Personaje | Jugador | Vida | Aguante | Nivel | Exp acumulado | Exp gastada | Ausencia |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Alvert Cooper | Raramiel | 56/56 | 90/90 | 1 | 0 | 0 | |
Drake | Navo | 42/42 | 84/84 | 1 | 0 | 0 | |
Helena | Rho-Mu 31 | 35/42 | 84/84 | 1 | 0 | 0 | |
Rufa Lyon | Red. | 28/28 | 72/72 | 1 | 0 | 0 | |
Lux | Nerghan | 49/49 | 102/102 | 1 | 0 | 0 | |
Ryuta | Jacklin | 34/56 | 78/78 | 1 | 0 | 0 | |
Shire | Nandoto | 35/35 | 66/66 | 1 | 0 | 0 |
Personaje
jugador
vida
aguante
experiencia ganada
experiencia gastada
ausencia
Place holder.
Elisea dejo de apuntar la espada hacia Kiromaki y bajó el arma, su semblante decaído. |
|
-Vaya, vaya, vaya. Esto se pone más interesante a cada momento, sólo me falta algún bocadillo y sería una perfecta obra de teatro -Bromeó el samurai atado-. Si robaron al Bon Voyarti, es que son buenos para robar cosas difíciles. Nos sería muy útil gente así en lo que viene verás -Parecía que Gentaki iba a dar una explicación hasta que se detuvo de manera repentina con una expresión de sorpresa-... espera, ¿dijiste Elías? ¿Elías Mouth? No puede ser -Una sonrisa el doble de grande se esbozó en la cara del capitán pirata-. ¡¿No es cierto?! ¡Ustedes son los mismos de la tripulación de Elías! ¿Es cierto que le plantaron cara a un capitán de la marina? Dios, ¡deben estar locos! ¡Jejeja! -Kiromaki se rio de manera exagerada, casi llorando de la risa-. Oh, cielos. ¿Estuvieron en la reunión de piratas? Fue de lo más divertida. Como ese tipo humilló a Crocodile en su cara, y esa niña que pasó de todos para ir con Mouth. Como sea, es que de eso va todo lo de la alianza. Vamos a asaltar a Salty Mine. |
Place holder.
Gallo: Ko-Koronel | |||||||
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Fuerza: 3 | Constitución: 2 | Conciencia: 3 | Destreza: 3 | Agilidad: 5 | Inteligencia: 2 | Pelea: 3 | Carisma: 6 |
Habilidades: Atletismo: +4, Supervivencia: +4, Melé: +6, Percepción: +5 Intimidación: +1 | |||||||
Pico: 1d6 daño. |
Ficha Actualizada.
Gallo: Ko-Koronel | |||||||
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Fuerza: 3 | Constitución: 2 | Conciencia: 3 | Destreza: 3 | Agilidad: 5 | Inteligencia: 2 | Pelea: 3 | Carisma: 6 |
Habilidades: Atletismo: +4, Supervivencia: +4, Melé: +6 (Total: 9 [KFT: 12]), Percepción: +5 Intimidación: +1 | |||||||
Vitalidad: 14 | Agotamiento: 8 | Defensa: 21 (KFT: 24) | Voluntad: 6 | ||||
Pico: daño 3. |
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Nyagara "La AcroGata." Wanta "Flechaggedón."
Alvert "Cambiante de Granja." Helena "The Eye."
Lux "La Mecánica Melé." Edward "Martillo Remolino."
Drake "Doctor Sangres." Ryuta "El Demonio de Dos Espadas."
Shire "Reina de Corazones."
Lo lograron. Completaron esta aventura después de este tiempo, no todos los que empezaron llegaron hasta aquí, así que tienen mis felicitaciones por su constancia y compromiso. Inclusive a aquellos que se agregaron después (y recientemente XP), no es con poco mérito que todos llegamos aquí.
Sé que yo tomé la dirección de la partida hace menos que su creador, y por lo mismo no llevo tanto, pero siempre agradeceré que me hayan tenido la confianza y paciencia para dirigir la partida en aquel entonces, y créanme que ha sido toda una experiencia, me he divertido dirigiendo para cada uno y conviviendo con todos, y bueno, espero que ustedes también se hayan entretenido en nuestras aventuras : )
Esto no se acaba, la aventura continua ahora en el Grand Line, pero vamos a seguir el plan original de dividir nuestra campaña en tres diferentes partida, una para cada mar. No se preocupen, ya todo está listo en la otra partida, hasta sus fichas de personaje, todo está listo para retomar de inmediato justo cuando terminen sus interacciones en este último capítulo, de hecho, me tome el tiempo para hacer algunas correcciones y aclaraciones a las reglas, básicamente poniendo por escrito todas las nuevas reglas y sistemas que hemos venido manejando durante la partida, ahora estarán explicadas para fácil consulta. Aunque si así lo desean, puedo agregarlos a la partida desde ya para empezar a invertir los PX ganados y hacer los cambios en la ficha que está allá o hacer los cambios aquí y cuando pasemos a la otra partida pegar los cambios en la ficha, como prefieran.
Y pues, para celebrar el logro de una partida bien finalizada y que se ganaron sus carteles de "Se busca," hice este pequeño detalle en honor a la ocasión. Yo sé que no es de lo mejor, pero lo hice con muchas ganas y empaño, y espero que les guste, así que aquí está:
Aquí pueden ver cada uno en individual. Tal vez noten cosas raras con estos, por favor, ignórenlas, fueron solo pequeños errores en la edición y nada más. Repito, si ven algo raro en ellos, solo ignórenlo...
Alvert, Helena, Edward, Lux, Ryuta, Shire, Nyagara, Wanta.
Rufa se cruzó de brazos con el comentario de Alvert, pero no pudo ocultar que parte de una sonrisa se formaba en su rostro cuando se daba la vuelta para marcharse. -Más vale que así sea.
-Solo si prometes no levantarte de tu cama hasta mañana -Respondió Drake a la broma de Ryuta, una media sonrisa en su juvenil cara.
Como navegante del barco, Lux ya tenía su siguiente destino para cuando llegaran a ese nuevo mar... si es que podían cruzar por las que se conocían como las aguas más peligrosas de todas.
Lux se acercó al buzo advirtiendo sobre le anterior predicamento. -Sé que no es mi asunto, pero, ¿realmente odias tanto a tus padres como para ir a estos extremos? -Eryx dijo a través de la bocina en su cuello, pero aún así asintió a tal petición-. Claro que lo haré. Prometo pasar el mensaje a tus padres, y a todo mercenario que conozca en el East, pero este tipo de cosas siempre se saben al final, así que no sé realmente cuanto tiempo te pueda servir esa coartada -Cuando Lux mencionó que realmente no era tan malo, un sonido de interferencia sonó desde la bocina mientras se volteó hacia la navegante-. Y tú pareces una jovencita adorable... cuando no estás golpeando gente con herramientas pesadas -Esta era posiblemente la primera broma que el hombre había hecho en todo el viaje, aunque considerando su personalidad, tal vez desde hacía mucho tiempo. Sin dar marcha atrás, saltó de la cubierta y emprendió su camino hacia el agua.
