Partida Rol por web

[HLdCN] - Hades

V. Tartarus [Noche 3]

Cargando editor
25/01/2025, 11:06
*Evangeline

Son buenas su posición es lo que habría que ver igual es porque la apartan de nosotros. Quizá deberíamos de intentar evitarlo a la siguiente, puede que hayan descubierto que su habilidad era peligrosa para ellos y por eso lo están haciendo.

Cargando editor
25/01/2025, 19:39
**Cameeeelia

Pues desde luego, el tártaro era peor de lo que me esperaba, o mejor, porque al hablar, oí un sonido que no esperaba.

-Beeeee. ¿Beeeee? ¿BEEEEEEEE?

No sabía cómo ni por qué, pero estaba claro que jugaban conmigo, que alguien se lo estaba pasando pipa a mi costa. ¡Tanto decir que me aburría, habían terminado por divertirse conmigo!

Empecé a correr y a saltar, a brincar, más bien, siguiendo la estela de los demás.

-Beeee. Beeeeeeee. 

Y cuando me convencí de que, realmente, nadie me entendía, tuve claro lo que hacer. Si no me hacía entender por las buenas, lo haría por las malas. Así que empecé a dar mordiscos a las piernas que tenía al lado. Primero a Eurythos en cuanto empezó a cantar. Luego a Ácaro, por llamarme "oveja esa". No era cualquier oveja. ¡¡¡¡Era yo!!!!

-¡BEEEEEEEEE! BEEEE BEEEE BE BE BEEEE BEEEE BEEEEEEEEEEE.

Cargando editor
26/01/2025, 17:57
Àyax el Mayor

Atiendo a la discusión sobre el atacante de Acaro pensativo

-Puede que tengáis razón, pero me parece que los ataques de los traidores, a Dakrina y a Hyun-Ki, son distintos. Creo que alguien aquí, no necesariamente traidor, ha atacado, primero a Ephidel y luego, repetidamente, a Acaro. Porque piensa que son traidores o simplemente porque le cae mal. Y si es así actua con tan poca información como todos-

La sugerencia de Ephidel de que podrían ser dos atacantes me deja pensativo un momento, para luego asentir -si, podría ser así-

Los saltos y balidos de la oveja me hacen apartarme de ella disgustado, malos recuerdos

Cargando editor
26/01/2025, 20:38
*Hedone

-Camilla, ¿ahora es una oveja? Yo te hubiera puesto como una lechuga, pero ¿oveja? ¡Qué poco estilo! Pienso que con toda la poca información que tenemos, la persona que se dedica a hacernos desaparecer pretende recopilar información... O quiere. 

Cargando editor
26/01/2025, 21:02
*Kyriakos

Ahora mismo las personas que han sido atacadas o interceptadas de alguna forma son Camilia, Ephidel, Ácaro y Atalanta. El enemigo quiere bajar nuestros números lo máximo posible, así que tendrán que estar gastándolo con gente inocente. A menos que lo haga gente con agenda propia como dice Ayax...

Con esto, dudo que ellos sean nuestros enemigos y la ayuda de Lokin't me lleva a pensar que tampoco. De todos modos debemos ir completamente atentos.

Cargando editor
27/01/2025, 00:51
*Remus Jupiter

Esto me deja perplejo, los números están disminuyendo rápidamente ¿De quien podemos fiarnos?, en lugar de buscar a los culpables también podríamos enfocarnos en saber quien es inocente, de esa forma podremos estar mejor organizados

Opinaba Remus con un ápice de confianza en sus palabras, mientras miraba el rostro de los presentes una vez mas

Si me he mantenido al margen es porque no se realmente en quien se puede confiar, por el mismo motivo me he abstenido de votar a cualquiera de los presentes

Cargando editor
27/01/2025, 01:10
Melinoe

Mientras el grupo avanzaba con cautela por los laberínticos pasillos del Tártaro, un extraño y pesado silencio comenzó a envolverlos. Era como si el tiempo mismo se hubiera detenido, aplastando sus movimientos con un peso invisible. En medio de ese extraño ambiente, Lokin't el Griego se rezagó, atrapado por una sensación que no podía describir.

