Humano:
Después de la Revolución de Mayo sucedieron al menos cuatro gobiernos colegiados en las Provincias Unidas del Río de la Plata. La formación del Directorio había sido una tentativa de estabilización del gobierno argentino, una vez establecido que la independencia no había sido una situación pasajera.
Pero las tendencias centralistas del Directorio chocaron con las ansias autonomistas de las provincias, que no se sintieron representadas por los distintos gobiernos, casi todos ellos formados únicamente por iniciativa de la capital, Buenos Aires.
El núcleo más firme de oposición se había formado en las provincias del Litoral, que bajo la conducción de José Artigas se habían rebelado ante la autoridad del Directorio y habían formado la Liga Federal, cuyos gobiernos eran, en la práctica, independientes del gobierno central.
Tras un período en que lograron extender las tendencias federales mucho más lejos, a principios de 1819 quedaron sólidamente afianzadas como provincias federales las de la Provincia Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Misiones. En esos meses se pactó una tregua entre el directorio y las provincias federales, que a todas luces resultaba frágil.
El 10 de junio de 1819, el Congreso de Tucumán eligió como Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata al general José Rondeau. El nuevo Director Supremo no solo no cambiaría la política hostil de sus antecesores ante el federalismo, sino que estaba dispuesto a reforzarla: propuso al general Carlos Federico Lecor, gobernador de la ciudad de Montevideo, ocupada por Portugal, atacar a los federales hasta el río Paraná, esto es, ceder Entre Ríos y Corrientes a ese reino.
La noticia de ese pacto decidió a los federales a tomar la iniciativa. De modo que el gobernador de Santa Fe, Estanislao López, reinició las hostilidades. Francisco Ramírez, gobernador de Entre Ríos, y Pedro Campbell, jefe del ejército correntino, se trasladaron a Santa Fe. A principios de noviembre de 1819, Ramírez invadió y saqueó todo el norte de la provincia de Buenos Aires.
Un grave error táctico de Rondeau permitió a los federales vencerlo con mucha facilidad en la batalla de Cepeda (cerca de Pergamino). En alrededor de diez minutos, toda la caballería directorial fue dispersada, arrastrando en su huida a Rondeau.
Tras la derrota en la batalla de Cepeda, en febrero de 1820, la Provincia de Buenos Aires se transformó en una institución política independiente. Manuel de Sarratea fue su primer gobernador. El territorio de la provincia se extendía desde la ciudad de Buenos Aires hasta la cordillera de los Andes por el Oeste, y hacia el sur hasta la Patagonia, Tierra del Fuego y las Malvinas. Durante el gobierno de Martín Rodríguez, su ministro Rivadavia llevó adelante obras públicas, creó el Banco de la Provincia y contrató un empréstito con los ingleses, origen de la deuda externa Argentina. Como garantía del empréstito se hipotecaron todas las tierras públicas de la provincia.
Lo sucedió Juan Gregorio de Las Heras, que reunió el Congreso General de 1824, por el cual se pretendió unificar el país. En 1826, el Congreso nombró presidente a Bernardino Rivadavia, de tendencia centralista, que continuó con la política económica librecambista que venían llevando adelante los gobiernos porteños.
Cuando Rivadavia asumió la presidencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, presentó al Congreso un proyecto de capitalización de la Ciudad de Buenos Aires, mediante el cual la Ciudad de Buenos Aires y gran parte de la campaña circundante se proclamaba capital del Estado, y se dividía el resto de la provincia en dos. El proyecto originó fuertes resistencias: el federalismo porteño, se opuso, en defensa de las instituciones de las provincias garantizadas por la ley fundamental, en especial el puerto y la aduana, principal fuente de recursos de la provincia. No obstante, la ley fue sancionada ese mismo año.
En 1826 se sancionó finalmente una Constitución Nacional, en la que se establecía el nombre de República Argentina para el estado. Pero el carácter unitario del sistema de gobierno adoptado llevó a la mayoría de las provincias a rechazar la constitución. El gobierno nacional firmó un tratado de paz con el Brasil, que fue interpretado como deshonroso por la opinión pública de Buenos Aires; el tratado fue rechazado por el gobierno argentino, y Rivadavia renunció a la presidencia. El gobierno y el Congreso nacionales fueron disueltos muy poco tiempo más tarde.
