Partida Rol por web

Mañana del 19° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura   [Turno 1]

La torre de vigilancia estaba vacía, lo había estado por más de 200 años, y quizá mucho más. La madera era vieja y aunque aún se encontraba firme, era claro que unos cuantos hachazos la harían venirse abajo. No obstante, seguía siendo un buen punto desde el cual divisar a cualquier enemigo o viajero que se acercase desde el oeste o el norte.

Apenas descender de nuevo de las Kaladrun, habían tenido que subir de nuevo a una empinada colina, en cuya cima se encontraba aquella torre, y de allí, casi inaccesible, descendiendo por el camino pedregoso y olvidado, se encontraban las cataratas Kurgun. Las cataratas Kurgun, conformadas básicamente por una gran cascada, se encontraban situadas remontando el río Carina, tan lejos que ni siquiera los esquifes comerciales gnomos habían podido habían podido viajar hasta allí desde el empoderamiento de la sombra, e incluso ya en el pasado el río era impracticable dependiendo de la estación del año. Durante las estaciones en las que el río estaba muy crecido o casi en su lecho, los comerciantes gnomos estaban obligados a conducir caravanas de mulas ascendiendo por el estrecho sendero para carros que discurre a lo largo del rio, llegando a las cataratas desde el sur.

Varias familias de mercaderes enanos realizaban viajes anuales a las cataratas y solían pasar casi todo un arco allí. La familia de Dunkan en el pasado era una de las que solían hacerlo, y por ello, tenía conocimiento del lugar, heredado de los recuerdos de antaño pasados de padre a hijo. Así, las familias solían en aquellos tiempos intercambiar mercancías y noticias entre los diversos clanes Kurgun. Pero conforme el comercio de los enanos con el exterior fue disminuyendo hacia mediados de la tercera edad de Aryth, cada vez menos caravanas viajaban hasta las cataratas, y por ello el puesto comercial se fue olvidando. Dunkan de hecho conocía una historia contada por un viejo comerciante gnomo, en la cual, la última caravana comercial había viajado hasta aquel puesto comercial en las cataratas Kurgun para pasar allí varios días antes de adentrarse más en las montañas. No obstante, nunca más fue visto, y desde entonces, los comerciantes gnomos no volvieron más por aquellas tierras y el lugar fue poco a poco olvidado.

Se creía que el puesto comercial había caído en manos de los orcos, motivo por el cual los comerciantes gnomos habían decidido que era demasiado arriesgado el intentar conservarlo. Pero Dunkan había viajado hasta allí varios años atrás, tantos ya que ni recordaba la cantidad. El sabía que no había orcos, o al menos, si los había habido alguna vez, ya no se encontraban allí.

Apenas concluir Dunkan sus palabras, el grupo se encontró súbitamente dando vuelta hacia el este entre el camino de las colinas, topándose casi de frente a aquel puesto comercial olvidado, ahora en su mayoría en ruinas. El lugar estaba en calma, no parecía haber nadie allí. Solo se escuchaba el rugir del viento sobre las montañas y el estruendo causado por las aguas de la cascada. La cascada Kurgun estaba conformada por una estrecha caída de agua que daba a un estanque amplio, el cual separaba el nacimiento del río Carina del tramo que continuaba fluyendo con fuerza hasta territorios muy lejanos. La cascada media algo más de 18 metros de altura y según lo dicho por Dunkan, vertía agua a los valles al oeste en la tierra de Eren central prácticamente todo el año con la misma intensidad.

Llegados al terreno cercano al estanque, apenas adentrarse en el lugar, el grupo notó con claridad como el agua que caía ahogaba la mayoría de los sonidos dentro del pequeño valle que rodeaba al estanque. Susurrar era imposible, mientras que escuchar lo que otro decía era difícil si no se estaba muy cerca o si se levantaba la voz considerablemente. A su vez, la cascada dejaba una fría y suave neblina flotando en el aíre en los alrededores del estanque, la cual era mucho más nutrida en las proximidades del estanque.

