Partida Rol por web

Viendo que los Elfos eran bastante herméticos, Pel se refugió en cocinar el pescado, y cuando tuvo y un hueco libre, dedicó algo de tiempo a seguir estudiando los objetos que les habían entregado las fatas. Pensó en volver a pescar algo más, pero las sombras ya se estaban alargando y debía prepararse para su turno de guardia, que esta vez sí le habían asignado. Luego dejó en alto su opinión, si bien dirigida a nadie en particular.

- Estar ahí arriba, en los altozanos, puede parecer seguro, pero es un riesgo añadido que nos quita movilidad y nos deja en desventaja. La torre ofrece protección, y tenemos dos salidas, el puente y la cascada tras la cual hemos tendido la cuerda. Creo que sería mejor mantener esta posición. -

Después de eso vuelve a sus quehaceres, que le tendrían bastante ocupado.

Viendo que parecía que Pel no lograba dar con la utilidad de los regalos de las fatas antiguas, me acerqué a él mientras cocina, sentándome cerca de donde trabajaba 

Todavia no sabes para que sirven digo hablando en Enano, despacio Y señalando los colgantes para que supiera de qué hablaba.

Al asentir afirmativamente comencé a hablar, con frases cortas, primero en Enano y a continuación en la lengua del comercio, de forma que fuese familiarizándose con el vocabulario y expresiones 

Sabias que los elfos son de las razas que más pueden acercarse a las fatas antiguas. Digo afirmando más que preguntando y que tiene o poseen un don especial para la magia sigo afirmando lo que entiendo que él también sabía ¿quieres que le pregunte a ver si nos puede decir para qué sirve? O tú mismo Comentó llevandonme las manos al pecho negando con ellas para luego señalarle a él igual no les es de mucha dificultad saberlo 

Las palabras de Pel sonaban convincentes. Por lo menos coincidían con la opinión de Wendell respecto a la ubicación del campamento. Aunque viendo la cantidad de personas que realizarían cada turno de guardia, no serían muchos los que estarían en el lugar.

- Tiene sentido - no pudo menos que murmurar 

Las palabras de Pel confirman las que he dicho yo, pero parece olvidar algo

-Son tres salidas. Tras cascada, puente y vieja ruta caravanas por donde llegan elfos antes- puntualizo porque parecen olvidar una de ellas

-Enemigos pueden llegar por puente, este cae. O por ruta caravanas, estrecha, facil de bloquear.  Podemos ver si se puede hacer derrumbe fácil. Pero además Espiritus dan a mi magia nueva estos días. Puedo llenar ese camino estrecho de telarañas pegajosas y resistentes muy rápido-

Tarde del 19° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura   [Turno 5]

Dunkan parecía orgulloso de que se le reconociera, o quizá más bien, contento. – Las guardias de cuatro horas son una excelente idea Gror, deberíamos hacer caso en eso a Dainn. Aunque en todo lo demás podría no estar de acuerdo – le dijo entusiasmado a Gror en la antigua lengua de los enanos; habría hablado en el dialecto de su clan para ganarse algunos puntos extras con el hijo de Woden, pero eso excluiría a Michani, por lo que lo descartó.  – Michani tiene razón, nuestra misión no es morir como héroes, si no escoltar a esos elfos. Si no podemos marchar ahora mismo, lo mejor será buscar un plan que nos permita resistir en caso de ataque durante la noche, mientras emprendemos una apresurada huida. Todos tendrán que ayudar con las guardias, si contamos con todos los presentes seremos ya un total de 18, suficientes para hacer tres guardias de cuatro horas desde que finalice el crepúsculo del anochecer hasta antes de la llegada del crepúsculo del amanecer. Incluso habría que considerar una guardia extra, quizá de solo dos o tres horas antes del anochecer, allí podrían estar los que más requerirán descansar para reponer sus capacidades, la elfa que supongo es importante, tú misma Michani, y Pel también. Yo me uniré a ellos Gror para esa primera guardia antes del anochecer; así ellos podrán descansar durante el resto de la noche – explicó el enano muy convencido de su idea.

