Con lágrimas aún corriendo por mis mejillas, abro mis labios articulando unas palabras mudas que los vivos no alcanzan a escuchar. Mi visión es aún borrosa, pero no importa, me giro hacia mi cuerpo, señalo el lago e inclino la cabeza en un gesto de súplica silenciosa. Mientras les miro, esperando que comprendan mi calla súplica mis ojos vuelven a mirar a Kalim, mi acusado. Aguardo.
Miro a Erial...
Las palabras de Mandragora respecto a Alexandra son ciertas....el la llamo Tozuda y su alma asi lo demonostro, pero estoy confundida...no se si eso es bueno o malo...
Observo en silencio cómo se ilumina el cielo narrando mi historia. Una historia que me resulta ajena, como si no fuera la mía... Pero que revuelve sentimientos dolorosos en mi interior. Me siento caminando junto a esa mujer, huyendo con ella, resbalando con ella... Siento su alivio al ver su casa - mi casa - y finalmente, su dolor y su angustia al ser asesinada con tanta crueldad e indiferencia se me clavan provocándome un dolor físico en el corazón.
Aprieto los puños hasta clavarme las uñas en las palmas mientras miro al suelo, tratando de no sentir nada, tratando de no volver a sentirme sola. Cuando alzo la vista un torbellino me rodea, levantando polvo a mi alrededor y expresando la ira y la tristeza que no soy capaz de formar en palabras.
Cuando por fin termina, una lágrima solitaria se desliza lentamente por mi mejilla mientras trato de apaciguarme y calmar el viento. Me quedo sentada unos instantes, sintiéndome más sola que nunca. - Sola estabas cuando llegaste, Ailish. Y sola sigues ahora. Los únicos que te hicieron compañía ahora están muertos.
Finalmente me paso la mano por la mejilla, enjugándome la lágrima y me levanto despacio, para acercarme al espíritu de Arnau. Lo miro con toda la rabia que puede expresar una mirada. - Estás donde te mereces, maldito bastardo. Y nunca vas a salir de ahí. - Escupo a sus pies y me giro, buscando un rincón donde sentarme apartada del resto. Sé que no es momento para flaquear, sé que Drakonia está diciendo algo importante... Pero ahora no puedo escuchar, mi interior está vacío.
Que bella es mi Drakonia... Mientras mis fantasmales manos pasan su suave rostro, me pongo delante suya y guiño un ojo
Ante las reveladoras palabras de Drakonia, Erial no puede sino dibujar una sonrisa. Ya está todo tan claro... Comenzó entonces a dirigirse hacia Anabel, pero la revelación de la constelación de Ailish se lo impidió.
El corazón fantasmal de Erial se congela al recibir todo ese aluvión de imágenes que hablan de ella. Detiene sus pasos dirigiendo una mirada completamente gélida a Arnau, pero comienza a caminar hacia Ailish. No es lugar para atacar a Arnau. Cualquier cosa entre ellos la pueden arreglar en el otro lado. Sin embargo, Ailish sólo se encuentra aquí.
Se dirige adonde se encuentra ella y se sienta cerca, como una vez hicieron sobre una roca. Le gustaría poder hablarle, decirle que siente haberla dejado sola, pero que las cosas ya no tienen que ser como eran. Que ella es fuerte, una superviviente. Desearía poder protegerla, haberla protegido, haber protegido a su madre de la ballesta de Arnau y haber protegido a todas las madres del mundo de todas las ballestas. Pero el tiempo de eso ya pasó.
Él ahora se encuentra muerto.
Aunque paresca contradictorio y despues de analizar algunas evidencia mi desconfianza es menor y por lo que me muestran las acciones de Erial no es una traidora, Alexandra tampoco lo es y algunos de los silenciados apuntan a Kalin...es posible que de esta noche no pase...Alexandra, Ailish, por favor voten a Anabel...Me giro y miro a los Caidos...Por favor ustedes voten por Kalin, sera la unica forma de acabar con esto...es posible que caiga un inocente, pero podran salvar el reino...
Drakonia recorrio a todos con la mirada...y se detuvo en Ailish...Si caigo esta noche, toma mi don y has buen uso de el...Despues miro al espiritu de Aeidos...Desearia tanto poder sentir tu abrazo...