El valle era sumamente llano, pero estaba rodeado de laderas extremadamente empinadas con muchos peñascos desperdigados, que más arriba dejaban ver varios senderos y desfiladeros escarpados que parecían adentrarse hacia las montañas. El valle del puesto comercial estaba conformado básicamente por tres áreas. Al oeste estaba una región verde, con arbustos algo grandes y un terreno que se alejaba algunos metros del estanque, y a su vez era la zona por la que se llegaba si se procedía desde las montañas al noreste. Al sur, el valle se achataba tanto que solo permitía el paso a pie con dificultades por un lado del rio, mientras que por el otro se encontraba el sendero de los antiguos mercaderes gnomos por donde viajaban con sus grandes carros. Finalmente, al este se encontraba en si mismo el puesto comercial, o más bien, las ruinas del mismo; a las cuales se podía acceder por un puente alto, lo que, junto con los muelles en el estanque, sugerían que alguna vez se pudo navegar hasta allí.

Gror miró el valle confundido, no estaba el paquete. Su misión era recoger allí el paquete, encontrarse con el gnomo ese. No recordaba su nombre, pero seguramente Cuhrin o Dunkan lo recordaban bien, quizá incluso el gnomo ese que les acompañaba le conociera.  El gnomo no se veía, aunque quizá estuviera escondido en las ruinas o entre la densa neblina de la cascada. Quizá había enemigos y era una emboscada.

Gror no era un tonto, no lo iban a tomar por sorpresa, por lo que apresuradamente dispuso a sus fuerzas para investigar la zona. – Puede haber enemigos, hay que explorar la zona y forma un perímetro defensivo – exclamó en la lengua de los enanos, pues la verdad es que la lengua del comercio no se le daba y no iba a intentar esforzarse – Durghall cruza el puente con Cuhrin y defiende allí el paso desde el sur, ese de los carros del que habló Dunkan. Es más, Dunkan, tu ya has estado aquí antes, ve y explora el camino al sur hasta donde alcanza la vista, si hay algo raro avísanos – exclamó el enano Kurgun esperando que el montaraz pudiese darse cuenta si había algún rastro en el camino, o si, por el contrario, alcanzaba a ver algo más allá.

Gror hizo cuentas lo más rápido que pudo y entonces asintió para sí – Adam, Barich y Keg, ustedes vayan y exploren la zona de arbustos al suroeste del estanque, no quiero sorpresas entre los arbustos. Y vigilen las alturas, por si nos tienden una emboscada. Dainn, toma al gnomo y a Ulfrin, vayan y exploren los edificios en ruinas al otro lado del puente. Michani, os pido nos apoyes también en la exploración – dijo cambiando ahora el tono, sonando mucho más formal y amistoso – necesitaré que junto a Pel exploren el estanque, los muelles y la cascada. Tomen a Wendell con ustedes para que les proteja – explicó a la canalizadora enana del clan Gorand.

– Necesitaré que revisen cada rincón del lugar. No solo por si esto es una trampa si no para encontrar puntos fuertes y débiles en la zona. No sabremos cuanto tiempo estaremos aquí – exclamó Gror sacando el pecho, claramente aquello había sonado muy inteligente de su parte. – Fuhrin y yo protegeremos el sendero de las montañas. Moveos ya – ordenó con firmeza y seguridad en sus palabras.

Finalmente llegamos al puesto comercial, o a las ruinas de lo que fue un puesto comercial. Ver los edificios abandonados me llena de melancolia dandome cuenta de cuantas cosas hemos perdido ante la sombra.

