Ella deja el vaso encima de la mesita de noche y luego se encara a tí.
- Esto es una infusión de anís y manzanilla, que son buenas para la digestión. ¿No ibamos a hacerle creer que se encontraba mal? Y esto... - señalando el polvo - ...es una evaporación de corteza de sauce y hierbaluisa. Es bueno para los dolores y los catarros
¿Como sabe eso la muchacha? Quizás es algo que toda madre debe saber. Un momento... ¿tu linda Giulianna es madre?
Te hace un gesto suave con la mano (esa gloriosa mano) para salir del habitáculo y una vez fuera, susurra:
- Me agradaría que se quedara. Aún con este final, lo he ... pasado bien - y vuelve a bajar la mirada al suelo, de forma recatada - Es usted infinitamente amable Maese Pozzo.
Se pasa la lengua por los labios dubitativa, como si quisiera preguntar algo más....
- Nos... ¿nos volveremos a ver?
¿Cuándo te había dicho que venía el maldito de su marido?
Encima de guapa lista… sabe hasta los remedios que hay que aplicar… como una buena madre… seguro que esta triste por no haber tenido descendencia… teniendo a ese gordo como esposo…
Me encantaría quedarme… de verdad… pero no se si sería lo mas sensato… yo también lo he pasado bien… ha sido un día muy agradable en su compañía… aun no me he marchado y ya espero con ansias que volvamos a vernos… ¿Cuándo volveré a verla? ¿Cuándo regresa su esposo? Miro a mi alrededor antes de acariciarle delicadamente su rostro… con cariño… ufff como quisiera besarla…
Asiente a tus sabias palabras con admiración y luego pone una mano sobre la tuya. ¿Por qué es tan suave y tan dulce? ¿Por qué te parece que se te para el corazón con la calidez de ese trozo de piel sobre tu piel.
- Deberíamos quedar cada tres días para hacer avances....Claro que si no queda satisfecho con mi rendimiento, puede venir más frecuentemente o si lo desea iría yo. No quiero incidentes como este - no tu tampoco, la verdad - Mi esposo vendrá dentro de algo menos de dos semanas y debería saber tocar a la perfección las tres piezas. No.... no puedo.... si lo hago mal.... no... - eleva la vista y ves en el fondo de sus ojos el pánico
El mayordomo os interrumpe tocando la puerta, dándoos tiempo justo para retirar las manos.
- Mi señora, voy a despertar al Signore Zacherie - os mira a ambos
- Adelante - y luego te mira a tí - Es una pena que os marcheis.
Ahí tenía el suave contacto de su mano sobre la mía, aquel contacto que me hacía alejarme de la realidad para sumirme en un mundo donde solo los dos estamos… nuestro mundo… nuestra realidad… me dijo que su esposo volvía en unas 2 semanas… de acuerdo… tiempo más que suficiente… Me encantaría que nos viéramos con tanta frecuencia como fuera posible y será para mi un honor poder ser su anfitrión en mi hogar… Si lo desea, podría venir mañana mismo a mi casa… así practicaremos… ay si yo te contara todo lo que quisiera practicar contigo… ay…
No se preocupe mia signora por saberlas tocar, usted tiene un don, lo puedo sentir… no hay duda de que toca con el corazón… mas toda la ayuda que pueda le brindaré para que su interpretación no tenga parangón… dije con una sonrisa sincera
El mayordomo rompió la magia para decirnos que iba a despertar a míster polvitos de talco… Creo que ha llegado el momento de mi partida… esperé a que el mayordomo se hubo alejado para susurrarle de manera leve e intima… Estaré contando los segundos hasta volverla a ver…
perdon, estoy con fiebre... >.<
Con un último roce de la mano te deja alejarte mientras con una sonrisa algo más segura, te ve alejarte y bajar las escaleras, mientras ella toma el destino hacia el dormitorio de Zacherie y una pequeña punzada de celos te pincha en el estómago. Al final, eres tú el que tienes que salir corriendo por patas.
