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Polvo de Escorpión

Petrick - Prólogo: El mago

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29/01/2018, 10:45
Narrador

Petrick llegó a las puertas de la Academia Veiner. Hacia ya más de dos años desde que se licenció como mago y aunque había pasado ocasionalmente por allí, nunca para algo como lo de ese día. No podía evitar sentirse algo nervioso, pero era algo comprensible. Había hecho muchas cosas en su vida, pero nunca una como esa.

¿A qué había ido a la Academia? A dar un discurso. O al menos, esa era la idea que Petrick tenía en su cabeza. Probablemente fuera más correcto el término charla o coloquio, pero para el mago plantarse delante de un grupo de personas y hablar era como dar un discurso, le dieras el nombre que le dieras.

Son sólo chavales que quieren saber que les espera cuando terminen de estudiar. No será nada difícil. Esas habían sido las palabras con las que le había convencido Alesha Quonis, la jefa de estudios de la academia y directora oficiosa. Alesha también fue la principal  tutora que tuvo Petrick en su época de estudiante, motivo por el que habían mantenido un contacto intermitente. Stephen Veiner había fundado la academia y durante los primeros meses ejerció de director, pero nunca se encargó de la docencia directa. El compañero de Ryvianne siempre ha dado ocasionalmente alguna clase magistral aunque con sus responsabilidades como Ministro Principal, con mucha menos frecuencia de lo que desearían los alumnos.

Cuand Petrick entró en el vestíbulo Alesha ya estaba allí esperándole. Era curioso pero tanto la sala como la mujer estaban como siempre. Parecía que el lugar llevaba abierto cuatro días en lugar de cuatro años.

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29/01/2018, 11:29
Alesha Quonis

La mujer sonrió a Petrick cuando esté entró en el vestíbulo. Estaba más cerca de los cincuenta que de los cuarenta, y tenía buena parte de su melena más cercana al gris que al castaño original. También tenía el rostro plagado de arrugas de expresión. Y pese a ello su porte regio y elegante le conferían un misterioso atractivo. Como Petrick bien sabía, algunos de sus compañeros más jóvenes llegaron a fantasear de alguna forma con Alesha.

¡Bienvenido Petrick!—saludó afablemente—¿Como estás? ¿Y Ley'da? ¿El embarazo bien? ¿Quieres un café antes de entrar en la clase?

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30/01/2018, 20:24
Petrick Baldrych

Cruzo las puertas de la Academia Veiner con una sonrisa mayor que cuando tenía que cruzarlas como estudiante. Por aquel entonces yo ya era mayor que la mayoría de mis compañeros y no había recibido la misma educación esmerada que buena parte de ellos. Mi familia es humilde y la presión de demostrar continuamente que no era un obtuso repetidor y que estaba a la altura de mis pares me convirtió en un fiel amigo de la bebida. Afortunadamente, siempre encontraba a compañeros mucho más jóvenes y cándidos con los que compartir un trago y a los que emborrachar.

Hoy siento cierto hormigueo en las tripas pero es más a causa de la excitación que de los nervios. Un montón de chicos que no saben nada de la vida van a beberse ansiosos mis palabras como si yo fuera el mismísimo Stephen Veiner. Si pudiese alimentarme de ego personal ahora mismo estaría rodando escaleras abajo de puro gordo.

Mi sonrisa se ensancha todavía más al encontrarme a la maestra Quonis esperándome. La estrecho entre mis brazos y le planto dos besos, uno en cada mejilla. Puedo sentir cómo se tensa, incómoda y sorprendida. Como de costumbre, siento el deseo de apretarle las nalgas con mis grandes manos pero tampoco lo hago en esta ocasión. Aunque por edad casi podría ser mi madre y muchos de mis compañeros veían en ella a una mujer demasiado mayor, a mis ojos siempre ha sido una mujer madura y experimentada. La clase de mujer de la que uno puede aprender más cosas de la vida que las estrictamente académicas.

—Ahora que te tengo delante estoy mejor que hace cinco minutos. A ti no te pregunto cómo estás porque ya lo veo con mis ojos, guapísima, como siempre —hago oídos sordos intencionadamente a la pregunta que se refiere a mi próxima paternidad y me centro en lo que realmente puede ayudarme—. ¿Un café? ¿No puedes ofrecerme otra cosa? No sé, ¿un orujo leñino, por ejemplo? Vengo tan nervioso que lo que me hace falta es un relajante, no un excitante.

Le guiño un ojo de manera pícara. Realmente ella es más excitante que el café y prefiero su compañía a la del orujo, aunque una mezcla de ambas promete ser una combinación de lo más prometedora.

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30/01/2018, 23:41
Alesha Quonis

Alesha sonrió cortesmente ante el piropo de Petrick, una sonrisa que se ensanchó al oír la referencia al orujo leñino. La mujer le hizo un gesto para que le acompañase.