El coronel Manuel Dorrego, del Partido Federal, fue elegido gobernador de Buenos Aires. Entre otros funcionarios federales que nombró, elevó a Juan Manuel de Rosas al cargo de comandante general de campaña. Se hizo cargo de las relaciones externas del país y de la continuación de la guerra contra el Brasil; pero la situación financiera, la presión británica y la superioridad militar del Imperio lo obligaron finalmente a firmar un tratado de paz, por el que se otorgaba la independencia a la Provincia Oriental, que pasó a ser el Estado Oriental del Uruguay. El ejército que había hecho la campaña del Brasil fue llevado de vuelta a la Argentina.
Desde el punto de vista de los oficiales que habían hecho la campaña, el tratado firmado por Dorrego era también deshonroso, ya que la situación militar se había mostrado como favorable a la Argentina, especialmente en la Batalla de Ituzaingó; acusaron al gobernador de haber entregado la Provincia Oriental después de los numerosos triunfos obtenidos por el ejército nacional en el campo de batalla. De modo que se pusieron de acuerdo con los líderes unitarios para derrocar a Dorrego.
El 1° de diciembre de 1828 estalló el golpe de Estado en Buenos Aires: las fuerzas del general Juan Lavalle avanzaron sobre el centro de la ciudad. Dorrego, carente de fuerzas, huyó a la campaña y en Cañuelas se reunió con Rosas.
En la capital, una asamblea de simpatizantes unitarios nombró gobernador a Lavalle, que clausuró la Junta de Representantes. Inmediatamente partió a la campaña y el 9 de diciembre derrotó a Dorrego en la batalla de Navarro. Rosas se dirigió a Santa Fe, en busca del apoyo de Estanislao López, pero Dorrego no quiso abandonar su provincia. Traicionado por sus propias fuerzas, el gobernador fue entregado a Lavalle en el campamento de Navarro. El 13 de diciembre fue fusilado sin juicio previo, por orden del jefe unitario, quien asumió la responsabilidad por el hecho. Lejos de terminar con el federalismo, el asesinato de Dorrego daría inicio a una larga guerra civil, que alcanzaría a casi todo el país.
Al frente del grueso de su ejército, Lavalle invadió Santa Fe y llegó a ocupar la villa de Rosario. López, conocedor del terreno, eludió el combate y agotó a las tropas unitarias en marchas y contramarchas, que finalmente debieron regresar a Buenos Aires.6 Mientras tanto, en el interior de esta provincia se generalizaba un alzamiento de gauchos del campo, que enfrentaron a los jefes unitarios y los vencieron repetidamente, obligándolos a encerrarse en las inmediaciones de la capital.
Sin otra salida, Lavalle se dirigió al cuartel general de Rosas, recostándose en su catre de campaña a esperarlo, ya que el mismo se encontraba ausente al momento de su visita. A la mañana siguiente, Lavalle y Rosas firmaron la Convención de Cañuelas, que estipulaba que se llamaría a elecciones, en la que se presentaría una lista de unidad entre federales y unitarios. No obstante lo acordado, el general Alvear se presentó con una lista unitaria autónoma.
Ante el reclamo de Rosas, Lavalle anuló las elecciones y poco después ambos firmaron el Pacto de Barracas, por el que el gobierno pasaba al general Juan José Viamonte, que asumió el 26 de agosto. Poco después, Lavalle se retiró a Uruguay y en diciembre Rosas asumió como gobernador de la provincia.
Vampiro:
La lucha entre la Camarilla y el Sabbat fue feroz, y fue camuflada entre los conflictos que llevaron a la independencia de Argentina y los enfrentamientos políticos por el poder. Aunque las sectas se aprovecharon de mortales de distinta ideología, a grandes rasgos puede decirse que la Camarilla favorecía el centralismo de Buenos Aires, mientras que el Sabbat fomentaba el federalismo de los terratenientes locales.Aunque esto era mas porque el centro actual de poder del sabbat se encontraba en tucuman. Con los anarquistas apoyando a un grupo en otro afianzandose aun mas con los grupos mortales federalistas y unitarios.
La influencia de la Camarilla fue entorpecida a pesar del poder personal de los antiguos que llegaban desde Europa para apoyar a la secta. En 1821 el Príncipe Fernando Díaz y la Primogénita Alexandria, se reunieron con Violette, Justicar del Clan Toreador, que envió a varios arcontes a Buenos Aires. Esta ayuda fue bien recibida por los Vástagos porteños, que eran continuamente afectados por las incursiones del Sabbat.
