Partida Rol por web

La noche había sido una puta mierda.

Me dolía la cabeza demasiado para poder pensar en nada ya que había llorado hasta caer rendido y eso se me notaba en mis ojeras. Cuando me miré en el espejo, tras asearme, apenas reconocí ese rostro. Estaba amargado y triste, pero con el ceño fruncido. Pero no solo eso. Había algo en mi mirada, en la comisura de mis labios que me dio miedo.

Estaba cabreado. Pero...de cojones ¿eh? De cojones.

Y lo peor es que no podía hacer nada. Creí tener un sueño en el que Rylee seguía viva, pillábamos al francotirador y lo linchábamos allí mismo, cerca del hospital. Puede que por eso se notara la rabia. Como si aún no hubiera despertado del sueño.

Pero había que despertar.

Una vez vestido bajé las escaleras rumbo a la cocina, mi lugar favorito. Encendí la tele y las noticias, que tenía de primera mano, salían en todos los canales. Arrugué el ceño nuevamente mientras mordía furiosamente la manzana. ¿Ir a la iglesia? Joder... ni puta gana de ir a un sitio donde para dar los buenos días te tienes que arrodillar. Aunque seguramente los marikitas de mis nuevos amigos les gustasen esas mariconadas.

Apague el monitor de la Tv y salí al salón. No había visto a Norma desde ayer. Les daría los buenos días y... nose...Iría a la playa? A Rylee le gustaba la playa. Sin móvil no sabría si alguien me vendría a buscar o.. yo que se. ¿ Presentarme en casa del pijo? Dijo algo de una reunión. Puede que ir al hospital a ver a Mel y el Blibliotecario.

- Buenos días, cariño. - Te dijo Norma desde la cocina cuando te vio pasar. El olor a café recien hecho y las tostadas inundaban la cocina y parte del pasillo. Tu madre te sonrió y extendió los brazos, indicándote así que te acercaras a recibir un abrazo. - Gill me lo ha contado todo. Tranquilo. No tienes que decirme nada. - Te dijo con ternura en su voz.

Te tomó la cara con ambas manos y te besó en la frente. - ¿Quieres un café? - Te preguntó sabiendo tu respuesta. - O quizás prefieras... esto... - Del estante de los vasos, sacó una caja envuelta en papel de periódico y te la tendió. Viste como su mirada se deslizaba hacia la puerta, donde Gill permanecía apoyada, sonriéndote, con los brazos cruzados.

- Sabemos que no deberíamos mal criarte... ni darte todos los caprichos... - Sirvió un poco de café en una taza y se la tendió a Gill, para luego quedarse junto a esta y ver tu reacción ante la caja y su contenido.

- Como sabes, el cumpleaños de Norma es en unas semanas y... bueno, la compré un móvil nuevo... así que... sabiendo que no te preocupa tener nada heredado... - Añadió Gill mientras abrías el paquete y acababas descubriendo el Iphone 7 de Norma en su interior. - Lamento el envoltorio... y la caja... luego te daremos el cargador...

- Nos tiramos media noche pasando los datos de un móvil a otro, para poder dejarlo vacío de todo. Como nuevo. - Te dijo con una sonrisa, antes de sorver un poco de café de la taza que le había pasado Norma. - No hemos querido invadir más tu intimidad y, bueno... te toca a ti ponerle la tarjeta de tu móvil y esas cosas. Esperamos que te guste, aunque haya supuesto adelantar el regalo a Norma... - Gill miró a su mujer a los ojos y esta la sonrió, dándola un beso cariñoso en los labios y añadiendo un "gracias" sin voz, simplemente dibujado en sus labios, para luego mirarte con dulzura.

Suspiré de alivio al ver a Gill y a Norma juntas en la cocina.

No sabía por qué pero el no ver a Norma la noche anterior, la del tiroteo, me hacía dudar que ella estuviera en peligro o algo así. Era un peso que me quitaba de encima. Además, afortunadamente, no tenia que volver a pasar por el trago de contar mas cosas sobre el día anterior, Rylee y... bueno, mejor olvidarlo.

Pero como olvidar a alguien a quien estaba empezando a querer.

Eso ya no tenía marcha atrás. Incluso el regalo de un móvil pese que fuera usado, me sonaba bastante irónico. No lo merecía y allí estaba, como premio de consolación. Genial.

- G-gracias.- Balbuceé agradecido con un abrazo incluido a mi madre.- Me encanta. Es mas de lo que merezco...

 Dije casi de corrido, como si fuera un cumplido ensayado.

- He quedado con unos amigos... creo que iré un rato, a ver si me despejo.- Solté mientras hacia el cambio del móvil nuevo y el viejo.

Sonrei a mis madre y busqué mi chaqueta, con las llaves de la moto par intentar salir y...realmente, despejar. Si podía. Quizá debería ir a ver a Mel y Revok.

Norma te abrazó con fuerza. - No hay nada que el tiempo no cure. Y tu eres muy joven aún, joven y fuerte. - Te susurró mientras te abrazaba. - Y si no puedes tu solo, aquí estaremos las dos para apoyarte. - Te dijo Norma antes de soltarte y "dejarte ir".

Tras ponerle la tarjeta al móvil e introducir el código, este comenzó a sonar con mensajes entrantes. - Ya veo que eres un chico muy solicitado. - Te dijo tu madre tratando de animarte. - Me alegro de que no te esté costando hacer amigos nuevos. - Su rostro reflejaba paz y la sonrisa que se dibujaba en su cara era claramente sincera.

- Sabes, me parece una idea estupenda que vayas con ellos. - Te dijo una animada Gill, tomando el relevo a las palabras de Norma. - Y si quieres, podemos dejarte esta tarde la casa libre para que vengáis a ver la tele o algo. - Añadió a continuación. - Norma y yo podemos perdernos por el pueblo durante unas horas...

Gill se acercó a ti y te besó el cabello. - Lo que sea para que puedas ser feliz. - Te acarició la cara con ternura para luego ponerse un café y disponerse a desayunar. - Norma, deberías darte prisa. Es sábado para todos pero a tí te toca trabajar. - Apremió la mujer a su esposa tras mirar la hora. - Diviértete lo que puedas y si nos necesitas ya sabes como localizarnos.

Tras escribir un mensaje, metí el movil en el bolsillo del pantalón.

Me gustaba verlas así de contentas. Era raro. No porque no estuvieran contentas pero, sabía que no las merecía. No las merecía de ninguna manera. Y eso me jodía. Era un capullo con patas y ellas solo me mostraban su lado bueno. Era como que fuera navidad todos los días cuando eres el Grinch. No podía seguir haciendo el tonto y esperar que no pasara nada. Tenia que compensarlas de alguna manera.

- Tened cuidado vosotras también, ¿vale?- Dije mientras recogía la cazadora del perchero. ¿ No la dejé por ahí tirada ayer al llegar? Seguramente la recogieran y la pondrían en su sitio. - Creo que iré al hospital a ver a una amiga que está allí. Luego.. no se lo que haré. Lo mismo me voy a casa de un amigo. Jason. O Jayden. No lo se aún... - Arrugue la nariz para añadir. - No quiero que vengan a casa y lo pongan todo patas arriba. Es decir...- quise enmendarlo-... tampoco es que que vayan a hacer burradas pero...  - Es que es violeta la casa, joder! -Gracias. Igualmente. Además, prefiero saber que estáis en casa. Con todo lo que ha ocurrido... también me preocupáis, ¿Sabéis? - ¿Me estoy volviendo un mierda o que?

Tras darlas un beso de despedida, me fui al garaje para sacar la moto e ir al hospital.