No hay mucho tiempo para contemplaciones claro.Gror, eminentemente práctico, pronto da ordenes bastante sensatas. Cuando indica mi tarea asiento y añado en enano antiguo

-¿tal vez alguien ligero podría subir a la torre del vigia? Es, despues de todo, su función-

Dejando que Gror, o tal vez Dainn, decida sobre eso me dirijo a Pel y Wendell en comercial

-Gror dice nosotros revisamos estanque, muelle y cascada- al tiempo que hablo señalo con el dedo, entre en ruido y mi tosco comercial no se cuanto entienden

A continuación me acerco a Adam, Barich y Keg, no se si entienden el enano antiguo -Gror dice vosotros explorais arbustos al suroeste del estanque- de nuevo gesticulo al explicarles las ordenes

Todos los demás grupos formados incluyen algún enano así que considero que ya nadie necesitará una traductora y vuelvo con Pel y Wendel

-¿vamos?-

- Si eso parecía entendiendo - contesta el defensor su su chapurreado enano antiguo antes de volver a la lengua del comercio, con la que, evidentemente, se siente más cómodo - Supongo que podemos ir juntos hasta el puente y luego separarnos -

Sacando una bala de la bolsa que pende de su cintura la acomoda en la honda y la deja preparada para utilizarla si hace falta, antes de continuar - Podemos seguir el borde del estanque hasta el puente, cruzarlo y revisar los muelles antes de ir a la cascada. Aunque supongo que con el ruido del agua no podremos escuchar demasiado será mejor que estemos atentos -

Wendell avanzó lentamente, un paso cada vez, prestando toda la atención que podía al entorno y listo para detenerse si él, o alguno de sus compañeros, veía o escuchaba algo que pudiera representar algún peligro.

Por fin habían llegado al primer punto crítico de su viaje. Barich pudo contemplar brevemente el paisaje y dejarse sobrecoger por él durante escasos segundos. El paisaje resultaba muy diferente a lo que estaba acostumbrado. Aunque igual de agreste, la geografía del Valle de Eren era más suave en comparación y la presencia del propio río, aunque tranquila, era dominante en la zona. En este valle antiguo la presencia del agua resultaba mucho más agresiva, aportando una atmósfera particular al escarpado paraje. Dunkan no tardó en contarles viejas historias del lugar y la vida que tenía antes, lo cual suponía un choque viendo las ruinas en las que se había convertido. 

Gror no tardó en pronunciarse y comenzar a impartir órdenes. O eso le pareció a Barich pues el líder continuaba esquivando la lengua de comercio. Incluso se negó a usarla cuando claramente se dirigía a Adam, Keg y él mismo aun a sabiendas de que ninguno comprendería sus palabras si continuaba hablando en enano antiguo. Quizás su orgullo le impedía expresarse de una manera que lo hiciese parecer torpe con las palabras. Tan solo esperaba que en una situación complicada su testarudez no hiciese sumar la falta de comunicación a los problemas que pudieran tener. 

Antes de que Barich pidiese a alguno de sus compañeros la traducción de las órdenes, Michani se adelantó a explicarles lo que Gror les había pedido. -Muchas gracias, Michani.- Le respondió con una sonrisa sincera y acompañando el agradecimiento con una ligero asentimiento. -Ya tenemos órdenes.- Les dijo tanto a Adam como a Keg esperando por ellos para ponerse en marcha. El constante ruido de la cascada hacía que la aparente ausencia de movimiento entre las ruinas pareciese cuanto menos sospechosa. Teniendo en cuenta la ventajosa posición para avistar a cualquiera que se acercase a lo lejos, no era de extrañar que de haber alguien aquí no se hubiese escondido, ya fuese por miedo o para atacar por sorpresa. Habiendo venido aquí a buscar a alguien, esperaba que fuese amigo y no enemigo el que estuviese al acecho. No solo por el evidente peligro, si no porque la presencia de enemigos en esta zona no supondría nada bueno para la misión. 

De camino a la zona que Gror les había pedido que inspeccionasen, Barich actuó metódicamente. En completo silencio y comunicándose con señas sencillas en caso de ser necesario y con palabras de no quedar otra alternativa. Ayudado por la protección que el torrente de agua les daba, el montaraz se movió con algo más de libertad pero evitando causar algún ruido que delatase su posición. Su vista repasó toda la zona preparado para reaccionar ante cualquier movimiento extraño mientras se acercaba con cuidado. Una vez allí, centró su atención al cualquier signo que le indicase la presencia de alguien en este lugar. Ya fuese para saber si algún grupo había llegado recientemente o, en el peor de los casos, lo había abandonado apresuradamente...

