Las emociones de Simon fueron desbordándose a medida que la cinta progresaba. Inicialmente, el corazón se le aceleró y se sintió orgulloso, feliz, ante las palabras del General, de cómo Shepard se enorgullecía de sus progresos, y del regalo especial que le había dejado dentro de ese búnker para que siguiese practicándolos. Sintió como si los últimos cinco años, de apenas usar sus dones discretamente en alguna escaramuza ocasional, habían sido un desperdicio de tiempo, cuando pudo estar entrenándose y mejorando. Pero lo compensaría con creces...
Y entonces el General le habló de su padre. De su verdadero padre, Steven Godspeed. Y de cómo lo que había creído hasta ahora era mentira. Que no fue un accidente. Que nunca lo fue, y por lo tanto su nacimiento, sus poderes, su propia existencia no era fortuita, sino consecuencia de alguien que quería que cerrasen el proyecto que su padre había querido usar para cambiar el mundo. Y ahora estaban usando lo que Steven descubrió a saber con qué fines. Sólo estaba seguro de que ninguno bueno.
Tras las disculpas de Shepard por no haber podido conseguir más información en vida, el vídeo terminó. Simon alzó una mano hacia el reproductor, y éste se detuvo. La cinta salió y fue flotando hasta su mano. Decidió guardarla en la mochila. Después se acercó al mueble bar. Ahora sabía por qué el General le había recomendado parar la cinta y desahogarse. Pero necesitaba verla entera. Y ahora la ira crecía. Se sirvió un vaso de lo más fuerte que pudo encontrar en el mueble bar. Lo bebió casi de un trago, y a punto estuvo de arrojarlo contra la pared. Decidió no obstante que el vaso no tenía la culpa. Y entonces, asegurándose de que nadie más estaba cerca, se dirigió a la compuerta siete.
Comprobando que nadie le seguía ni espiaba, cerró la compuerta y accionó el extintor, la entrada secreta. El resto de la noche Simon la pasó en ese lugar. Descargando toda la impotencia que había sentido en las últimas horas. Por el capullo de Abel. Por la zorra de Nina. Por la policía corrupta. Por el plan para deacreditarles. Por Frost y su maldita sed de sangre. Por Verónica y sus putas ambigüedades. Por el grandísimo hijo de la gran puta que había dejado a los hijos de John sin mamá. Y por todos los miserables cabrones y bastardos que habían hundido la vida de su padre, de su madre y la suya propia para apropiarse de lo que Steven Godspeed había descubierto para la humanidad.
Era toda una suerte que Shepard hubiese reforzado el lugar para que fuese a prueba de Troublemaker. De no ser así, es posible que los temblores se hubiesen percibido desde fuera del búnker.
Simon y Will fueron los primeros en regresar a al búnker. Cindy estaba cocinando algo, olia a sopa y sorprendentemente bien.
Al veros Susan resoplo.- Hola.... ¿Aun no viene mi papá?.- os pregunto. Parecía preocupada y cansada. Por el aspecto que tenía la sala de la televisión los niños se habían pasado el día saltando y corriendo. Visteis pinturas de colores y todo tipo de trocitos de papel dispersos por el suelo mientras los niños pequeños se encontraban dormidos en posturas adorables sobre los sillones.
Cindy se asomo os sonrió.- Cindy prepara comida de noche rica, lista en un poco.- os aviso.
- Simon y Will primeros en volver, Cindy cuida a los niños todo el día y hace comida de noche, sopa caliente buena y carne de lata caliente con tomate.
- Hola cariño. - Dijo a la niña en tono cariñoso. - Tu papá todavía no ha vuelto, Troublemaker - Dijo señalando a Simon - y yo vamos a trabajar mientras tu papá llega. Luego comeremos la comida tan rica que Cindy nos está preparando. -
- Gracias Cindy, esperaremos a que lleguen los demás para empezar a comer. - Le dijo Will a la chica. - Torublemaker, vamos al despacho para ver los documentos que tenemos. Mientras esperamos a los demás a que lleguen. - Le dice mientras coge camino hacía el despacho.
Simon no pudo evitar sonreír ante la bienvenida de Cindy y de la pequeña Susan. Aun con todo lo que estaba pasando, definitivamente entrar en la base era como volver a casa. Era su hogar.
- Muchas gracias, Cindy -le dijo en un tono amable que hacía años que no había empleado con nadie.
Entonces escuchó la propuesta de Will.
- Ehm, sí, bien, vamos al despacho a examinar esta información .coincidió, poniéndose en marcha.
Una vez en el despacho, abrió el sobre y desplegó su contenido sobre la mesa. Cualquier información que pudiesen aprovechar en su favor sería poca.
El sobre de William contania una carta de su padre. El de Simon, un monton de fichas con información sobre varias personas que el padre de William habría pedido en algún momento.
Cuando internet me funcione mejor subire mas fichas. mientras podeis ir hablado entre vosotros.
Simon suspiró al ver la variedad de información, al parecer solicitada por William padre. ¿En qué andaba metido su antiguo compañero?
- Supongo que tu padre no te llegó a mencionar nada de esto antes de desaparecer ¿no? -preguntó al joven Will, algo desesperado al no saber cómo abordar todo aquello. Dándose cuanta de que no debía usar un tono demasiado brusco, dados los recientes acontecimientos, acabó añadiendo un intento de animarle. O al menos de que supiera que no estaba solo en esto-. No te preocupes, le encontraremos.
Will sacó su sobre y lo puso sobre la mesa para que Simon pueda leerlo. - Está bien, inspeccionemos esos documentos. - Dice a la vez que saca la carta del sobre y revisa todos los documentos que Simon había dejado sobre la mesa.
A ver si cogemos el ritmo.
Supongo que luego podré ver los documentos para saber que son, al igual que Simon podrá ver la carta al mostrársela.