Entre los crimenes del sabbat estaban el asesinato del Primogénito Brujah Emilio Quintela en 1823, siendo sustituido por uno de sus chiquillos. La capilla Tremere de Buenos Aires fue incendiada, y los Brujos se retiraron a la vecina población de la Plata, que se convertiría en el principal centro de poder del linaje en las décadas siguientes.
Hacia 1848 Córdoba fue ocupada tras una dura lucha por arcontes de la Camarilla, y Roberto Formoso fue destruido. Fernando Díaz había resultado vencedor, aunque su poder había quedado enormemente mermado y se encontraba en manos de varios de los antiguos de Buenos Aires con los que se había endeudado para mantenerse en el poder. Eso se debia a la perdida de importantes aliados cercanos a principe, lo que dejaria mas aislado a este. Desde mediados del siglo XIX los antiguos comenzaron a aumentar cada vez más su influencia sobre los vampiros de la Camarilla local, y a largo plazo conformarían el Consejo de Buenos Aires. Dentro de este consejo destacaba la figura de Alexandria, la Primogénita Toreador.
Los anarquistas veian la batalla de frente siendo muchos de los soldados razos de la camarilla o del sabbat si terminaban perdiendo su humanidad con tanta guerra. Muchos de ellos se unieron a la causa de federal de artigas moviendose a esas provincias o aprovechando cuando el ejercito humano ataco el norte de Buenos Aires para matar antiguos cobrarse los maltratos con sangre.
La guerra con el brazil atrajo la atension de muchos antiguos de la camarilla, deseosos de sacarle el uruguay a un imperio que ellos veian que estaba bajo el sabbat. A pesar de eso no fueron muchos los voluntarios. Un gran grupo se formo que prontamente creo un principado en uruguay cuando en la guerra tomaron ese territorio y luego se trato sin mucho efecto de hacer uno en rio grande del sur, ambos bajo la influencia de la capital argentina.
Pero al firmarse la tregua con Brazil, se dieron cuenta que no habia futuro en el principado de Brazil, dejando a los voluntarios a su destino. Mientras en Uruguay se formo un grupo aliado a Buenos Aires, casi de forma sumisa que tendria que tendria enfrentamientos con los vastagos uruguayos que deseaban un gobierno mas ligado a ellos.
Humanos:
Después de la Revolución de Mayo sucedieron al menos cuatro gobiernos colegiados en las Provincias Unidas del Río de la Plata. La formación del Directorio había sido una tentativa de estabilización del gobierno argentino, una vez establecido que la independencia no había sido una situación pasajera.
Pero las tendencias centralistas del Directorio chocaron con las ansias autonomistas de las provincias, que no se sintieron representadas por los distintos gobiernos, casi todos ellos formados únicamente por iniciativa de la capital, Buenos Aires.
El núcleo más firme de oposición se había formado en las provincias del Litoral, que bajo la conducción de José Artigas se habían rebelado ante la autoridad del Directorio y habían formado la Liga Federal, cuyos gobiernos eran, en la práctica, independientes del gobierno central.
Tras un período en que lograron extender las tendencias federales mucho más lejos, a principios de 1819 quedaron sólidamente afianzadas como provincias federales las de la Provincia Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Misiones. En esos meses se pactó una tregua entre el directorio y las provincias federales, que a todas luces resultaba frágil.
El 10 de junio de 1819, el Congreso de Tucumán eligió como Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata al general José Rondeau. El nuevo Director Supremo no solo no cambiaría la política hostil de sus antecesores ante el federalismo, sino que estaba dispuesto a reforzarla: propuso al general Carlos Federico Lecor, gobernador de la ciudad de Montevideo, ocupada por Portugal, atacar a los federales hasta el río Paraná, esto es, ceder Entre Ríos y Corrientes a ese reino.
La noticia de ese pacto decidió a los federales a tomar la iniciativa. De modo que el gobernador de Santa Fe, Estanislao López, reinició las hostilidades. Francisco Ramírez, gobernador de Entre Ríos, y Pedro Campbell, jefe del ejército correntino, se trasladaron a Santa Fe. A principios de noviembre de 1819, Ramírez invadió y saqueó todo el norte de la provincia de Buenos Aires.