Aunque su oportunidad no se quedaría allí, Dunkan era un enano astuto y experimentado, y ya mucho tiempo atrás había estado en la guerra. No era bueno en batalla, pero si lo era huyendo de ella o tendiendo emboscadas que permitieran ganar. – Coincido con Michani y los otros – dijo aún en la lengua de los enanos – no debemos subir allí, quedaríamos atrapados. Pero igualmente Dainn tiene razón, tampoco debemos quedarnos encerrados en la torre de comercio. Debemos preparar un plan a dos partes pues pueden atacarnos desde el paso de las montañas o desde el paso del río. En cualquiera de los dos casos, deberíamos resistir primeramente en el puente, permitiendo que los más lentos retrocedan a la cascada. Yo no volaría el puente para que no pasen, lo volaría después, para que no puedan regresar a través de él. Si podemos huir por la cascada, ganaremos suficiente tiempo para poder huir una vez hayamos cruzado tras la cascada – explicó el enano – esto es, mi plan es contener brevemente a cualquier amenaza para que los más lentos huyan, y cuando estos estén cruzando la cascada, emprender una retirada para que los enemigos huyan y entonces volar el puente para dejarlos atrapados de este lado del río. El resto será solo aprovechar a los tiradores mientras el resto huimos – exclamó el experimentado montaraz enano. – No olvidemos que debemos llevar al paquete ante la presencia del Dorith, retirarnos bajando al río Carina solo nos llevaría a un vasto valle dominado por la sombra, allí será difícil cumplir con la misión – recalcó dando por finalizado su plan.

Gror pensó detenidamente en lo que sus consejeros le decían, y entonces habló de nuevo. – Haremos campamento junto a la torre, pero no dentro de ella, no quiero que nadie se ponga cómodo y sea sorprendido. Haremos las guardias como han Dicho Dainn y Dunkan. La primera guardia la harán Dainn, Adam, Barich, el elfo de las nieves y yo mismo. Iniciaremos al caer la noche y continuaremos hasta cumplir cuatro horas. En ese momento iniciará la segunda guardia, está estará a cargo de los gemelos Fuhrin y Cuhrin, de Keg, de Durghall y del elfo del bosque, el de pelo negro.  Al concluir ellos pasada la media noche, iniciará la última guardia, para ella quiero a Ulfrin, Wendell, Dunkan, Girolamo y el gnomo Rendel – detalló Gror.

Luego, mirando el terreno, explicó aún más su idea. – En cada guardia habrá tres grupos. Dos protegerán el acceso por el río, otros dos el acceso por las colinas y finalmente un vigía deberá estar solo en la torre, en el segundo piso, listo para dar cobertura a cualquiera que lo necesite – concluyó para luego enfocarse en su maestro, que era en quien más confiaba, en apariencia – Dainn, te dejo a cargo de los detalles, de los preparativos defensivos y de la puesta en marcha a primera hora, una vez que el crepúsculo haya concluido – señaló.

La verdad es que empezaba a acostumbrarme a que nadie hiciera ni caso de lo que decía, y por un lado deseaba que nos atacaran por la noche. Todos eran preparativos muy bonitos, pero si todo esto se sabía de antemano, seguramente vendrían de ambas direcciones, desde donde vinieron los elfos y desde donde vinimos nosotros. Esos orcos quizás no estuvieran allí de casualidad. 

Habrían estudiado esta localización mucho mejor que nosotros, con más tiempo, y solo habremos hecho lo que ellos querían que hiciéramos.

Sin embargo, nada dije. Comenzaba a estar cansado de esta compañía, y deseaba volver de una vez, dejar el paquete, y alejarme de esta compañía. Ya lo decía el dicho, más valía solo que mal acompañado.

Esta vez el gran Gror, con la ayuda inestimable de Dainn y Dunkan, optaron por poner de guardia a todo el mundo, y cuatro horas de guardia nada menos. O pensaban estar medio jornada durmiendo, o poco podríamos descansar.

Sea como fuere, me tocó hacer la guardia con Rendel. En ese momento me alegré, pues si todo era  una trampa, él sería el primero es escabullirse, y yo con él, por supuesto. Solo tendría que estar atento a sus movimientos.

Malditos enanos cabezotas y testarudos. pensé mientras pateaba una piedra maldiciendo la mala suerte que había tenido.