El abandonado puesto comercial se alza frente a nuestros ojos, adyacente al estanque creado por la fuerza de la cascada, que inunda todo el ambiente de su atronador rugir y de una densa capa de agua suspendida. El lugar, claramente ha visto tiempos mejores y un buen golpe podría derribar las construcciones pero sigue siendo el lugar indicado para reunirnos con el gnomo y el que no le veamos no hace sino preocuparnos de que algo no va a salir conforme al plan.

"¿Se habrá atrasado o es una trampa?"

La traición es siempre una posibilidad en estos tiempos y uno nunca sabe realmente qué está pensando un gnomo al que no se conoce pues entre esas gentes hay tanto enemigos como aliados de la Sombra por igual.

Apenas llegamos y después de haber escuchado todo lo que Dunkan nos cuenta del lugar, Gror reparte órdenes que me parecen de lo más lógicas. En mi caso particular, debo ir con Dainn y Girolamo a explorar lo que parecen ser almacenes. Asiento a las palabras de nuestro líder mientras desenfundo dos hachuelas urutuk y las llevo prestas en caso de que el peligro caiga sobre nosotros en forma de enemigos armados, para luego comienzar a avanzar en esa dirección junto con mis compañeros.

Hizo un esfuerzo consciente para evitar mostrar su sorpresa y también algo de orgullo propio de ver a Gror al fin dando órdenes sensatas. Por lo menos ALGO en lo estratégico había aprendido el chico. Dainn desenfundo su urgrosh con lentitud, mientras estudiaba el terreno desde la llegada. No buscando enemigos, sino para formarse el también una impresión de cómo deberían fortificarse y dormir esta noche, si acaso debían pernoctar. No era el mejor sitio con aquella estruendosa cascada justo al lado… sin contar otras posibles sorpresas.  Pero por otro lado podía ser un buen punto para recuperarse y reaprovisionarse antes de dar la vuelta.

-Voy. +asintió finalmente a las órdenes del líder de la expedición, pero hizo señal a Ulfrin de que el tomaría la delantera, mientras por mejor el guerrero se quedaba atrás a cuidarles las espaldas… Girolamo iría mejor entre ambos luchadores. + Tómense su tiempo si hace falta, aún queda mucha luz. +indico a los demás en lengua de comercio, tanto a los que irian con el como al resto que se dispersaban, para que no revisaran con prisas.

Por su parte, avanzo despacio y antes de entrar a los edificios oteo el suelo buscando rastros de posibles visitantes recientes en el mismo. Que el lugar pareciera abandonado no significaba que lo estuviera realmente. Ya dentro de los edificios, los reviso con calma, en busca de algo que pudiera delatar problemas o bien fuera de utilidad. *

Por fin, el duro camino dio lugar a una paisaje maravilloso, uno que no había visto hacía muchos años, pero que allí estaba, aguardándoles, quizás demasiado calmado ahora, cuando otrora estaría lleno de vida y ajetreo.

Cuando Gror comenzó a hablar, en un primer momento me quedé sorprendido, echando la cabeza hacia atrás mirándole. Como era habitual, los temas de estrategias se me escapan un poco, aunque parecía que quería hacer algo más que no fuera ir directo, corriendo si fuera posible, y golpear, machacar y matar. Sonreí antes la perspectiva.

En ese momento, escuché que me nombró, y que acompañaría a mi amigo Uffrin con Dainn. Umm, eso no me hacía demasiada gracia la verdad. Me parecía que tenía demasiadas ganas de sobresalir, cosa que en esta época no era precisamente demasiado inteligente.Era mejor mantenerse en perfiles bajos, aunque claro, a un enano eso se la sudaba.