La navegante hizo lo propio una vez estuvo junto al astillero, y esto era por fin colocar el cañón que tanto tiempo y esfuerzo habían gastado para obtenerlo. Tan bien puesto y colocado como si siempre hubiera estado en el Sakkaku. Claro, con menos movilidad que los otros cañones a bordo, pero lo que faltaba en dirección, le sobraba potencia, pues era un arma de excelente calibre.
Tras la instalación del cañón y cuando tanto Alvert como Shire permitieron a Edward hacerse con los papeles referidos que le interesaban, este se apartó del resto de la tripulación, y con concentrada mirada examinó hoja tras hoja de ese archivo, hasta que al cabo de un tiempo devolvió la carpeta junto con los demás, dirigiéndose hacia la enfermería con la cabeza algo gacha.
Ciertamente no faltaban las emociones, pues la capitana del Sakkaku había aceptado a dos nuevas integrantes, y estas reaccionaron acorde con grata felicidad Wanta efusivamente abrazando a Lux ya Nyagara, y esta última agradeciendo de forma más verbal.
Con una gran sonrisa, el fornido gyojin hizo caravanas ante el público, aunque solo fueran las cuatro presentes ahí, y de los aplausos realmente solo el de Lux llegara a ser más sonoro. -¡Gracias, muchas gracias! -dijo Daiki a las chicas alentándolo por su espectáculo, y por la forma en que reverenciaba bien podría estar recibiendo un galardón de renombre. Aunque la expresión que tenía Nyagara, como la de un gato frente a un ave indefensa hizo que Daiki abriera los ojos como platos. Desde el punto de vista del hombre pez ese gesto solo podía significar una cosa... que probablemente le agradaba mucho y quería que fueran grandes amigos, por lo que le hacia una señal con el pulgar hacia arriba en amistoso gesto.
Desafiando la lógica y todo lo que se consideraba de buen juicio, Ladovia se había despertado, y separado de la ruta en donde se tratarían todos los males en su cuerpo.
Con la dificultad de sus heridas, Ryuta trató de interceptarla, pero fue insuficiente para que la pirata llegara ante Shire con esa petición. Wanta y Nyagara se vieron reacias a participar en aquello, principalmente por ser tan reciente su adición a la tripulación, así que Lux fue la primera en actuar ante la terquedad de Ladovia. La navegante tomó el herido rostro de la chica, quien tenía una cara más de ciego coraje y obstinada disposición, sin embargo, Lux solo le dedicó una sonrisa... y un tremendo cabezazo digno de un artista marcial rompiendo un bloque de cemento, y considerando lo duro del cráneo de Ladovia, tampoco distaba mucho de ese efecto. Era difícil saber si realmente el movimiento de Lux habría tenido efecto en otra situación, pero en esas condiciones, la joven Ladovia quedó inconsciente de inmediato pero afortunadamente Ryuta pudo interceder a tiempo para evitar que esta cayera al suelo, y miró a la chica en una actitud que solo tenía sentido debido a su complicada relación.
Alvert por su lado, se vio más cansado, suspirando y acompañando Edward yendo a la misma dirección y que su salud fuera restaurada.
Con Ladovia inconsciente, esta por fin pudo hacer lo que no se había permitido en todo este tiempo, dejar a su cuerpo descansar y que sus heridas empezaran a sanar, aunque no solo las que llevaba en el cuerpo.
Antes de marcharse para dejar a la chica en reposo en la enfermería, Ryuta se encargó de encomendar a Wanta y Nyagara con una tarea especial, el llevar al tan ansiado y codiciado pescado de tan suculento aroma hacia la cocina y cortarlo para que todos pudieran disfrutar de esa delicia. Cosa que claramente causó du dosis de alegría, quizás con la posibilidad de que sus esfuerzos fueran recompensados con la probada temprana del manjar acuático.
Nyagara se vio un tanto más solemne cuando regresó con Shire, y es que ponía frente a ella el llamado Mono de Jade, una estatuilla de un chimpancé hecha del mineral precioso, el cual con tan solo echarle un vistazo, Shire podía reconocer el tipo de tallado, delatando que se trataba del producto de alguna civilización antigua, lo cual lo hacía de un mayor valor que solo el material con que estaba hecho, pero también por lo mismo, podría ser una pieza histórica de relevancia, se necesitaría de un mayor análisis para averiguar más sobre esta estatuilla.
En la enfermería, Drake se encargó de atender a todos los heridos con prontitud. Desinfectó heridas, hizo puntadas, y una gran cantidad de gasas y vendas fueron utilizadas, sin mencionar más analgésicos de los que sería legal en un hospital. Ya de noche, Drake exigió a todos los heridos sin falta a que reposaran por lo menos esta noche, así que cualquier celebración con el gran pez frito quedaba cancelada por ese día.
A la mañana siguiente, un orden volvió al barco, con Nyagara y Wanta asumiendo sus roles de encargarse del mantenimiento del barco, ayudados claro por Daiki y la contribución y dirección de Edward y Lux, quienes más conocían sobre el barco. Y Shire también cerca para estar al tanto de todo. Incluso, solo por unos pocos minutos, el médico de la tripulación había permitido que sus pacientes, como Ryuta y Alvert pudieran salir a recibir el fresco en la cubierta. Y como era usual, se podía ver una gaviota con un gorro, una gran bolsa con periódico enrollado y su respectiva pequeña bolsa para el dinero. Se trataba de un News Coo, el cual al verlo, Drake le hizo una señal para detenerlo,
El mini médico pagó a la gaviota y se hizo con un periódico que pronto entregó al cocinero para que leyera, estando frente a todos.
Aunque el diario se veía un poco más grueso que de costumbre, no había muchos reportes que parecieran dignos de mención. Se hablaba de un golpe de estado en el país de Vira, en el Grand Line, una sección de noticias locales del East, y de hecho había una pequeña nota sobre que la base de la Marina Salty Mine había sido atacada por un par de barcos pirata, pero que fueron rápidamente sometidos y hundidos haciendo de esto no más que un incidente sin consecuencias. Nada más que solo mentiras para los que fueron testigos de lo que realmente pasó ahí.
Mientras pasaba las páginas del periódico, algunas hojas del fondo del diario cayeron al suelo, revelando que se trataban de carteles de "Se Busca," mostrando caras muy familiares.***
Pero entre los carteles, había el de un muchacho muy sonriente como si posara y saludara a la cámara. Alguien que Shire pudo confirmar se trataba de la recompensa más grande que se había dado a alguien en el East. Su nombre, Monkey D. Luffy.
