Al oír la explicación de Brent, un vago recuerdo vino a la mente de Kilian. Efectivamente había oído de ellos, y aunque le doliera reconocerlo, se había olvidado por completo.
Ahora le quedaba claro el motivo por el cual, los Lutt se instalaron en Luthgil. Sin embargo, aún le quedaba por saber cuál era el papel de los mismos allí. Sin ningún tipo de reparo, preguntó abiertamente.
- Ya veo. Pero entonces, me imagino que el objetivo de vuestros padres era el resurgir del imperio almeiano, ¿No? .-concluyó bastante intrigado por todo lo que estaba descubriendo allí.
—Benerluxia Kilian, Benerluxia—le corrigió Brent—. Este es el epicentro del mundo conocido. Si alguien quiere influir en todo el mundo, este es el lugar que debe de controlar.
—Por eso nuestros padres se instalaron en Luthgil—explicó Erin—. Pero la realidad no es tan mala como Brent se empeña en contarla. La Confederación es débil e inoperativa. Las ciudades compiten entre ellas. Lo más débiles sufren. Los aventureros son más efectivos aplicando la justicia que las propias autoridades. Benerluxia tiene que cambiar, tiene que se transformada. Y con su cambio, podrá cambiar el mundo. Por el bien de todos. Por un bien mayor que otro bien.
Ahí estaba la noble causa, un ideal bastante complicado en su opinión, pero aun plausible dependiendo del poder con el que se contase. Reflexionó el guerrero en un primer instante.
- Si, es un hecho que Benerluxia debe de cambiar a mejor. –dijo asintiendo mientras pensaba en los numerosos bandidos que había combatido por los caminos. – Pero parece que para que llegue ese momento, tendremos que recorrer un largo trayecto. Sobre todo, si tenemos en cuenta que partiremos hacia Almeia, donde allí persiguen a los Caballeros de la Hidra. Y que saldremos de aquí porque están vuestros enemigos…
Kilian de repente se quedó pensativo, como si se acabase de dar cuenta de algo.
- Porque… ¿Esos enemigos quiénes son? ¿Pertenecen a los caballeros o son otro grupo? –preguntó Kilian pues se acababa de dar cuenta de que Dunkel quizás fuese también un Caballero de la Hidra. – Y una vez que estemos en Almeia, ¿Cuáles son los movimientos que seguiremos? –continuó preguntando por la tremenda curiosidad que el asunto había despertado en él.
—¿Es que no has escuchado a mi hermana? Alguien se ha hecho con el control de los caballeros de Benerluxia y ha conseguido acabar con todos los que se mantuvieron leales al Gran Maestre. Como mis padres...
Brent apretó los puños furiosos.
—Si vas a preguntar quién es, no lo sé. Lo conocen como el Kraken. En Almeia ya nadie persigue a los caballeros. Nadie sabe que existen, son algo del pasado. Allí es dónde se encuentran todavía el Gran Maestre y muchoslos caballeros, esperando el momento para marchar hacia Benerluxia.
- Comprendo. Discúlpame Erin, es cierto que me lo has dicho. –le dijo a la muchacha, ignorando a su hermano. - Quise preguntar si aparte de ellos había alguien más, pero con tanta información me he debido despistar y preguntar lo mismo. –comentó echándose la mano derecha a la nuca atusándose el pelo.
- Bueno, no quiero seguir importunándoos con mis preguntas, supongo que tengo mucho camino por delante para preguntar si hay algo que quede en el tintero. Aunque con todo lo que me habéis explicado creo que ya lo tengo todo claro.
Kilian se quedó un momento en silencio y volvió a decirle a los Lutt:
- Entonces si no necesitáis nada mas de mí, debería buscar habitación aquí, ir a recoger mi mochila y despedirme de mis compañeros –sentenció el guerrero.
—Está bien—le dijo Brent para luego dirigirse a su hermana—. Erin, ve a recoger tus cosas y acompaña a Kilian. Nos marchamos esta noche hacia Verdor.
—No sabemos si han estado siguiendo a Kilian, cuanto antes nos marchemos mejor.
—Iré a por Fausto y Ambroos.
Después de responderle a su hermana, Brent volvió a dirigirse a Kilian.
—Hay una última cosa que tienes que saber. Ahora mismo eres un objetivo potencial tanto para los Caballeros de Benerluxia como para los hombres del Kraken. Que conozcas su existencia sin ser un caballero te ha colocado una diana en la cabeza, pero si he permitido que mi hermana te lo cuente es porque los dos sabemos que no habrías dado un paso sin saberlo. Además, confío en que si alguien descubre que conoces el secreto podamos justificar ante la orden que fue Dunkel quién te lo reveló todo. Aunque quién sabe, a lo mejor se te ofrece la oportunidad de ordenarte caballero.
El primogénito de los Lutt entonces cogió su mochila, había el armario que había en la habitación y comenzó a guardar sus pertenencias en la misma.
—Nos veremos en una hora en la Puerta Sur. ¿Entendido?
Estaba decidido, en una hora abandonaría Nogdem, Mesné y a los Guardianes Errantes.
Después de que Erin recogiera sus cosas, la pareja abandonó el local en el que se estaban hospedados. Ya no había marcha atrás, sólo quedaba despedirse de sus compañeros y esperar que los dioses no le mostrasen que se había equivocado de decisión.
Kilian continúa aquí.