Las palabras de Geralt alzaron un revuelo de acusaciones.
Ya está ocurriendo, tal como me contó Naivé
Miré a Geralt, había puesto en tela de juicio la inocencia de Ankara y también de aquellos que teníamos la sangre de Naivé. No pude evitar reprimir cierto rencor hacia este brujo. Sus palabras estaban cargadas de odio, y de ansias de pertubar la situación del cónclave, y lo estaba consiguiendo.
- No entiendo tu postura, Geralt- dije mirando al brujo- si realmente se te asignó la función de ayudar a la creación de este aquelarre con el fin de proteger el legado de nuestras madres de aquellos que llamas traidores, hasta ahora has acusado a aquellos que estaban de lado de Naivé, Ankara, y a aquellos que llevan su sangre, nosotras- dije mirando a mi hermana- creo que estas mirando para tu propio beneficio y no por el bien de nuestros reinos. Te recuerdo que al igual que la sangre de mi madre era corrupta, la de Gala también lo era...- dije mirandolo a los ojos-
- No, Eriel, estás equivocada. Estoy acusando tanto a los descendientes de Gala como a los de Naivé por igual. Al parecer no me has escuchado. Fueron ellas dos las que previeron que su sangre sería corrupta en otra generación, no sólo la de Naivé, sino también la de Gala. Segundo, sólo he acusado a Ankara, a nadie más. Vuelvo a repetir, Aeidos no es malvado, simplemente ha actuado con prisas, nada más. - Dijo el brujo simple y serio como siempre. - Con respecto a que miro por mi propio beneficio, lo siento mucho, pero intento mirar por el beneficio de todos. Verás, he acusado abiertamente a Ankara, de frente y sin elucubraciones ni tratos a sus espaldas. Delante de todos vosotros, los cuales podéis hacer caso omiso de mis palabras y por supuesto, estas pueden volverse en mi contra. No la acuso por quién era, o a quién servía. Ten por seguro que si un hijo o hija de Gala es presa de mis sospechas, también lo acusaré abiertamente. Así que, no pongáis en mis labios palabras que nunca han salido de esta boca. -
- Ya que lo menciones, Gerald, y si no tienes inconveniente, creo que faltan presentaciones. ¿Podrías decirnos quienes son tus hermanos?
Al menos de esa manera podré dirigirme a cada uno de los presentes por un nombre y sabré a quien me dirijo. Disculpad mi ignorancia en ese campo y mi atrevimiento.
Añade por último con una cortés reverencia.
Al escuchar a mi hermana giro la cabeza para volver a prestar atención a la conversación que se está desarrollando con media sonrisa en la cara, un gesto cargado de ironía y a su par completamente inocente y sincero que no oculta ninguna maldad, sólo el puro gesto que posiblemente haya aprendido de mi madre.
-Tú me has protegido e intentado educar, hermana. No permitiré que pongan un dedo sobre tí.
Mi sonrisa es cálida al terminar mis palabras y mis manos continúan acariciando la extraña runa buscando algo en ella aún sin saber exactamente bien el qué o el cómo.
-Presentaros estará bien. Pero hay varias cosas que no entiendo, hablas de Aeidos como si se tratara de alguien torpe, pero quizá sólo esté esperando una señal, al igual que algunos de vosotros... O quizá sea realmente torpe. Por otro lado por ahora confío en Ankara. Tal vez ella recibió algún mensaje adicional de... Madre que tú no. O... No lo sé.
Tras decir esto mis dedos han alcanzado al fin el centro de la runa y mis dedos intentan descifrar algo en ella pensando que quizá hubiese algo oculto, ese era uno de los juegos favoritos de mi madre. Sólo entonces reparo en algo.
-Son veinte animales atrapados.
Mi comentario es con una voz neutral pero no puedo evitar sentir cómo mi corazón se acelera realmente emocionado por el descubrimiento que será para todos ellos nimio, pero para mí es como haber descubierto un nuevo mundo y sólo entonces los miro uno por uno conteniendo una sonrisa de la propia emoción, aunque lo oculto bastante mal. Creo estar comenzando a entender algo de este ¿juego?