Tranquilo amigo digo palmeando la tensa espalda de Uffrin no estés tan rígido, que parece que te han metido un palo.

Seguro que está ahí ese Rendel según hablaba, miraba a mi alrededor, intentando encontrar alguna pista de ese gnomo y el paquete.

Al final Gror no había hecho caso de las recomendaciones de Dainn de que los montaraces exploraran primero la zona y todo el grupo fue hasta el antiguo puesto comercial. Aunque si a Adam le molestaba aquello no se lo dijo a nadie.
Cuando llegaron y vieron todo desierto la paranoía y la incertidumbre empezaron a hacer mella. Aunque aquello no era malo del todo, ya que te mantenía vivo en una tierra tan hostil como la que estaban.

El defensor escuchó su nombre y entendió un poco de lo que le pedían, y luego Michani se lo confirmo. Lo cual le agradeció a la enana.

Bueno. Vamos a ver si encontramos algo.

Dijo sonriendo. Aunque lo decía en serio, parecía tener ganas de encontrar algún enemigo esperandoles.
Fue junto a Barich y Keg a la zona indicada. Pero ni el ruido, ni la neblina que manaba de la cascada lo hacía fácil.

Gror asintió a las palabras de la canalizadora, indicándole que ordenaría a Barich apostarse allí una vez que hubiese explorado bien el terreno. Tras aquellas palabras, cada grupo tomó su rumbo, siendo Dunkan el que más habría de alejarse, aunque Cuhrin y Durghall que montarían guardia en el acceso sur al pequeño valle, podían verle desde la distancia. La jornada se prolongó largo tiempo hasta que el grupo logró su cometido, y así, tras cerca de dos horas revisando cada detalle del valle, el grupo se reunió cerca de las ruinas al otro lado del puente, dejando a los guardias apostados a excepción de Gror, y aún con la espera del regreso de Dunkan, quien ya se había demorado demasiado.

El grupo de Michani, Pel y Wendell notaron que el lecho del estanque había sido excavado, probablemente hacía ya cientos o miles de años, pues la roca que había sido colocada para cimentar el lugar ya estaba acoplada a la naturaleza del estanque. Las estructuras de los muelles, claramente talladas por picapedreros e ingenieros enanos, aún se mantenían sólidas, y aún podrían servir para amarrar a los esquifes de los comerciantes gnomos, si es que éstos alguna vez volviesen al lugar. Los muelles estabas cubiertos por un denso musgo y eran por ello sumamente resbaladizos. En cuanto al estanque mismo, la erosión de quizá miles de años había cavado profundo en la tierra, generando aquel estanque que ahora ocupaba al menos la mitad del valle. El estanque era sumamente profundo, llegando a más de diez metros de profundidad, o al menos eso estimó Pel. El agua era fría y formaba una espuma junto a la cascada, que era el punto donde la neblina más se espesaba, Wendell logró observar que allí había peses, pero de gran tamaño, aunque no pudo identificar a simple vista de que especie eran. Hacerse con uno de esos les ayudaría mucho con sus raciones. Finalmente, el grupo se dio cuenta que había un pequeño pasaje detrás de la cascada que iba de un lado a otro del valle, aunque era difícil transitarlo por la fuerza de las aguas y lo resbaladizo que era caminar por las pocas piedras que había.