Total de Experiencia: 25 PX
¡Llegaron los Wanted Posters! :D
Las cantidades de las recompensas, aunque parecen al azar, no lo son XP
Recuerden que una recompensa mide qué tanto el Gobierno/ la Marina considera a un enemigo como una amenaza, ya sea por posición, por demostraciones de fuerza o peligro o contactos. Y como en OP, estas pueden ir aumentando conforme se planteen objetivos más notables (ya sea contra la Marina/ Gobierno, o incluso otros piratas), y la medida en que se mide la recompensa es individual para cada pj.
El nombre de la tripulación se dio, y se fue repitiendo al grado que se fue haciendo de su fama como una tripulación pirata, así que me pareció que quedaba de manera orgánica.
De los epítetos, esos no están escritos en piedra, esos podrían cambiar si algún pj hace algo extraordinario o constantemente se le ve haciendo algo con que se le reconozca.
Oh, y el News Coo aún está a la vista, por si alguien quiere comprar una copia del diario, incluyendo los carteles, puede hacerlo por 100 berries.
Como cada final de capítulo, cada uno puede tener dos interacciones. Puede ser hablar con un pj, un pnj o toda la tripulación en general. Quien ya esté en una interacción, puede continuar con ella sin que cuente contra las interacciones que tiene.
@Alvert
XDXDXD Confirmado por la clínica Mayo-Drake.
En lo que parecía una carpintería, un hombre de mediana edad ajustó sus gafas mientras daba los últimos toques de pintura a una mesita de café, usando una pequeña brocha. Con cuidado colocaba una línea recta, hasta que pronto su concentración se quebró cuando un chico entró estrepitosamente por la puerta y haciendo el mayor alboroto posible.
-¡Viejo Tornillo, viejo Tornillo! -gritó el chico emocionado.
-¡Ya te he dicho que no me digas así! ¡Que soy el Señor Tornillo! -dijo el hombre más que furioso.
El jovenzuelo volteó los ojos. -Sí, como sea. ¡Pero tiene que ver esto! -Colocó una hoja de papel frente al hombre, más en específico, un cartel.
El amargado gesto de Tornillo se convirtió en uno de alegría al ver la imagen el cartel. -¡Por todos los clavos y astillas! Si es esa chica, Lux. Sabía que ella y su amigo tenían que ser hábiles, pero con esta recompensa bien se pudo haber enfrentado a Arlong, ¡ji ji ji!
-Ella es una pirata, pero era buena gente. ¡Es como esa otra banda!
Tornillo hizo a un lado el papel para entonces ver el desastre de pintura que había hecho por error debido a la repentina entrada del muchacho, provocando que suspirara profundamente. -No todos los piratas son así, pero creo que conocimos a todos los piratas buenos en el mundo -Se vio un tanto alegre, aunque pronto frunció el seño-. Ahora, chaval, apúrate a traer tus herramientas, que si sigues de flojo solo viendo carteles nunca te vas a convertir en astillero.
El chico se vio enojado, pero aún así fue por una caja de herramientas sin protestar. -Para nada, viejo Tornillo. Ahora tengo muchas más ganas de convertirme en uno, y hacer buenas barcazas como Lux. Así puedo hacerme a la mar y buscar a mi padre.
-Imposible. Tadeo podría estar en cualquier parte y -El hombre negó con la cabeza y se veía con la intención de seguir su explicación, pero en ese momento, su mirada captó de reojo al cartel-... de un tiempo acá creo que ya no sé que es posible o que no, ji -Pasó una mano sobre su cabeza para luego ir hacia el chico y darle una especie de taladro-. Pero si de verdad quieres y al mar, no es un barcaza lo que necesitas, sino un barco, así que te tienes que esforzar el doble o triple, ¿me escuchaste?
-¡Claro que sí! -El chico tomó el taladro y abrió la caja de herramientas contento.
Dentro de una gran mansión, un hombre de cabello cano, con unos overoles sucios con tierra, carga con una caja llena de todo tipo de verduras, las cuales entrega a un sujeto de pelo tan esponjado como el de un borrego.
-Pero Señor Valium, ya sabe que no tiene que pagar todo de una vez, la señorita le dijo que puede tomarse el tiempo que necesite -dijo el tipo con cabello rizado.
-Eso de ser formal no se me da -El hombre de los overoles se rascó un poco la cabeza-. Solo llámame Peritto. Y lo siento, pero no me gusta tener deudas, dije que lo pagaría y lo haré -dijo el hombre sonriente-. Así que espero que les guste comer verduras, ¡ja!
Una joven de rubia cabellera baja de prisa una largas escaleras hasta llegar a donde están los dos hombres, mientras sostenía un cartel en la mano. -¡Peritto! ¿Ya lo vio?
El hombre canoso asintió. -Claro que sí, Señorita Kaya. Ese niño y su pollo. Para mí que sigue siendo un granjero, y las granjas y el mar no se mezclan -Se encogió de hombros haciendo una mueca-. Pero quien sabe lo que depara el futuro. Es como ese otro chico.
-Sí, también vi su cartel. Espero que Usopp esté bien -dijo mirando al vacío, preocupada por un momento, pero luego volvió a sonreír-. Al final todos están cumpliendo sus sueños, eso es lo que importa -Saca un libro grueso con el título "Terapia Médica en Urgencias"-. Y yo también lo hago.
-Ja, eso está muy bien -dijo Peritto rascando un poco su cabeza-. Tal vez me equivoque y ese niño tenga un barco-sembradío para ser el mejor granjero y pirata.
La atención de la chica se fijó en la caja con verduras y sus ojos comenzaron a brillar. -¿Son de su última cosecha, verdad? Son los mejores vegetales que he comido, ¡ha hecho un gran trabajo!
Peritto sonrió de oreja a oreja al escuchar esto. -Ja ja, no es nada, digamos que fue un trabajo conjunto.
-No sea modesto. Son lo mejor, por favor quédese a comer.
El sujeto con pelo esponjoso amablemente señaló el camino hacia el comedor. -La señorita ha hablado.
Fue así como los tres avanzaron hacia la mesa hablando de cosechas, piratas y sueños.
-¡Que un rayo parta el mar! ¡Tenía razón! -Un viejo fumando de una gran pipa dio un golpe a la mesa con euforia mientras veía un cartel, haciendo temblar la variedad de platillos que había en esta-. Eso significa que está bien -dejó su pipa de lado y probó un bocado de un guiso de rape, para luego poner mala cara.
-¿Sucede algo, señor Von Valium? -Se acercó uno de los meseros.
-Sí, esto no es lo que pedí. Quiero un platillo con una sazón como la del muchacho.
-Hacemos lo que podemos, pero tratar de replicar un sabor como el de Ryuta, no es algo tan fácil y...
El viejo se cruzó de brazos con cara irritada. -Pues entonces sigan intentando. Cuando les traje esa carne de rey del mar, el señor don Zeff dijo que podía pedir el plato que quisiera, así que sin excusas.
El mesero suspiró fatigado. -Sí, señor -dijo antes de volver a la cocina desaminado.
