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La Última Cena (Cronicas Giovanni 1)

01_Preludio Harald Torkell

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11/09/2014, 22:00
Harald Torkell

Doy un par de pasos hacia atrás. No... ¿Porque ella? ¿Porque Ahora? Aprieto los dientes por la ira.

-Basta.- Bramo, con una voz que apremia silencio.-Soy Harlad Torkell, Maestro Herrero. Mis obras se conocen a varias millas y mas allá. Yo no os busque para que me trajerais este encargo, y... Ahora me atormentáis, y me insultáis. Yo no soy ningún farsante, no aceptare tales palabras de quien se esconde en las sombras y embruja con hechizos y palabras.- Aprieto los puños, tenso por la ira, pensando en aquellas dagas de metal y oro con la joya roja ¿Porque yo? ¿Con que objetivo?

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14/09/2014, 22:36
Narradora

- Demostrádmelo. No lo estáis haciendo - con paciencia 

Ves que la escultura de oro que está entre tus manos empieza a tomar unas formas horrorosas entre tus dedos sin tu poder impedirlo. Es como si algo moviera tus manos, tu voluntad dirigida por otros hace que lo que anteriormente era algo encantador, se trocase en horror y fealdad. 

- Creo que ella no estaría nada contenta de encontrar que la retratas así. 

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14/09/2014, 23:36
Harald Torkell

No… basta. Observo horrorizado como mi creación se convierte en algo horrible y desfigurado. Mi trabajo mancillado por voluntad ajena, y yo cargo con la culpa. Impotente ante una fuerza que desconozco y que no comprendo. Quiero revelarme, quiero luchar, pero no sé cómo hacerlo. Mis ojos buscan desesperados una salida, trato de destruir semejante aberración.

-¿Por qué me torturas así? No es mi deseo, ni mi voluntad. Basta…- ¿Quién es? ¿Por qué…? ¿Acaso hice algo malo? ¿Viene por mis años como mercenario? ¿Por qué ahora? ¿No tengo derecho a otra oportunidad?

Es su culpa. Miro a la mujer con odio. Si aún fuera Herold, no lo habría tolerado, si aún fuera ese hombre, aun con mis puños desnudos, pero ya no lo soy. Y ahora debo pagar por mí el pecado de un hombre que no soy. Condenado a esto. No, no, no puedo, no quiero, me niego.

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22/09/2014, 20:36
Narradora

- Todos hacen algo en la vida. Ya sea bien o mal - dice ella pausada. 

Ves como camina hacia una esquina de la habitación y deja algo sobre una repisa. 

- Nadie tiene el deseo que le torturen. Pero a veces debe pasar algo así para que se vea como es uno realmente. Sólo en las situaciones más críticas es cuando se demuestra el interior de cada uno. 

La capa se arremolina y el polvo se levanta cubriendo toda la estancia. 

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22/09/2014, 21:18
Harald Torkell

-Esta figura no es mi deseo.- Replico golpeando la creación que mis manos pero no mi voluntad han engendrado.

¿Las situaciones más críticas? Quieres decir la desesperación. Cuando no podemos hacer nada. Cuando nuestro cuerpo no responde ¿Ha sido todo esto una prueba?- Camino a la repisa para ver que ha dejado.- Contéstame ¿Qué has encontrado? ¿Qué esperabas encontrar?- La rabia regresa al sentirme víctima de una broma cruel y despiadada.

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22/09/2014, 22:50
Narradora

Cuando te quieres dar cuenta y ese polvo oscuro que ha cubierto la habitación baja y termina en el suelo, descubres que esa persona, hombre o mujer, o lo que fuera, ha desaparecido, no sabes como, de la habitación. 

Pero en su lugar, hay un objeto al fondo, junto a una fragua que hace unos minutos no estaba encendida y que por supuesto, no recuerdas tener en el salon de tu vivienda. 

Lo que observas tirado junto a los carbones al rojo vivo y el atizador, es una preciosa rosa de oro, modelada con un gusto exquisito.

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22/09/2014, 23:48
Harald Torkell

Es un objeto magnifico, tan bello, en una armonía entre lo delicado y lo robusto del metal dorado. Algún día… algún día mis manos serian capaz de crear una belleza semejante. Estas manos que un día repartieron muerte. Estas manos que aun ahora serían capaces de arrebatarle la vida a un hombre.