Drakonia te dire una cosa. Solo en ti sonfio, muchos me parecen sospechosos, pero de ti confio plenamente, así que si dices algo, la sabiduria estará de tu parte, yo seguire tu recomendación. Digo de manera corta.
Drakonia, es muy feo esto de alegar el bien común para vengarte por haberte manipulado una vez el voto y porque crees que vas a morir. Esto está feo, porque como ya dices, si me votan morirá un inocente, cosa que parece no importarte. Espero que no caigas tu esta noche, puesto que no me gustarían que estas fueran tus últimas palabras en ser escuchadas, das para mucho más... - dijo Kalin con el semblante triste.
- Vamos a ver...Anabel se llevó las manos a la cabeza, más por evitar acercarse y partirle a la cara a las otras brujas que por que verdaderamente le doliese. Aquella continua testarudez la resultaba imbécil y como terca guerrera que había visto sabía donde estaba el límite entre empecinamiento y estupidez. Ailish es el Buitre según Erial, Alejandra es la tozuda según Drakonia. Kalin y yo también tenemos ese don. Hay posibilidades de que sobrevivamos y esta noche transcurra en paz y nada pase. Así que dejad de dadme ganas cruzaros la cara como vuestras madres debieron haber hecho hace tiempo por impertinentes.
- Os lo dije mil veces. Mi don era el de mago, ahora sustituido por el del tozudo, y el de Cupido. Creo que he sido la única persona transparente al hablar de sus poderes. La única que ha hablado de sus dos dones.
- Pero si queréis malgastar vuestros votos contra mi, hacedlo. A mi me vale con saber que mi hija podrá luchar contra el Imperio de Mierda que saldrá de aquí, de un elenco de ovejas y manipuladores.
Miro mi cuerpo, miro a los demás con un gesto de súplica, lágrimas espectrales aún recorren mi rostro, silenciosa compañía, y señalo hacia el lago mientras cierro los ojos, esperando que me comprendan.
Bufando como un puma la bruja se levantó y se acercó hasta el lago, lavándose su rostro repleto de sangre tras la pérdida de su ojo. Se tomó su tiempo, intentando refrescar su cuerpo y...pero también su mente. Su cabeza estaba increíblemente ardiente, volcánica, sensación que no le sucedía desde hacía años, desde que prescindió del frenesí de la batalla.
Pero su hija estaba viva, y esa era suficiente melodía para calmar hasta a la aldeana más tozuda.
Con algo de teatralidad se levantó, dejando el pequeño reguero de su sangre maltrecha en el lago y miro a Kuvia con cara de circunstancias. Ale, ya se habían bañado en el puñetero lago.
Apartada del resto percibo que el espíritu de Erial se sienta a mi lado para hacerme compañía. - Si no estuvieras muerto, quizá esto sería un consuelo... - Le dedico una sonrisa triste como agradecimiento.
Poco a poco me voy recuperando del impacto recibido en el cielo y empiezo a escuchar las conversaciones de los demás. Veo a Kuvia haciendo extraños gestos y me pongo en pie. Cojo su cuerpo y lo arrastro hasta el lago para dejarlo caer dentro. Me quedo unos instantes observando cómo se hunde antes de girarme y volver con los demás. Hago una parada delante de ella. - Espero que eso fuera lo que querías.
Luego me dirijo a Drakonia. - Drakonia, quizá al amanecer las puertas estén abiertas y no sea necesario plantearnos más votaciones... De todas formas, si caes y yo llego a mañana me pensaré tomar tu don como me pides.
A continuación hablo a Anabel. - Estoy de acuerdo con lo que dices, puede que no queden traidores entre nosotros y es mejor esperar a mañana para pensar en las votaciones. Si las puertas siguen cerradas, ya discutiremos todo esto si estamos vivos. Aún así, tengo que corregirte. Yo no soy ningún buitre, eso lo fue Xar y luego Geralt. Soy ladrona de tumbas.
Vuelvo a mi asiento y suspiro esperando que el tiempo hasta el amanecer pase rápido.
Una sincera sonrisa ante el gesto de los vivos mientras con el dorso de mis manos me quito las lágrimas.
Cierro los ojos mientras tomo aire dos o tres veces para abrirlos lenta y pesadamente.
Asiento con la cabeza mirando a Ailish.
Luego miro a la luna, brillante en lo alto y una sonrisa triste y nostálgica.