Mejor. En tu casa siempre hay menos ojos indiscretos ¿no?
El carruaje te vuelve a llevar a tu casa con el corazón palpitando.
Así pasas un día.... dos.... no tienes noticias de Giulianna.
Era raro, increíble, sorprendente… pero fue duro separarme de aquel ángel, aquel ángel que apenas conocía, aquel ángel que había besado… aquel ángel que deseaba… aquel ángel Giulianna…. Si algo me reconfortaba es que mañana la volvería a ver, volveríamos a estar juntos, lejos de miradas indiscretas, lejos del empolvado… estaríamos en mi casa, en mi hogar… tocando el clavicordio, tocando nuestra piel, besándonos…
En el carruaje de vuelta a mi morada, recuerdo cada momento, cada instante de este día… maravilloso y desastroso a la vez… mañana será un día mejor…
Iluso me acosté rápidamente esperando que el nuevo día fuera un día… un día donde Giulianna iluminara mi corazón… Me desperté temprano para preparar mi hogar, limpiar un poquito por aquí, un poquito por acá… todo debía estar listo para su visita… incluso hasta cambié las sabanas de la cama… ella lo merecía…
Sin embargo, Giulianna no aparecía… cada momento se hacia más duro, más arduo… caminaba arriba y abajo, caminaba sin cesar… preocupado, angustiado… ¿Algo le habrá pasado? No es normal que no haya llegado… Quizas le ha salido un compromiso… Quizas…
Hasta que anocheció, mantuve la esperanza de verla… mas cuando cayo la noche supe que no tenía sentido esperar más… me acosté incomodo, alterado… nervioso… tarde en dormir, mi mente funcionaba a velocidad vertiginosa intentando dilucidar que había hecho que Giulianna no viniera, que Giulianna faltara a nuestra cita…
En el segundo día la espera no fue mejor… no quería salir por si venía, pero no podía esperar en casa… Maldije al empolvado, al gordo… y a todas sus familias… Algo en mi corazón me decía que pasaba algo, algo no andaba bien… pero otra parte de mi se negaba a creer que algo malo le hubiera pasado… No toqué el clavicordio en los dos días, no estaba de animo, no estaba de humor, mis dedos solo recreaban melodías lleno de nerviosismo, nada de valor…
El tercer día llegó, el día de la esperanza, el día de la verdad… nuestro acuerdo inicial concretaba que cada tres días nos veríamos para mostrar el avance en la composición… hoy es el tercer día… debería verla… tengo que verla… me preparé y me vestí con impoluta vestimenta… si hoy Giulianna no aparecía para el almuerzo… yo mismo iría a su hogar…
Y la tercera mañana se levantó fría como las dos anteriores, pero en comparación con el dolor de tu corazón, el ambiente en el exterior era cálido y sofocante.
No te explicabas porqué Giulianna no había acudido a tu vivienda. ¿Es porque era humilde? ¿Es porque realmente no te deseaba? Mil posibles explicaciones rondaban por tu cabeza, pero lo que más venia a ella es la posibilidad de ¿Le habría pasado algo? y eso era más angustioso que nada.
Te arreglaste y te afeitaste, perfumándote con agua de lavanda y naranja amarga, mientras escogías un pañuelo limpio y calcetines nuevos para la ocasión.
Pasaba la hora del parco yantar que te había sabido a arena de río, y te decidías a salir por un carruaje cuando escuchas precisamente uno en la puerta. Conoces el blasón que figura a los lados de las portezuelas y el terciopelo de sus cortinas te son más que vagamente familiares.
Giulianna. Había venido.
Ella bajó presta del transporte, con el rostro bajo y dirigiéndose a la puerta de tu casa, cuando te vió en el umbral y la máscara de frialdad que llevaba se le quebró.
Parecía más frágil y más debil que nunca, pero a la vez... más deseable. ¡Serás pervertido! Pensando en esas lujurias carnales, cuando es cierto que la dulce dama podría estar en serios apuros.
- Mi señor....
