Tras escucharle levanto una ceja. Extraño sin duda. Me coloco el rifle en el hombro y avanzo.
Me acerco a las murallas y observo que todo el mundo está pendientes del ser.
-A ver, sólo quiero que, a lo sumo, haya dos dotaciones de cañones pendiente de ese tipo, el resto que vigile, puede ser una trampa y estamos mirando solo un punto.- Mi voz sale prácticamente en un gruñido.
Me acerco a la dotación que está más cerca del ser. -Si intenta atacar la puerta con esa extraña arma... voladle por los aires. ¿Esta el cañón a punto?- Sin esperar respuesta me sigo moviendo hacia el ser, hasta colocarme en el borde de la muralla. A tan sólo unos metros del ser y me acuclillo mientras espero ver y oirle. Me acomodo el rifle, dejándolo sobre mis pantorrillas, si el ser intenta hacer algo, espero ser más rápido que él...
-Hace escasos momentos un dragón y unas fuerzas de las arenas- Señalo los cadáveres, que sin duda ya habrá visto a su alrededor- han atacado esta ciudad, es normal que el dajir no abra a extraños, pero si es tan importante no debería importar si estás frente a unas puertas y no sobre un mullido cojín... por favor, hablad.- Digo con voz suave, pero perfectamente audible.
Al parecer aquel dia los dioses estaban en alguna especie de competencia para ver que tantas cosas podian tirarles encima antes de que ellos simplemente decidieran rendirse a la locura. Luego del dragon y el ataque de aquellos extraños hombres aparecio un ser con apariencia canina que parecia provenir de la mas oscura de las pesadillas,aun cuando afirmaba no ser un demonio Gerald no podia evitar echar de menos el echo de que no tenia con el flechas de plata o acero frio como solia hacerlo para este tipo de situaciones.
Jo'kar se estaba preguntando que más sorpresas les depararía ese día cuando la criatura apareció. La respuesta del Dajir no se hizo esperar y el inquisidor puso las cartas sobre la mesa. Solo cabía esperar que aquel ente no decidiese usar la violencia y comenzase a hablar a pesar de la falta de confianza.
Caminando tranquilo, con los libros aún bajo el brazo Jo'kar se colocó junto al Dajir y permaneció en silencio a la espera de que el ente decidiese cual era la vía a seguir.
La criatura miro al Dajir y al rato contesto.
- Está bien, conozco a ese dragón y vengo para transmitir un mensaje al pueblo de Het'jala, más que a sus propios gobernantes quienes han sido incapaces re resistir este ataque, observen como han quedado y sin siquiera haber visto a ese tal dragón del que hablan. Esto solo ha sido un aviso. Pide la rendición a cambio de no empezar la verdadera destrucción, no pueden con su poder, apenas pienso que podrán resistir a otro ataque como este por el bien de ustedes, deberían hacer eso -.
Observo con evidente asco al ser. me levanto de mi sitio y me acerco al Dajir.
-Señor, permitidme unas palabras y consejos... u opiniones si lo queréis llamar mejor así... La rendición no es una opción, ¿O permitiríais la esclavitud de vuestro pueblo? Refugiadlos, incluso preparaos para evacuarlos a lugares más seguros, debéis enviar emisarios, este pueblo tiene muchos aliados, en el peor de los casos la ciudad caerá pero vuestro pueblo estará vivo y libre y podrá reconstruirla, nosotros resistiremos el tiempo necesario para daros tiempo a escapar... bueno... sois el Dajir... pero también el general, si os quedáis debéis asumir que podéis perecer y poner a alguien a dirigir a vuestro pueblo. Si os marcháis dejar a alguien competente para dirigir el ejército. Eso es todo cuanto puedo decir, sois vos quien debe decidir, si lucháis yo lucharé, si os vais yo os cubriré... si os rendís yo me iré. Y ahora dadme la orden... y dejad que mate a ese asqueroso ser...- Hablo con voz pausada, tranquilo intentando transmitir algo de calma al Dajir, que supongo estará alterado.
Jo'kar quedó en silencio ante el valor suicida del inquisidor. Luego, dando vueltas a las palabras de aquel ser en su mente el felino se aclaró la voz para llamar la atención del ser. - ¿Si vuestras palabras son ciertas y ese dragón es tan poderoso por qué nos da esta opción? - preguntó el joven Syrolutha curioso. - ¿Es por misericordia? - preguntó el felino. De ser así sería el primer caso de un dragón que actuase de esa forma. - ¿Si decidiésemos rendirnos que ocurriría con los habitantes de Het'jala? ¿Les dejaría ir o serían esclavos?
Aquella criatura se dispuso a hablar ante las palabras de Jo´kar, pero repentinamente comenzó a rugir de un aparente dolor, extrañas sombras bailoteaban a su alrededor y sus ojos cuyo brillo cerúleo y purpura antes estaba presente de forma variable, ahora se tornaron oscuros cuan terrible noche que no auguraban buenas intenciones.
