Partida Rol por web

—Y Barril es el único capacitado para expulsar muertos vivientes. No contéis con los paladines para ello.—añadió Jace—. Así que la expulsión no es un arma con la que podamos contar para confrontar toooooda la situación. Habrá que luchar contra esos monstruos a la vieja usanza.

Parecía que el mago no iba a decir más cuando añadió con sarcasmo por lo bajini.

—¡Qué guay!

—Un placer Guardianes—respondió Vanadiato a la presentación de Elbrietas—. En los viejos tiempos los grupos de aventureros peleábamos entre nosotros antes de unir fuerzas, pero por suerte es una costumbre que hemos dejado atrás con el paso del tiempo. Dividirnos en dos grupos puede ser insuficiente, igual que ir por parejas es excesivamente peligroso. Los números son perfectos para dividinos en dos grupos de cinco y uno de cuatro. Grupos compactos pero funcionales.

El líder de los Vindicadores señaló a Barril, Aethorn y Shem.

—Cada uno de vosotros debería de ir en un grupo distinto. Aunque no expulséis muertos vivientes, la imposición de manos además de parar curar, puede usarse para curar dañar a los muertos vivientes. Y los druidas y nuestra querida Morowe también tendrían que ir por separado.  A vosotros tres os va a tocar apoyar a vuestros compañeros en primera línea. Los demás creo que podemos repartirnos como mejor veamos. Yo iré en el grupo de cuatro.

—Eiren, ese chico y yo también deberíamos de ir por separados. Los tres lanzamos conjuros arcanos, ¿verdad?—le dijo sonriendo a Jace—. La bolsita de componentes al cinto, las uñas negras, el bulto en el macuto con forma de libraco...

La joven se echó a reír.

—Me parece bien Tulia.

Lo que Vanadiato ha marcado no es más que una propuesta. Podéis seguirla, matizarla, discutirla o pelearla. Sólo hay una condición. Entre vosotros tenéis que formar dos grupos.

Tras pronunciarse, las reacciones tanto de sus compañeros como la de los Guardianes se fueron sucediendo. Finalmente se dividirían en grupos, y aunque hubiese preferido dos grupos de siete integrantes, los tres grupos abarcarían una mayor distancia de terreno.

Por su reacción anterior, tenía claro que no podía ir con el forjado. Y el enano... si no hubiese sido por el ruido que emitió, habría pensado que los muertos ya los tenían rodeados. - ¿De qué se alimentaba ese tío? –se llegó a preguntar.

Eso le dejaba por ahora al paladín como posible candidato para su grupo. Y ya que había que formarlos, y nadie había dicho nada aún, se propuso completar el suyo. Se volvió hacia donde estaban Vincenza y Eiren. Se puso entre medio de las dos y echó los brazos por encima del hombro de cada una. – ¿Nosotras iremos juntas verdad?  –les pregunto sonriendo mientras miraba a cada lado. – Además creo que Aethorn y esa muchacha, Elbrietas, podrían ser unos perfectos compañeros de grupo. Sobre todo, si además de ser una buena contendiente, luego nos premia con dulces. Así que, ¿Qué opináis? –les preguntó a sus compañeras intentando dilucidar, si el equipo sería el más adecuado.

- Yo no tengo ni idea de estrategia. Decidme a quien le parto la cara y allí irá veloz mí puño. Me hacía ilusión si me juntaban con la druida Cobalia.

Dicho lo cual le levantó un pulgar a la mediana como indicativo de confianza. 

- Pero como digo, me adapto a todo querida Morowe, así que será un placer luchar a tú lado.

Tras lo que se puso a comprobar los ajustes de su armadura, y se colocó el casco. Levantó sus guantes y les habló.

 Ilusión, Esperanza. Hay que ayudar a esos muertos a volver a su estado natural. ¡Por los Guardianes Errantes! 

Rajmia, en vista de habían hecho caso omiso a su pregunta y los Vindicadores no habían presentado sus habilidades, y aún seguían sin presentarse algunos de sus componentes, dijo en un tono algo irritado.

-Dado que no sabemos qué habilidades tenéis y muchos de vuestros componentes ni siquiera se han presentado aún, casi que en vez de liar tanto jaleo y mezclarnos entre los dos grupos de aventureros, pienso que lo mejor sería formar dos grupos, y luchar cada uno en el nuestro.-mirando hacia el resto de Guardianes buscando ver qué les parecía, añadió.-¿Qué os parece? No es nada descabellado teniendo en cuenta que tenemos poco tiempo para planificar el contraataque y entre nosotros ya nos conocemos y entendemos perfectamente. Lo veo mucho más efectivo.

