Cuando Oliver se explicó asentí y no intenté entrar más en el asunto. Había sido lo suficientemente claro y no hacía falta atormentarlo más.
- Me temo que para mi no es irrelevante, señor Phillip, ya que por unas palabras dichas sin pruebas mi cabeza pende de un hilo. Al menos Oliver ha sido claro, pero no así Daisy. Sin embargo,- y miré a Daisy cuando lo dije - ¿porqué habría de acusarte de asesina? Desgraciadamente no tengo poderes que me permitan averiguarlo, por lo que no tengo más remedio que basarme en lo que veo. Lo que estoy intentando verificar es si mis sospechas son ciertas, ya que me preocupa la finalidad de la persona que nos está reuniendo en esa sala.
Me giré de nuevo al profesor Phillip.
- Volviendo a su pregunta, profesor, llevo sospechando de ella desde ayer porque la primera noche entramos dos personas, y a parte de eso su actitud sobre actuada cuando hablamos. Eran sólo sospechas pero hoy estoy más segura por varias razones, primero, la segunda noche sólo ha entrado una persona, lo cual me hace pensar que una de las dos primeras que estábamos allí es la dueña. Segundo, hoy al despertar Daisy ha sido la primera en sugerir que los muertos podrían no ser los enamorados, algo que todos estábamos suponiendo ya que había tres muertos. Y por último, a pesar de su actividad aquí, llevo esperando desde anoche a que responda a un par de preguntas que le hice - volví mi atención a la animadora - por cierto, querida, ¿cómo es que afirmas que hay un asesino entre los tortolitos con tanta seguridad? ¿Acaso eso también lo has descubierto?
Tomé un sorbo de agua para aclararme la garganta.
- Señor Phillip, soy plenamente consciente de que hoy me van a votar, supongo que lo de ayer fue meramente una suerte, pero al menos, antes de irme quería hacer mi pequeña aportación.
Daisy puso los ojos en blanco con los comentarios de Carol. Mira bonita, por decir algo, no voy a tolerar que una asesina que se esconde en las sombras se invente mierda de mí para intentar salvar su culo. Le espetó, mirándola de arriba abajo con asco. Sobre la actitud sobreactuada que comentas, que menuda chorrada por cierto... somos muñecas. Putas muñecas. ¿Cómo voy a sobreactuar si ni siquiera puedo esbozar una sonrisa o mover los codos?
Negó con la cabeza antes de seguir. Yo no tengo ni idea de la forma en la que nos encierra allí la persona que lo hace. Una persona, dos, tres, ochocientos... Podría haber varias razones para que solo haya metido a una esta vez, la primera que se me ocurre, que haya intentado meter a dos, pero que una de ellas la haya cascado esta noche. Se encogió de hombros. ¿Tú lo sabes? Porque yo no.
Y luego ya el culmen de las acusaciones. Debo ser una de las enamoradas porque he sido la primera en sugerir que los muertos podrían no ser los enamorados, cuando la gente estaba dándolo por hecho. Daisy aplaudió de forma sarcástica a la mujer. Claro, porque soy tonta, ¿sabes? Y, como soy una de los tortolitos, según tú la que encierra a la gente en el mundo de muñecas, me interesa muchísimo llamar la atención sobre la posibilidad de que esos dos sigan vivos y repetir una y otra vez lo peligrosos que son. Si vas a inventarte algo, al menos que tenga sentido, guapa.
Y por último, y para aclararte las ideas, sé lo que todos sabemos de los tortolitos. Sam jugó con los sentimientos de dos personas y las escuchaba en secreto. Una de esas personas era el secuestrador, la otra uno de los asesinos. Así supo que tú y yo estábamos encerradas y así supo los nombres de los asesinos. Uno el tuyo. Kazuo, asesino que está confirmado ya por tres fuentes, corrió a defenderte con uñas y dientes. ¿Por qué lo hizo? No creo ni que tenga que responder a la pregunta, todos lo sabemos.
Está claro que sabes que vamos a acabar contigo y estás intentando centrar las miradas en mí antes de morir, posiblemente porque me ves como una amenaza para vuestro grupito. Es probable que dentro de poco tenga que compartir con el grupo lo que puedo hacer, aunque ya he dado pistas para los que hayan tenido los ojos abiertos. Solo espero que sea una muerte lenta y dolorosa por lo que le hiciste a John y a quien sea que matasteis anoche. Dicho eso se volvió a apoyar en la pared y le dio una larga calada al cigarro con la intención de calmarse, pero no pareció surtir demasiado efecto.
Señorita Thomas, ha hablado usted más de lo necesario. Para quien sea despierto, era más que evidente su capacidad, por inexplicable que el método resulte. Para quien no sea despierto pero sea inocente es irrelevante, como ya he dicho. Quien necesita más información resulta sospechoso. Otra cosa sería que sus acciones no hablaran por usted.