Sígueme anda.

La maga y maestra lo guió hasta su despacho. Una vez dentro sacó de un cajón una botella de color verde y un vasito que llenó hasta la mitad. Petrick comprobó que el despacho seguía como siempre. El escritorio, el butacón, una ventana tras éste, un par de sillas para las visitas y las paredes cubiertas estanterías repletas de libros. También había una pizarra con una serie de anotaciones. Seguramente alguna investigación.

Pero a Alesha no se le habían pasado las preguntas no contestadas por Petrick e insistió.

¿Va todo bien con Ley'da?—dijo mostrando sincera preocupación—¿Le pasa algo al bebe?

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31/01/2018, 21:19
Petrick Baldrych

Echo un vistazo al despacho pero apenas lo suficiente para constatar que sigue todo más o menos igual. No soy de esa clase de personas que se ponen a curiosear en casas ajenas, ni a toquetear lo que no es suyo.

Me siento en una de las sillas frente al escritorio y me hecho para atrás, haciendo equilibrios sobre las patas traseras, mientras disfruto de la bebida. El hecho de que la copa sea gratis contribuye todavía más a mejorar su sabor. Cierro los ojos y lanzo al aire un suspiro de deleite antes de contestar.

—Sí, sí, Ley'da está estupendamente —tranquilizo a mi atenta e insistente interlocutora—. Quejosa por el embarazo y todo eso..., pero bien. ¡Qué sé yo de esas cosas! Pensábamos contratar a una matrona pero que se ocupara del bebé y de la madre en el momento del parto pero nuestra economía familiar no está atravesando su mejor momento.

Más que no poder pagar los servicios de una partera, lo que me atormenta más es mi sequía conyugal y no tener dinero para buscar en la sensual Naida lo que no encuentro en casa.

—¿No habrá por aquí alguna plaza vacante para un prometedor profesor con un expediente mediocre pero un potencial extraordinario? —pregunto esperanzado. Cerca de casa, tranquilo, cómodo, bien remunerado...—. Tú sabes mejor que nadie que siempre he estado bien dispuesto a sacrificar mi tiempo y mi talento en aras de ayudar a las jóvenes promesas de esta nación.

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01/02/2018, 10:37
Alesha Quonis

Alesha negó con la cabeza.

Lo siento Petrick, pero estamos completos. Llevamos poco tiempo como para plantearnos un cambio generacional y no te lo tomes a mal, pero algo me dice que aún necesitas foguearte antes de dar clases. Aunque puedes tomarte la charla de hoy como unas prácticas anticipadas.

La maestra se dirigió hacia la puerta y ladeó la cabeza indicándole a Petrick que le siguiera.

Ahora vamos a ver a tus inquietos espectadores antes de que le prendan fuego a la clase. Después igual podamos hablar de como solucionar tus problemas económicos.

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01/02/2018, 11:10
Narrador

Petrick siguió a Alesha hasta la clase. El mago la recordaba, esa había sido el última aula en la que había recibido lecciones. Ante él había diez estudiantes charlando animadamente entre ellos, todos ya cercanos a la adultez. La mayoría eran de raza humana, aunque también había un gnomo y una mediana.

Al ver a la jefa de estudios, los estudiantes volvieron al orden y se sentaron en sus sitios. Alesha era conocida por muchas cosas, entre ellas su severidad. Pocos estudiantes se atrevían a hacerla enfadar y los más osados habían acabado expulsado durante algunas semanas en el mejor de los casos.

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01/02/2018, 12:20
Alesha Quonis

Cuando los estudiantes estuvieron en su sitio, Alesha tomó la palabra.

Os presento a Petrick Baldrych. Como ya sabéis, Petrick fue estudiante de esta academia igual que vosotros y formó parte del primer grupo de licenciados. Como a vosotros os queda poco para tomar el mismo camino, creo que es una buena idea que alguien os cuente a qué podéis dedicaros cuando termine vuestro paso por la academia.

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01/02/2018, 12:24
Alumno

Un estudiante con aspecto ricachón y engreído murmuró en un tono perfectamente audible:

¡Qué perdida de tiempo! No sé por qué no viene el propio Veiner.

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01/02/2018, 12:26
Alesha Quonis

¡SILENCIO!—gritó Alesha con autoridad.

Hasta el propio Petrick se sintió intimidado recordando épocas pasada. La maestra se giró al mago y por un instante hasta llegó a pensar que también iba a regañarle a él. Pero en lugar de eso le sonrió.

Todos tuyos Petrick.

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01/02/2018, 21:05
Petrick Baldrych

Siempre me he considerado un buen mentiroso pero cuando la maestra Quonis me invita a foguearme me resuelta muy complicado no dejar traslucir mis verdaderos sentimientos. No podría estar más de acuerdo con ella pero no me atrevo a decirlo en voz alta por temor a que mi voz me delate.

