Partida Rol por web

Insurgentes

Sola

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17/03/2013, 01:55
Manuel Rodriguez

Manuel se queda mirando al gato y te dice:

- Pues es muy rara tu mascota. Los indios le llaman wiña o güiña, lo que significa ladrón, por lo que supongo que ha de ser tu alma gemela. Incluso por acá tenemos un dicho: "Más ladrón que gato de campo".

Rodriguez trata de acercarse para tocar al gato, pero este le sisea y muestra los colmillos.

- Creo que solo es tu amigo. A mi de seguro me saca el dedo.

Manuel deja al gato y se pone a preparar el desayuno mientras canturrea una tonadilla. El tenía guardado unos huevos y despellejó la pequeña liebre; todo eso junto a los restos de la cena hacen una muy buena comida.

Luego, mientras se sienta a tu lado a comar, se te queda mirando fijamente y te toma el rostro. Por un momento malinterpretas sus intenciones, pero observa tu ojo, lo palpa y te produce algo de malestar. Pero la cercanía también molesta a tu mascota que que vuelve a sisear y mostrar los colmillos. Rodriguez le mira y le dice:

- Tranquilo, solo estoy viendo como sigue su ojo - Luego te dice - Para mañana ya no estrá hinchado y la proxima semana seguiras igual de guapa que siempre.

Luego siguieron comiendo en silencio, pero de la nada, Rodriguez te dice:

- Así que calaveras y huesos... quién sabe qué pueda significar. Si mal no recuerdo tu venías en un barco de contrabandistas piratas y quizá se refiera a que volveras a esa vida. Aunque de verdad a mi me gustaría que te quedaras.

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17/03/2013, 11:04
Gabriela de la Hoz

Ya me había imaginado que no es que fuera a ser una mascota muy normal, sobretodo, porque nadie en su sano juicio intentaría quedarse con un felino salvaje así como así. Todo el mundo sabía que los felinos son demasiado traicioneros como para ello, por no decir, que este además, tendría malas pulgas.

- Pues espero que a él eso de ser ladrón se le dé mejor que a mí, porque sino... - Miré al animal y sonreí, y eso que al hacerlo, sentía como me tiraba la piel de mis zonas hinchadas en la cara. No quería ni imaginarme la cara que podía tener en aquel momento.

Al ver como el animal gruñía a Rodríguez solté una carcajada, sobretodo al ver la cara que se le quedaba al hombre.

- No le bufes... que es un amigo... - Estuve a punto de retractar esas palabras cuando me agarró la cara, lo cual por unos instantes me descolocó hasta que comenzó a andarme en las heridas.

De fondo de nuevo el animal, que parecía cuidarme de verdad.

Las previsiones " médicas " no eran malas, aunque a eso le viera sólo un pequeño problema.

- Para eso tendría que llegar viva a la semana que viene.

Me puse a desayunar, aunque no pude evitar darle un trozo de algo de carne de la libre al " gato " pues me había caído simpático, sobretodo al bufar a Manuel. 

Ya había pensado en un barco pirata cuando el ciervo me dijo aquello, pero a mí eso de estar en un barco eternamente no me atraía demasiado, más, cuando gracias a una mierda de barco como ese, estaba en esta situación.

- Puede que se refiera a que tengo que salir de aquí como entré... - Aunque en ello casi me ahogara. Al escuchar el resto de sus palabras le miré, aunque no pude fruncir el ceño, obviamente, por cómo tenía la cara de hinchada. - Este no es mi sitio Manuel... - Estiré la mano y se la puse en el hombro, quería que supiera que había agradecido sus palabras.

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19/03/2013, 22:57
Director

Manuel se entristece un poco ante tus palabras, pero agrega:

- Es por eso que luchamos, para que este lugar sea bueno para cualquiera y no solo para unos pocos.

Luego siguen comiendo por un rato en silencio, mientras el gato se hace una bola a tu lado y dormita.

- Bueno, despues de comer será mejor que nos pongamos en movimiento. Hay muchas cosas pasando y si nos quedamos aquí nos las vamos a perder.

Se pone de pie y comienza a arreglar los aperos del caballo para que se larguen. Es el mismo animal que se han robado de los establos castellanos. El te mira y te dice:

- Creo que perdimos casi todas tus cosas en la carcel, así que tendremos que buscarte otras. Eso incluye el caballo, así lo compartiremos por mientras.

