Edgar Avellaneda
En un principio Frost se pensó que podían terminar siendo si no amigos compañeros. Ambos pasaban varias horas al día entrenando y en un inicio supuso que veían las cosas de un modo similar. Durante las primeras misiones empezó a darse cuenta de que el Español y él no estaban en la misma honda. A Frosto no le importaba una mierda los derechos de los inmigrantes y le molestaba el gran número de groupies que se quedaban prendadas de él en los buenos tiempos. Avellana se apartó de él y Frost hizo lo mismo. Aún así era un combatiente cuerpo a cuerpo muy duro y Frost lo respetaba en el campo de operaciones.
James Newman
Si a Frost le gustaba trabajar con alguien era con Newman, a pesar de que no habían sido adiestrados juntos ambos parecían trabajar bien juntos. Sintió que era lo más parecido a un hermano de armas que podía tener ahí. Sabía pelear, usar las armas y no le importaba ensuciarse las manos. Fuera del teatro de operaciones... Nunca entendió a Newman. Siempre parecía mantenerse aparte. Cuando todo terminó le ofreció una parte en un trabajo que le había salido. Newman rechazó el trabajo y fue la última vez que se vieron.
Maxwell Branson
El tío raro. Siempre con traje, educado y con usa sonrisa paternalista en su puta cara... Para no añadir aquello de que podía merterse en tu puta cabeza y hurgar hasta saber Dios sabía que. Daba repelús y siempre trató de manterse al otro lado de la habitación con más sesos que pudiera sorber entre ellos dos.
Y luego estaba aquella mierda del libro. ¿Matar a un Ruiseñor? ¿De verdad? Entendía que alguien pudiera leer la biblia una y otra vez pero... ¿Matar a un Rusieñor? Una vez compró el libro y trató de leerlo, tras poco más de cincuenta páginas lo tiró a la basura y le confirmó que Branson estaba realmente loco, aunque de alguna manera siempre pensó que si alguien podía mantenerlos juntos después de lo de Shepard sería él.
William Jr. Miller
Un puto saltimbanqui que estaba ahí por el recuerdo de su papá y que no había aprendido aún que una buena SIG Sauer P226 siempre sería mejor que un arco de juguete. Aún así el chaval le caía bien y siempre reía. Pero había algo que le mantenía apartado, nunca le dijo que era pero aquella barrera siempre estuvo entre los dos.
John Callahan
Un buen tío, quizá con quien se llevó mejor cuando no estaban en una operación. Siempre le consideró una especie de virtuoso en lo que hacía, sin adiestramiento, sin disciplina pero aún así terriblemente efectivo cuando llegaba su turno de actuar.
Resultó ser con quien más se iba de la lengua y una vez le llegó a comentar su interés por Sindy, después de su... Encuentro no volvió a hablar más de ella ni con él ni con nadie. Compartieron varias juergas en las que las mujeres desnudas solían ser el plato principal hasta que Jhon se enamoró de la... Bailarina. Se distaciaron algo desde aquel momento y cuando se separaron Frost nunca le propuso irse con él. No quería separarle de la supuesta felicidad que había encontrado.
Simon Godspeed
El otro bicho raro, capaz de mover las cosas con su mente. La verdad era que tanto él como el pajarito le daban muy mala espina. Aquellas cosas parecidas a magia le daban miedo. Además las miraditas que lanzaba a Sindy eran meridianamente claras de modo que cualquier conato de amistad que pudiera haber entre ellos se enfrió al momento.
Adam Shepard
El hombre.
El hijo de puta manipulador que le dio una vida y le sacó del agujero en el que estaba metido y del que probablemente no habría podido salir nunca. Adoraba a aquel hombre, no lo veía como una figura paterna pero si como su superior natural. Su líder y el hombre por el que habría muerto con gusto. Su muerte le golpeó más duro de lo que había querido reconocer, al final quizá si que había sido algo más que un líder al fin y al cabo.
Sindy
Había sido la única mujer por la que había llegado a sentir algo más que un escozor en los pantalones. Había algo en ella... En su mirada salvaje, sin ataduras... Creyó ver en ella algo parecido a un alma gemela, se fue acercando a ella poco a poco y que no le rechazara de llano le hizo pensar que tenía una oportunidad. La cagó y ella le rajó la cara. Desde aquel momento se mantuvo alejado pero siempre observándola.
Cuando desapareció después de la muerte de Shepard pasó un par de semanas buscándola. Cuando se desbandaron antes de largarse forzó el despacho del General y robó una fotografía de el General y su hija adoptiva.
Norman Silverson
Deseó desollarle vivo el mismo un par de veces. Como los demás siempre pensó que lo del suicidio era una patraña. Se preguntó el mismo en voz alta quien debía haber sido para poder invitarle a una cerveza.
Veronica Smith
Siempre la vio como una víbora. Demasiado amable, demasiado agradable en comparación con Silverson. De algún modo tenía la sensación de que le daban asco. Pero el viejo Shepard estaba enganchado con ella y el viejo cabrón era suficientemente listo como para saber manejarla.
Cuando el murió todo acabó. Smith lo tenía todo preparado, demasiado preparado y Frost se largó sin despedirse.