El trabajo de Dainn, Girolamo y Ulfrin fue el más complejo, aunque también el más divertido, a ellos les tocaban las ruinas. El primer punto en explorar fue el mercado mismo, que era una torre baja, con su planta baja y un solo piso superior. La torre estaba construida bajo un inconfundible estilo clásico enano con unos 35’ de diámetro, y aunque la mayoría del techo se encontraba derrumbado, la estructura aún estaba en buen estado y era fácilmente defendible. Aparentemente la entrada estuvo alguna vez formada por una puerta de metal, pero estaba había sido arrancada tiempo atrás, probablemente por ladrones pues parecía haber sido cortada con mucho esfuerzo. Había a su vez dos grandes ventanas a los costados de la torre que iluminaban muy bien el lugar. Los muros exteriores del edificio mostraban diversos grabados, en su mayoría gárgolas que representaban a diversos espíritus de las montañas. El interior de los muros de la primera planta estaba cubierto con pictogramas cincelados que celebraban cada uno de los grandes eventos que se habían llevado a cabo entre los mercaderes hacía ya muchos años atrás. Había allí grabados que narraban la historia de cada evento, pero tendrían que esperar a que Michani o alguien más los leyera. Los techos del interior eran bajos y había ahora mucho polvo, por lo demás, estaba completamente vacío, salvo por algunas pocas piedras dispersar por el suelo. En el muro norte de la torre había una escalera de piedra circular que daba acceso a la planta superior y a su vez hacia la oscuridad de un frio sótano.

En la planta superior era al parecer, donde se llevaba la mayor parte de los tratos comerciales, pues aún se podían observar restos de las antiguas interacciones; mesas de madera ya podridas por los años, tarimas de piedra, y algunos otros restos. Aquella planta tenía cuatro grandes ventanas, cada una ubicada en la dirección de cada uno de los puntos cardinales. Cerca de un tercio del tejado había caído y por ello había grandes trozos de roca desparramados por toda el área. Acceder al tejado, era posible, aunque una tarea algo arriesgada, por lo que los héroes lo dejaron para quizá otro momento.

El sótano por su parte, era sumamente oscuro y frío, aún incluso de día, y al parecer antaño había servido como habitaciones para los enanos y viajeros comerciantes en general. Había allí rastros de ocupación en fechas recientes, quizá no más de un año, y probablemente por parte de trasgos, por lo que era esperable que alguna patrulla hubiese pasado por allí hacía ya un tiempo considerable. Dainn descubrió allí una delgada puerta de piedra que conducía a través de un pasillo húmedo y no transitado por cientos de años, hasta las ruinas de los almacenes cercanos. De las ruinas de los almacenes, prácticamente ya solo quedaban los muros de piedra sin tejado, a la par de unos cimientos aún firmes, pero ya con una vegetación que los iba consumiendo. Por lo demás, lo único llamativo en aquellas ruinas era que se conectaban mediante un túnel enano con la torre del mercado.

Por su parte, Adam, Barich y Keg no encontraron nada. Los arbustos no escondían nada, más que quizá tuzas y algunos roedores de montaña. A Barich le pareció ver un par de liebres de gran tamaño, pero estás se escondieron rápidamente entre la niebla alta. El terreno al suroeste del valle terminaba abruptamente a los pocos metros dando con una alta pared difícil de escalar, no había amenaza alguna allí ni forma de escalar. Al buscar reunirse con los demás, el grupo también revisó el puente, el cual era alto pues permitía el paso de pequeñas embarcaciones a través del rio Carina.  El puente, aunque firme, se encontraba ya en mal estado por la falta de cuidado a lo largo de años, y aunque había sido también tallado por enanos, eso no lo hacía invulnerable, y ya una sección de la parte oriental del puente estaba cerca de colapsar. Barich considero que sería bueno analizar cuanto peso aguantaría realmente el puente antes de caer, pues si bien de momento podría aguantar con facilidad a más de tres personas, era claro que ya no estaba para soportar una dura carga.

La bárbara había sentido una especie de euforia cuando por fin lograron vislumbrar el lugar donde deberían encontrarse con el gnomo y el ya tan mentado paquete. La euforia duró tan sólo unos pocos y optimistas instantes, puesto que lo solitario del lugar le mosqueaba un poco, y parecía que no era a la única. Gror comenzó a dar indicaciones, por supuesto en idioma enano, así que Keg pudo captar sólo algunas palabras, que por suerte la enana Michani se encargó de confirmar.

