Partida Rol por web

No hubo más respuestas del dragón, se mantuvo ahí sobrevolando, observándote y al dar los primeros pasos solo dice:

- INTERESANTE VOHNIA…ERES UNA CREATURA MUY INTERESANTE –

Caminas hacia la ciudad con el velo de la noche sobre ti, cuidándote, con nubes espesas de color naranja bailoteando en un ritmo lento y amorfo.

Notas que el mercado estaba abandonado, varias mercancías fueron abandonadas, frutas y carnes colgadas aguardando lentamente el correr natural de la descomposición haciendo su trabajo.

Notas que los muelles estaban repletos de embarcaciones cuyos hombres estaban atentos a cualquier señal de los capitanes que se refugiaban en la ciudad, con sus cañones listos y sus velas alumbrando las aguas oscuras del mar.

Llegas hasta la puerta, varias antorchas fueron encendidas y al notar tu presencia, un guardia vocifera con la lanza en alto.

- ¡Detente! – tras esta palabra, varios guerreros más se sobresaltan y sus filosas armas estaban preparadas para atacarte en caso de mostrarte hostil - ¿Quién eres y que deseas? – pregunto de nuevo el mismo primer guardia, de pelaje oscuro y motas pardas -

Seguí avanzando, viendo a mi alrededor la devastada zona exterior de la ciudad, sin nadie por sus calles. 

La verdad, se me hacía raro la perspectiva con la que veía las cosas, tantos años de costumbre en el cuerpo de la pirata ahora me hacían sentir esta extraña sensación al caminar.

Busqué con la mirada el maldito barco en el que vine cuando pasé por el puerto, debía seguir por ahí en algún lado.

Llegué hasta la puerta, donde varias luces se encendieron y alguien me ordenó detenerme. Así lo hice y miré al que abrió la boca luego, mientras todos se mantenían a la defensiva con sus armas.

-Quién soy no es relevante, pero lo que deseo si. Traigo información importante sobre todo lo que acaba de ocurrir y solicito hablar con el dajir y con la gente que aquí se ha reunido para de igual manera hablar con el.

Me mantuve serio, pero no podía parar de reír por dentro.

-Y es urgente, vida o muerte. Debemos darnos prisa.

El dajir ahí estaba, calmado pero atento, analizando las posibilidades, era solo un ser, pero que pasaría si podía convertirse en algo más poderoso y atacar desde adentro de su ciudad, la respuesta en ese sentido era relativamente sencilla.

- Las puertas solo son abiertas para amigos y aliados, yo no te conozco ni hombre alguno en la faz de Karjian lo ha hecho…si tan importante es la información que traes, he de pedirte que la digas ahí en tu posición, puesto que no arriesgare a mis hombres a cualquier tipo de posible amenaza –

El rostro de aquel syrolutha se mostraba firme, su voz era tajante, su mano derecha sostenía una espada sujetada a la cintura mientras que no despegaba sus ojos felinos de aquel extraño ser. 

Uno de los hombres encima de la muralla te habla luego de que el Dajir lo hiciera.

-Hace escasos momentos un dragón y unas fuerzas de las arenas- Señaló los cadáveres, que sin duda ya habrá visto a su alrededor- han atacado esta ciudad, es normal que el dajir no abra a extraños, pero si es tan importante no debería importar si estás frente a unas puertas y no sobre un mullido cojín... por favor, hablad.- dijo con voz suave, pero perfectamente audible.

Miré al gato que me habló y cuando iba a contestar, desde las murallas vi a uno de los que se habían reunido.

-Está bien, conozco a ese dragón y vengo para transmitir un mensaje al pueblo de Het'jala, más que a sus propios gobernantes quienes han sido incamapces re resistir este ataque, observad como habéis quedado y sin siquiera haber visto a ese tal dragón del que habláis. Esto solo ha sido un aviso. Pide la rendición a cambio de no empezar la verdadera destrucción, no podéis con su poder, apenas pienso que podáis resistir a otro ataque como este. por vuestro bien, deberíais hacer eso.

Esperé a su respuesta ,atento a lo que pudiesen hacer, me mantendría alerta, para a la mínima hacerme invisible o salir de allí.

Sientes como tu cuerpo es invadido por una terrible fuerza, se trataba de un poder de magnitudes casi divinas, sientes como la fuerza de aquel gran dragón toma posesión completa de tu ser, dejándote ahí arrinconado en un pequeño recoveco de tu propia mente, donde pudiste leer pensamientos y deseos de aquella bestia.

Observaste como el dragón te asesinaría luego de dejar tu cuerpo, como una gran llama azul cubriría tu cuerpo dejándolo solo en cenizas.

La visión no te gusto, temiste por tu vida como hacia centurias no lo habías hecho, puesto que la llama de Kg-eren era tan tremebunda que podía desterrarte directamente al plano caótico donde Eris se encargaría de castigarte por un periodo casi eterno.