Wendell asintió mientras su cabeza le daba vueltas a una idea "Como podían ser dos lideres, ambos enanos, tan distintos entre si. Valtharm era orgulloso, si, pero sabía escuchar y sacar partido de las habilidades de cada uno de lo miembros del grupo en tanto que Gror... en fin, era el líder y el iba a cumplir su parte aunque no lo tuvieran en cuenta"

- Como sea, despiértenme cuando sea mi turno y haré mi parte - asintió sin poder evitar un tono de frustración - Valtharm no hubiera querido otra cosa - añadió más para si que para el resto, aunque no pudo evitar que sus palabras resultaran audibles - Y esperemos que no haya problemas y pronto estemos de vuelta en Roca de Durgis -

Keg chasquó la lengua al final, viendo que no podría hacer guardias con la enana como había pensado al principio. Bueno, si ella no tenía problema, le sacaría algo de conversación durante la hora de la cena, esperaba con alguno de los interesantes cuentos de Dunkan. -¡Oh, o los elfos podrían contar una historia esta vez!- Expresó su pensamiento en voz alta, sin darse cuenta que posiblemente nadie entendiera su hilo de pensamiento.

Parecía que ya el plan estaba hecho y la suerte estaba echada. Habría que ver qué ocurriría durante la noche.

Dunkan habla y sus palabras me parecen apropiadas, tanto de los turnos como del lugar para descansar. Esa zona arriba me parece mala opción y lo que plantea como retirada, si bien no es mi preferencia pues no me gusta mucho huir, es definitivamente sensato.

Después es Gror quien habla y no me parece mal lo que dice. Quedo para la última guardia, protegiendo el camino que va hacia la Roca junto con Wendell. Será por tanto una guardia agradable, en la que probablemente pasemos el tiempo ayudando a que Wendell maneje mejor el idioma de mi raza, si es que ningún peligro decide atacar a esa hora.

"Por más que matar orcos siempre es agradable para mí, lo mejor sería si esta noche pasa en calma y podemos largarnos mañana sin contratiempos."

Pero la verdad es que las cosas rara vez salen como uno quiere, por lo que estaré preparado por si a los orcos se les ocurre caer sobre nosotros. Me acerco a Wendell y le hablo:

 - "Dudo que esta noche sea tranquila."

Lo pronuncio en Enano Antiguo, ya que él quiere practicar la lengua. Veo entonces que Girolamo planea preguntarle a los elfos si pueden averiguar más cosas acerca de las baratijas y me parece una buena idea, aunque no sé si la estirada orejas largas estará de acuerdo en ayudarnos de esa forma... o de cualquier otra.

Finalmente parece ser que los elfos van a hacer guardia también, o por lo menos eso le traducen a Adam. Aunque eso está por ver todavía. Algo le dice al defensor que como mínimo la jefa, reina o lo que sea, no va a querer.

Lo mismo nos sorprende y todo. Pero lo dudo.

Así que como no podía hacer nada más comió su parte del pescado, agradeciendo a Pel el que lo pescara, y descansó lo que pudo hasta que le tocó hacer la primera guardia.

Vigilando el sendero de roca, en esta ocasión Adam no estaba tan hablador. La situación era más tensa y prefería estar concentrado en la guadia por si en verdad les atacaban. Aunque le comentó al enano sus pensamientos.

Creo no atacar esta noche. Lugar defendible bien. Más fácil durante camino.

Finamente las ordenes estan dadas. En general estoy contenta con esas ordenes. Gror ha asumido que la retirada será lo mas sensato si hay problemas, y eso es todo un logro. Pero no se me escapa que hay algunos descontentos. Espero que lo superen, y espero que Girolamo no tuviera razón con la necesidad de escapar durante la noche. Pero esa sería una maniobra demasiado precipitada cuando no hay ningún indicio de que los orcos saben algo de esta misión.

"ruego a Aryth que se equivoque, el y Ulfrin" aunque la perspectiva de Adam no es mejor precisamente

Perdida en mis pensamientos las palabras de Keg me sorprenden y me quedo mirandola unos segundos hasta que comprendo

-ah, historias Dunkan. Deja elfos que nos conozcan un poco antes de pedir historias suyas- doy una palmadita en el brazo a la barbara de buen humor

-nosotras no hacemos guardia hoy juntas. Pero puedes hablar de tu tierra a mi. Conoco poco de tierras humanas-

Pero antes de ir a cenar me entretengo preguntando a Dunkan si encontro algunas bayas por el camino

La orden fue dada y los grupos fueron formados para las guardias de aquella noche. Los elfos aceptaron su tarea sin argumentar nada al respecto, aunque Rendel comentó a los héroes que ya llevaban haciendo duras jornadas de guardia durante los últimos días, por lo que aquello era un verdadero descanso para los elfos y para el mismo Rendel. Así, Dunkan y Michani iniciaron la primera guardia vigilando el sendero de las colinas junto a la Elfa y Pel quienes protegían la segunda entrada al pequeño valle.