El te sonríe, pero luego se pone serio y agrega:

- Sé que te quieres ir, pero de momento es demasiado peligroso. Podrían tomarte prisionera de nuevo y ahora no sé si pueda salvarte.

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20/03/2013, 11:20
Gabriela de la Hoz

Noté cierta tristeza en sus palabras, pero no entendía cómo esperaba que hubiera cambiado de idea en eso de irme cuando me acababan de dar una soberana paliza y encima, casi me matan.

- Por todos los santos! Pero si casi me disparo yo sola!

No dije nada, pero bajé la vista para seguir comiendo. O me estaba perdiendo algún capítulo o no entendía absolutamente nada de nada. De todas formas, no quise agregar más que una disculpa. 

- Siento haberte distraído de tus obligaciones. - Me callé el hecho de que si había venido a por mí había sido porque le había dado la gana.

Al decir lo de mis cosas sólo asentí y luego me di cuenta de que eso sólo significaba que tenía que volver al mismo sitio del que había salido, sólo que arrastrando el poco orgullo que pudiera quedarme ya, porque habían tenido que venir a buscarme y encima, llegaba en ese aspecto.

No sé si en la vida me había sentido alguna vez tan humillada como estaba a punto de hacerlo.

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23/03/2013, 01:47
Director

la verdad es que tu situación no era de las mejores, pero estabas viva y si pensabas en ese chico que conociste tu suerte es mucho mejor.

Manuel, por su lado, te ayuda a subirte al caballo con cuidado, pues aún te dolia el cuerpo. Tan solo el contacto más mínimo contigo hace que el gato salvaje deje escapar un maullido amenazador.

Cuando Rodriguez se sube tras de ti, te dice:

- Creo que ese gato es más que una mascota o un guardian. Parece un novio celoso.

Y comienzan a salir de ese lugar y adentrarse en esos bosques tupidos y de un verde furioso. Y por entre el follaje, siempre tras de ustedes, iba el gato.

Cuando ya llevan un buen tramo recorrido en silencio, Manuel te pregunta:

- Y, además del gato ¿Tienes algún novio esperándote en tu tierra?.

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23/03/2013, 15:06
Gabriela de la Hoz

A pesar de todo, mi humor era bastante cambiante y claro, cuando escuché el comentario sobre el gato casi solté una carcajada, pues la verdad es que cada vez que Manuel se había acercado a mí había bufado.

- Bueno, así me podré abrazar a algo peludito para dormir... - Dije restándole importancia, pues aunque el minino había amenazado en varias ocasiones no había atacado a nadie.

Me pilló un poco desprevenida aquella pregunta, por lo que incluso con el dolor de los golpes que aún tenía me giré lo justo para mirarle durante unos segundos sin entender a qué venía esa pregunta.

- No hay nadie esperando en mi tierra ni en ninguna otra. Ni novio, ni familia ni animales peludos... - Quizás quedara algo de familia en alguna parte, pero era probable que no les reconociera ni aunque pasaran por delante mío. La verdad es que lo más parecido que tenía a una amiga había sido Fiora, pero estaba claro que ya no la consideraba tal.

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31/03/2013, 16:17
Director

Una lebe sonrisa se dibuja en la cara de Manuel cuando escucha tu respuesta, pero no agrega nada, solo se pone a silvar una tonadita que al rato se vuelve irritante.

Lo primero que se encuentran es una casita en medio del campo. De seguro se trata de pequeños agricultores porque ves animales de granja y sembradíos de trigo y otras cosas que no conoces. Manuel te dice:

- Quizá nos presten ayuda. De seguro que son patriotas.

Manuel se baja y cerca de la puerta de la casa grita:

- ¡Viva la Patria! ¡Buscamos ayuda!.

Se sienten ruidos en el interior y al rato sale una mujer de unos 50 años, regordeta y arreglándose las enaguas. con cara de pocos amigos, les dice:

- ¿Qué patria, mierda? ¡Media vez que al viejo le da por montar y llegan gritando y molestando! Ahora a este chuchadesumadre ya se le puso blanda y yo me quedo con las ganas.

Detras de la mujer sale un viejo escualido, más huedo que carne y subiéndose los pantalones. A nadie le gusta que le interrumpan cuando lo están pasando bien, y era normal la reacción de la mujer.