Tras la derrota en la batalla de Cepeda, en febrero de 1820, la Provincia de Buenos Aires se transformó en una institución política independiente. Manuel de Sarratea fue su primer gobernador. El territorio de la provincia se extendía desde la ciudad de Buenos Aires hasta la cordillera de los Andes por el Oeste, y hacia el sur hasta la Patagonia, Tierra del Fuego y las Malvinas. Durante el gobierno de Martín Rodríguez, su ministro Rivadavia llevó adelante obras públicas, creó el Banco de la Provincia y contrató un empréstito con los ingleses, origen de la deuda externa Argentina. Como garantía del empréstito se hipotecaron todas las tierras públicas de la provincia.
En 1816, numerosas y bien pertrechadas fuerzas del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve comenzaron la invasión luso-brasileña de la Provincia Oriental —anteriormente llamada la Banda Oriental— y de la casi totalidad de Misiones, realizando también incursiones en las provincias de Corrientes y Entre Ríos.
En 1821 la Provincia Oriental, tras ser derrotado José Gervasio Artigas el año anterior en la Batalla de Tacuarembó, fue anexada al Brasil con el nombre de Provincia Cisplatina.
Cinco años después, en 1825, y con el apoyo del gobierno argentino, un grupo de orientales y de otras provincias, llamado los Treinta y Tres Orientales y liderado por Juan Antonio Lavalleja, ingresó en la Provincia Oriental para desalojar a los ocupantes brasileños. Con la posterior ayuda de Fructuoso Rivera, en pocos meses logró retirar al ejército brasileño y el 25 de agosto, en el Congreso de Florida, declaró la independencia de la Provincia Oriental del Brasil y su unificación con las demás provincias que conformaban las Provincias Unidas del Río de la Plata o Argentina. Brasil declaró la guerra a Argentina.
Lo sucedió Juan Gregorio de Las Heras, que reunió el Congreso General de 1824, por el cual se pretendió unificar el país. En 1826, el Congreso nombró presidente a Bernardino Rivadavia, de tendencia centralista, que continuó con la política económica librecambista que venían llevando adelante los gobiernos porteños.
Cuando Rivadavia asumió la presidencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, presentó al Congreso un proyecto de capitalización de la Ciudad de Buenos Aires, mediante el cual la Ciudad de Buenos Aires y gran parte de la campaña circundante se proclamaba capital del Estado, y se dividía el resto de la provincia en dos. El proyecto originó fuertes resistencias: el federalismo porteño, se opuso, en defensa de las instituciones de las provincias garantizadas por la ley fundamental, en especial el puerto y la aduana, principal fuente de recursos de la provincia. No obstante, la ley fue sancionada ese mismo año.
En 1826 se sancionó finalmente una Constitución Nacional, en la que se establecía el nombre de República Argentina para el estado. Pero el carácter unitario del sistema de gobierno adoptado llevó a la mayoría de las provincias a rechazar la constitución. El gobierno nacional firmó un tratado de paz con el Brasil, que fue interpretado como deshonroso por la opinión pública de Buenos Aires; el tratado fue rechazado por el gobierno argentino, y Rivadavia renunció a la presidencia. El gobierno y el Congreso nacionales fueron disueltos muy poco tiempo más tarde.
El coronel Manuel Dorrego, del Partido Federal, fue elegido gobernador de Buenos Aires. Entre otros funcionarios federales que nombró, elevó a Juan Manuel de Rosas al cargo de comandante general de campaña. Se hizo cargo de las relaciones externas del país y de la continuación de la guerra contra el Brasil; pero la situación financiera, la presión británica y la superioridad militar del Imperio lo obligaron finalmente a firmar un tratado de paz, por el que se otorgaba la independencia a la Provincia Oriental, que pasó a ser el Estado Oriental del Uruguay. El ejército que había hecho la campaña del Brasil fue llevado de vuelta a la Argentina.
Desde el punto de vista de los oficiales que habían hecho la campaña, el tratado firmado por Dorrego era también deshonroso, ya que la situación militar se había mostrado como favorable a la Argentina, especialmente en la Batalla de Ituzaingó; acusaron al gobernador de haber entregado la Provincia Oriental después de los numerosos triunfos obtenidos por el ejército nacional en el campo de batalla. De modo que se pusieron de acuerdo con los líderes unitarios para derrocar a Dorrego.