Von Valium volteó a ver el cartel de nuevo. -Sea el ser el mejor cocinero o mejor espadachín, lo que sea que elijas, vas por un buen camino, Ryuta.
El lugar estaba totalmente lleno de gente. estantes repletos de libros, para ún más repletos de personas tomando los ejemplares de las repisas. Aunque la situación se veía aún más congestionada en el mostrador, donde había una larga fila de personas comprando libros.
Un chico joven atendía a la clientela tan rápido como podía, mientras un hombre de mediana edad cargaba con una gran cantidad de libros.
-Gracias por ayudarme en la tienda. Hace mucho que no venía tanta gente a Bookstore -dijo el hombre en tono amable.
-No es nada. Pero se veía venir. Esa chica había atraída a tantos hace pocos días, y cuando todos se enteraron que la chica de hecho era la jefa de una banda de piratas, pues todavía más -Comentó el joven rascando un poco su cabeza para luego levantar un cartel en su mano.
El papel escapó de la mano del jóven, y este voló hasta toparse en la cara el hombre, quien tropezó con un estante, tirando muchos libros.
-¡Señor Reebuk! -gritó mientras corría en auxilio del sujeto.
Afortunadamente, parecía que nadie había resultado herido, aunque el hombre tomó el cartel de su cara y se le quedó viendo a un libro que estaba justo al frente, en el suelo.
-Señor Reebuk, ¿está bien?
Levantó el libro del Actual y Futuro Rey para después voltear a ver el cartel con una sonrisa. -Estoy bien, es solo que, estaba recordando a un amigo.
En una mesa de cristal a exteriores, dos personas conversaban. Uno de ellos, un joven bastante apuesto, se acomodó su saco negro, y a pesar de llevar un parche en uno de sus ojos, su mirada no se despejaba de la bella chica frente a él.
-Querida, ¿te dije ya que soy un pirata reconocido? -dijo el joven galante.
-¿De verdad? Eres alguien malo y peligroso -La cruzó las piernas viendo al sujeto con interés.
-Capitán Charles Departier, recompensa de siete millones, a su servicio, mi bella dama -Se puso la mano en el pecho con exagerada modestia.
La chica frente a él hizo una mueca. -Hmm. El joven de este cartel, piden veinte millones por él.
La cara de Departier hizo una expresión desencajada, sosteniéndose el pecho, pero esta vez sin modestia. -Vale, sí, también lo he visto. Pero mi hermosísima señorita, ser peligroso no lo es todo -dijo el atractivo joven, empezando a sudar-. Lo importante es el sentido de la aventura, el romance. Ir de un puerto al otro conociendo el mundo -Chasqueó los dedos y un mesero trajo enseguida una bandeja cubierta-. Permítame demostrarle. El salmón dragón, de los peces más raros y difíciles de preparar. Lo conseguí en el más fiero de los mares.
La chica estaba al filo de su asiento verdaderamente emocionada.
-Todo con la esperanza de poder encontrar a una mujer tan especial como para compartir un manjár digno del paladar de una reina -El capitán pirata destapó la bandeja para revelar... una simple sardina en un plato con apenas unas hojas de lechuga.
Mientras la chica suspiraba poniendo una mueca más pronunciada que antes, la cara del joven más que verse apuesta estaba pálida y sudando a cántaros. -M-me p-ermites un momento, bella flor -Departier se retiró del lugar con paso calmado, solo para unos metros después dejar atrás toda semblanza de tranquilidad y correr a la vez que se hacía con su espada semejante a un florete.
El capitán pirata se detuvo solo hasta que llegar frente a quien parecía ser solo un gato grande recostado en la hierba. De no ser porque llevaba ropajes como túnicas y sostenía varios carteles en sus manos, fácilmente podría confundirse con un simple felino naranja, solo un tanto más grande que uno común.
Departier lanzó su espada hacia el gato y solo un segundo antes de impactar, volteó su arma para golpear al minino en la nuca con el pomo.
El gato se quejó con un chillido tan característico del animal mientras se sostenía el lugar recién herido en su cabeza. -¿Y eso por qué fue? -Una voz gruesa y rasposa salió del felino.
-MewPaw, te nombre supervisor de pescado con un solo objetivo, ¡qué vigilaras el maldito salmón! -dijo el joven claramente irritado.
-Y lo vigilé. Vigilé como estaba en el barco, como Ronnie se lo robaba y como dejaba otro pez en su lugar, mew ja ja -dijo el gato en tono divertido.
-Tsk -Departier dio un gran suspiro con frustración-. Ya es difícil conseguir mujeres así como está para que luego salga tanta gente con tantas recompensas.
-Tal vez si le fueras fiel a solo una mujer tendrías mejor suerte -El gato volvió a reposar su cabeza en la hierba mientras veía uno de los carteles en sus manos.
El capitán iba a ir por su segundo golpe de nuca cuando volteó a ver lo que veía MewPaw. -¿Esos son...?
-Sí. ¿Ya los viste? Ese chico que era tu protegido, el del gallo, está aquí. Supongo que debes estar orgulloso.
-Tsk. Solo es un chico que recogimos, así que de eso nada -Se volteó a un lado con una media sonrisa-. Y siempre supe que lo tenía en él. Solo tienes esa ansía por la aventura o no la tienes, es así de fácil. No cualquiera puede convertirse en un gran e infalible pirata con nosotros.
-Departier, otra vez se te cayó el parche.
El joven abrió sus ojos como platos, comenzando a sudar de nuevo, buscando en el suelo con su ojo azul mientras que cubrió su otro ojo, de color dorado, con su mano, a pesar de que este se veía en perfectas condiciones.
-Pues yo sí que me alegra ver a alguien de nuevo -MewPaw vio el cartel en su mano esbozando una cálida sonrisa-. Puede que las cosas se te compliquen en adelante, pero te vi salir de peores -El gato miró hacia el cielo, todavía son la sonrisa-. Donde sea que te encuentres, espero que estés sonriendo y comiendo muchos dulces.
El capitán volvió a colocarse el parche en su lugar para después mirar al felino y levantar una ceja ante la anterior actitud soñadora del gato. -Eres alguien muy raro, ¿lo sabías?
-Lo sé. Y me agrada ser raro -dijo con orgullo en su grave voz, para continuar viendo los carteles en su mano, hasta que se detuvo en uno de los carteles, su mano temblando, y soltando todos los demás papeles.
Una chica de cabello azul mira hacia el frente concentrada. Sus dedos envueltos en vendas sostienen con firmeza su arma delgada y larga. Una espada.
Los pies bien plantados en la cubierta de madera de ese barco, teniendo al mar de fondo en ese momento.
La brisa marina movió su ropa, un abrigo de algodón y falda pantalón de pliegues, conjunto usado por los samurai. Atuendo similar al que utilizaba su oponente. Un hombre corpulento de largo bigote y una coleta sosteniendo su cabello.