Pero todo cambió cuando la mujer se te queda mirando. Las mejollas se le encienden y se voltea hacia Rodriguez y le dice:

- Y más encima le dejai el ojo morado a esta pobre niña, conchatumadre. Vas a ver como te saco la mierda a palos.

Y la mujer saca un inmenso garrote y comienza a blandirlo con la intención de golpear a Manuel.

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31/03/2013, 23:55
Gabriela de la Hoz

Aquella mujer hubiera podido ver cómo me ponía roja cuando me di cuenta de que les habíamos pillado en plena acción, sobretodo, porque por su forma de decirlo, por las diferencias del idioma, no lo había cogido tan fácilmente.

- ¿ qué?

Tenía la cara tan hecha polvo que era imposible que se diera cuenta que estaba pasando algo de vergüenza.

- Espere, espere! - Dije cuando pensó que era Manuel el que me había hecho aquello.

Me bajé del caballo como pude y me puse en medio levantando a media altura los brazos, queriendo tranquilizarla.

- Sentimos la interrupción. Sólo queríamos un lugar en el que cobijarnos y descansar, perdonen, pero de todas maneras, la interrupción hubiera sido igual de molesta si en vez de gritar hubiéramos llamado a la puerta.

Al menos a mí me hubiera molestado igual una cosa que otra, aunque yo ya ni me acordaba de lo que era aquello.

- Sobre mis golpes... No ha sido él. Han sido los castellanos y me hubieran matado si no me llega a sacar de allí.

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03/04/2013, 03:25
Director

La mujer te mira con mucha atención, como tratando de ver que lo que dices es cierto. Luego te toma las manos y dice:

- ¿Es que ahora esos hijos 'e puta le pegan a sus propias mujeres? Ven pa acá mi niña.

Te lleva con aire maternal al interior de la casa, pero cuando pasa al lado de su marido, le dice:

- Y Vo', mierda, anda a buscar algo pa que la niña coma. Si esa hue'a que te cuelga no se pone dura, por lo menos sirve pa algo.

El hombre no dice nada y hierático se va en bus ca de lo que le han pedido.

Entre tanto, mujer vuelve a ser dulce y te dice:

- Pa que aprenda, hija, así hay que tratar a estos cuando se han vuelto viejos. Si tengo que darle leche con engrudo pa ver si me atiende una vez al mes. Menos mal que tu no tienes ese problema, tu hombre es joven.

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07/04/2013, 23:30
Gabriela de la Hoz

- No creo que hagan distinciones entre sexos o razas... pegan a todo el que no hace lo que ellos quieren... - Respondí como si aquello fuera una de esas verdades universales, que yo tenía muy claro que lo eran. Era fácilmente deducible que aquella gente se pensaría que sólo la tomaban con ellos, pero yo era la prueba viviente de que la tomaban con cualquier que se opusiera a ellos.

No quise meterme en la conversación de aquellas dos personas, aunque yo estaba segura que no podría tratar a nadie de aquella manera.

- ¿ Qué hombre? - Pregunté cuando me dijo aquello, pero claro, en aquel momento me di cuenta de lo que había entendido y negué con la cabeza. - No es mi hombre...

No quise explicar nada más, puede que porque no había nada que explicar, pero eché una mirada a Manuel durante un segundo.

- Le pega más una señorita de este lugar y no alguien como yo... - Me dije a mí misma sin darle más importancia al comentario, pues al mirar de nuevo a la mujer, me sentí un poco intimidada... Era más bruta que un arado!

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08/04/2013, 00:14
Director

La mujer le echa una mirada más inquisidora a Rodriguez y te dice:

- Es una pena. El hombre es guapo y esos solo tienen un uso útil.

Manuel no dice nada, porque de seguro tenía miedo de que la mujer se lo tomara a mal.

Te hace sentarte a su mesa y comienza a trastear para servirte algo de comer mientras te dice:

- Deberías aprovechar de que eres joven y bonita... a pesar de ese ojo, pero eso pasa. Ese viejo que viste hace un rato era todo un toro de joven, pero los años no pasan en bano... Igual lo pasé bien y me dio 12 hijos.

La mujer era bruta al hablar pero simpática y con un airte maternal. Al rato tiene frente a tu un cuenco con leche, pan caliente, y un platolleno de frutas.

La mujer se limpia las manos en su falda y te sonríe mientras te dice:

- ¿Y en qué te puedo ayudar, mi niña?.