El 1° de diciembre de 1828 estalló el golpe de Estado en Buenos Aires: las fuerzas del general Juan Lavalle avanzaron sobre el centro de la ciudad. Dorrego, carente de fuerzas, huyó a la campaña y en Cañuelas se reunió con Rosas.
En la capital, una asamblea de simpatizantes unitarios nombró gobernador a Lavalle, que clausuró la Junta de Representantes. Inmediatamente partió a la campaña y el 9 de diciembre derrotó a Dorrego en la batalla de Navarro. Rosas se dirigió a Santa Fe, en busca del apoyo de Estanislao López, pero Dorrego no quiso abandonar su provincia. Traicionado por sus propias fuerzas, el gobernador fue entregado a Lavalle en el campamento de Navarro. El 13 de diciembre fue fusilado sin juicio previo, por orden del jefe unitario, quien asumió la responsabilidad por el hecho. Lejos de terminar con el federalismo, el asesinato de Dorrego daría inicio a una larga guerra civil, que alcanzaría a casi todo el país.
Al frente del grueso de su ejército, Lavalle invadió Santa Fe y llegó a ocupar la villa de Rosario. López, conocedor del terreno, eludió el combate y agotó a las tropas unitarias en marchas y contramarchas, que finalmente debieron regresar a Buenos Aires. Mientras tanto, en el interior de esta provincia se generalizaba un alzamiento de gauchos del campo, que enfrentaron a los jefes unitarios y los vencieron repetidamente, obligándolos a encerrarse en las inmediaciones de la capital.
Sin otra salida, Lavalle se dirigió al cuartel general de Rosas, recostándose en su catre de campaña a esperarlo, ya que el mismo se encontraba ausente al momento de su visita. A la mañana siguiente, Lavalle y Rosas firmaron la Convención de Cañuelas, que estipulaba que se llamaría a elecciones, en la que se presentaría una lista de unidad entre federales y unitarios. No obstante lo acordado, el general Alvear se presentó con una lista unitaria autónoma.
Ante el reclamo de Rosas, Lavalle anuló las elecciones y poco después ambos firmaron el Pacto de Barracas, por el que el gobierno pasaba al general Juan José Viamonte, que asumió el 26 de agosto. Poco después, Lavalle se retiró a Uruguay y en diciembre Rosas asumió como gobernador de la provincia.
Vampiro:
La lucha entre la Camarilla y el Sabbat fue feroz, y fue camuflada entre los conflictos que llevaron a la independencia de Argentina y los enfrentamientos políticos por el poder. Aunque las sectas se aprovecharon de mortales de distinta ideología, a grandes rasgos puede decirse que la Camarilla favorecía el centralismo de Buenos Aires. Mientras que el Sabbat en principio apoyaron al vireinato del peru pero con el tiempo fueron juntandose con otra ideologia como el federalismo ya que el centro actual de poder del sabbat se encontraba en Tucuman. Los anarquistas fueron empezando a migrar a los territorios Artigistas, aunque los que quedaron en buenos aires se unieron a la idea centralista de la camarilla.
La influencia de la Camarilla fue entorpecida a pesar del poder personal de los antiguos que llegaban desde Europa para apoyar a la secta. En 1821 el Príncipe Fernando Díaz y la Primogénita Alexandria, se reunieron con Violette, Justicar del Clan Toreador, que envió a varios arcontes a Buenos Aires. Esta ayuda fue bien recibida por los Vástagos porteños, que eran continuamente afectados por las incursiones del Sabbat.
Entre los crimenes del sabbat estaban el asesinato del Primogénito Brujah Emilio Quintela en campo de batalla, siendo sustituido por uno de sus chiquillos. La capilla Tremere de Buenos Aires fue incendiada, dejando a los brujos sin hogar a pesar de lo que habia podido ascender en influencia hace tan pocos años.
Hacia 1848 Córdoba fue ocupada tras una dura lucha por arcontes de la Camarilla, y Roberto Formoso fue destruido. Fernando Díaz había resultado vencedor, aunque su poder había quedado enormemente mermado y se encontraba en manos de varios de los antiguos de Buenos Aires con los que se había endeudado para mantenerse en el poder. Eso se debia a la perdida de importantes aliados cercanos a principe, lo que dejaria mas aislado a este.
Desde mediados del siglo XIX los antiguos comenzaron a aumentar cada vez más su influencia sobre los vampiros de la Camarilla local, y a largo plazo conformarían el Consejo de Buenos Aires. Dentro de este consejo destacaba la figura de Alexandria, la Primogénita Toreador.