Dijo acercándose a los cadáveres de Thomas y Leslie.
Alguien inocente puede pedir explicaciones de algo que no vaya acompañado de hechos sin levantar sospechas
Miró con detenimiento los cadáveres.
Pero cuando las acciones son autoex..pli..ca...
Perdió el hilo y se quedó en silencio.
- Fiuuu - silbé agitando una mano - qué mala leche se las gasta la morena. Creo que deberías buscar razonamientos más lógicos para tus explicaciones. Y, por cierto, se te olvidó enumerar el último punto, el de las preguntas sin responder.
Sonreí satisfecha por la reacción de Daisy y pasé al único punto que realmente merecía la pena contestar.
- Te equivocas, querida, Sam nunca confirmó que uno de los enamorados fuera un asesino, sólo dejó caer la sugerencia de que tal vez había un traidor entre los asesinos. De hecho, eso de que sabía todos los nombres de los asesinos no era más que un farol. Se veía a leguas.
Al resto no le presté mucha más atención, era poco más que ruido cargado de mala uva.
- ¿Amenaza? My darling, te veo tan peligrosa como ese cuadro de la pared. ¿Compartido dices? Lo que has dicho es tan claro como si yo digo que mi poder se parece a una nube. Oh, y te aconsejo que hagas caso del profesor Phillip, hablas demasiado. Y qué curioso, profesor - miré al profesor Phillip cuando dijo aquello de que "quien necesita más información resulta sospechoso" - que haga ese comentario, ya que eso precisamente es lo que estuvo haciendo Daisy ayer en la sala de las muñecas.
Dicho esto, cogí mi mochila y me acerqué a Woo-ji entregándoselo.
- Toma, guapa, un regalo. Prefiero dejarlo en tus manos antes que en la saquead... perdón, saqueadores. Oh y también...
Saqué una pequeña navaja que siempre llevaba a mis viajes y se la lancé a Daisy con una sonrisa divertida.
- Si me convierto en una muñeca no vas a poder patearme como a Kazuo, así que puede que esto te ayude con tu frustración.
Estaba esperando a que alguien más escribiera, como veo que nadie escribe posteo ya.
Repito: otra cosa sería que sus acciones no hablaran por usted. - Dijo retomando el hilo - Alguien inocente puede pedir explicaciones de algo que no vaya acompañado de hechos sin levantar sospechas. Por desgracia para usted, señorita Morton, quien pide explicaciones de algo acompañado de hechos ha sido usted. Lo que indica que hizo la señorita Thomas es exactamente lo que he dicho que no resulta sospechoso.
Profesor Phillip, ¿pretende que me quede parada mientras me están acusando? Creo al menos tener el derecho de saber de donde viene la información que me condenará. Hasta donde yo sé, la única persona que ha dicho directamente tener pruebas contra mi ha sido Sam, y eso no descubierto por él mismo sino escuchando a otras dos personas. Nadie ha corroborado sus palabras. Pero eso sí, luego decimos que los enamorados no son de fiar porque uno es un asesino y el otro nos encierra en una sala. Aquí cogemos la información que nos interesa y nos conviene.
Esto es una carnicería. Yo que me había comprometido a proteger a los acusados, fue imposible. Me sentía tan culpable de haber acusado a Carol sin pruebas... Alguien podría haberme tomado en serio. Definitivamente había fuerzas superiores que jugaban con nosotros. Decidí permanecer callado. Mi aportación sería nula. Intenté tapar los cadáveres con las capas para evitar la horrenda visión. Pronto el hedor nos invadirá.
-Creo que la mayoría de vosotros tenéis muchísima información que no compartís. Me siento un peón en una partida de ajedrez.
Akire por fin sacó fuerzas de dónde pudo y habló - intentaré ordenar mis pensamientos, para empezar, hay tres posibilidades, primera, que Sam dijera la verdad, en cuyo caso el anciano y Carol eran culpables, si mentía, los culpables serían Sam y Daisy por la firmeza con la que Sam le declaró inocente, en caso de que fueran dos asesinos jugando con nosotros no habría certeza de nada, mas allá de que Sam y Kazuo serían asesinos.
Cogió aire antes de seguir - Segundo, efectivamente estoy en esa extraña sala, y mi ojo siente punzadas, veo dos lugares diferentes, con un ojo, éste; con el otro, aquel en el que somos muñecas, aunque tampoco veo necesidad de decir esto... Tercero, las tres muertes de esta mañana, solo les veo lógica si dos eran los enamorados, además, Sam habló de un posible asesino, NO de un asesino, entre ellos, a mi punto de vista uno de los enamorados tenía el poder de la venganza, eso le da un estatus de "posible asesino", y seguramente usó su poder con Kazuo.