Apuro mi vaso de un trago y me apresuro a seguir a mi anfitriona por los pasillos de la academia. Diría que es como volver a estar en casa, si mi casa fuera un lugar agradable en el que estar. En este lugar los buenos recuerdos se mezclan con los recuerdos borrosos de las resacas provocándome a la vez la sensación antitética de haber rejuvenicido y de ser demasiado viejo como para estar en un centro de enseñanza.

Los alumnos me parecen más jóvenes y aún más tontos de lo que los recordaba de mi época de estudiante. Lo primero es una bendición que el tiempo se encarga de arrebatarnos a todos; lo segundo, una enfermedad que dudo que tenga cura para el caso de estos pobres infelices.

Siempre he sido un vago redomado pero mi ingenio y mi talento natural compensaban con creces mi falta de disposición para los estudios académicos.

—Bien, esto... ejem... —carraspeo para aclararme la garganta de forma impostada. Se supone que eso es lo que hacen los ponentes, ¿no?—. Me figuro que a todos os habrán enseñado el conjuro de prestidigitación, ¿no es así? Cuando yo era un estudiante y estaba ahí sentado donde estáis vosotros, fue el primer sortilegio que aprendí. Dejadme deciros que para la mayor parte de los que estáis aquí, ese será el conjuro más importante de vuestras vidas.

»Supongo que la mayoría de vosotros piensa que será un gran mago como el Ministro Principal Veiner, pero no quiero crearos falsas expectativas, nunca llegaréis a ser magos como Alesha Quonis o Stephen Veiner. ¿Qué? No me miréis así. Por favor, mirad a vuestro alrededor. Miraos los unos a los otros. ¿Qué veis?

»¿Queréis saber lo que yo veo? Un carpintero, un cocinero, un limpiabotas, una escribana, un bufón, una mendiga... —voy señalando con dedo acusador y voz sosegada a varios alumnos de forma completamente aleatoria— Si habéis aprendido bien el conjuro de prestidigitación, éste os será de lo más útil para ayudaros en vuestras profesiones mediocres. Puede que incluso lleguéis a destacar entre vuestros competidores directos que no tuvieron la suerte de estudiar en la Academia Veiner.

»Y esa era mi buena noticia para vosotros. La mala es que os habéis esforzado en vano en aprender sortilegios como dormir o encoger persona, tan pintorescos como inútiles, y también os habéis dejado los dedos copiando hasta la saciedad un rollo de pergamino tras otro para nada. Eso sí, los libreros y los vendedores de tinta os están muy agradecidos por el dinero con que habéis llenado sus bolsillos y os despedirán con una sonrisa cuando regreséis a Burgo de Farias, a Mena de Oro o a donde quiera que hayáis salido.

»Volveréis a casa y, antes de que os deis cuenta, estaréis guardando en un cajón vuestros sueños de grandeza y disfrutando de la vulgaridad de la vida. Pero no os desaniméis, habéis tenido la oportunidad de pasar un tiempo inolvidable en la ciudad más maravillosa de Rhovesia y aprendiendo de la mujer más maravillosa de toda la républica —añado, lanzando una significativa mirada a la maestra Quonis para dejar claro que obviamente no me estoy refiriendo a la Dogaresa—. Aunque solo sea por eso, vuestra estancia aquí ya habrá merecido la pena.

»Tengo entendido que os graduaréis muy pronto. Cuando lo hagáis, os recomiendo encarecidamente que visitéis La Cortesana Feliz y brindéis por haber dejado atrás lo mejor de vuestras vidas. Nadie se acordará de vosotros, pero todo el mundo conoce la Academia Veiner y podréis enorgulleceros en secreto de haber formado (aunque de modo insignificante) parte de su historia.

Les dedico a todos una amistosa sonrisa. No espero aplausos. Puede que sientan que les he destrozado la vida o que soy un cretino, pero lo cierto es que acabo de hacerles madurar de golpe. ¿Y no es a eso a lo que se viene a la Academia Veiner, a madurar y crecer como personas? Tienen mucho en lo que pensar y la borrachera que se cojan hoy gracias a mí seguramente les acabe salvando del suicidio al que estaban abocados al descubrir demasiado tarde que habían tirado su juventud a la basura.

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02/02/2018, 00:16
Alumno

A los estudiantes no pareció gustarles mucho el discurso de Petrick. El petulante y engreído alumno que había intervenido teatralmente antes del discurso del mago fue el primero en responder.

¿Cocinero? ¿Carpintero?—dijo airado levantándose de su pupitre— ¡VIGILA ESA LENGUA PLEBEYO! ¡ESTÁS HABLANDO CON EL HEREDERO DEL CONDADO DE SWITHING!

