Partida Rol por web

Lo haré aunque intentaré dentro de lo que pueda, usar a una de ellas como cobertura (aunque esto solo implique el -4 por disparar a alguien en combate CaC).

Su intención es golpear a la vodaccia primero ...

Dudé unos instantes en si quedarme y acabar lo que habíamos empezado o no hacerlo, pero lo más sensato era largarse ahora que teníamos tiempo así que sin perder el tiempo, traté de llegar a la salida de aquel lugar siguiendo a los hombres que habíamos ido a sacar.

- La próxima vez que ajustemos cuentas no te darás cuenta de que las estamos ajustando..

Una sonrisa totalmente perversa se dibujó en mis labios, pues yo no solía hacer frente a las cosas, sino que buscaba la forma de hacerlas sin que se notara lo que hacía, pasando desapercibida, como había intentado hacer en esta ocasión pero no había sido posible por la aparición de los dos traídores.

Hanns va con su espada en la mano y, aunque sus pasos carecen de seguridad, avanza decidido a Fiora. No obstante, al lanzar el golpe la espada sigue un recorrido extraño, clavándose en la pared. Lo anterior solo podía explicarse por el hecho de que el eiseno se encontraba herido, pero aún así era raro. Entonces el eiseno se queda mirando a las mujeres y les dice entre dientes:

- Escapad de una vez.

No entienden muy bien qué es lo que pretende el eiseno, si es una trampa o en verdad las está ayudando, pero en ese momento se desmaya (o eso quiere aparentar).

Me quedé un poco sorprendida por sus palabras y más cuando si no llega a interponerse el otro " soplagaitas " en mi camino, lo hubiera rematado agusto cuando aún estaba en el suelo, pero a estas alturas, ya no me fiaba ni de mi madre, así que simplemente sin mirar atrás eché a correr hacia fuera, esperando que aún no fuera demasiado tarde para poder salir de aquel lugar.

No quise pensar más, podría hacerlo luego, cuando mi culo no estuviera en una situación tan comprometida como la de aquel momento.

Te das cuenta de que Hanns las ayudó de buena voluntad, pero la verdad es que no entiendes por qué.

Salen rápidamente del palacio del gobernador y se encuentran con una plaza decierta de traseuntes pero llena de sujetos encapuchados montados a caballos y que disparan al aire dando gritos. No hay diferencia con lo que ven y los vandoleros que pueden encontrar en cualquier lugar del mundo. Al único que reconocen es a Juan que se encuentra entre ellos.

Rodriguez, preocupado por el el tiempo que les está tomando salñir de ahí, les dice:

- ¡Vamos rápido! ¡Que alguien ayude a las señoritas y salgamos rápido de aquí!

Dos de esos montoneros se acercan a Fiora y Gabriela y las invitan a subirse a grupas en sus caballos. Cuando ya todos están listos, salen a galope de la ciudad, antes que las patrullas de San Bruno volvieran.

Tu treta fue nlo suficientemente convincente como para que los castellano no sospecharan de tus verdaderas intenciones y para que las mujeres quedaran con dudas acerca de ellas. no obstante, la herida no era parte de la farza y estabas bastante mal; así que al rato perdiste el conocimiento de verdad. Te sumiste en un profundo foso negro del que parecía que no saldrías nunca.