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09/04/2013, 17:48
Gabriela de la Hoz

El uso útil que le daba aquella mujer a los hombres guapos me lo podía imaginar, pero yo hacía tanto tiempo que no le daba ese uso a uno guapo o a uno feo que no me preocupaba ya por esas cosas, pues tendría musgo, telarañas...

Entre los castellanos y todo lo que se interponía entre que pudiera salir y la salida, era normal que no me acordara de ciertas cosas que se necesitan fisiológicamente.

- No tengo mucho tiempo para nada que no sea caminar de aquí para allá y recibir palizas.. - dije a modo de disculpa que venía a sonar a lo que se me estaba pasando por la cabeza y que preferí omitir. La mujer estaba siendo lo suficientemente agradable como para sentirme obligada a tener que responderla sinceramente.

Además, tampoco pensaba profundizar más en el tema así que a siempre podría notarse aún más el hecho de que no era una mujer de demasiadas palabras.

Sobre qué era lo que necesitaba pues eran muchas cosas, pero la idea de parar no había sido mía y Manuel no se había molestado en decirme plan alguno así que ahora era cuando tenía que interrumpir la conversación y contar lo que se le hubiera pasado por la cabeza. Para que le quedara claro, levanté mis ojos y miré precisamente a mi compañero " de fatigas ", esperando que entendiera lo que estaba haciendo para que hablara.

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12/04/2013, 02:43
Director

La mujer dirige su mirada a Manuel que se ha quedado en la puerta, levanta una ceja y le ladra:

- ¿Y vo'? ¿Que vay a querer?.

Rodriguez parece intimidado por la mujer, lo cual es bastante divertido. Tragó saliva y le dice:

- Queríamos saber si Nos puede proporcionar un caballo. Gabriela esta herida y tenemos que compartir la misma montura. estoy seguro que una vez que ganemos la guerra sera compensada por el nuevo gobierno.

Manuel es muy formal en su petición y la mujer le mira con cara seria y le dice:

- ¿Y aparte de todo eres tonto? Con un solo caballo le podí hacer algún cariñito a la niña pa que se mejore y por último te dé la pasada... Además ¿Quien erí vo' pa prometer por el futuro gobierno?.

Rodriguez se pone rojo hasta las orejas por lo que la mujer le decía, y con un hilo de voz le dijo su nombre. La mujer deja caer una carcajada y dice:

- Pero si Manuel Rodriguez mide 2 metros, hombros anchos como el yugo de un buey y la verga de este tamaño.

La mujer abre las manos y hace marca una distancia de unos ¡60 centímetros!.

Manuel se pone aún más rojo y le viene un ataque de tos. Mientras tanto, la mujer, con una sonrisa maliciosa, se acerca a ti y  te pregunta:

- ¿Es Verdad lo que dice?.

Notas de juego

Persona. Te había contestado hace dias pero por accidente no dejé maracado tu personaje. Ahora iba a mirar por qué no contestabas y me di cuenta ;P

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16/04/2013, 23:30
Gabriela de la Hoz

No sabía si íbamos a necesitar alguna cosa más que otra montura, que eso sí que lo sabía, pero claro, yo no estaba dentro de la cabeza de Manuel y prefería dejarlo hablar, aunque con aquella mujer, se le veía con bastantes pocas ganas de decir nada. Era como medio normal porque a ver a quién no acobardaba esa señora.

Lo que ya no pude hacer fue contener la risa cuando le preguntó si era tonto, pero es que vamos, la mujer estaba claro que sólo podía pensar en una cosa y Manuel, era el típico hombre que se cortaría la mano antes de hacer algo impropio.

La mujer me preguntó a mí, como si yo fuera un libro abierto y supiera si no mentía o así, pero claro, asentí.

- Es el Manuel Rodríguez del que hablan vuestras historias pero sin exageraciones...

Hombre, con el tema que llevábamos aquel día daba por preguntarle si había algo de cierto en aquella descripción, pero a la mujer no la hacía falta ayuda para ponerlo rojo y chincharlo, así que decidí ser buena chica y esperar calladita a ver qué era lo que decía la mujer en respuesta.

Lo que lamentaba un poco, era que hubiera perdido el tiempo para venir a buscarme a mí, pues al parecer, todo su país estaba pendiente de lo que hacía.

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21/04/2013, 23:51
Director

De hecho, parecía que la mujer ya estaba convensida de la identidad de Manuel, pero hacía eso solo por entretenerse.