-¿No nos habían dicho que lo más seguro es que el "paquete" fuera realmente personas que teníamos que escoltar de vuelta a la Roca?- Dijo la ereña a sus dos compañeros de investigación mientras se dirigía a los arbustos asignados. -No sé, me parece que no habrán llegado aún. O están muy bien escondidos. O los han matado antes de llegar.- Iba diciendo mientras acompañaba a Barich y a Adam, cubriéndole las espaldas a ambos por si algo salía de algún lugar para atacarlos. Los arbustos resultaron ser... bueno, arbustos. Tampoco es que hubiera demasiado follaje como para esconder algo de gran tamaño, o tamaño gnomo. Luego de haber perdido un buen rato allí, regresaron con el resto, y la bárbara se estiró perezosamente, bostezando, antes de lanzar miradas por donde había desaparecido Dunkan, a ver que tenía que agregar a lo que dijera el resto.

- No lo sabemos, pero deberíamos esperar a ver si es que llegan en los próximos días - contestó Wendell a las palabras de la bárbara - El lugar no es malo para hacerlo. Tenemos agua para llenar nuestros odres, y el barril que nos dieron al salir y quizás podamos pescar algunos de esos extraños peces. Será un placer cambiar el menú - agregó - No me molestan los cereales pero un poco de variedad siempre es bienvenida - 

- La pregunta es donde nos conviene hacerlo, por lo que comentan, quizás sea una buena idea hacerlo en esas ruinas de lo que fue un mercado. Podríamos hacer guardia en el primer piso, así tenemos una buena vista de los accesos - propuso - Y en caso necesario, además de la salida tenemos el túnel del sótano para, si es necesario, salir sin que nos vean -

Las palabras de Michani arrojaron luz sobre las instrucciones de Gror. La verdad era que el tener un líder limitado en ese sentido les hacía perder tiempo, un tiempo que en este caso era algo inocuo, pero que en caso de problemas podía ser más peligroso. Pel sonrió a Michani y asintió con la cabeza.

La exploración de lugar no arrojó mucho salvo pistas de su antigua función y que era un buen sitio para rellenar el odre, cosa que Pel hizo tras comprobar la calidad del agua. Asintió a las indicaciones sobre el pescado que había allí con un brillo en la mirada, y cuando se reunió con el resto sacó una curiosa funda de cuero de su mochila. De ella extrajo una serie de piezas de madera que empezó a unir con la pericia del que tiene práctica en ello.

- Bueno, parece que al final sí voy a sacar un rato la caña a pasear. Veremos si tenemos una buena ración de pescado. -

Observando los insectos de los alrededores, seleccionó unas moscas* que llevaba en un estuche, y tiró la caña dispuesto a tomar una o dos piezas para la compañía.

Tras la exploración del lugar parece que es cierto que el gnomo que tenía que darnos el paquete no ha llegado, pero al menos tampoco hay ningún peligro oculto, que hayamos encontrado

Al volver ya hay alguna propuesta sobre donde montar el campamento que traduzco a Gror

-Wendell dice que podríamos acampar en las ruinas, son defendibles y con ese tunel podemos engañar a nuestros enemigos si es necesario- le digo en antiguo enano, cuidandome de no decir la palabra huir. Si llega el caso ya lo sortearemos

Miro con curiosidad la caña de pescar de Pel asintiendo porque parece una buena idea y añado para Gror, también en antiguo enano

-deberiamos llenar nuestros Odres, quien sabe si no tendrémos que irnos apresuradamente. Conviene tener el agua lista-

Después de una minuciosa exploración del lugar, nos convencemos de que no está el gnomo, así como tampoco ninguna amenaza inmediata, más allá de que algún edificio nos caiga encima por no tener cuidado. La construcción, a pesar de ser mampostería enana, no ha resistido tan bien el paso del tiempo y la falta de mantención. Por otro lado, el ingenio de su arquitectura nos puede dar la oportunidad de huir y movernos estratégicamente en caso de sufrir un ataque, además de contar con una torre de vigilancia para ver llegar los ataques antes de que se produzcan.