Ambos se veían a los ojos, sus miradas tan determinadas como el agarre en sus armas. La tensión era palpable, el silencio entre ellos dos volviéndose más incómodo con cada segundo.
Fue la chica quien se movió primero, en rápida ofensiva se lanzó hacia el gran hombre y... todo había terminado en un segundo.
La espada de madera voló de las manos de la chica mientras esta última caía al suelo.
El hombre dejó su propia katana de madera de lado para ir y directo hacia la chica y ayudarle a levantarse, su rostro mostrando genuina preocupación. -Señorita, ¿no cree que ya ha sido suficiente por hoy? Hemos practicado todo el día y...
-No -La chica interrumpió al hombre mientras se reincorporaba-. No lo estamos haciendo bien. Solo me desarmaste, Cokett, significa que te estás conteniendo -Ella fue directo a su espada de madera para después recogerla-. Necesito hacer más. Ser mejor -Apretó el puño mientras la misma determinación que antes seguía en su mirada celeste-. Tú los viste. Shire ahora es una capitana buscada, si la buscan es que sigue persiguiendo su sueño, y me queda claro que Alvert superó su miedo y fue a esa base. Ellos se están esforzando mucho -La chica puso su mano en su pecho con decisión-. Y yo no puedo hacer menos que eso. Estoy segura que algún día nos volveremos a ver. Y cuando pase, quiero que vean que yo también me esfuerzo, que estoy luchando por mi sueño.
El hombre esbozó una sonrisa en su áspero rostro, para después tomar un cartel doblado que guardaba en su saco. Con el cartel en la mano su expresión se convirtió en una mueca, pero después otra vez en sonrisa.
La chica se acercó al hombre y se paró de puntillas en un intento para ver el cartel. -Cokett, ¿sigues preocupado por él?
Un ligero suspiro salió del hombre mientras guardaba el cartel. -No es eso, Señorita. Es solo que hicimos una promesa de volver a luchar una vez que se volviera un gran espadachín y ya no estoy tan seguro de que pueda ganarle -dijo viendo al mar en el horizonte, extrañamente, parecía emocionado.
Un marine corría por cubierta a toda velocidad. Su cara tan pálida y su expresión tan sorprendida. En sus manos llevaba un montón de carteles.
Se detuvo de repente, volteó a ambos lados, y luego volvió a correr a toda marcha, dos de los carteles volando en el camino de aire dejado por su paso.
Corrió hasta la proa y usando su mano para cubrir el sol de su cara, nuevamente inspección el sitio con la mirada, hasta que de pronto chasqueó los dedos y se dirigió al interior del barco sin detenerse.
-¡Teniente, teniente! -Abrió la puerta de un camarote con fuerza-. ¡¿Se enteró de lo que pasó?!
-Me enteré, marino -dijo con voz seria mientras de cabeza, todo su cuerpo era sostenido por una sola de sus manos-. De cierta forma, me enteré mucho antes de que pasara.
El marine se vio confundido, pero asintió de todas formas. -Hay un reporte completo si quiere leerlo, pero me informaron que están dispuestos a ponerle a cargo de la base de Sadler.
Negó con la cabeza para después pasar de apoyar el peso de su cuerpo en su mano, para que solo se sostuviera de un dedo. -Ya rechacé la oferta. No pienso verme beneficiado con la muerte. Además tengo mi propio deber que cumplir.
-Entonces, ¿cuáles son las órdenes, Teniente? -preguntó el marine mientras dejaba los carteles en una mesa cercana.
-Avise a todos, que fijen el nuevo rumbo. Nos vamos a la Grand Line -De un salto salió giró para tomar una posición erguida, sus pies tocando de nuevo el suelo mientras una nube de polvo lo rodeó-. Tengo un error que corregir.
-¡¿Veinte?! ¡¿En serio todos tienen cerca de veinte?! -Una joven mujer de cabello oscuro usando un top negro miraba varios carteles, su expresión entre sorprendida y enojada-. Esto hace parecer el millón que me gané de recompensa como una broma.
-¿De verdad estás celosa, Julia? -preguntó curioso un hombre de avanzada edad con una bata de laboratorio-. Ellos invadieron una base de la Marina -dijo con un rostro contento, pero que rápidamente se tornó serio-. Y sí los rumores son ciertos....
-Lo son, Stefan -Otro hombre mayor dijo solemne para después dar un sorbo a su taza de café-. Se acabó. Ya ninguno tiene que temer absurdas persecuciones de ese horrible ser humano.
-¿Horrible ser humano? De ese hijo de perra, quizás decir -Afirmó una chica de cabello verde con expresión molesta, la cual recibió una reprimenda del hombre mayor en forma de una severa mirada-. ¿Qué pasa, Dillando? ¿Tienes algo en los ojos? -dijo de en una respuesta tan cínica como sarcástica, pero al final dio un suspiro y tomó su taza con agua caliente, dentro de la cual dejó caer unas hierbas secas que de inmediato tornaron el agua color verdiazul-. Esto es lo que más quería Ladovia. Espero que por fin le traiga la paz que buscaba.
El anciano de la bata de laboratorio colocó una mano sobre el hombro de la chica. -No te preocupes tanto por Ladovia, ambos la conocemos bien, y ella es una mujer muy fuerte -dijo con una comprensiva expresión-. Y no sé si le traiga paz. Pero podemos tener esperanza. Sin él, todos podemos dejar toda esta tragedia atrás.
Estas cuatro personas se encontraban sentadas alrededor de una mesa dentro de un establecimiento, algunos bebiendo de tazas, mientras que otros solo tenían una bebida en frente.
-No estoy celosa, ¿bien? -dijo Julia a los presentes aunque de inmediato se encogió de hombros-. De acuerdo, tal vez solo un poco, pero no se trata de eso. Veinte millones es una cifra que empieza a hacer que la gente voltee a verte. Y conseguir información sobre Pandora después de esto va a ser cada vez más difícil -Apoyó su cabeza en sus brazos mientras veía hacia abajo con una mueca en su cara-. Shire y su gente resultaron ser demasiado efectivos al punto que es malo -La mujer recargó su espalda en la silla y llevó ambas manos detrás de su cabeza-. Elias confiaba en ellos. Les confió su sueño, así que él sabía, tenía que haber sabido que ellos eran la clase de personas que sobresalen -En la misma posición, en miró al techo con actitud reflexiva-. Los piratas de Elias ya se separaron, y ahora su mayor enemigo tampoco está. Por lo menos ellos pueden empezar de cero y tener un camino libre.
-Hey, tú, ¿eres Julia Peroni?
-No, lo siento. Creo que se ha equivocado de persona -Respondió Julia sin siquiera voltear.
Dos carteles fueron arrojados, meciéndose lentamente hasta detenerse sobre la mesa. Se trataba de los carteles de Shire y Alvert. -Estos malditos. Toda esa condenada tripulación. Me dijeron que antes hicieron tratos contigo -Su voz sonaba bastante enojada-. ¿Dónde están?
