HILL VALLEY

EL PUEBLO Y SU GENTE

              Alcalde: Bertrand Fox                                                        Sheriff: Edward Hawk

    Bibliotecario: Darryl Revok                         Ayudante del Sheriff: Dewey Riley  y Alex Romero                   

    Enfermera: Tiffany Hawk                                Enfermera: Rachel M. Burns

           Médico: Charles Smith                               Médico: Clint Cassidy

  Cirujano Jefe: Benjamin King             Millorario y dueño de medio Hill Valley: Lance King

INSTITUTO HILL VALLEY

         Director: Percival Drake                                        Prof. Literatura: John C. Miller

       Administrativa: Clarice Robinson                      Enfermera: Carol Reynols

Entrenador: Kevin Blake

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                         En 1983                                            Imagen de archivo 1885, el reloj de la torre.

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                   En la actualidad                                                             En 1970

BOSQUE

La Historia de Hill Valley

1885

Los primero documentos oficiales datan del año 1885, momento en el cual el asentamiento de buscadores de oro se comenzaba a civilizar y a convertir en la próspera población que es a día de hoy.

Se sabe que anteriormente a esa fecha (1885), fue durante años un asentamiento de buscadores de oro y no fue hasta el año 1880, a descubrir la beta de oro, cuando aquellas tierras comenzaron a ser conquistadas por el hombre blanco, a pesar de que según algunos escritos, ya habitaban familias por esas tierras desde 1850, aunque no está del todo claro.

Así Hill Valley comenzó a crecer. Llegaban caravanas de gente dispuestas a empezar una vida mejor en un lugar salvaje aun. Los sueños e ilusiones de esas personas, crearon los cimientos de la próspera población que continuamos siendo.

Durante 1885 se instaló el reloj en la torre del Palacio de la Justica, el cual estaba en construcción. Este fue un gran acontecimiento local y social, tras el cual, comenzaron a guardarse la mayoría de los documentos en archivos.

1955

Tras dos guerras mundiales, Hill Valley se recuperó bastante bien gracias a las inversiones y las previsiones realizadas durante estos últimos años por la familia King.

Desde que se instalaron en Hill Valley allá por el año 1887, comenzaron a realizar mejoras tanto para la comunidad como para el medio ambiente, haciendo que los habitantes de la población se sintiesen en comunión con el bosque y la naturaleza.

Comenzaron con "Por cada árbol talado, un árbol plantado", pero al ver que no era sufciente, aquello comenzó a ser por cualquier acontecimiento: fallecimiento, nacimiento, nuevos residentes... Hasta el punto que la deforestación de la zona a penas fue un problema en la comunidad.

En ese mismo año comenzaron las obras de Lyon Estates, lugar que en la actualidad está rodeado por grandes cantidades de árboles que forman una nueva zona boscosa del lugar.

 Aquel año fue recordado por el enorme rayo que cayó sobre el reloj de la torre del Palacio de Justicia. Concretamente el día 12 de noviembre, dejándolo averiado hasta la fecha.

1985

Tras 30 años de desarrollo y crecimiento, Hill Valley comenzó a estancarse tras unos sucesos acontecidos años atrás a la familia más importante de la ciudad: Los King, lo cuales pasaban factura diez años después de ocurrir. Poco se sabe realmente de lo que le ocurrió a la familia King en aquellos años, salvo que tras la muerte del padre de familia de los King, su joven hijo Lance ocupó su lugar. Poco tiempo después, fue secuestrado y dado por desaparecido, hasta que algún año después regresó a Hill Valley, donde continúa residiendo.

 Imagen inferior: Lance King en 1985

   Imagen izquierda: Residencia de los King

Historia de Los King y Hill Valley

Sobre un atril, en medio de la sala, se puede ver un viejo libro el cual cuenta con más de cien años en sus cubiertas, pero que en su interior asoman páginas más viejas incluso, hasta otras bastante más recientes.

Es el libro de la familia King. En él se relata la historia de esta manada tan especial, desde su decisión de dejar los bosques, hasta el día de hoy.

Los bosques no entienden de fechas, sólo de estaciones y de soles y lunas. Pero por lo que se dice, los primeros buscadores de oro aparecieron en las colinas y bosques que ahora rodean aquel lugar llamado Hill Valley, sobre el año 1850. Fueron atraídos por tierras fértiles, cercanas a ríos, lago y mares. Lo mismo a que a mi manada.