Durante aquel momento, una pequeña fogata fue encendida, y esta vez no fue necesario ahogar el humo debido a la altura de las paredes del valle; no obstante, Dunkan de nuevo tuvo cuidado al respecto. Keg y otros invitaron en aquella noche a Dunkan a permitir que los elfos contaran alguna historia, pero estos se negaron. Bayal, quien parecía ser un frio guerrero, simplemente les ignoró, o más ignoró la invitación que le hiciera a Rendel bajo petición de alguno de los héroes. Eirinn por su parte, quien parecía ser un montaraz, se rehusó amablemente, argumentando cansancio y pidiendo que el mismo Rendel contara la historia de su viaje y que el simplemente estaba a gusto escuchando. De hecho, solo Eirinn se mantuvo junto al fuego, pues Bayal solo se quedó a comer y luego se marchó fugazmente, mientras que la elfa ni siquiera se acercó.

Rendel contó que partieron desde el gran bosque, al sur del mar de Pelluria, aunque no especificó desde donde; no tenía autorización para ello, y eso les dijo, aunque a su vez reiteró que en el fondo no estaba seguro del punto de origen de su viaje. – En un inicio éramos más, otros tres elfos viajaban con nosotros, e igualmente yo llevaba conmigo a nos experimentados porteadores. Dos de los elfos nos dejaron cuando cruzamos los ríos al sur del Ardune, su tarea era solo escoltarnos hasta allí. Pasamos cerca de Eisin en un inicio, allí nos hicimos con víveres gracias a mi astucia y fama, aunque después los elfos se hicieron a cargo de casi todo. Más allá del Ardune, subimos hacia las montañas atravesando los páramos Wogren, no teníamos otra opción si lo que queríamos era esquivar a las patrullas de orcos y legados. Varias veces estuvimos cerca de ser descubiertos – exclamó el gnomo exagerando en todo momento sus expresiones, tal como si quisiera plasmar sus emociones vividas en aquellos momentos que relataba.

Siguiendo con su historia les dijo – yo quería llevarlos por el norte de Eisin, cerca del mar, pues son rutas más rápidas, pero las guardias se habían redoblado, y había mucho movimiento de orcos. Si los elfos no me hubieran tenido en aquel momento, ahora estarían muertos – exclamó presumiendo y golpeando el hombre de Eirinn, quien simplemente sonrió amablemente sin decir nada. Rendel les dijo que Eirinn era el único de entre los elfos que hablaba la lengua del comercio, aunque les dejó entre ver que el avatar de la reina conocía muchos y que la reina bruja los conocía todos y lo escuchaba todo en todo momento. No era claro a que se refería con eso, pero parecía quererles advertir de algo.

Sonriendo, continuó con su historia – en los paramos nos encontramos con dos grandes problemas. Primero con ese abismo de la realidad – dijo el gnomo siendo interrumpido por Eirinn quien intervino aclarándole que se les llamaba “sumideros de la realidad” y que eran poderosos ajenos devoradores de todo lo que encontraban – sí, esa cosa se tragó a uno de los porteadores, lo cual nos obligó a adentrarnos más en los páramos, y la cosa se puso peor, pues allí tuvimos que luchar contra un Darguul, lo cual le costó la vida a la dama Miril. De hecho, fue ella quien logró derrotar a la bestia a costa de su vida. Desde allí, solo marchamos hacia aquí esquivando a las patrullas de orcos del valle de Eren, prácticamente no ha habido alegrías en este camino y los elfos están por ello presurosos a llegar a la Roca y cumplir así su misión – concluyó el gnomo dando por terminado el relato.

Antes de dormir Wendell escuchó con atención al gnomo sin obtener demasiado en claro. La gran mayoría de las ubicaciones que nombraban le resultaban desconocidas, pero lo que resultaba obvio es que el viaje había sido peligroso. Si los elfos habían perdido a tres compañeros entonces, de alguna manera entendía sus pocas ganas de hablar. Con suerte, cuando volvieran a Roca de Durgis serían más comunicatvos. Solo debían llegar al enclave enano de una pieza.

Tras la cena, se acomodó e intentó relajarse. Le tocaría la última guardia y más le valía estar despierto cuando fuera el momento.

