Oir la voz a lo Constantino Romero del bibliotecario no hizo si no acrecentar mi temo y dejar de respirar durante unos momentos.
Seguía estando en sus cabales, o eso parecía. Que cojones! Daba un miedo que te cagas! Aún herido me daba la impresión que en cualquier momento nos iba a degollar allí mismo, menos a Mel, por razones mas que evidentes. La única duda que me quedaba, y que en el fondo me acojonaba mas aún, eran las palabras que el botánico-druida decía sobre lo del Alfa. ¿Vamos, que con toda la sangre que ha perdido el menda, el otro tipo es aun mas fuerte? Estoy muerto...
Y yo encima solo me quejaba de mi brazo. Si, vale, estaba dormido, me quemaba y sangraba, pero ni punto de comparación con Revock.
Estaban subiendo al bibliotecario a la camioneta cuando lelgaron las almas de la fiesta.
- Joder, Jason. Ya era hora!-Miré a Amber y la hice un gesto hacia Jason.- ¿No me digas que es de los que aguantan toda la noche?- bromeé, pero en el fondo me alegraba por ellos.-Ouch! - Me quejé de mi brazo como si fuera el Karma el que me habría producido la punzada. - Vámonos ya, ostias.- Agregué cuando aquello parecía la despedida mas larga de la historia, en la cual al menos irían todos juntos en el coche.
- ¿Sabes conducir?- Pregunté a David. Se iba a quedar a limpiar. Que puto marrón. Le tendí las llaves de la moto.- Cuando termines vente con ella si quieres- ME acerqué casi de forma intimidatoria.- Como la rocés te mato, tio. Mi madre se pondría histérica si se entera que se la he dejado a alguien, ¿entiendes?- Luego me ablande un poco y le miré con pena mientras chasqueaba la lengua.- Lo siento tio, meterte en este jaleo- Tampoco es que yo lo hubiera esperado. - Llama cuando termines, vale.
- ¿Nos vamos ya o que?- Pregunté al resto viendo como ya el viejo estaba acomodado en su sitio. Me dirigí a mi sitio en la camioneta. Esperaba que Revock no se volviera loco o algo así y terminara matándonos allí dentro de la camioneta.
El teléfono de Styles daba tono, pero nadie respondía al otro lado. Mientras Jay llamaba, todos iban ocupando un lugar en la pick up del doctor, incluída Amber, quien parecía algo reacia a todo aquello, acabó subiendo en aquel vehículo.
David os observaba a todos con las llaves que le había entregado Mel y media sonrisa tonta en el rostro, la cual se le borró cuando Leo se acercó a él. - Sí, se llevarlas. - Le respondió. - Pero no iré allí... donde sea que vayáis. De aquí me iré a casa, quiero... olvidar todo esto. - Su voz reflejaba miedo. - Se me va de las manos y más aún de la lógica... yo... siento lo de tu herida... - Se disculpó ante Leo por aquel feo mordisco. - ... pero ... si el me acojona... imagina más como él... - Negó con la cabeza. - La guardaré en casa, en el garaje. Luego te mando la ubicación para que me encuentres, pero vamos... son vecino del marica de Jason. - Trató de bromear con eso, quitándose algo de tensión con aquellas palabras.
El doctor tenía prisa y así lo hizo ver, tocando el cláxon del vehículo. Y no era para menos, puesto que estar allí con Revok en ese estado era exponerse demasiado. - Venga, tío... ya hablamos. - Se despidió de Leo chocando su mano para luego decir adios al resto moviendo su mano en el aire. Una vez todos subidos en la pick up, Cassidy arrancó. - "Alcánzame en la vía principal." - Dijo por la ventanilla a Jay.