Mientras los hombres se afanaban en encontrar ese mineral, todos nosotros, les vigilábamos desde la espesura y las sombras del bosque. Sábiamos del mal hacer de los hombres y aquel era ya casi uno de nuestros útlimos refugios. Por lo tanto, faunos, hadas, druidas y lobos-hombre, nos habíamos unido por el bien de nuestros bosques, nuestro hogar.

Si, leiste bien: faunos. Medio hombres, medio cabras. Pueden hacerse pasar por hombres si se cubren bien sus patas y los dos pequeños cuernos que tienen en la cabeza. Son alegres y joviales, les gusta la música, sobre todo tocar instrumentos de viento. Protectores del bosque y de la fauna, llegan incluso a cuidar el ganado de los ataques de los lobos. Se divierten gastando bromas y asustando a los humanos, pero les entusiasma cortejar a las bellas hadas de los bosques.

Las Hadas. Esas hermosas y delicadas criaturas de los bosques, de belleza espectácular. Capaces de atraer a cualquier hombre a su lado, sin que este se percate del peligro que le esté rodeando. Tienen el don de convertirse en pequeñas luciérnagas para ocultarse de los incautos. Protectoras de los bosques, de los corazones bondadosos y las almas inocentes, guian a los hombres perdidos a su destino, según lo que sus corazones y almas digan: salvación o muerte.

Los druidas se encargaban de curar al bosque y a sus criaturas, a la par que dar sabios consejos a todas ellas, ayudar a proteger el bosque y procurar que los humanos que se adentraban en él, saliesen de allí sin demasiadas ganas de volver. Se dice que en su día, los druidas fueron hombres-lobo, quienes, atraidos por la magia del bosque, sus secretos y su pasión por mantener el equilibrio, encontraron la manera de romper con la parte más salvaje de ellos mismos, pero que aun podían mantener ese vínculo especial con los hombres-lobo que les convertiría en aliados para siempre.

Los lobos-hombre, en su día hombres-lobo, los cuales, al contrario que los druidas, decidieron dejar de vivir con los humanos y dejarse llevar por su lado más salvaje. Los druidas eran su único vínculo con los humanos, consejeros y amigos. Su don era convertirse en humanos cuando quisieran, pero era algo raro en ellos hacerlo ya y preferían mantener esa versión más salvaje de si mismos, mostrándose como simples lobos.

Pero el tiempo y aquellos hombres profanando los bosques hicieron que aquellos lobos-hombre comenzasen a cambiar sus costumbres. Lejos de lograr asustarlos, a pesar de tantos intentos, los hombres encontraron más vetas de oro y comenzaron a invadir la zona. Los árboles comenzaron a caer, haciendo sitio para nuevas casas, usando la madera para fabricar todo lo que necesitasen.

Al ver que no podían hacer nada, la mayoría de los habitantes del bosque se marcharon a zonas más profundas, quedando tan sólo unos pocos espectantes, buscando otras opciones. Fue entonces cuando el primer lobo-hombre decidió cambiar su forma a humano, adoptar el apellido King como suyo propio y unirse a los hombres para tratar cambiar las cosas desde aquel lado. Varios más de su manada le siguieron, dejando atrás ese pasado salvaje y pasando a ser hombres-lobo mezclados entre humanos. Guiados por los druidas, se establecieron en la próspera aldea.

El Nacimiento de Los King

Como era normal, a esos primeros familiares que habían sido salvajes la mayor parte de su vida, les costó bastante adaptarse a la vida humana. Por fortuna los druidas se mezclaron tambien entre ellos, ayudándoles con las cosas más simples. Fue en el año 1885, cuando la familia King, logró traer al pueblo en construcción el reloj de la torre, haciéndose así el primer hueco en la historia de Hill Valley.

El pueblo continuó creciendo y la familia King estaba muy metida y comprometida con él. Sobre todo con la parte de no dañar el bosque más de lo necesario. Para ello los King se aseguraron de comenzar a hacerse con los negocios más prósperos de Hill Valley. Ya fuese el Hotel o el Saloon, o la fábrica de muebles, la serrería... poco a poco fueron cogiendo todos los negocios y llevándolos ellos.

Promovieron eso de: por cada árbol talado, planta otro. Salvo que ellos plantaban tres árboles por cada uno que talaban. Alejaban el bosque del pueblo creciente, pero lo hacían más tupido y denso.