La muerte de Naive apenas había sucedido hará escasas horas y ya se hablaba de traición y nuevos bandos, todos olvidaban el echo que los había reunido y eso no lo toleraba, así como las muestras de cariño de su hermano con ella, se lo agradecía pero no deseaba que lo mostrara delante de todos, era un sindodre de debilidad delante de tanto enemigo como amigo.
No dijo nada, no había nada que decir, ya decían todo y mas. Y todo corría en torno al hijo de Gala.
¿Porque?
Miro a Eriel y luego a Gerald -Cierto es que es el único que ha tenido agallas de acusarme y a la cara, cosa que se agradece sin duda, pero no veo necesario defenderme tras tal acusación totalmente infundada y vengativa a mi parecer, ya que no tienes pruebas y me acusas por que tu piensas eso, podría pensar yo lo mismo de ti, o podría pensar que desvías esa atención hacia mi porque eres tu el traidor y no quieres que nadie se de cuenta. Si, fui consejera de Naive, pocas personas aparte de su marido y sus hijos estuvieron más cerca de ella que yo, le debo lealtad a su familia, así que les protegeré con mi vida, si tu intentas acabar con la mía, poco me importara siempre que ellas estén a salvo. Solo te diré una cosa más, a veces el cazador es cazado por la presa, piénsalo-
Empiezo aplaudir y a reír sin parar. A la vez que dirijo mi mirada a Geralt.
Bravo!!! Caballero!!! hace una reverencia.
Aquí tenéis, damas y caballeros, un claro ejemplo del pasado. Siguió aplaudiendo.
Mis felicitaciones Geralt. Como se nota que corren en tus venas sangre de tu querida madre Gala.
Hablas y actúas, tal y como tu madre hizo en vida con sus hermanas brujas. Usas la misma táctica que ella, para hacerte con todos los presentes.
Se lleva la mano a la barbilla y le mira de arriba a abajo. Toma aire y vuelve a decir.
¿Estás seguro que te va servir la misma táctica?, mira caballero creo que no. Y creo que te estas cavando tu propia tumba...Pero...ya lo veremos.
Ojalá y me equivoque y tú estés en lo cierto.
Erial seguía manteniéndose al margen, observador. A algunos los conocía desde hacía años. Otros eran unos completos desconocidos. Lo que sí tenía claro es que no podía confiar en casi ninguno de ellos. La experiencia le había enseñado que incluso una sombra podía traicionarte.
Y sin embargo él veía este aquelarre, si es que realmente era eso, como una oportunidad: una oportunidad de que surgiera algo nuevo, de conseguir a nueva gente a su lado y de reconciliarse con el pasado. Sin embargo estaba claro que otros querían empezar a hablar ya del juego de muerte en el que probablemente terminasen. ¿Era eso realmente necesario? Con sólo el potencial que había en esa sala podría crearse tanto...
Miro a Geralt con curiosidad mientras trata de explicarse. No entiendo por qué este joven desea llamar la atención de esta manera sobre él y ganarse enemigos tan pronto. Después escucho la solicitud de Mustard y, ya que nadie le hace caso, decido responderle y presentarme. Es lo justo, ya que yo ya sé quién es él.
Me acerco a él y la suave brisa que me acompaña forma remolinos en los bajos de la falda de mi vestido. Cuando llego, él puede sentirla golpeando suavemente su rostro, como una caricia, mientras le tiendo mi mano derecha. - Soy Ailish, locuaz joven. Y no tengo nada que ver con Gala ni con Naivé, más allá de odiar la miseria en que la última nos hizo vivir.
Casi se diría que se toma una fracción de segundo antes de responder solo para sentir esa caricia que acompaña a la bruja que le habla, con agrado. Finalmente el joven toma la mano que le tienten con elegancia, inclinándose para besarla sin perder ni un solo detalle de esos ojos tan profundos. - En tal caso es un verdadero placer, dama Ailish. Quizás no ahora, pero cuando gustéis... me encantará escuchar de la historia que la ha traído hasta aquí.
Si ningún lazo la ata a las casas del Destino o del Cambio debéis ser alguien de gran voluntad y valor acudiendo a este encuentro. Ya solo por eso, os admiro.
No quería intervenir aun pues sus compañeros comenzaban a pelearse y no quería meterse en medio. Aun así si esto seguía así tendría que intervenir para intentar calmarlos. Con la diestra comenzó a dar una serie de golpecillos en el suelo con su bastón algo incomodo.