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02/02/2018, 00:19
Alumno

Una joven morena con mirada pícara fue la siguiente en intervenir. Tampoco parecía muy contenta.

Déjame adivinar—dijo con tono incisivo—. Fuiste el único de tus compañeros que se quedó triste y sólo en el puerto esperando un barco que nunca llegó. Eso explica muchas cosas.

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02/02/2018, 00:27
Alumno

La mediana intentó levantar la voz dirigiéndose más a sus compañeros que a Petrick, pero su voz era muy suave y apenas se la escuchó. Parecía que hubiese tomado alguna sustancia prohibida.

¡Pero muchachos!—dijo con una sonrisilla—. ¡No os lo toméis tan a la tremenda! ¡Tampoco es para tanto! La de maravillas que se hacen con prestidigitación. Je.

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02/02/2018, 00:31
Alesha Quonis

¡BASTA!—volvió a gritar Alesha para guardar el orden.

Los estudiantes se callaron y la profesora miró de reojo a Petrick. De momento ella tampoco parecía tener muy claro de que iba todo esto, pero decidió reservarse las dudas para después.

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02/02/2018, 00:32
Alumno

La clase estaba en silencio, en un tenso silencio. Se podría incluso cortar con un cuchillo. Incluso se podía considerar sorprendente el hecho de que con tantos magos en la sala, algo no hubiera saltado por los aires. Entonces una voz rompió el silencio.

A mi no me has engañado.

Era un muchacho sentado en la última fila. Tenía la tez blanca y el cabello oscuro. Y una mirada madura, inteligente y astuta. Una que nadie esperaría en un aprendiz.

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02/02/2018, 21:27
Petrick Baldrych

Hago caso omiso de las pataletas de los alumnos. Yo mejor que nadie sé lo dura que puede ser la verdad y la negación es un arma tan eficaz como la bebida para tratar de encerrarla bajo llave.

Extiendo mis manos abiertas ante mí, con las palmas vueltas hacia la airada concurrencia en actitud pacificadora.

—Si de verdad hubiera sido el único de mi promoción que no hubiera triunfado, no estaría aquí contándoos todo esto —respondo a la descarada muchachita morena, tal vez porque la encuentro indecorosamente atractiva—. Ayudantes de boticarios, alquimistas de segunda, traductores... creo que incluso un adjunto de la embajada de no-sé-dónde. Si os dijera sus nombres, estoy seguro de que os sonarían tan poco como os suena el mío propio. Con suerte uno de vosotros será alguien algún día, el resto probablemente caiga en el olvido.

»Lo que trato de deciros es que yo aprendí grandes cosas aquí, en la Academia Veiner, pero hay una cosa que no me enseñaron y que hubiera agradecido —miro a la maestra Quonis y me encojo de hombros a modo de disculpa por mi sinceridad—: a aceptar que la vida en ocasiones puede ser muy frustrante.

»Yo salí de la Academia Veiner como salieron todos mis compañeros de promoción, convencido de que estaba destinado a hacer grandes cosas. Que el mundo entero se inclinaría ante mi sapiencia y me abriría sus puertas, ansioso por disfrutar del honor de mi maravillosa compañía. Pero la vida no es así, la vida es aburrida, la vida es sucia, la vida es inspiradora, la vida es normal para todos. Hay días buenos y días malos.

»No se puede salvar el mundo todos los días. Ni siquiera el mejor de nosotros se enfrenta a diario a desafíos estimulantes. En esto la vida de Stephen Veiner o de la mismísima Ryvianne no es tan distinta de la de cualquier mercader de Bastión Celeste o a la de cualquier campesino.

»Solo tengo una verdad que enseñaros y es esta: si pensáis que la vida os da pocas oportunidades, es porque no las habéis buscado lo suficiente. Nadie va a regalaros nada. Así que, cuando salgáis de aquí, recordad que no habréis recorrido un largo camino para lograr graduaros en la Academia Vainer; únicamente habréis dado el primer paso hacia el camino del éxito. Y ese es un camino estrecho y fatigoso pero, si os salís de él y no perseveráis solo podéis esperar convertiros en alguien como yo. En un cualquiera.

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04/02/2018, 18:24
Narrador

La mayoría de los alumnos no se quedaron conformes con la segunda parte del discurso de Petrick. Los había soliviantado demasiado como para poder conectar después con el mago. Pero al menos los ánimo si se calmaron lo suficiente como para que a nadie se le ocurriese lanza un proyectil mágico.

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04/02/2018, 18:33
Alesha Quonis

Bueno, si alguien tiene alguna pregunta—dijo Alesha tomando la palabra—. Ahora es el momento.

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04/02/2018, 18:55
Alumno

La joven morena fue la primera en tomar la palabra.

Tus compañeros parecen dedicarse a muchas cosas—dijo con un tono afilado—. ¿Pero a qué te dedicas tú?