Volvemos con el resto del grupo e informamos lo encontrado, escuchando a la vez lo que tenían que contarnos. Sin perder mucho tiempo, me dirijo al estanque y lleno mi odre con agua, sabiendo que no tengo suficiente para volver y, como dice Michani, uno nunca sabe cuando tendrá que huir dejando todo atrás.

"Lo que es muy probable, considerando que no hay nadie acá."

Una vez que he terminado de cargar mi agua, respondo a Pel por sus palabras:

 - "Yo también tengo un anzuelo, por si decidimos pescar la cena, pero primero a ver si decidimos hacer eso. Encender un fuego y bajar las defensas puede ser peligroso considerando que aún no sabemos si esto es una trampa o no."

Porque aunque considere que asentarse a esperar que el gnomo llegue con el encargo, quizás Gror considere que lo mejor que podríamos hacer es tomar una actitud más cuidadosa y abandonar el lugar o incluso intentar explorar lo que parece ser un camino detrás de la cascada. Como sea, espero a que nuestro líder mencione qué es lo que desea que hagamos antes de comenzar a actuar.

-Sí, además del agua deberíamos aprovechar lo que resta de la jornada para reaprovisionarnos si es posible. +dijo, aprobando las ansias pesqueras de varios+ Pero no estoy de acuerdo con dormir en las ruinas del puesto. Es defendible, pero a la vez muy obvio. Los trasgos ya conocen el lugar y si nos sitian allí, estaremos del lado equivocado para intentar el regreso a la Roca.

El pasaje solo los llevaría a la ruina del almacén… lo cual los dejaba de todas formas, del lado incorrecto de la cascada. Tendrian que abrirse paso combatiendo o bien intentar nadar, algo nada agradable. En el peor caso, podrian verse obligados a abandonar el burro de carga y muchas cosas valiosas.

-Creo que deberíamos montar allí una distracción, dejando algunas luces y la impresión de que el lugar está ocupado, pero dormir de este lado, sobre las rocas. *+Señalo, repitiendo luego en enano antiguo para Gror su recomendación a la vez que señalaba el lugar+ De esta forma podemos vigilar los 3 senderos mayores a la vez y si un enemigo nos encuentra, tendremos la ventaja de la altura, aparte tal vez de la sorpresa si estan mirando hacia el puesto . Y en el sendero de las caravanas que es más pequeño, montar una barricada que revele la llegada de visitas por esa parte para completar. +finalizo, explicando su razonamiento de la forma mas simple que pudo.

Mañana del 19° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura   [Turno 2]

La propuesta de Dainn era dura, aunque si lo conseguían tendrían un punto fuerte para combatir con proyectiles. El debate sobre donde acampar tenía dos propuestas, la primera y más generalizada estaba en las ruinas de la torre comercial, mientras que Dainn consideraba que era un punto obvio de ataque y por tanto proponía tomar las alturas sobre las escarpadas paredes de las montañas. Todos consideraron importante el apunte de Dainn sobre que los orcos podrían rodearles en la torre, pero no veían en su mayoría con buenos ojos el tener que arriesgarse escalando la alta montaña, sin quitar el hecho de que una vez allí, escapar también sería difícil.

Mientras tanto, el grupo no solo aprovechó la espera para hacerse de nuevo con suministros de agua, llenando de nuevo el barril que les habían entregado en Roca de Durgis, si no que a su vez Pel y otros ya estaban pensando en hacerse con alimento, y de hecho el mismo Pel no espero más y se dedicó a la pesca mientras a la distancia escuchaba las conversaciones sobre el campamento. Justo cuando Durghall anunció el regreso de Dunkan, el grupo pudo observar como Pel se había hecho con lo que parecía ser una gran trucha. De hecho, no habría logrado sacarla del agua de no ser por la ayuda de Ulfrin quien le ayudó a sostenerse y evitar que la gran trucha se llevará la caña o incluso echara al mismo Pel al agua.