La mujer aciente en prestarles un caballo, siempre y cuando el nuevo gobierno independiente les devuelva el caballo o el dinero, cosa que suena casi irreal en ese momento.

Al cabo de un rato, en la puerta de la casa te encuentras con una llegua blanca con manchas negras que se ve muy mansa. La mujer tiene  su pobre marido moviéndose de un lado para otro mientras amasa lo que parece ser pan y recolectando cosas. Luego de un rato, cuando la mujer ya tiene todo listo y tu te has montado en el caballo, ella te pasa un saco bastante pesado. Miras en el interior y está lleno de frutas, carne seca, unos enormes panes redondos y muchas nueces y pasas. La mujer te sonríe y dice:

- Esto es para que no te ande trayendo muerta de hambre por el campo.

A pesar de ser una bruta deslenguada, esa mujer es buena persona y se preocupa por ti de una forma maternal. Manuel al lado de ti y montado en su caballo se despide de la mujer y ella solo le asiente con la cabeza. Luego se acerca a ti y te dice:

- Tú le gustas. Solo así se explica que haya dejado todo por salvarte. Parece un buen hombre, pero no le menciones que te lo dije.

Luego emprenden la marcha.

Al lado de ustedes los sigue tu gato mascota, quien les mira desde la distancia. Ustedes guardan silencio, lo cual despues de un rato se vuelve algo incómodo. Pero para sorpresa de ustedes, por el camino viene un grupo de personas en una carreta cargando con todas sus cosas. Cuando le preguntan la razón, les dicen que los castellanos están obligando a la gente a ir a la guerra para enfrentar al ejército rebelde que se encuentra reunido a unas pocas millas de la capital.

Por lo visto, ha llegado la hora de pelear, cosa que no te agrada para nada. No obstante, Rodriguez te dice:

- Debemos ir a nuestro campamento y esperar. Nosotros cuidaremos la retaguardia.

Notas de juego

Gracias por tus palabras por lo de mia abuelo. Ya estoy de vuelta.

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22/04/2013, 17:08
Gabriela de la Hoz

Aquella yegua era preciosa y sonreí al verla, para después acercarme y acariciarla un poco, pues parecía que íbamos a tener que conocernos un poco. Al menos, el gato que me había puesto de escolta el ciervo no parecía lo suficientemente grande como para querer comerse a mi montura.

- Es un animal precioso. Muchas gracias. - Si algo tenía era que sabía ser agradecida, aunque aún no sabía si de verdad me había alegrado el hecho de que Manuel me hubiera salvado la vida o no, pues mis ánimos estaban bastante alicaídos y bueno, lo último que me apetecía era seguir peleando.

No esperaba toda aquella comida pero cuando me la ofreció supe que decirla que no podía aceptarla sería ofender a aquella buena mujer.

- A este ritmo tendré que bajarme del caballo y darte un abrazo... - La mujer me hizo sonreír por todo aquello que me estaba dando, en realidad, porque debía de ser la persona que mejor me había tratado de aquel lugar, quitando a Manuel que se la había jugado para sacarme de donde no sabía si tenía que haber salido o no.

Claro que cuando me dijo lo de Manuel me encogí de hombros.

- Tranquila. Ni mencionaré el tema. - La susurré guiñándola un ojo.

Aquella pobre mujer estaba intentando juntar en el mismo tiesto a un cactus y a una orquídea. Vamos, cosas que podían hacer cualquier cosa menos pegar juntas.

La verdad es que a mí aquello me dejó pensando, porque claro. Vamos a ver. Desde que había pisado aquel lugar, bueno, quizás no desde el principio, pero sí desde hace mucho, lo único que había hecho era intentar irme y aunque había intentado ayudarle en un montón de cosas en un principio, no sabía qué era exactamente lo que podía gustarle a nadie. De todas formas, no iba a hablar sobre ese tema y menos con Manuel. Quizás la mujer se estuviera equivocando del todo y si no era así, a mí que más me daba...

- Como digas... - Respondí a eso del campamento, pues ahora era ese momento en el que no quería estar, que era precisamente en el que volvía machacada y con el rabo entre las piernas.

A partir de esa palabra simplemente me quedé en silencio.

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24/04/2013, 23:45
Director

El sabía lo duro que era todo para ti, así que te respondió con un lacónico pero significativo "gracias". Luego golpeó los costados de su caballo con sus talones y salió al galope esperando que le sigas.