Partida Rol por web

Tras echar un breve vistazo atrás y limpiarse la visera del casco, sube unos peldaños, asomando lo justo y descargando seis cartuchos más de la escopeta, sus manos trabajan el mecanismo de esta rápidamente, haciendo que la salida del humo sea constante con cada casquillo que sale de su arma, Jeanette solo puede pensar en la recompensa, aunque su entrada está siendo espectacular, no sabe cuántos más de seguridad hay, ni si tienen algun medio de contactar con los de fuera, así que debe darse prisa. Tras esa ráfaga de cartuchazos se agacha en las escaleras, posiblemente sea el momento de recargar o pasar a la pistola, pero antes de hacer más ruido, prefiere escuchar a ver si alguien parece estar en pie el otro lado de la nube de polvo de extintor.

El eco de los disparos rebotando en las paredes se ahoga con los desgarradores gritos de muerte. Disparas seis veces y das en el blanco las seis veces. Cuando la niebla del extintor se disipa ves una alfombra de cuerpos. Te sorprende ver que no son sólo los cinco que sabías que podían ser, hay al menos doce cuerpos que cubren el suelo con su sangre y carne. Los de la científica van a tener que hacer horas extras sin lugar a dudas.

Revisas los cadáveres mientras recargas la escopeta, no ves a ninguno de tus dos objetivos pero escuchas sollozos en una sala. Uno de ellos dice en castellano aunque con acento rumano:

- ¡¡Callad zorras!!...como sigáis sollozando seréis putas muertas...

¡Bingo! Ese debe ser Marko, y parece que no está solo. Puede que use a las mujeres como escudos humanos, pero es es algo con lo que tendrás que lidiar cuando lo tengas a tiro. Seguramente no esté solo. Desde el interior del cuarto vuelve a alzarse la voz de Marko.

- No sé quién eres ni cuanto te pagan...pero te doblo el precio...no...te lo triplico...y mi amigo hará lo mismo...podrás salir siendo un tío muy rico...

Es una buena oferta, pero ¿deberías negociar o cumplir el trabajo? Ese cuarto solo tiene un acceso que tu controlas, no parece haber otra salida. Disparando con la escopeta desde la puerta es probable que impactes por la dispersión de las postas y si descerrajas unos cuantos tiros no deberías tener problemas salvo que te agarren la escopeta. 

Avanza entre los cuerpos y tras comprobar que no ha abatido aun a sus objetivos, avanza hacia aquella puerta. No responde, pero tiene claro que una vez le dan un precio, el contrato se termina…A nadie le gustan los asesinos chaqueteros de última hora, y claro, Marko no tiene ninguna garantía de poder pagar nada en ese momento…Y si tiene la pasta aquí y ahora, le basta cogerla y llevársela después de hacer limpieza.

Se deja la pistola a mano, pero lleva aun la escopeta bien cargada, y avanza hacia la puerta. Primero aseguramos. Disparó al lado desde donde podría estar alguien escondido en el lateral para quitarle el arma, y luego empujó la puerta con el hombro para buscar su objetivo.

Tu disparo contra la puerta acierta de pleno y escuchas un juramento en un idioma latino aunque no es castellano. Notas pasos alejándose de la puerta cuando abres la puerta. En un pestañeo examinas la situación en esa habitación.

Alejándose de la puerta ves a Marko, le has herido en el hombro y brazo derechos. Lleva una pistola pero apunta al suelo, ves sangre en su brazo, mucha sangre. En el lado contrario ves al asiático, a su lado un par de chicas ligeras de ropa muertas de miedo. Se está parapetando tras ellas el muy cabrón, lleva una pistola automática en su mano derecha. No hay más personas, así que el único peligro es que dispares en el orden incorrecto y les des opciones a poder dispararte. Con la escopeta a esa distancia no tienes fallo ya que los disparos son prácticamente a quemarropa.

Jeanette no habló, ni dio una respuesta a Marko. No le hacía falta, la habían llamado para un trabajo, y la profesionalidad estaba ante todo. A Marko le descargó un cartuchazo de su escopeta antes de dejar el arma colgar, aun humeante, de la cinta que llevaba sobre el hombro. Con una velocidad practicada múltiples veces, sacó de su funda la nueve milímetros de nuevo, apuntándola directamente a la cabeza del chino cobarde que se escondía tras las putas. Apretó el gatillo dos veces, el supresor de su arma mitigando el sonido, que en comparación con el ensordecedor estallido de la escopeta era casi un alivio. Tras aquello, sin fiarse un pelo, y sabiendo que había un tercer objetivo, apoyo el hombro contra la puerta de nuevo y comprobó los laterales y el estado de Marko. Un vistazo al pasillo…

Tus disparos han sido certeros sin ningún ápice de duda, la vida de aquellas mujeres lo atestigua. Las mujeres caen al suelo llorando y llenas de sangre aunque vivas...al menos de momento. Sigues pensando donde puede estar el tercer objetivo en discordia, examinas el pasillo y no está ahí. Ahora mismo no hay nadie. Es posible que saliera ya del local y te esté esperando fuera lo que sería la mejor opción. Cubrir todas las salidas y esperar a que hicieras acto de presencia por una de ellas para fundirte con unas buenas ráfagas de automática. 