Pero aquella apenas fue una de las pocas visiones que tuviste, varias eran fragmentos de tiempos ancestrales, de vistas preciosas de una Karjian observada bajo los mismos ojos de un dragón poderoso, montañas allá, la luna fría no muy lejos, un sol radiante que bañaba paramos y lagos ahí abajo, mientras tus alas cortaban el viento, la lluvia y la nieve.

Pero hubo una visión que nuevamente perturbo tus sentidos, eran frias y negras cadenas que te habían atrapado en una oscuridad apenas combatida por la llama azul de Caronte, aquel dios que deseaba tomar el trono del Inframundo, estaba completamente cubierto por una túnica y una débil llama añil bailoteaba como si de una triste aura de muerte se tratara.

- ¿Kg-eren, que dices de mi propuesta? -

- ¿Y DIME…QUE CREES CARONTE? ME ACABAS DE COMENTAR QUE KARJIAN SERÁ ABATIDA POR UNA GUERRA DIVINA, LUCIFER HA MANDADO A SU MÁXIMO GENERAL PARA COMANDAR LAS TROPAS DE SUS SIETE HIJOS, QUIENES PORTARAN SU ESTANDARTE DEMONIACO AGUARDANDO A TOMAR TODA TIERRA CONOCIDA, GAIA…LA MISMA PACIFISTA Y BONACHONA DE GAIA HA DECIDIDO PROTEGER SU TIERRA CON CENTENAS DE SERES, TÚ HAS LOGRADO ALIARTE CON EL HIJO DE ORR Y ENTRE AMBOS ESTÁN DISPUESTOS A LANZAR UN PELOTÓN HECHO POR DRAGONES VIVOS Y DRAGONES MUERTOS PARA POR FIN ELIMINAR AL CONSEJO Y A CAMBIO QUE ÉL TE AYUDE A TOMAR EL TRONO QUE TANTO HAS ANHELADO Y EL ULTIMO EJERCITO DE AZRAEL SE ENCUENTRA BAJO LA CIUDAD DE HET´JALA…DONDE TENGO QUE IR A DESTRUIRLA Y LLAMAR A ESAS FUERZAS PARA EVITAR MI PROPIA MUERTE Y LOGRAR LA RESURRECCIÓN DE MIS ANTIGUOS HERMANOS CAÍDOS…NO ME DAS MUCHAS OPCIONES SEÑOR DE LA MUERTE -

- Por algo has llegado a ser el último mi buen dragón…pero eso no será así por mucho tiempo, ya falta poco para que tus hermanos vuelvan a surcar los cielos y entre todos vuelvan a conquistar la tierra que alguna vez les perteneció -

- QUE ASÍ SEA MAESTRO…QUE ASÍ SEA -

Mientras observabas todo eso, tu cuerpo fue liberado y caíste al suelo muy débil, notando que muchos de los guardias te estaban a punto de atacar, dispuestos a eliminarte con sus múltiples lanzas, dándote apenas unos pocos segundos para hablar o actuar.

Pero no pudiste decir o hacer nada, solo observaste como una figura se interpuso entre ti y la lanza de los guardias, figura oscura que protegiéndote comenzó a hablar.

- Esta ciudad ha visto demasiada sangre, han ocurrido asesinatos sin juicio previo y el desierto salvaje como él solo, no necesita de más ayuda para ser nutrido con la sangre de seres que capaz han llegado para ayudarnos…han oído a su líder, Garal ha ordenado que nos vayamos y eso haremos, yo me hare cargo de este extraño y de ser necesario un castigo por alguna falta, que los ancianos syroluthas de Het´jala sean los que deban dictar alguna sentencia, pero no aquí, no ahora, en esta noche de temores y confusión, es hora de partir y salvar nuestras vidas, diríjanse a los túneles, los capitanes que estén dispuestos a tomar a algunos civiles, que así lo hagan, yo mismo estoy dispuesto a llevarme a los que mi capacidad me permita, todos son bienvenidos a mi ciudadela, donde comida y techo no les faltara -

Tras todo aquel pedido de misericordia, el ser en un cuasi susurro te dice:

- Tranquilo, solo te pido algo a cambio...un nombre y saber si eres amigo o enemigo -

Siento como mi cuerpo es invadido por una fuerza descomunal, divina, no puedo hacer nada. "¿Qué mierdas pasa con este cuerpo?"

De pronto, nuevamente aquellas visiones, ideas, pensamientos, cosas extrañas, comenzaron a aparecer en mi, esta vez a ojos de un dragón. Aquél dragón. Todo lo que vi a continuación me llevó a una conclusión. No podía hacerle caso a aquel ser, debía romper vinculo, no iba a morir ahí por capricho suyo.

Sin darme cuenta, regresé, cayendo al suelo, sin fuerzas, débil. Lanzas a mi alrededor me asustaron pero alguien se interpuso. No lo veía muy bien pero me defendió y al final me pidió un nombre y si era amigo o enemigo.

-Vaan Kasbeel-hice una pausa, pensando detenidamente en mi siguiente contestación entre una sonrisa-Amigo.