-Te dijeron mal -dijo la mujer de forma tajante-, pero aún si fuera así. No tengo porque dar información a nadie, menos a un total desconocido.
El sórdido golpe en la mesa llamó las atención de todos, mientras una mano café con motas amarillas y palmeada, delatando su naturaleza gyojin, arrugaba los dos carteles que estaban extendidos sobre la mesa. -No soy un desconocido -dijo la voz de forma forzosa como si tratara de contener su enojo-, de hecho, ellos me conocen bien. Me llamaban "Accesorio de Mástil."
En lo que parecía una carpintería, un hombre de mediana edad ajustó sus gafas mientras daba los últimos toques de pintura a una mesita de café, usando una pequeña brocha. Con cuidado colocaba una línea recta, hasta que pronto su concentración se quebró cuando un chico entró estrepitosamente por la puerta y haciendo el mayor alboroto posible.
-¡Viejo Tornillo, viejo Tornillo! -gritó el chico emocionado.
-¡Ya te he dicho que no me digas así! ¡Que soy el Señor Tornillo! -dijo el hombre más que furioso.
El jovenzuelo volteó los ojos. -Sí, como sea. ¡Pero tiene que ver esto! -Colocó una hoja de papel frente al hombre, más en específico, un cartel.
El amargado gesto de Tornillo se convirtió en uno de alegría al ver la imagen el cartel. -¡Por todos los clavos y astillas! Si es esa chica, Lux. Sabía que ella y su amigo tenían que ser hábiles, pero con esta recompensa bien se pudo haber enfrentado a Arlong, ¡ji ji ji!
-Ella es una pirata, pero era buena gente. ¡Es como esa otra banda!
Tornillo hizo a un lado el papel para entonces ver el desastre de pintura que había hecho por error debido a la repentina entrada del muchacho, provocando que suspirara profundamente. -No todos los piratas son así, pero creo que conocimos a todos los piratas buenos en el mundo -Se vio un tanto alegre, aunque pronto frunció el seño-. Ahora, chaval, apúrate a traer tus herramientas, que si sigues de flojo solo viendo carteles nunca te vas a convertir en astillero.
El chico se vio enojado, pero aún así fue por una caja de herramientas sin protestar. -Para nada, viejo Tornillo. Ahora tengo muchas más ganas de convertirme en uno, y hacer buenas barcazas como Lux. Así puedo hacerme a la mar y buscar a mi padre.
-Imposible. Tadeo podría estar en cualquier parte y -El hombre negó con la cabeza y se veía con la intención de seguir su explicación, pero en ese momento, su mirada captó de reojo al cartel-... de un tiempo acá creo que ya no sé que es posible o que no, ji -Pasó una mano sobre su cabeza para luego ir hacia el chico y darle una especie de taladro-. Pero si de verdad quieres y al mar, no es un barcaza lo que necesitas, sino un barco, así que te tienes que esforzar el doble o triple, ¿me escuchaste?
-¡Claro que sí! -El chico tomó el taladro y abrió la caja de herramientas contento.
Dentro de una gran mansión, un hombre de cabello cano, con unos overoles sucios con tierra, carga con una caja llena de todo tipo de verduras, las cuales entrega a un sujeto de pelo tan esponjado como el de un borrego.
-Pero Señor Valium, ya sabe que no tiene que pagar todo de una vez, la señorita le dijo que puede tomarse el tiempo que necesite -dijo el tipo con cabello rizado.
-Eso de ser formal no se me da -El hombre de los overoles se rascó un poco la cabeza-. Solo llámame Peritto. Y lo siento, pero no me gusta tener deudas, dije que lo pagaría y lo haré -dijo el hombre sonriente-. Así que espero que les guste comer verduras, ¡ja!
Una joven de rubia cabellera baja de prisa una largas escaleras hasta llegar a donde están los dos hombres, mientras sostenía un cartel en la mano. -¡Peritto! ¿Ya lo vio?
El hombre canoso asintió. -Claro que sí, Señorita Kaya. Ese niño y su pollo. Para mí que sigue siendo un granjero, y las granjas y el mar no se mezclan -Se encogió de hombros haciendo una mueca-. Pero quien sabe lo que depara el futuro. Es como ese otro chico.
-Sí, también vi su cartel. Espero que Usopp esté bien -dijo mirando al vacío, preocupada por un momento, pero luego volvió a sonreír-. Al final todos están cumpliendo sus sueños, eso es lo que importa -Saca un libro grueso con el título "Terapia Médica en Urgencias"-. Y yo también lo hago.
-Ja, eso está muy bien -dijo Peritto rascando un poco su cabeza-. Tal vez me equivoque y ese niño tenga un barco-sembradío para ser el mejor granjero y pirata.
La atención de la chica se fijó en la caja con verduras y sus ojos comenzaron a brillar. -¿Son de su última cosecha, verdad? Son los mejores vegetales que he comido, ¡ha hecho un gran trabajo!
Peritto sonrió de oreja a oreja al escuchar esto. -Ja ja, no es nada, digamos que fue un trabajo conjunto.
-No sea modesto. Son lo mejor, por favor quédese a comer.
El sujeto con pelo esponjoso amablemente señaló el camino hacia el comedor. -La señorita ha hablado.
Fue así como los tres avanzaron hacia la mesa hablando de cosechas, piratas y sueños.
-¡Que un rayo parta el mar! ¡Tenía razón! -Un viejo fumando de una gran pipa dio un golpe a la mesa con euforia mientras veía un cartel, haciendo temblar la variedad de platillos que había en esta-. Eso significa que está bien -dejó su pipa de lado y probó un bocado de un guiso de rape, para luego poner mala cara.
-¿Sucede algo, señor Von Valium? -Se acercó uno de los meseros.
-Sí, esto no es lo que pedí. Quiero un platillo con una sazón como la del muchacho.
-Hacemos lo que podemos, pero tratar de replicar un sabor como el de Ryuta, no es algo tan fácil y...
El viejo se cruzó de brazos con cara irritada. -Pues entonces sigan intentando. Cuando les traje esa carne de rey del mar, el señor don Zeff dijo que podía pedir el plato que quisiera, así que sin excusas.
El mesero suspiró fatigado. -Sí, señor -dijo antes de volver a la cocina desaminado.
Von Valium volteó a ver el cartel de nuevo. -Sea el ser el mejor cocinero o mejor espadachín, lo que sea que elijas, vas por un buen camino, Ryuta.
El lugar estaba totalmente lleno de gente. estantes repletos de libros, para ún más repletos de personas tomando los ejemplares de las repisas. Aunque la situación se veía aún más congestionada en el mostrador, donde había una larga fila de personas comprando libros.
Un chico joven atendía a la clientela tan rápido como podía, mientras un hombre de mediana edad cargaba con una gran cantidad de libros.