Finalmente suspiró, no le gustaba hablar en público, preferiría cantar... - por mi parte confío en que Sam dijo la verdad respecto a Carol, no tengo nada en su contra, pero no me queda más opción que votar...
Había permanecido todo el tiempo desde mi última intervención alimentando a John Station con la comida que llevábamos encima, cortándola con las manos en trozos pequeños para que pudiera tragar sin apenas masticar. De vez en cuando le daba un poco de agua para que se hidratara.
-Aunque parezca que no, os estoy escuchando -dije, mientras continuaba alimentando a Station-. Mientras vosotros discutíais algo ya prácticamente confirmado, la culpabilidad de Carol, y digo confirmado porque el asesino Kazuo la defendió como si fuera su hija, yo he estado dándole vueltas a los votos de ayer. Prácticamente todo el conflicto fue un Kazuo-Sam-Carol, y había buenos argumentos para votar por cualquiera de los tres. El problema llega cuando me encuentro esto.
Sacando una pequeña libreta del bolsillo, mostré los votos anotados del día anterior.
-Carol votó a Theodore Knight. -Lo busco entre la multitud con la mirada. Ha estado tan callado que ni me acordaba de él-. Oliver Maldini votó a John Station. Y Leslie votó por el señor Phillip. No voy a mojarme sobre la inocencia de nuestro profesor, pero de momento me ha parecido un tío sensato. El problema llega cuando veo el voto de Carol, que prácticamente está confirmada de asesina, y el voto de Oliver, que ha revelado tener un sueño sobre Kazuo solo después de que Daisy ya confirmase haber visto que Kazuo era un asesino. Mi pregunta de todo esto es: ¿por qué, habiendo un conflicto a tres bandas donde estaba claro que había mínimo un asesino implicado, alguien se dedica a votar a personas que no hablan? De Oliver aún me puedo creer la excusa que ponga, pero lo de Carol canta la Traviatta.
Al escuchar a Josh, me encogí de hombros.
- ¿Y a quien iba a votar? A mi misma no me iba a votar ¿A Sam? A pesar de haberme acusado, me pareció que dio suficientes muestras de inocencia. Votarle por que me votó me parecía inmaduro. ¿Qué somos, niños? ¿Debería votar a Kazuo? A parte de que sólo estaba la palabra de Sam de su culpabilidad, el anciano me defendió. Sí, lo reconozco, fue un chapas de la leche, pero al menos me defendió. A falta de una mejor opción, decidí votar a alguien que se mantenía en las sombras sin decir nada. Como dijo Akire, los que permanecen en silencio son sospechosos.
-Si eres inocente y Sam te acusa públicamente de ser una asesina, creo que todos en tu lugar hubiéramos votado por Sam. Por más que él hubiera demostrado que no mentía en cualquier otro aspecto, si te está acusando y eres inocente, lo votarías porque sabes que no es trigo limpio. Votar por alguien que ni siquiera habla en medio de un conflicto a tres bandas, lo veo tirar un voto -Hice un ligero mohín con la boca, extrañado de que la rubia no comprendiese o no quisiera comprender lo que había dicho-. Y más encima de que te acusan de asesina y sabes que cada voto puede ser importante para salvar tu vida...
- Seamos sinceros, Josh, votara a quien votara lo ibais a interpretar de la manera que más os iba a convenir. Si votaba a Sam, luego tendría que escuchar el comentario de que ''¿veis como es una asesina?". Si votaba a Kazuo, es que me estaba intentando salvar. Si votaba a otra persona alguien diría que era para despistar, para ahuyentar sospechar o vete tu a saber qué otra ocurrencia. Puestos a elegir, decidí votar por alguien que ni aporta ni hace nada. Punto, no hay más.
-Carol, si alguien me acusara como te acusó Sam y yo fuera inocente, se llevaría mi voto y quizás un buen puñetazo en el rostro- lo veía como algo normal y hasta lógico-. Sobre todo si tengo amplias posibilidades de morir ese día. A menos que tuvieras confianza en que todos votarían a Kazuo.
La interpretación de Canetti sobre los votos era obvia pero esclarecedora. Sencillamente, uno intentaría luchar contra una muerte segura a como de lugar y si eso era votar al que te acusa, entonces lo haces.
Woo-Ji obsevaba como Carol Morton, quién veía como una asesina amigable (su mundo al revés) se convertía en el foco de todo. Ju. En cuanto ésta se acerca deja de balancear sus piernas a destiempo y baja de la vieja mesa en la que está sentada para recibir la mochila que le entrega. Se queda mirando para la misma durante en pequeño instante, y se la pone.
Finalmente se acerca a la rubia.