De repente, el aire alrededor de él pareció ondular, como si una fuerza invisible lo envolviera. Sus pasos se detuvieron, y una expresión de desconcierto y alarma apareció en su rostro. Antes de que pudiera llamar a los demás, un frío glacial lo invadió. Lokin't quedó completamente paralizado, inmovilizado en el tiempo y el espacio, como si hubiera sido atrapado en una prisión invisible e inquebrantable.

*Lokin't el Griego

Era un destino extraño y familiar, pues lo mismo había sucedido antes con Dakrima y Hyun-Ki. Parecía que el Tártaro, con sus profundos misterios y su magia incomprensible, no solo probaba la fuerza física de los que se atrevían a cruzarlo, sino también su resistencia contra las fuerzas más antiguas y primitivas del universo.

Cuando el grupo notó su ausencia, Melinoë se volvió, sintiendo el cambio en el aire. Al encontrar a Lokin't inmóvil, sus ojos brillaron con una mezcla de furia y tristeza.

-Otra vez... -murmuró, apretando los dientes mientras se acercaba al cuerpo inmóvil de Lokin't.

Colocó una mano en su frente, cerrando los ojos mientras lanzaba un conjuro que canalizaba su conexión con las fuerzas del Inframundo. Era un hechizo que ya había utilizado antes, uno que enviaba a los atrapados por esta maldición de vuelta a las Crossroads, donde al menos estarían seguros.

-Lokin't, lo siento... No puedo salvarte aquí, pero al menos estarás a salvo con Hécate -susurró antes de completar el conjuro.

El cuerpo de Lokin't comenzó a desvanecerse en una luz etérea, desapareciendo en un abrir y cerrar de ojos. Melinoë se quedó mirando el vacío donde antes estaba, sintiendo el peso de otra pérdida.

-No podemos permitir que esto siga pasando... -dijo con voz firme, mirando al resto del grupo- El Tártaro no tendrá piedad, así que debemos ser más fuertes.

Cargando editor
27/01/2025, 03:08
Melinoe

El aire se volvía más pesado con cada paso, y el mármol dorado del Tártaro parecía brillar con una intensidad antinatural, como si el tiempo mismo quedara suspendido dentro de estas paredes. Los pasillos, decorados con simbología de relojes y engranajes, parecían un laberinto interminable, pero cada paso del grupo los guiaba hacia algo innegablemente monumental.

Melinoë lideraba el camino, su expresión decidida, aunque sus ojos no dejaban de recorrer las extrañas paredes que los rodeaban. En el suelo, pequeñas partículas de un polvo dorado, que reconocieron como las Arenas de Chrysos, fluían en patrones que no parecían naturales. Las arenas no seguían una dirección fija; en lugar de ello, se arremolinaban como si tuvieran voluntad propia, guiando al grupo hacia adelante.

Finalmente, tras lo que parecieron horas—o quizás minutos, el tiempo era un concepto inútil en este lugar—, el grupo se detuvo frente a unas colosales puertas. Estas eran de un material oscuro y antiguo, cubiertas por intrincadas tallas que narraban historias del pasado: los pecados de las almas que habían sido condenadas, las glorias de los dioses, y en el centro, la imponente figura de Chronos, el titán del tiempo, con un reloj de arena en sus manos que vertía arenas doradas eternamente.

Las puertas exhalaban una energía que hacía vibrar el aire. Melinoë se acercó con cautela, sintiendo cómo la magia antigua que residía en la fortaleza parecía reconocer su presencia. Las arenas doradas que fluían por el suelo comenzaron a acumularse frente a las puertas, como si fueran llaves vivas que respondían al poder de la hija de Hades.

-Estamos aquí, -murmuró Melinoë, más para sí misma que para los demás -La antigua Casa de Hades... ahora la guarida de Chronos.