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Almeia - El principado de Cheliaj

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11/10/2019, 23:01
Amo del Calabozo

El Principado de Cheliaj

«Cualquier tiempo pasado, fue mejor»

Situado en el extremo noreste de Alemia, el principado de Cheliaj siempre fue una rara avis dentro de Almeia. A diferencia de la mayoría de los nobles almeianos, el control de esta zona estuvo en las manos de la casa élfica de Siannodesti, la cuál se diferenció respecto a sus congéneres (como los del Reino élfico de Tantauror en Benerluxia), de no tener problemas en integrarse con el resto de pueblos de Mercatia y liderarlos con estabilidad y prosperidad. De hecho los Siannodesti supieron colocarse al lado del Duque Gustav Hohenstaufen y guiarlo de tal forma que sus conquistas generasen la mayor disensión posible entre el pueblo conquistado.

Estando en uno de los confines de Almeia, el principado siempre tuvo una cierta autonomía y pocas veces se vio inmerso en asuntos de estado. Hasta que llegó la invasión a Benerluxia. En ese momento el príncipe de Cheliaj era Razoriel Siannodesti, el príncipe Sol, elegido de Alcor. El príncipe decidió unirse a Thous III para guiarlo en las conquistas de la forma que siglos atrás, su abuelo aconsejó a Gustav y sus descendientes. Pero dónde ellos tuvieron éxito, él fracasó. El Príncipe Sol halló su final en el asalto de Aguasfrías. Independientemente de la decisiva derrota del ejército almeiano, la falta de datos de su muerte y el hecho de que Razoriel estuviera  en contra del asalto, generó una gran controversia. ¿Cómo todo un Elegido pudo caer en combate de forma tan anónima?

La sucesión dinástica que de por sí se antojó compleja al no tener Razoriel descendencia, se complicó con el Rapto de los Emperadores. Sin un heredero y un emperador que pusiera orden, las distintas casas nobiliarias entraron en una guerra civil que se prolongó durante los siguientes treinta años, la Guerra del Ocaso. Al final de de la misma, fue la sombría casa de Thule la que se hizo con la victoria. Una victoria que se rumorea que se logró gracias a un pacto diabólico.

La primera decisión del príncipe Heinrich Thule fue mover la capital de Corona Solar a Wegorian, en lo que era una declaración de intenciones de que su gobierno sería muy distinto al del Príncipe Sol. Durante los siguientes años se asentó un gobierno duro y severo que con el apoyo de la Orden del Ojo Vigilante comenzó a controlar a la población infundiendo el miedo y la desconfianza y aplastado cualquier intento de rebelión. Un cambio de gobierno que fue especialmente duro en la antigua capital.

Son pocas las posibilidades de que haya cambio en un futuro cercano. No existen ánimos para un levantamiento organizado contra el actual gobierno y la propia situación geográfica del principado hace que cualquier noble almeiano desista de cualquier movimiento. Cualquier filósofo diría que la esperanza es algo que nunca deba perderse, pero como dicen los habitantes de Corona Solar, «La esperanza murió con el Príncipe Sol»

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11/10/2019, 23:01
Amo del Calabozo

Corona Solar

«La decadencia no implica una vuelta al pasado; implica una condena al presente.»

Gentilicio: Corsolés

Población: 75.000 (90% humanos, 5% medianos, 5% otros).

Corona Solar fue la capital del principado desde su fundación por la casa Siannodesti hasta el final de la Guerra del Ocaso y como esa guerra, hoy día la ciudad también recibe el sobrenombre de la Ciudad del Ocaso. La que otrora fuera una de las ciudades más importantes de la fe alcorita hoy día es una ciudad en decadencia que cada vez se aleja más de lo que una vez fue. Sobretodo por las sombras que acechan en la noche.

El poder de la ciudad vertebra en cuatro vértices: la antigua nobleza, los nuevos ricos, los Wardaun, la guardia de la ciudad y la Orden del Ojo Vigilante. En la práctica suele haber dos contiendas, una que se lleva acabo entre los corsoleses y los forasteros y otra entre la antigua nobleza y los nuevos ricos.

Desde hace diez años existe un forzado toque de queda en la ciudad. Al caer el sol extrañas y peligrosas criaturas sombrías recorren la ciudad atacando a aquellos que osan salir a las calles. Lo que en sus inicios se tomó como un suceso extraño al que había que combatir, con el paso del tiempo acabó convirtiéndose en algo habitual con lo que aprender a vivir. Resignación es una palabra que define muy bien a los coroleses. Resignación por el peligro nocturno, resignación por la decadencia de la ciudad, resignación por el gobierno de la casa Thule...

La verdad es que nadie sabe  muy bien cómo explicar el peligro nocturno. Unos achacan la causa a un poderoso clérigo de Izar que ha decidido regodearse con los habitantes de una ciudad consagrada a Alcor. Otro señalan a la casa Thule, sobre la cual existen fuertes rumores en sus tratos con fuerzas oscuras. Y los más osados apuntan a la legendaria Hermandad de la Corona, un grupo de criminal que siete siglos atrás puso en jaque a la ciudad y del que ahora, se cree, no queda ningún rastro. La verdad, es algo que si nada cambia nunca se sabrá.

Son malos tiempos para Corona Solar, como también lo son para el Principado de Cheliaj. Al menos lo son para la gente normal y corriente, esa gente que ahora más que nunca necesita un campeón que luche por ellos y devuelva la esperanza a una ciudad que hace tiempo la perdió.