- Si te diese por inocente creo que hubiese tenido cháchara para rato. Pero gracias al paso (o pasos) en falsísimo de Tengan y a las puñaladas de Sam no es el caso, y sí parece que tenemos todo medio programado - le dice. - Tranqui, no dejaré que te den patadas cuando mueras - y entonces deja notar dos hoyuelos en sus mejillas.
Quizá lo haga ella (?)
- Si tal... recalcar que no podemos empeñarnos con la supuesta pareja de enamorados, porque las cuentas dan para un peligro menos, peeeero... si hay otro secuestro, colegas; Thomas y Leslie quedarían descartados como tortolitos y aquí seguirá habiendo un problemón de tres pares.
- Buah, ojalá al menos tuviese Omusubi - Piensa la chica apretando los labios - Aunque se habrían deshecho al caer...
Amelia va asintiendo con la cabeza al escuchar el razonamiento de los demás sobre las posibles causas de las muerte y sobre la culpabilidad de Carol.
-Sin duda, hay motivos más que suficientes para creer en tu culpabilidad, Carol. Hoy mi voto será para ti. Hay demasiadas cosas que no cuadran en tu intento de justificación... No podría estar más de acuerdo con Canetti y Witaker.
La rubia suspira ligeramente superada por la situación. Venía buscando un misterio, pero esto es demasiado. Muertes. Asesinatos. Confabulaciones...
- Todo lo contrario, Witaker, estaba plenamente convencida de que todos me ibais a votar, así que me daba igual a quien votar. Votar a Sam porque me había votado era una tontería, pero bueno, no sé qué sentido tiene discutir mi voto a estás horas del día - comenté esperando el fin del día.
Me senté tranquilamente en una esquina y apoyé la cabeza contra la pared con las manos detrás.
Un suspiro resignado mientras apoyo mi espalda contra la pared.
Como sea, parece que la suerte ya está echada... intentaré hacer guardia.
Aunque visto lo visto, iba a resultar imposible. Seguro que no era le primero al que se le ocurría y, pese a todo, seguían amaneciendo muertes. Desde mi posición observo a Carol, no había demasiado que añadir.
El momento llegaba, podían sentirlo. El momento en que alguno de ustedes sería juzgado como sospechoso y perpetruador de todas aquellas muertes.
Pocas miradas se difurcaban del foco de la mayoría, pues hubo algunos que no participaron, pero la mayoría tenían clara la nueva víctima. Con esto en mente, se giraron hacia Carol, quien señaló a Daisy en su lugar. Con aquello, se hacía bastante claro, pero la sorpresa estaría en aquel cuya mano ejecutora sería extendida.
Esta vez, quien caminó con paso errático fue Karioni, quien llevaba en su manos izquierda una muñeca de cabellera rubia y, en su mano derecha un cuchillo similar al que Akire había utilizado con la muñeca de Sam. Carol notó aquello y trató de correr, pero los ojos antinaturales de Karioni se clavaron en esta, paralizándola y no permitiéndole moverse.
Con aquella ferocidad, levantó la mano en la cual llevaba la muñeca y clavó el cuchillo en su vientre, provocando que la verdadera Carol se doblara al sentir el dolor. Sus manos se manchaban de sangre y miraba atónita a Karioni, mientras este fríamente seguía perforando la muñeca. A continuación, flageló sus piernas para que no pudiera sostenerse y al final, remató su cuello, haciendo que la rubia se ahogara en su propia sangre.
Carol tosía y las burbujas provocadas por su urgencia de respirar mezcladas con el líquido carmesí estallaban por su esfuerzo. Con un golpe certero y rápido, Karioni atravesó sus ojos, haciendo que el cuerpo de Carol cayera al suelo, para no volverse a levantar.
Mientras tanto, un destello blanco de luz iluminaba el cuerpo de Sam, haciendo que este pareciera sanarse de las heridas y dejándolo en buen estado. Poco a poco, el chico que había muerto el día anterior, se puso de pie y miró alrededor, casi como buscando a alguien, hasta que miró a Leslie.
El cuerpo de Leslie parecía también reaccionar, pero no hubo luz en este, solo el sonido del ácido láctico quebrándose, mientras su cuerpo parecía convulsionar para volver a moverse. Sus articulaciones se quebraban y se rearmaban con violencia, mientras sus heridas se cerraban y parecía sanar. En tan solo un instante, Leslie parecía reaccionar también, aunque parecía inconsciente de lo sucedido. Con aquello, miró alrededor y se vio de vuelta entre los vivos.
Karioni reaccionó y tiró el cuchillo, el cual se evaporó en el aire con la caída, mientras que la muñeca de Carol caía fundiéndose con la tierra. Una noche más, una muerte más. Y con ello, era el momento de descansar. Algunos trataron de hacer guardia, otros no pudieron resistir el cansancio y aunque no sabían qué les deparaba, cerraron los ojos para por fin descansar.
- FIN DEL DÍA 3 -