Cuando siento la mirada de Mandrágora posarse en mí, le miro a los ojos mientras mis labios forman una palabra silenciosa. - Gracias.
Después me levanto despacio y me acerco a Erial con una sonrisa sincera. - Gracias, como en tantas otras cosas antes, tenías razón.
Mi mirada busca a Eriel y comienzo a caminar hacia ella con decisión, pero antes de llegar a su altura no puedo evitar girarme de nuevo hacia Erial. - Y si... - De repente mi decisión no me parece tan firme. Eriel fue mi gran error en este aquelarre, pero Erial siempre fue mi soporte. - Tengo que elegir lo mejor para el futuro. - Me quedo a medio camino entre ambos, ignorando al resto de los caídos y dudando, esperando algún gesto de alguno de los dos que me ayude a decidirme.
Mis ojos se clavan en Ailish y niego con la cabeza. Retrocedo un paso para dejarle libertad y finalmente me encamino hacia el lago. En él meto la yema de mis dedos y observo lo que sucede con un aire ausente.
Las acciones de Ailish hacen dudar durante un instante a Erial. Él ya había asumido que todo había terminado. Se había preparado para permanecer muerto para siempre, haciendo lo posible por descubrir quién poseía el don de la nigromancia y despidiéndose de su hija por si todo salía bien.
Al comprender que Ailish había encontrado lo que buscaba Erial sintió alivio. Todo su cuerpo se relajó, y su expresión se hizo mucho más tranquila. Miró a Mandrágora, en un gesto de agradecimiento. Su felicidad era absoluta. Tomase la decisión que tomase Ailish todo sería mucho mejor que hace unas horas.
Después, miró a la bruja que era el centro de atención de todos ahora mismo. Si le daba esta oportunidad era porque había comprendido que sus actos no eran gratuitos. No iba a ser él quien le dijera lo que debía hacer. Había llegado renegando de su título: no se iría dando órdenes, y no podía hablar para dar ningún tipo de argumento.
Sin embargo, un gesto de aprobación se mostró en el rostro de Erial. El plan de futuro que propones es bueno. Un Imperio es una condena a largo plazo. Por muy bien que lo hiciéramos, no podríamos asegurar que nuestros descendientes no terminaran convertidos en tiranos. Conmigo o sin mí hazlo, Ailish, aunque es algo que me gustaría ver.
Espero, mirando a Eriel durante un tiempo, pero ya ni recuerdo la última vez en que realizó algún gesto hacia mí. Por algún motivo parece no querer responder a nada de lo que le digo desde el día anterior. Dolida, me encojo de hombros. - La decisión está tomada.
Me acerco al cadáver de Erial y me siento junto a él, dispuesta a darle una nueva oportunidad bajo mis reglas.
Rapidamente me acerco a Ailish y me interpongo entre ella y Erial...niego con mi cabeza y mis manos moviendolas negando...apunto a Prue...y junto mis manos en señal de suplica...unas lagrimas fantasmales corren por mi mejilla...
La historia que desvelaron las estrellas la habia dejado sorprendida, con muchos sentimientos en su interior y su alma pendia de un hilo, finalmente Mustard y Prue eran sus hijos, arrebatados por Ankara, pero saber que Aeidos era aquel hombre al que culpaba de la muerte de sus pequeños la sorprendio...su hija, su pequeña hija habia vivido tan poco y su vida arrebatada para buscar un mejor futuro para este imperio....ante eso se acerco a la bruja que le ofrecia a Erial y Eriel la posibilidad de retornar a la vida...rogandole, suplicando que le diera esa oportunidad a su hija, para que junto a Ailish pudiera conocer lo que es un mundo tranquilo y el amor...de un familia...
Mustard contempla con desagrado la decisión de Ailish con desagrado... pero no se podía decir que le sorprendiera. Niega, dándoles a ambos la espalda con resignación.
Lanza una mirada a Prue y a Eriel. Sin duda, ambas serían a sus ojos mejores candidatas que Erial. Pero aquella mujer que podría no querer traicionarlos
Su atención entonces regresa a las estrellas, y asiente. Había algo allí que ya sabía, pero para lo que no tenía certeza.
Se acerca entonces a Eriel y susurrándole algo que no llega a escucharse, la abraza...
Observo a los presentes. Me siento en el suelo.
Simplemente me sonrio. Ciertamente no siento ninguna emoción de conflicto, Cerebro la decisión Ailish y le doy mi bendición como Gala emperatriz que fui y ahora debere continuar... aunque, me volvere a reencontrar con los vivos, mi poder es más fuerte, y ahora, solo debo emprender mi viaje de nuevo.
Tras un parpadeo, Prue Elm, apareció al lado de su hermano. Su cara volvía a ser visible y el color era pálido pero natural, atrás quedaba la imagen de alma en pena, para ser parte nuevamente del cónclave de errantes, pero a diferencia del resto ella permanecía de brazos cruzados sin mirar a nadie pero con una sonrisa solemne.
Cuando el trabajo sobre el cadáver de Erial está hecho y sólo queda esperar, me levanto de su lado y miro a mi alrededor. - Han pasado tantas cosas en este lugar... Y por fin, la suerte está echada totalmente. Ya no queda nada más por hacer.
Me aclaro la garganta antes de dirigirme a los caídos. - Me gustaría poder traer de vuelta a muchos de vosotros. Pero no puedo. Tengo que deciros que he hecho cosas que muchos no aprobarías dentro de estas cuatro paredes. He mentido y he matado. Pero nunca me han movido motivos egoístas. Todo lo he hecho para poder cambiar el imperio y traer un nuevo orden en el que no existan emperadores ni emperatrices que puedan destruir impunemente las vidas de tanta gente. Podéis creerme o no, pero esa es mi verdad.
Miro a Drakonia entonces. - Lo siento, Drakonia. No puedo traer a Prue, pero si las estrellas no mienten, encontrará la manera de volver ella misma. Espero que por fin puedas encontrar la paz junto a tus hijos.
Me acerco a Mustard después. - No me duele lo que hiciste pues lo comprendo. Nunca estuviste preparado para este lugar. Me alegra haberte visto crecer y hacerte más fuerte entre estas paredes.
En último lugar me acerco a Eriel. - Lamento por encima de todo haberte traicionado a ti. Pero la maldición de tu linaje debía terminar o seguiríamos repitiendo la misma historia una y otra vez. Gracias por todo lo que me enseñaste.
Después de estas palabras me dirijo de nuevo al cadáver de Erial y me siento al lado a esperar que lo que tenga que suceder llegue cuanto antes. - Sea como sea, contigo podré hablar después... - Musito en su dirección.
Abro la boca, incrédula ante las palabras de Ailish. Señalo el pebetero. Señalo la luna. Señalo el lago. Sonrío, como si no hiciese falta nada más. Cualquiera de mi linaje sabría lo que quiero decir.
Mustard parece suspirar despacio y niega, con el ceño fruncido, mirando a Ailish.
No parece inmutarse con la puya y no hay vacilación... entonces ve el gesto de Kuvia y enarca una ceja. Una media sonrisa comienza a abrirse. Se cruza de brazos, aguardando...
Seguía sentada en las escaleras al lado de Xar. Y seguía atenta a todo lo que estaban diciendo los pocos que quedaban vivos...
Estaba deseando de una vez por todas que acabara ya de una vez por todas, para que todas aquellas personas que dudaron de mí y dijeron que era una mentirosa, se tragarían sus propias palabras... Pero ya no iba decir nada porque ya no había marcha atrás...