- ESTE CUERPO ES AHORA MÍO Y TODOS USTEDES ESTÁN A POCOS SEGUNDOS DE MORIR…DEJEN HET´JALA, HUYAN DE UNA PUTA BUENA VEZ, ESTA TIERRA ESTA MALDITA Y SOY YO EL SALVADOR QUE ESTÁ DISPUESTO A PURGAR TODO MAL DE ELLA, SI SUS VIDAS APRECIAN, HUIRÁN POR LOS TÚNELES HASTA MUY AL SUR, O TOMARAN SUS BARCOS E IRÁN EN OTRAS TIERRAS, CORRAN, CORRAN, CORR… - la potente voz se disipo, en una vorágine de luz y oscuridad que hicieron bailotear la tierra, la cual fue expulsada como si una verdadera fuerza explosiva había surgido de aquel cuerpo -
La criatura cayó al suelo muy débil, y la mayoría de los guardias asustados ante aquellas palabras dictadas en un tono equiparable a los más terribles truenos de la más peligrosa de las tormentas se dispusieron a matarla.
El dajir quien había oído las palabras de Sorek, con ojos terriblemente expresivos ante el pavor que recorrió su felino cuerpo casi en un susurro dijo:
- Abandonen la ciudad…estas son solo rocas…la gente es irrecuperable… - y fue ahí cuando un choque nervioso hizo entonar una potente orden - ¡ABANDONEN LA CIUDAD! -
Los guardias aun confundidos, y algunos que no habían oído las palabras de su líder, comenzaron a preparar sus lanzas para matar a aquel ser, pero algo se interpuso entre ellas y su objetivo.
Drakken, el líder vampírico con su rostro descubierto y una capa extendida dijo:
- Esta ciudad ha visto demasiada sangre, han ocurrido asesinatos sin juicio previo y el desierto salvaje como él solo, no necesita de más ayuda para ser nutrido con la sangre de seres que capaz han llegado para ayudarnos…han oído a su líder, Garal ha ordenado que nos vayamos y eso haremos, yo me hare cargo de este extraño y de ser necesario un castigo por alguna falta, que los ancianos syroluthas de Het´jala sean los que deban dictar alguna sentencia, pero no aquí, no ahora, en esta noche de temores y confusión, es hora de partir y salvar nuestras vidas, diríjanse a los túneles, los capitanes que estén dispuestos a tomar a algunos civiles, que así lo hagan, yo mismo estoy dispuesto a llevarme a los que mi capacidad me permita, todos son bienvenidos a mi ciudadela, donde comida y techo no les faltara -
Vulakar el mago, grita:
- La Luz de Gaia puede llevar a los mas niños y ancianos, nuestra aeronave está disponible para una centena, tal vez un poco mas de civiles…para los heridos y enfermos tenemos a los mejores druidas dispuestos a ayudarlos…¡en camino todos! -
Locura,locura era lo que parecia todo aquello,casi como si el dragon hubiera vuelto a sobrevolar sus cabezas la locura parecia haberse apoderado una vez mas de todos sus compañeros que parecian dispuestos a acatar las ordenes de esta criatura quien evidentemente no estaba en sus cabales o bien estaba luchando contra alguna especie de control mental impuesto por quienfuera que le hubiera enviado alli-no se ustedes pero yo no confio en las palabras de un ser que evidentemente esta bajo los efectos del control mental,como sabemos que sus palabras son ciertas-dijo el señalandolo intentando hacer que sus aliados entraran en razon y vieran que abandonar la unica fortaleza en cientos de kilometros con esa bestia hacechando era una sentencia de muerte-para todo lo que sabemos el dragon puede estar esperando que salgamos para cazarnos uno a uno como ratas-continuo manteniendo una voz calmada para intentar hacer que la razon prevaleciera-si aun asi insistis con esto temo que aqui es donde nosotros nos separaremos,prefiero arriesgarme en el barco que intentar huir de un dragon a pie por las arenas-finalizo viendo que decia el capitan.
O_O que cantidad de nuevos personajes veo en los destinatarios
El dajir estaba movilizándose cuando escucho las palabras de Gerald y con tono tajante respondió.
- No lo entiendes elfo…los túneles están ubicados bajo el palacio, no habrá forma de que el dragón nos ataque ahí, debemos caminar por ellos y en tres días llegaremos al sur de Emok´hatosh, donde la ciudadela de Drakken nos acogerá…si iras a los barcos, adelante, pero si tu temor te lo permite, llévate a algunos contigo - le toma el hombro y con rostro reflexivo solo dice - espero poder contar contigo en este éxodo forzado, puesto que prefiero tener una oportunidad de huir y salvar a mi gente, antes que luchar y que todos mueran por culpa de mi orgullo -
Observo impertérrito lo que le sucede al ser. No es la primera vez que veo una posesión, he visto a mis maestros inquisidores hacer exorcismos, aunque he de reconocer que es la primera vez que la veo comenzar. Siempre he supuesto que las posesiones solo las podían hacer demonios... ¿El enemigo de mi enemigo es mi amigo, o mi enemigo.. ? ¿o será otro ser? Intento recordar lo que se sobre posesiones...