-Gracias por ayudarme en la tienda. Hace mucho que no venía tanta gente a Bookstore -dijo el hombre en tono amable.
-No es nada. Pero se veía venir. Esa chica había atraída a tantos hace pocos días, y cuando todos se enteraron que la chica de hecho era la jefa de una banda de piratas, pues todavía más -Comentó el joven rascando un poco su cabeza para luego levantar un cartel en su mano.
El papel escapó de la mano del jóven, y este voló hasta toparse en la cara el hombre, quien tropezó con un estante, tirando muchos libros.
-¡Señor Reebuk! -gritó mientras corría en auxilio del sujeto.
Afortunadamente, parecía que nadie había resultado herido, aunque el hombre tomó el cartel de su cara y se le quedó viendo a un libro que estaba justo al frente, en el suelo.
-Señor Reebuk, ¿está bien?
Levantó el libro del Actual y Futuro Rey para después voltear a ver el cartel con una sonrisa. -Estoy bien, es solo que, estaba recordando a un amigo.
En una mesa de cristal a exteriores, dos personas conversaban. Uno de ellos, un joven bastante apuesto, se acomodó su saco negro, y a pesar de llevar un parche en uno de sus ojos, su mirada no se despejaba de la bella chica frente a él.
-Querida, ¿te dije ya que soy un pirata reconocido? -dijo el joven galante.
-¿De verdad? Eres alguien malo y peligroso -La cruzó las piernas viendo al sujeto con interés.
-Capitán Charles Departier, recompensa de siete millones, a su servicio, mi bella dama -Se puso la mano en el pecho con exagerada modestia.
La chica frente a él hizo una mueca. -Hmm. El joven de este cartel, piden veinte millones por él.
La cara de Departier hizo una expresión desencajada, sosteniéndose el pecho, pero esta vez sin modestia. -Vale, sí, también lo he visto. Pero mi hermosísima señorita, ser peligroso no lo es todo -dijo el atractivo joven, empezando a sudar-. Lo importante es el sentido de la aventura, el romance. Ir de un puerto al otro conociendo el mundo -Chasqueó los dedos y un mesero trajo enseguida una bandeja cubierta-. Permítame demostrarle. El salmón dragón, de los peces más raros y difíciles de preparar. Lo conseguí en el más fiero de los mares.
La chica estaba al filo de su asiento verdaderamente emocionada.
-Todo con la esperanza de poder encontrar a una mujer tan especial como para compartir un manjár digno del paladar de una reina -El capitán pirata destapó la bandeja para revelar... una simple sardina en un plato con apenas unas hojas de lechuga.
Mientras la chica suspiraba poniendo una mueca más pronunciada que antes, la cara del joven más que verse apuesta estaba pálida y sudando a cántaros. -M-me p-ermites un momento, bella flor -Departier se retiró del lugar con paso calmado, solo para unos metros después dejar atrás toda semblanza de tranquilidad y correr a la vez que se hacía con su espada semejante a un florete.
El capitán pirata se detuvo solo hasta que llegar frente a quien parecía ser solo un gato grande recostado en la hierba. De no ser porque llevaba ropajes como túnicas y sostenía varios carteles en sus manos, fácilmente podría confundirse con un simple felino naranja, solo un tanto más grande que uno común.
Departier lanzó su espada hacia el gato y solo un segundo antes de impactar, volteó su arma para golpear al minino en la nuca con el pomo.
El gato se quejó con un chillido tan característico del animal mientras se sostenía el lugar recién herido en su cabeza. -¿Y eso por qué fue? -Una voz gruesa y rasposa salió del felino.
-MewPaw, te nombre supervisor de pescado con un solo objetivo, ¡qué vigilaras el maldito salmón! -dijo el joven claramente irritado.
-Y lo vigilé. Vigilé como estaba en el barco, como Ronnie se lo robaba y como dejaba otro pez en su lugar, mew ja ja -dijo el gato en tono divertido.
-Tsk -Departier dio un gran suspiro con frustración-. Ya es difícil conseguir mujeres así como está para que luego salga tanta gente con tantas recompensas.
-Tal vez si le fueras fiel a solo una mujer tendrías mejor suerte -El gato volvió a reposar su cabeza en la hierba mientras veía uno de los carteles en sus manos.
El capitán iba a ir por su segundo golpe de nuca cuando volteó a ver lo que veía MewPaw. -¿Esos son...?
-Sí. ¿Ya los viste? Ese chico que era tu protegido, el del gallo, está aquí. Supongo que debes estar orgulloso.
-Tsk. Solo es un chico que recogimos, así que de eso nada -Se volteó a un lado con una media sonrisa-. Y siempre supe que lo tenía en él. Solo tienes esa ansía por la aventura o no la tienes, es así de fácil. No cualquiera puede convertirse en un gran e infalible pirata con nosotros.
-Departier, otra vez se te cayó el parche.
El joven abrió sus ojos como platos, comenzando a sudar de nuevo, buscando en el suelo con su ojo azul mientras que cubrió su otro ojo, de color dorado, con su mano, a pesar de que este se veía en perfectas condiciones.
-Pues yo sí que me alegra ver a alguien de nuevo -MewPaw vio el cartel en su mano esbozando una cálida sonrisa-. Puede que las cosas se te compliquen en adelante, pero te vi salir de peores -El gato miró hacia el cielo, todavía son la sonrisa-. Donde sea que te encuentres, espero que estés sonriendo y comiendo muchos dulces.
El capitán volvió a colocarse el parche en su lugar para después mirar al felino y levantar una ceja ante la anterior actitud soñadora del gato. -Eres alguien muy raro, ¿lo sabías?
-Lo sé. Y me agrada ser raro -dijo con orgullo en su grave voz, para continuar viendo los carteles en su mano, hasta que se detuvo en uno de los carteles, su mano temblando, y soltando todos los demás papeles.
Una chica de cabello azul mira hacia el frente concentrada. Sus dedos envueltos en vendas sostienen con firmeza su arma delgada y larga. Una espada.
Los pies bien plantados en la cubierta de madera de ese barco, teniendo al mar de fondo en ese momento.
La brisa marina movió su ropa, un abrigo de algodón y falda pantalón de pliegues, conjunto usado por los samurai. Atuendo similar al que utilizaba su oponente. Un hombre corpulento de largo bigote y una coleta sosteniendo su cabello.
Ambos se veían a los ojos, sus miradas tan determinadas como el agarre en sus armas. La tensión era palpable, el silencio entre ellos dos volviéndose más incómodo con cada segundo.
Fue la chica quien se movió primero, en rápida ofensiva se lanzó hacia el gran hombre y... todo había terminado en un segundo.
La espada de madera voló de las manos de la chica mientras esta última caía al suelo.
El hombre dejó su propia katana de madera de lado para ir y directo hacia la chica y ayudarle a levantarse, su rostro mostrando genuina preocupación. -Señorita, ¿no cree que ya ha sido suficiente por hoy? Hemos practicado todo el día y...