Klaus para ese momento estaba ya recogiendo algún que otro guijarro más adecuado del suelo y empezando a hechizarlos entre sus dedos mientras miraba como los demás empezaban a prepararse. Asintió a todas las propuestas, pero desde luego la que más le gusto fue la de Ramjia.

Yo creo que también es mejor conocer con los que ya estamos acostumbrados y sabemos de sus fortalezas y debilidades, mezclarse solo nos haría caer en aun más confusión como dice mi amiga...pero...si a todos les parece bien intercambiar, por mí es indiferentes...¿Zhukov...tu vienes con nosotros de todas formas? – Observo al enano terminando de prepararse adecuadamente, y repasando mentalmente durante unos segundos un par de hechizos que podrían convenirles para aquello.

Jace fue el primero que negó con la cabeza.

—Tres grupos son más efectivos que dos Rajmia, podremos cubrir más pueblo detectar algo extraño. Quiero decir, más extraño que unos animales muertos vivientes atacando un pueblo. Si hay alguien dirigiéndolos, será más fácil encontrarle si tenemos ojos en más sitios. Y tiene que haber alguien, unos animales muertos vivientes no van a actuar bajo un patrón por sí mismos.

El hombre con aspecto de bárbaro, se descolgó la enorme maza de la espalda y la dejó caer pesadamente al suelo. Se le notaba inquieto, pero era normal teniendo en cuenta lo que estaba a punto de pasar.

—Daos prisa en decidir lo que sea. Van a caer encima como nos descuidemos.

—Tranquilo Berilion. En eso estamos.

—Hay algo que deben de saber. Mi asistencia en el combate será limitada. Me protegeré de los ataques por supuesto y os curaré cuánto necesitéis, pero no podré participar de forma activa.

La mayoría de los Vindicadores miraron extrañados a Shem, pero no así el propio Vanadiato.

—No será problema. Juntos seremos la espada y el escudo—dijo señalando su arma y la protección del forjado—. Venga conmigo.

Después el líder de los aventureros se dirigió directamente a Rajmia.

—En otras circunstancias le daría toda la razón, pero su compañero también la tiene. Teniendo la suerte de que somos dos grupos numerosos sería un desperdicio por nuestra parte no aprovecharla de la mejor manera. Además, algunos de los nuestros ya conocen a algunos de los suyos. Quizás Vincenza y Eiren deberían de ir con ese joven druida.

La félida algo más calmada, reflexionó todo lo que habían anotado tanto sus compañeros como Vanadiato.

-Quizá tengáis razón y sea mejor dividirnos en tres grupos como decís, la cuestión es que aquí la mayoría desconocemos de planificación militar, necesaria para montar de la mejor manera posible los grupos.-girándose hacia el bárbaro, añadió.-Como bien dice Berilion, no hay mucho tiempo para decidir, pero sí deberíamos planificarlo para ser lo más efectivos posibles.

Se detuvo un momento, y mientras se atusaba el bigote en modo pensativo, Rajmia pareció tener una idea.

-Pensándolo bien, tenemos entre los Guardianes Errantes a dos paladines. Me decantaría por pedirle consejo a Aethorn sobre este asunto, pues me consta que es parte de su formación y siempre que ha planificado algo, no ha errado.-girándose hacia Shem, con un guiño, prosiguió.-No te ofendas, Shem, no es que dude de tus capacidades como paladín, pero tienes que comprender que Aethorn nos conoce muchísimo mejor a nivel estratégico y podrá tomar una mejor decisión en menos tiempo.

Después, mirando al aasimar, dijo-¿Tú qué opinas de todo esto, Aethorn? Necesitamos tu orientación para resolver esto lo antes posible. Está claro, que sin montamos los grupos sin pensar, esto será un desastre.

Aethorn miró a Rajmia confuso. Por un lado estaba agradecido por la confianza pero por otro... No conocía al otro grupo y tendría que guiarse ciegamente para no descompensar los tres grupos...

-Gracias por tu confianza Rajmia. No debemos discutir esto más de lo necesario.

El paladín respiró hondo, levantó la cabeza y se fijó en el pueblo. Analizó en un instante cómo evitar que se convirtiera en una trampa para ellos y hacer una defensa lo más junta posible en tres grupos. 

-Recuerda tu adiestramiento...