Después escucho al Dajir. Miro a la dotación del cañon: -Vayan con sus familias y prepárense, no hay tiempo, cojan sólo lo imprescindible, comida, agua, riquezas que no pesen ni estorben... y cojan sus armas y municiones.-
Escucho la conversación entre el Dajir y Gerald y tuerzo el gesto.
-Gerald tiene algo de razón. Evidentemente esos túneles pueden ser un lugar perfecto para una emboscada. Quizás no de un dragón pero si de tropas. Aconsejo enviar inmediatamente a los exploradores. Yo puedo ir con ellos, o cubriros aquí y cerrar la marcha, donde veais que puedo ser más útil. Os acompañaré hasta la.. ejm... ¿Seguridad?- Clara nota de ironía en mi voz que no consigo disimular.- De la ciudadela de Drakken. Ahí yo me despediré. Tengo que intentar informar de primera mano de esto a mis antiguos compañeros...
Viendo que todos parecían saber que hacer y que Vulakar ya había invitado a todos los heridos y los niños a subir a su barco Jo'kar poco tenía por hacer en aquel lugar. El vampiro, el capitán Noah y Gerald parecían tener su camino decidido. El inquisidor habló un poco más tarde para indicar que se dirigiría a la fortaleza del vampiro.
Sugiero que todos nos encontremos dentro de tres días en la fortaleza de Draken. Debemos juntarnos todos y hablar, tengo una información que seguramente sirva para evitar que esto pase de nuevo. Sería buena idea que el Dajir estuviese presente si consigue hacernos un hueco en su agenda. Supongo que dirigir todo este éxodo exigirá mucho tiempo, pero creedme que lo que tengo que decir es importante. - dijo el felino hablando para todos los presentes y esperando a que respondiesen antes de salir por patas hacia su barco.
Siguiendo las miradas del resto, pasa la suya de las rocas del derrumbe a la criatura, sacando su estoque con tranquilidad en caso de que fuera necesario usarlo pronto. Por como salían siempre las cosas que iba en grupo, parecía ser que no había otra respuesta que la violencia. Si tal monstruo decía tener un mensaje importante, no sería él quién lo pondría en cuestión. Mierda, si su mensaje era que el pasto era verde, se lo aplaudiría con tal de que no causara un desastre adicional a los del día de hoy.
Fuera un demonio, o un ente como decía Fragarot, poco probablemente sería buena idea negarle la entrada. O le abrían las puertas, o el las rompía y destruía todo a su paso para entrar. Además, si el león quiere entrar a la jaula por su cuenta, ¿Por qué no dejarlo? Un espacio reducido les resultaba una ventaja cuando le superaban en número.
Obviamente, lo que el perro divino tenía que decir no sería escuchado por nadie, ni siquiera por él mismo. ¿Rendirse así, sin más? ¿Luego de haber ganado la batalla con increíble diferencia? ¿Por qué clase de estúpidos los tomaban? Se alegró de ver que sus compañeros pensaban igual, y asintió ante la idea de Sorek. La apoyaba y tomaría el papel que fuera necesario en ella. La prioridad siempre sería el pueblo.
La dolorosa amenaza a gritos causó una impresión en el capitán, quien miró a Gerald sorprendido antes de volver a fijar sus ojos sobre el dajir, que gritaba como un cerdo en la carnicería. Escuchó la siguiente instrucción del vampiro, bastante más sensata, y guardó su estoque.
Lobo, al barco. Ayúdame a reunir civiles, subir a cuantos podamos al barco. – le confirmó, para luego girarse hacia el dajir de gesto serio, molesto por haberlo visto darle órdenes a uno de sus hombres. – Somos piratas. A diferencia de las valientes decisiones que pueda tomar un hombre como usted, dajir, no nos vamos a arrastrar como ratas por túneles – en su rostro se dibujó una sonrisa ladeada y su tono cambió a uno ligeramente sarcástico – pero apreciamos su consejo. – terminó de hablar, devolviendo el insulto. Minar su autoridad y llamar a su hombre de confianza cobarde era más ofensa de la que podría aceptar en silencio, y de no ser por la situación de urgencia probablemente no hubiese quedado en un intercambio de palabras.
Miró a Jo'kar, asintiendo.
Tres días suena bien. Hablaremos entonces. - respondió, listo para seguir su camino.
Tal como había pensado al capitán no le hizo mucha gracia las palabras del dajir pero a él no le afectaron demasiado,una de las ventajas que tenia ser tan viejo es que te importaba poco lo que dijiera un cachorro que ni siquiera se consideraba un adulto entre los suyos-sabrá disculparnos dajir pero lo que usted llama cobardía nosotros lo llamamos sentido común-dijo el con una sonrisa irónica mientras ayudaba al capitán a llevar civiles a los barcos,después de todo con la muerte de la muchacha los barcos que había traído con ella les pertenecían y pensaban hacer buen uso de ellos, 3 días era el lapso que tenían para llegar a la fortaleza del vampiro y a decir verdad tenían más oportunidades de escapar por mar que por aquellos túneles si el desmoronamiento del cuarto secreto era algo por lo que guiarse.
Pues posteo por acá porque no se si se supone que nosotros también nos movemos a la otra escena.