Los anarquistas veian la batalla de frente siendo muchos de los soldados razos de la camarilla o del sabbat si terminaban perdiendo su humanidad con tanta guerra. Muchos de ellos se unieron a la causa de federal de artigas moviendose a esas provincias o aprovechando cuando el ejercito humano ataco el norte de Buenos Aires para matar antiguos cobrarse los maltratos con sangre.
Aquel ataque que incluso para la camarilla fue una sorpresa, creo una gran numero de alertas e incluso ataques de parte de la camarilla que empezaba ver a su aliados anarquistas como posibles usurpadores de su poder, al menos asi algunos lo pensaban. Muchos de ellos habiendo perdido algo o alguien en ese ataque sorpresa.
Fernando tuvo que manejarse con bastante cuidado e incluso convencer a mucho para no declarar una guerra a los anarquistas ahi mismo. Tuvo que juntar algunos favores. Pero no estaba solo en ese deseo de paz otros primogenitos tambien deseaban dejar ese incidente como una tonteria de los anarcas que no significaba nada ya que sabian que el Sabbat no estaba acabado.
El sabbat por su lado maldijo la muerte de su lider y juro venganza. Pero la perdida de Cordoba fue un golpe importante para ellos. Pronto los supervivientes retrocedieron a las ciudades mas importantes que tenian. Una siendo Tucuman y la otra Mendoza. Ahi se asentaron nuevas cofradias que planeron varias formas de retomar el territorio que habian perdido.
Mendoza siendo un lugar especial no solo porque la mano negra empezo a usarla como base sino por los ataques de los indigenas que tuvo que defenderse. Sin embargo la ciudad estaba lista para aguantar y el sabbat incluso empezo a avanzar en el territorio.
Tambien se busco conectarse con las cofradias de chile, pero los planes de viajes de refuerzos de parte del pais vecino no funcionaban por alguna razon. Fue tras que una manada fue con parte del ejercito de San martin que los los supervivientes les explicaron a sus hermanos que pasaba. Los hombres pumas habian tomado de hogar la cordillera y las partes cercanas, defendiendo a los nativos que acompañaban en este caso al ejercito de San martin. Dejando sin posible refuerzo a la ciudad.
Aunque no por eso el sabbat estaba quieto...
Este habia logrado convencer al imperio brasileño de la guerra o al menos eso decian ellos, mientras buscaban que este no solo tomara uruguay sino que invadiera argentina dandoles una posibilidad de sacar a la camarilla.
La camarilla decidio juntar una fuerza para contratacar luego de las derrotas anarquistas en uruguay, llevados tambien por deseos de poner a uruguay bajo su poder. Consiguieron refuerzos de anarquistas anti monarquicos que veian en el brazil imperial una mancha de suciedad en America. A pesar de eso no fueron muchos los voluntarios para las batallas. Aunque siguiendo a los victoriosos humanos terminaron reclamando uruguay.
Ahi un grupo se formo que prontamente para crear un principado y luego se trato sin mucho efecto de hacer uno en rio grande del sur mientras el ejercito avanzaba, ambos bajo la influencia de la capital argentina. Pero al firmarse la tregua con Brazil, se dieron cuenta que no habia futuro en el principado de Brazil, dejando a los voluntarios a su destino. Mientras en Uruguay se formo un grupo aliado a Buenos Aires, casi de forma sumisa que tendria que tendria enfrentamientos con los vastagos uruguayos que deseaban un gobierno mas ligado a ellos.
Pero lo que marco un final al periodo caotico de la guerra con el sabbat fue que cuando se realizo el golpe de estado de los militares mortales no muy de acuerdo con la firma de paz. Entre las filas de los soldados un par de miembros de la mano negra se habian infiltrado y una vez en buenos aires logranron la venganza por roberto matando al principe Fernando dejando por algunos dias a la camarilla sin lider.
Al menos hasta que Alexandria sin que nadie se le opusiera tomara el control. Entonces empezo una nueva era para la camarilla.
Con eso terminamos la parte de la Anarquia. Puede que agrege mas para volverlo mas desastrozo en la parte vampirica pero quien sabe. Ahora viene Rosas, que ademas seria la parte que nos representaria en la Edad Victoriana de vampiro.