Esperas un minuto y no hay movimiento, nadie tiene pensado entrar y parece que todos los que tenían que salir ya se han pirado. Quedarte más tiempo es peligroso, porque tarde o temprano llegará la policía y no suelen caerle bien los asesinos a pesar de que en este caso les has ahorrado un montón de papeleo y de problemas.

Se aseguró de que no habia mas ruido, y recargando las armas y revisándolas, rebuscó por la estancia. Apunto a una de las putas.

-¡Donde guardan la pasta!.-Dijo gritándolas, tampoco quería asustarlas más, pero si lo soltaban, se podía llevar otro pellizco. Los mafias estos siempre tenían pasta en negro oculta en algún lado en cada local, y más cuando hacían tratos. Tras aquello, busco salir por la puerta trasera por la que había entrado; hubiera molado usar la escalera de incendios y todo eso, pero en España, esas cosas no se llevaban. Si se llevaban las salidas de emergencia, eso si. Sobre todo desde una cosa de un tal Madrid Arena hace una década o por ahí, que al parecer la gente se murió aplastada…España había demostrado una cosa, y es que se adaptaban según ocurrían las desgracias.

Una de las chicas de mala vida te dice que hay una caja fuerte en la pared de enfrente, justo detrás del cadáver de Marko y de un cuadro de unos perros jugando al póker que sabes que es falso porque salen botes de Cruzcampo sobre el tapete.

Revisas pero está cerrada. Aunque no es de las más difíciles de abrir tampoco es de las más fáciles. Por el tamaño es de las grandes y está bien sujeta a la pared. Podrías volar la puerta pero podrías dañar el contenido, sobre todo si son billetes como te esperas. 

Jeanette sacó sus herramientas para forzar cerraduras y se puso manos a la obra, a ver si podía llevarse un pico adicional por parte de estos macarras de poca monta a los que había agujereado como se merecían.

Abres la caja con facilidad. Dentro hay unos cuantos fajos de billetes desgastados, pinta mucho para ser la recaudación de este antro así que habrá un buen pellizco. Además ves que hay una caja con relojes y anillos, seguramente salidos de algunas timbas de póquer. 

No ves nada más en ella, revisas de todas formas los bolsillos de los caídos de renombre y ves que llevan unos buenos fajos también. Además si creen que es un robo no buscarán a una especialista como tú, si no más bien a un grupo rival.

Tras recaudar todo lo que puedes decides salir por donde entraste, las sirenas ya están prácticamente al lado del local por lo que te das la suficiente prisa para que no te pillen dentro ni cerca. Nadie te espera a la salida, AK seguramente ha salido cagando leches al escuchar las sirenas.

Montas en tu moto y aceleras a fondo para salir de allí. Por el retrovisor puedes ver como los coches patrulla llegan y entran a saco en el local. Parece que se encontrarán con un buen regalo. Les has ahorrado miles de horas de vigilancia y de juicio para meterlos entre rejas.

Tu móvil empieza a sonar. Parece que es con insistencia porque no cuelgan.

Guardando todo apresuradamente, no se molesta ni en comprobar el estado de las chicas. Culpa suya por arrimarse a mafiosos de mierda, ella suficiente que ha hecho no agujereándolas también.

Cuando nota el teléfono sin parar de sonar finalmente busca un lugar donde aparcar, algún parking, o algún rincón escondido de miradas indiscretas, y lo descuelga.

-¿Sí?.- No dice nada más, mosqueada por la insistencia. Espera que sea la confirmación del pago, al menos.

La misma voz que te contrato te dice desde el otro lado de la línea.

- Buen trabajo. Ha cumplido con creces con lo que le habíamos solicitado. Ahora en una cuenta de correo que suele usar tiene un contrato que le hemos enviado. ¿Ha pensado usted en ser miembro de las fuerzas del estado? - te pregunta - Piénselo, podrá ganar mucho dinero y acabar con cierta gente indeseable. Como única condición le pediremos informes periódicos, será nuestros ojos en cierta unidad de élite que se está formando. Tendrá un buen salario además de ciertas ventajas y nosotros nos aseguraremos de que forme parte del grupo.

Abres el correo y ves unos cuantos ceros en el cheque que te ofrecen por contarles cosas del equipo. Son 10000 euros por cada informe que te soliciten, es una pasta gansa la verdad. Además de que estarás cobrando una barbaridad formando parte de ese equipo de élite que ves en la documentación.

- ¿Qué nos dice?

-Mondieu.-Dice sorprendida. Se pregunta muchas cosas. Si esto será alguna trampa, alguna forma de incriminarla…La paranoia está ahí. Cuando habla del gobierno y ve el contrato no puede si no contar y recontar los ceros. Eso es mucha pasta. Mucha independencia de su madre, y mucha justicia por repartir…Algo que en cierto modo adora.

-Cuéntenme dentgo, ¿ah?, es buena paga, aunque no sé qué clase de unidad de elite segá. ¿Militag?

- De superhéroes. ¿No ha visto usted la prensa estas semanas? Será miembro del grupo de superhéroes oficial de España. Lo único es que tendrá que disimular ese acento que posee, no creo que le cueste nada ya que posee la nacionalidad española. Pero si lo desea le podemos facilitar otra identidad... - te comenta - Lo único es que debe firmar el contrato, y nosotros no encargaremos de que acceda y que no tenga ningún problema.