Esta noche fue el gnomo comerciante el que contó la historia antes de ir a dormir y no fue otra que la de su viaje hacia acá. Fue un largo camino y no ausente de peligros y tristes pérdidas. La muerte de un elfo que murió luchando, aunque heroica, no deja de ser la pérdida de alguien que lucha activamente contra la Sombra, cosa que siempre es de lamentar habiendo tanto traidor y corrupto sobreviviendo.

"Pero la verdad es que siendo un maldito pusilánime y vendido es la mejor forma de sobrevivir en este mundo de mierda. Quienes nos oponemos somos los que no llegamos a viejos."

Pero me falta un cabo suelto de su historia, por lo que le pregunto al gnomo:

 - "¿Y que pasó con el segundo porteador?"

El primero murió en el "sumidero de la realidad", sea lo que sea eso, pero no queda en su historia claro qué fue lo que sucedió con el otro. Eso puede dar paso a muchas cosas, desde que les abandonó con la sospecha de que sea un espía de los agentes de Izrador a que también haya fallecido en las luchas, lo que sería raro pues no lo relató en su momento.

Rendel se extrañó por la pregunta del enano, y solo cuando Eirin, el elfo montaraz, quebró la columna vertebral de los restos del pequeño pescado seco que acaba de comerse, reparó en el detalle de que no había reparado en contar la muerte del segundo porteador – Virgil poco pelo, que es como se le conocía, murió trágicamente. El Darguul lo partió en dos, fueron sus breves gritos de dolor los que nos despertaron a todos. ¿Recuerdas? – preguntó Rendel al elfo, el cual asintió, aunque también añadió algo – creo que Rhiann ya estaba despierta, pues no tardó en lanzar un conjuro. Y me parece que Miril ya estaba dando la alarma desde antes. Los recuerdos son confusos, pasó muy rápido – exclamó el elfo en la lengua del comercio.

El gnomo asintió – Si, el tiempo se va de prisa cuando uno está apurado por salvar la vida. El caso es que el porteador se topó de frente con aquella bestia, mientras aún dormía. Miril no había podido detenerlo, a pesar de que era una gran asesina – exclamó el gnomo sonriendo, a lo cual el elfo mostró una mueca de disgusto por aquellas palabras, aunque nada dijo al respecto.

Pel escuchaba con gesto aprensivo la historia que les hablaba de las bajas que habían sufrido a lo largo del camino. Se preguntó qué sería tan importante como para merecer las vidas de tantos, pero sabía que sería una empresa inútl el preguntarlo, así que  mientras hacía algo de sueño, lanzó una pregunta que le rondaba por la mente.

- Rendel, te has referido a Rhiann como "avatar". ¿A qué te refieres exactamente? -

No entendía muy bien el significado de esa palabra relacionado con la elfa, así que quizás el locuaz gnomo se dignara a explicarlo. En su guardia ya tendría oportunidad de hablar con la esquiva mujer, o de que lo ignorara de nuevo.

Durante la guardia que hacen, la elfa te pregunta el por qué respecto a tu dominio del idioma. Si le respondes quien te enseñó, te preguntará por tu historia. Tú decides cuanto le dices.

La sorprtesa del explorador con virtud de arcanista es mayúscula cuando la elfa se dirige a él. Por un mezquino momento Pel se ve impiulsado a pagarle con la misma moneda que ella en cuanto a la confianza que ha demostrado, pero una voz (sospechosamente parecida a la de Pentegarn) interior le impulsó a abrirse un poco a la mujer. Alguien debía dar el primer paso y que fuera él el que lo hiciera le satisfizo.

- He vivido mis cortos años cerca de la linde de Erethor, mi Señora, quizás os suene una población llamada Three Oaks. Digamos que pertenezco a un linaje de gente ilustrada y tuve acceso a una pequeña biblioteca cuyos recursos incluían una suerte de tutoría avanzada que me permitió aprender muchas cosas, incluido el élfico. Quizás os suene el apellido E'Drien. -

El corazón de Pel palpitaba con fuerza tras sus palabras. A pesar de que había hablado en élfico, era la primera persona a quein daba una traza de su verdadero origen, algo contra lo que fue severamente advertido por su familia. Sin embargo creía que la una ocasión como esta no se presentaba más que una vez en la vida, así que decidió abrir su corazón a la fría Rhiann.