-No -La chica interrumpió al hombre mientras se reincorporaba-. No lo estamos haciendo bien. Solo me desarmaste, Cokett, significa que te estás conteniendo -Ella fue directo a su espada de madera para después recogerla-. Necesito hacer más. Ser mejor -Apretó el puño mientras la misma determinación que antes seguía en su mirada celeste-. Tú los viste. Shire ahora es una capitana buscada, si la buscan es que sigue persiguiendo su sueño, y me queda claro que Alvert superó su miedo y fue a esa base. Ellos se están esforzando mucho -La chica puso su mano en su pecho con decisión-. Y yo no puedo hacer menos que eso. Estoy segura que algún día nos volveremos a ver. Y cuando pase, quiero que vean que yo también me esfuerzo, que estoy luchando por mi sueño.
El hombre esbozó una sonrisa en su áspero rostro, para después tomar un cartel doblado que guardaba en su saco. Con el cartel en la mano su expresión se convirtió en una mueca, pero después otra vez en sonrisa.
La chica se acercó al hombre y se paró de puntillas en un intento para ver el cartel. -Cokett, ¿sigues preocupado por él?
Un ligero suspiro salió del hombre mientras guardaba el cartel. -No es eso, Señorita. Es solo que hicimos una promesa de volver a luchar una vez que se volviera un gran espadachín y ya no estoy tan seguro que pueda ganar -dijo viendo al mar en el horizonte, extrañamente, parecía emocionado.
Un marine corría por cubierta a toda velocidad. Su cara tan pálida y su expresión tan sorprendida. En sus manos llevaba un montón de carteles.
Se detuvo de repente, volteó a ambos lados, y luego volvió a correr a toda marcha, dos de los carteles volando en el camino de aire dejado por su paso.
Corrió hasta la proa y usando su mano para cubrir el sol de su cara, nuevamente inspección el sitio con la mirada, hasta que de pronto chasqueó los dedos y se dirigió al interior del barco sin detenerse.
-¡Teniente, teniente! -Abrió la puerta de un camarote con fuerza-. ¡¿Se enteró de lo que pasó?!
-Me enteré, marino -dijo con voz seria mientras de cabeza, todo su cuerpo era sostenido por una sola de sus manos-. De cierta forma, me enteré mucho antes de que pasara.
El marine se vio confundido, pero asintió de todas formas. -Hay un reporte completo si quiere leerlo, pero me informaron que están dispuestos a ponerle a cargo de la base de Sadler.
Negó con la cabeza para después pasar de apoyar el peso de su cuerpo en su mano, para que solo se sostuviera de un dedo. -Ya rechacé la oferta. No pienso verme beneficiado con la muerte. Además tengo mi propio deber que cumplir.
-Entonces, ¿cuáles son las órdenes, Teniente? -preguntó el marine mientras dejaba los carteles en una mesa cercana.
-Avise a todos, que fijen el nuevo rumbo. Nos vamos a la Grand Line -De un salto salió giró para tomar una posición erguida, sus pies tocando de nuevo el suelo mientras una nube de polvo lo rodeó-. Tengo un error que corregir.
-¡¿Veinte?! ¡¿En serio todos tienen cerca de veinte?! -Una joven mujer de cabello oscuro usando un top negro miraba varios carteles, su expresión entre sorprendida y enojada-. Esto hace parecer el millón que me gané de recompensa como una broma. |
-¿De verdad estás celosa, Julia? -preguntó curioso un hombre de avanzada edad con una bata de laboratorio-. Ellos invadieron una base de la Marina -dijo con un rostro contento, pero que rápidamente se tornó serio-. Y sí los rumores son ciertos.... |
-Lo son, Stefan -Otro hombre mayor dijo solemne para después dar un sorbo a su taza de café-. Se acabó. Ya ninguno tiene que temer absurdas persecuciones de ese horrible ser humano. |
-¿Horrible ser humano? De ese hijo de perra, quizás decir -Afirmó una chica de cabello verde con expresión molesta, la cual recibió una reprimenda del hombre mayor en forma de una severa mirada-. ¿Qué pasa, Dillando? ¿Tienes algo en los ojos? -dijo de en una respuesta tan cínica como sarcástica, pero al final dio un suspiro y tomó su taza con agua caliente, dentro de la cual dejó caer unas hierbas secas que de inmediato tornaron el agua color verdiazul-. Esto es lo que más quería Ladovia. Espero que por fin le traiga la paz que buscaba. |
El anciano de la bata de laboratorio colocó una mano sobre el hombro de la chica. -No te preocupes tanto por Ladovia, ambos la conocemos bien, y ella es una mujer muy fuerte -dijo con una comprensiva expresión-. Y no sé si le traiga paz. Pero podemos tener esperanza. Sin él, todos podemos dejar toda esta tragedia atrás. Estas cuatro personas se encontraban sentadas alrededor de una mesa dentro de un establecimiento, algunos bebiendo de tazas, mientras que otros solo tenían una bebida en frente. |
-No estoy celosa, ¿bien? -dijo Julia a los presentes aunque de inmediato se encogió de hombros-. De acuerdo, tal vez solo un poco, pero no se trata de eso. Veinte millones es una cifra que empieza a hacer que la gente voltee a verte. Y conseguir información sobre Pandora después de esto va a ser cada vez más difícil -Apoyó su cabeza en sus brazos mientras veía hacia abajo con una mueca en su cara-. Shire y su gente resultaron ser demasiado efectivos al punto que es malo -La mujer recargó su espalda en la silla y llevó ambas manos detrás de su cabeza-. Elias confiaba en ellos. Les confió su sueño, así que él sabía, tenía que haber sabido que ellos eran la clase de personas que sobresalen -En la misma posición, en miró al techo con actitud reflexiva-. Los piratas de Elias ya se separaron, y ahora su mayor enemigo tampoco está. Por lo menos ellos pueden empezar de cero y tener un camino libre. |
-Hey, tú, ¿eres Julia Peroni?
-No, lo siento. Creo que se ha equivocado de persona -Respondió Julia sin siquiera voltear.
Dos carteles fueron arrojados, meciéndose lentamente hasta detenerse sobre la mesa. Se trataba de los carteles de Shire y Alvert. -Estos malditos. Toda esa condenada tripulación. Me dijeron que antes hicieron tratos contigo -Su voz sonaba bastante enojada-. ¿Dónde están?
-Te dijeron mal -dijo la mujer de forma tajante-, pero aún si fuera así. No tengo porque dar información a nadie, menos a un total desconocido.
El sórdido golpe en la mesa llamó las atención de todos, mientras una mano café con motas amarillas y palmeada, delatando su naturaleza gyojin, arrugaba los dos carteles que estaban extendidos sobre la mesa. -No soy un desconocido -dijo la voz de forma forzosa como si tratara de contener su enojo-, de hecho, ellos me conocen bien. Me llamaban "Accesorio de Mástil."