Y cierto, se le quiebra la voz, al tiempo que el cochero se marcha con el faetón y ella, sin ver a nadie en el entorno, se lanza a tus brazos.
- Lo sabe.... lo sabe..... - llora desconsolada y te das cuenta de un detalle que no habías visto antes. Tiene otro moratón en el otro lado de la mejilla.
La mañana avanzó como los días anteriores, lentamente y sin parar de pensar… no sabía que hacer como acertar, pero estaba seguro de que si no llegaba para el almuerzo, iría yo mismo a buscarla… algo debe haberle pasado…
Justo cuando ya no podía esperar más e iba a correr hacia su hogar, escuche su carruaje llegar… Se ha acordado, ha venido… una sonrisa ilusa de felicidad se dibujó en mi rostro… iba a volver a estar con ella… La recorrí con la mirada mientras bajaba del carruaje, embriagándome con su belleza… aquella belleza delicada…
En cuanto se marchó el cochero se lanzó a mis brazos… la abracé fugazmente intentando calmarla… aun estando abrazándola, sintiéndola tan cerca… la sonrisa se borró de mi cara, estaba sufriendo, la habían descubierto… pero realmente lo que me cabreó de sobremanera fue descubrir que la habían golpeado… Lo mato, lo mato… la llevé rápidamente hacia el interior de mi hogar, lejos de posibles miradas indiscretas…
Una vez dentro la abracé fuerte… ¿Qué ha pasado mia signora? ¿Quién lo sabe? Y lo que es más importante… ¿Quién es el malnacido que la ha golpeado? No le perdonaré…
Ella se lanza a tus brazos por segunda vez y ves dolor en ellos. Sin embargo también hay algo que te das cuenta cuando la llevas y la colocas en tu regazo que es tan natural tenerla así y que ahora sus ojos reflejan mucha tristeza.
- Recordó, Maese Zacherie recordó - estremecida - Me....
Parecía como si quisiera decirte algo pero no puede.
- .... no pasa nada - sabes que mientes, lo lees en sus ojos, quizás para protegerte - ... no.... nada - pero la forma en la que aferra tu brazo te dice lo contrario
Fuera de todo el protocolo, sentirla tan cerca tuya es reconfortante.
La seguí abrazando con ternura, dándole timidos besos en la sien y el pelo… intentaba calmarla… el empolvado había recordado, el plan había fallado… ¡MIERDA! ¡JODER!... digame señora, no me mienta, no me oculte… digame que ha pasado… que le ha hecho… todo… no me mienta, por favor… digo mirándola a los ojos, seria y sinceramente... intentando mostrarme sereno, aunque en mi interior comenzaba a encenderse el fuego de la rabia... se había atrevido a ponerle la mano encima... ese cabrón… tendría que… tendría que...
Ella te miraba con temor y aferrada en tus brazos se sentía segura, tantó que recostó su cabeza en tu hombro, abandonándose a tu tacto.
- Él.... - no sabía si debía confiar en ti - él.....
Le sobreviene otro acceso de llanto mientras siente tus manos sobre la tela que cubre sus brazos. Es tan dulce y vulnerable y tu....dios, si tuvieras una esposa así, la protegerías con tu vida y no la dejarías en casa pudriéndose.
- ....quiere relaciones a cambio de.... de no contarle a Arnulfo lo que vio - consigue decir ella.
Con su cabeza en mi hombro, mi mente voló, divagó… todo parecía menos importante, menos acuciante, menos real… solo era real nuestra unión, nuestra cercanía, su piel…
Comenzó a llorar para contarme las amenazas proferidas por el empolvado… ¿Que qué? Pregunte sorprendido… que tuviera relaciones con él… ¡¡¡SERÁ MALNACIDO!!! ¡Ni en sueños!... Mia signora, eso nunca, todo tiene una solución y tener relaciones con ese… ese.. Zacherie… no es una de ellas… dije escupiendo con asco su nombre… Dígame que no… pregunté aun a sabiendas que no estaba seguro de querer saber la respuesta… ¿Y quién la golpeó?
perdón por el retraso... >.<