- Si, podría decirse que así es –respondió aun con un tono de cierta duda a Rajmia antes que que se detuviese a oír lo que Vanadiato iba a proponer.
Tras terminar de escuchar sus planes Morowe miró un tanto sorprendida a Vanadiato. Pensó que había algo más en la intención de este al querer unirla a los Guardianes Errantes, y también, que para tal cometido confiaría más en Tulia antes que en ella. Y es que en el poco tiempo que había estado con ellos había percibido una gran diferencia entre ambos grupos, y es la de una figura que como Vanadiato, ejerciese de líder. Cualidad que, sin duda alguna, su compañera poseía y a la que a ella particularmente le gustaba imitar.
Sin embargo, allí estaba, elegida para acompañar a aquellos aventureros. Lo cual agradecía pues le abría una nueva y magnifica posibilidad, ver forjados. Miró a sus hasta ahora compañeros, le entristecía la idea de tener que dejarlos y por descontado que los echaría de menos a todos, en especial a Eiren y Vinny. Aunque como el propio Vanadiato decía: “Nunca se deja de ser un vindicador”. Por lo que le quedaba el consuelo de que algún día coincidiría con ellos nuevamente.
Las opiniones de los Guardines se iban sucediendo y de los seis que los conformaban, tres de ellos ya habían dado su visto bueno para su incorporación. Por lo que Morowe, intuyendo cual sería el resultado final, se adelantó a los restantes. Y de una manera muy teatral, se inclinó haciendo una reverencia con los brazos extendidos y los pies entrecruzados como si estuviese ante un numeroso público y ella hubiese acabado de terminar una gran actuación. Al incorporarse, los presentes pudieron observar en ella una radiante sonrisa y a la bardesa diciendo:
- Sería un honor ser una guardiana más. Mi música y mis canciones están a vuestro servicio.
Lo sabía. Zhukov lo había predicho, una barda en el equipo. En ese momento estaba demasiado triste por Shem, y esto no ayudaba.
Se consoló pensando que Morowe no se parecía a la mayoría de los miembros de su gremio, un tostón andante de moral ambigua o un pica notas prepotente.
Moradin ordenaba, así que hizo una reverencia tragándose sus pegas.
— Morowe la barda, yo Zhukov Khuzdûl, hijo de Glevanthard, del Clan Escudo de Piedra, clérigo de Moradin, oficialmente te doy la bienvenida a la Guardia Errante.
Parecía que la situación estaba más o menos clara, por lo que Guardianes y Vindicadores trabajaron juntos el resto de la noche recogiendo a los caídos y haciendo vigilancia. Pero ya no hubo más ataques, al menos durante esa noche, el hermano de Klaus no volvería a atacar el pueblo.
Al día siguiente, después de que Zhukov oficiara unas sencillas exequias por todas las vidas perdidas, Morowe se reunió con sus compañeros vindicadores para despedirse. Las decisiones estaban tomadas.
Morowe continúa aquí.
El grupo continúa aquí.