 

En un impulso extiendo las manos cerca de los carbones encendidos, buscando la preciosa obra, buscando alejarla del calor que pronto la derretiría, destruyéndola. A pesar de la envidia que me produce, el símbolo y respeto que representa para mi es más importante.

-Debería hacer esas dagas. No solo por el dinero. Por mi.

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24/09/2014, 19:36
Narradora

A tu alrededor todo se vuelve confuso. De la flor, comienzan a brotar otras ramas, como si fueran enredaderas, cubriendo tu salón. El tejido vegetal dorado empieza a ganar terreno de una forma preocupante, tanto, que tendal o mismo hacer o no hacer esas dagas...empiezas a preocuparte por tu vida, realmente, sobre todo cuando una de las ramas te agarra del tobillo y otra asciende peligrosamente por tu cintura hasta alcanzar el pecho

El aire comienza a faltarte cuando una tercera liana de oro te atenaza la garganta

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25/09/2014, 00:13
Harald Torkell

Pero ¿¡Que!? ¿Qué es esto? ¿Otro truco? ¿Otro castigo? ¿Hasta cuándo seguirá este tormento? ¿Acaso pretende que me rinda? No voy a rendirme. No. Alejaos de mí. Dejadme. Me gane esta vida. La he mantenido ¿Quién eres para venir a arrebatármela?

 

Trato de quitarme las zarzas que se aferran a mi cuello. Escapar, seguir vivo. Es lo más importante ahora. Respirar, aire, necesito aire.

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27/09/2014, 12:42
Narradora

Pierdes el conocimiento y todo se vuelve oscuro, quizás por la falta de aire. 

De repente das una boqueada y te elevas, tu cuerpo de eleva, respirando con dificultad y rapidez, con el corazón acelerado, envuelto en un sudor frío que empapa tu ropa de dormir y la ropa de cama que se encuentra revuelta en tus piernas y alrededor de la cintura.

Cuando consigues calmarte y hacer balance, estás en tu cama, tratándo de despertarte. Estas exactamente como te quedaste anoche

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27/09/2014, 22:53
Harald Torkell

Respiro agitado. Mis ojos se mueven rápido recorriendo la habitación, buscando las manchas de oro fundido en el suelo, la caja en la mesa, marcas en mis manos… ¿Ha sido un sueño? Boqueo nervioso. Me palpo el cuello donde las zarzas me aprisionaron. Pero… parecía tan real… tan real.

 

Si todo está igual, aun así comprobare el resto de la casa, en busca de algún indicio de lo que recuerdo que ocurrió ¿O tal vez lo soñé? Pero entonces… ¿Por qué?

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08/10/2014, 23:21
Narradora

Tu cuello parece que está bien, aunque al tocar, te molesta un poco un lado, aunque mucho menos de lo que te había dolido antes y si aquello hubiera sido real, tendrías un señor moratón en alrededor de la nuca y te costaría hablar y respirar. 

En tu dormitorio no hay rastro de nada de nada. Nada de oro fundido, ni de nada que se le parezca. 

Sin embargo, al entrar en el lugar donde está el hogar y la cocina, ves posada justo al lado de la mesa, en el pollete, una rosa en flor. 

Notas de juego

Ops, perdona el retraso, lo leí y se me pasó contestar. Cuando lleve mucho tiempo sin contestar, enviame un recordatorio que lo mismo se me ha perdido en el espacio sideral. 

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08/10/2014, 23:47
Harald Torkell

Todo ha sido un sueño, si nada más que un sueño. Poco a poco voy recuperando la calma restaurando mi agrietada quietud y recomponiendo mi mente a la realidad tras una noche que me ha turbado en demasía. El sudor aun empapa mis ropas y noto la molestia de los músculos tensos que atestiguan que la verdad es, que nada ocurrió, todo fue mi imaginación y un mal trago de alcohol, nada más.

 

Todo eso se hace trizas al ver la rosa sobre el poyete ¡No! ¿Qué hace esa flor ahí? No es posible, no. Fue un sueño ¿No? ¿Qué… Que fue lo que paso? ¿Acaso aquella mujer vino a verme en verdad? Me acerco a la rosa y acaricio la flor con delicadeza, tratando de encontrar un sentido a todo aquello ¿Qué significado tuvo?

Notas de juego

De acuerdo. Pensé que estabas ocupada.