.

Después, viste cómo la sangre de Kazuo era absorbida por tu mano izquierda, mientras un tribal se dibujaba en tu piel. Después de este hecho, sentiste tu cuerpo fuerte, pero tu dolor se convirtió en deseo de vengarte y ya poseías la fuerza suficiente para hacerlo realidad. Ahora tomarías la misión de Kazuo como tuya.

¿Continuo teniendo otro asesinato no?.

¿Puedo usar en el mismo día de partida el asesinato del lobo y del asesino?

No, solo puedes usar uno.

Mato por lobo a Clarice Galvão.

Con todo el enojo que sentías, no podías más que irte hacia alguien. Esta vez, sería la callada y silenciosa Clarice tu víctima como bestia. Despedazaste su cuerpo, mientras la chica luchaba por sobrevivir. No te importaba ser limpio, solo querías deshacerte de toda esa ira que sentías y saciar tu instinto de venganza. Cuando Clarice dejó de moverse, podías sentir la satisfacción de lo que acababas de hacer y sonreías ante tu obra.

Habías asesinado a otra persona y la sensación de poder era simplemente extática.

Sin embargo, cuando te ibas a devolver a tu sitio para descansar, sentiste una garra atravesar tu pecho, destrozando tu corazón y sacándolo con violencia. Aquel acto era suficiente, pero no parecía serlo, ya que tu asesino desgarró tu espalda y comenzó a morder tu columna, casi con hambre. Con aquella sensación, tu cuerpo perdía la vida.