Los años pasaron y nació el King más emblemático de la familia, el último de los suyos. Lance, hijo de alfas, llevaba en sus venas la sangre de un líder, de un rey. Este cargo le llegó demasiado pronto, pues al cumplir 20 años su padre fue asesinado brutalmente. Un loco con un camión se aseguró de dejarle bien destrozado.

Lance se convirtió en el alfa más joven de los últimos cien años. Por aquel entonces estaba enamorado de una de los suyos, con la cual tuvo un hermoso retroño que algún día sería un alfa como su padre. Un año después, un grupo de hombres lobo acudieron a Hill Valley y concretamente a la familia King a pedir asilo. Huían de su antigua manada. Meses más tarde apareció el alfa del cual huían. Este le reclamó a los King lo que era suyo y lo que no. Quería a toda la manada para él y todos los negocios de la ciudad.

Lance se negó y le explusó de Hill Valley. Aquel hombre-lobo no se rindió, tenía un as bajo la manga. Una noche, aquellos hombres-lobo refugiados, se encargaron de dar caza a la joven prometida de Lance y a su hijo. El alfa del grupo rival, les dió muerte a ambos y se aseguró de que Lance supiese quien lo había hecho.

Lance montó en cólera y no haciendo caso a los druidas, salió a la caza de aquel asesino. Lance no se dió cuenta de que todo era una trampa para matarle y tener su poder hasta que fue demasiado tarde. Por fortuna la manada de Lance llegó a tiempo y esa misma noche, comenzó una guerra secreta por el control de Hill Valley.

Por desgracia, Lance era un joven e inexperto líder y su enemigo era más poderoso y cruel que él. Las fuerzas de Lance se mermaron demasiado. A pesar de que algunos faunos y hadas se unieron a ellos en la lucha, la mayoría perecieron en el interior del bosque, entre encarnizadas luchas.

Lance acabó gravemente herido y fue escondido en el bosque junto a dos druidas: un anciano, demasiado viejo para pelear y un chiquillo, demasiado joven para la guerra. Así, maestro y alumno cuidaron de Lance durante bastante tiempo. Mientras en Hill Valley se dijo que había sido secuestrado, que había huído o mil historias más, a la par que aquel macho alfa se hizo con el poder de los King.

Cuando Lance estuvo recuperado y supo de lo ocurrido, estuvo a punto de tirar la toalla y regresar a los bosques, pero los druidas le aconsejaron sabiamente. Le hicieron llamar a Los Cazadores. Hombres que se dedicaban a matar a las bestias que se habían salido de su camino. Y aquel alfa y su manada así lo habían hecho. Reticente, Lance aceptó y fue en busca de ellos. Las condiciones de Los Cazadores fueron duras, sobretodo porque Lance debía renunciar a ser alfa, no más manadas en Hill Valley, no más niños-lobo. Además Hill Valley quedaría bajo la tutela de Los Cazadores respecto a las criaturas no humanas que cruzasen por allí.

Lance aceptó. Quería demasiado a su hogar, su familia se había entregado para poder proteger el bosque y vivir en equilibrio con la naturaleza. Pocos meses después los cazadores asaltaron la ciudad junto a Lance. Para perder su status de alfa se dejó vencer por el alfa de la otra manada, rindiéndose ante él. Cuando sus ojos se tornaron amarillos, los cazadores se lanzaron a por el alfa y le vencieron después de un largo y duro combate en el cual Lance no pudo participar. Lo que ninguno de ellos sabía, era que en ese momento se estaba gestando una nueva vida en el vientre de la mujer del alfa.

Así fue como aquel alfa murió, junto con su poder. Su manada huyó de la ciudad y sólo quedaron los pocos hombres-lobo fieles a Lance y la mujer del alfa, que se mantuvo en el anonimato durante todo el embarazo. Meses después nació el último hombre-lobo en Hill Valley. La mujer esperó un tiempo y se marchó de la próspera ciudad para criar y educar a su hijo en un lugar menos vetado por Los Cazadores. Nunca se volvió a saber de ellos.

El joven King siguió con sus negocios, conoció a una hermosa mujer humana con la cual tuvo un hijo humano. Sabía que él tenía ese gen especial de los hombres-lobo, pero nunca se lo dijo. De alguna manera no le veía digno de ser un hombre-lobo y menos aun le veía como un alfa.

Los Cazadores dejaron a alguno de los suyos en Hill Valley, manteniendo el pacto que establecieron con Lance. Ambos druidas, el anciano y el niño, se trasladaron a la casa de los King. El anciano falleció y el alumno se convirtió en maestro y sus descendientes fueron iniciados en el arte de los druidas.