-Formemos tres grupos  de cinco sino he contado mal y peinemos el pueblo de lado a lado. Formemos una línea entre los tres para evitar vernos rodeados. En el centro quiero a Shem y a Elbrietas, quiero que pueda ayudar curando a quien lo necesite y que Elbrietas le abra camino para que vaya más deprisa. Jace, te quiero también en el centro.

El paladín miró a Elbrietas serio, sabía que era una misión importante pero recordaba como era en su entrenamiento y lo poco que le gustaban las estrategias militares.

-Vanadiato, quiero que elijas otros dos que complementen al grupo central, en mi opinión creo que Morowe podría aportar bastante desde es posición... Y el resto... Los Guardianes a la izquierda del grupo central y los Vindicadores a la derecha. Avanzaremos manteniendo la línea y siempre visibles para el siguiente grupo, y si la cosa se pone fea retrocederemos hasta el grupo más cercano para reagruparnos en la defensa.

-Se que todos podemos tener opiniones, pero debemos organizar la defensa ya, no deben cogernos aquí charlando. Revisad vuestras armas y tomad posiciones lo antes posible, muchas vidas dependen de que lo hagamos bien...

El aasimar miró a Vanadiato esperando que se pusiera al frente de su grupo y tomara las decisiones lo antes posible.

Rajmia, miraba con gran admiración al aasimar, a medida que exponía la estrategia. -¡Madre mía! No sé cómo lo hace... pero siempre consigue pensar así de rápido... ¡Ojalá yo supiese tanto de estrategia!-después lanzó un suspiro y viendo la cara de decepción de Elbrietas, que como bien era conocido por todos los Guardianes, las estrategias militares no eran su fuerte, se acercó a su amiga para animarla.

-¡Venga, Elbrietas, anímate!-dándole un codazo cariñoso, prosiguió.-No está tan mal que haya una estrategia militar, después de todo, Aethorn, te ha colocado junto a Shem y ¡así tendréis ocasión de poner en práctica el "Puño Meteoro" que practicásteis con tanto ahínco! Y, quién sabe, igual Vanadiato decide incluir en el grupo central a Cobalia, que también te hacía ilusión. No está todo perdido.

Después, volviéndose hacia el paladín, añadió, algo avergonzada.-Aethorn, amigo, siento si mi plena confianza en ti, te ha puesto en un dilema, pero es que ante tanta duda, alguien tenía que adelantarse y proponer algo. Lo que menos sobra es el tiempo. Ni que decir tiene, apoyo tu estrategia al 100%. A ver qué dice el resto.

Zhukov se había quedado absorto mirando una nube que tenia forma de martillo, y apenas se entero de nada de lo que hablaban. Cuando noto que algunos le miraban expectantes intento hacer algo de memoria, apenas recordaba nada pero le parecía que Klaus le había preguntado algo. Así que soltó.

— ... Yo me quedo con Klaus.— Agarró a Klaus y acto seguido señaló con su martillo hacia el cielo— Moradin nos protege, mirad esa nube. La señal no puede ser mas clara.

Frunció un poco los ojos ¿Era un martillo o un gato? Ahora estaba dudando.

Los dos grupos de aventureros todavían estaban discutiendo su disposición cuando un murmulo les llamó la atención. Todos se prepararon prestos para el combate sacando sus armas cuando el murmullo se convirtió en aleteó y éste dio paso a una bandada de que se abalanzó sobre ellos.

Un hedor putrefacto inundó a todos los aventureros que intentaban desembarazarse de la bandada de aves de ultratumba. Por desgracia este no era un enemigo al que batir. Aethorn podía blandir su espada a un lado y a otro, sin efecto, pues donde había un pájaro aparecía otro. Y lo mismo ocurría con las flechas de Rajmia y los puñetazos de Elbrietas. Barril y Klaus no podían conjurar sus dotes en esa situación. Y la cosa no era diferente para los Vindicadores. Ni siquiera Morowe era capaz de encontrar la entonación adecuada para empezar a cantar.

—¡TENEMOS QUE DISPERSARNOS!—se oyó la voz de Vanadiato entre los aleteos—¡AHORA!

No había más opciones, así que los aventureros se vieron obligados a separarse para poder salir del caos en el que ahora mismo estaban envueltos. Pero la huida se hizo a ciegas sin saber quiénes le acompañaban. Hasta que finalmente, la turba de aves acabó dispersa y alzó de nuevo el vuelo.

Al final se habían separado, pero no de la forma que querían.

Aethorn y Elbrietas continúan aquí.

Barril, Morowe y Rajmia continúan aquí.

Klaus continúa aquí.