Partida Rol por web

No me fiaba mucho de la sonrisa del sheriff, pero las cosas como eran, trataba seguramente de calmarme de algo que no me estresaba. Que me pasara algo rodeada de polis no era un problema, que la plantación de Héctor se fuera a la mierda por mi culpa pues era bastante probable.

No dije nada cuando llegamos a la plantación, más bien miré al sheriff tanteando. Ante su exclamación quise hacer otro facepalm porque la situación lo merecía. Iban a hacer fotos de todo y acordonarlo. Tendría que hablar con Héctor después de aquello, decirle que si preguntaban la plantación no era suya o a ver qué inventábamos.

-No sé, yo buscaba el móvil. No toqué nada de esto- aclaré rápidamente y me encogí de hombros, demostrando mi pasotismo adolescente y tratando de no enseñar mi nerviosismo por otras cosas. Señalé con el dedo hacia dónde fui hacía solo unas horas. –Por ahí creo. Pero me tuve que esconder porque oí que alguien me perseguía… Y con las plantas y eso, pues pensé que podía meterme en un lío si eran de alguien y yo estaba aquí…

Sí, eso les despistará… O me culparán a mí de tener una plantación escondida de hierba en el puto bosque.

- Jack, coge cinta de acordonar y átala a ese árbol. Nos servirá de guía para la vuelta. - Ordenó el sheriff al hombre que quedaba libre tras tus palabras. - Lo siento, hasta que encontremos el lugar, tendrás que venir con nosotros. - Te dijo el sheriff después, con tono amable. Una vez cumplidas sus órdenes, el agente se unió a vosotros y os adentrásteis de nuevo en el bosque, siguiendo las hierbas pisadas y algunas ramas rotas.

A tí, como a cualquiera que no conociese aquello, te sonaba todo igual. No sabías ni a donde ibas, ni si el rastro que seguíais era el tuyo o quizás de quien te siguiese en aquel momento. Algo por cierto muy oportuno, puesto que pareció que el sheriff dió credebilidad a esas palabras. Como era de esperar, aquel camino acabó en un pequeño claro en el bosque desde donde pudiste ver nuevamente la piedra, con aquel cuerpo encima. El sheriff no tardó en ponerse entre tu campo de visión y la desagradable escena, algo que agradeciste sin mediar palabra.

- Jack, llévatela a casa. Diles a Jayson y a Smith que aligeren en el otro escenario y que vengan para acá cagando leches. - Sacó su móvil, comprobando que allí no había cobertura. - En cuanto dejes a la joven en su casa, llama a O'Neil diréctamente a su móvil y que venga para poder analizar todo esto sin levantar demasiado ruido. De paso llama al forense de guardia, no recuerdo a quien le toca hoy. Que venga sin levantar revuelo. Si podemos examinar el escenario sin prensa delante y sin que nadie más sepa nada sobre esto... - Entonces el sheriff te miró a los ojos. - Las fotos... bórralas. - Te indicó serio. - No quiero que se filtre nada de esto... es justo lo que nos faltaba en Hill Valley ahora.

El agente esperó a que hicieses lo que el sheriff te pidió, antes de empreder el camino de regreso hacia la plantación de maría, desde la cual llegasteis sin problemas a los coches patrulla, después de que el hombre informase a los suyos. Luego cogió uno de los coches y te llevó hasta la puerta de tu casa, donde esperó hasta que te vio entrar en ella.

Jack te guió casi a la carrera hasta los límites del bosque.

- Te gustará esto. - Te dijo con una sonrisa mostrando los colmillos.

- Cierra los ojos y déjate llevar por tus sentidos. Escucha... huele... el bosque está más vivo que nunca y pronto descubrirás criaturas en él que solo existen en los cuentos de hadas. Son tímidas y asustadizas con los humanos, pero en cuanto te reconozcan como alguin sobrenatural, podrás comenzar a conocer su existencia. - Te dijo.

- Inspira y... ¡corre! - Te alentó a correr de aquella manera. - ¡Yo estaré detrás tuya!

Y cuando comenzaste a correr, el viejo lo hizo detrás de ti.

¿Tenía que ser el alumno de ese hombre?

Tengo que reconocer que se me daba fatal el tema del estudio y ser el alumno pródigo. Pero en este caso, algo dentro de mi, me decía que iba a sacar matricula de honor.

Olí el aire. Olí algo mas y no solo a mi mismo y al semi-animal que tenía a mi lado. Los árboles, el viento..oh, el viento. Me traía aromas distintos y distantes. Podía estar en un bosque pero el olor de la ciudad estaba de fondo. Eso me hacía pensar si realmente, los bosques aparecen en medio de una ciudad, o es al revés, que la ciudad es plantada en medio de la naturaleza.

La carne del los animales y otras cosas que no supe identificar. Algo que estaba vivo pero nunca había encontrado. Vida, a fin de cuentas. Algo de lo que empezaba a formar parte, como mi propio corazón, palpitante y nervioso me decía.

Y corrí.

A dos patas, a cuatro... corría y saltaba entre las ramas, entre los arbustos..corriendo y corriendo. Gruñendo y jadeando. Podría decirse que la bestia en la que me había convertido no era mas que yo mismo desde mi interior, gritando, esperando ser liberado.

Esperando ser... libre.

Corrías por el bosque, dejándote llevar por aquella parte más salvaje de ti. Todo era nuevo, los sonidos, los aromas. Muchos de ellos no eras capaz de identificarlos, había todo un mundo nuevo que se abría entero ante ti y estabas dispuesto a descubrirlo.

Tu carrera te daba una sensación de libertad tan grande que jamás pensaste que tu pudiese hacer sentir así de bien. Sentías a esa bestia salvaje en tu interior revolverse, quería salir, pero conforme continuabas corriendo, sentías como se iba apaciguando.

Jack te seguía sin descanso. Él también necesitaba liberar a su bestia interna después de lo que había pasado. Seguramente hasta Revok necesitaba hacerlo. Pero él era un Alfa recién creado y tenía obligaciones que atender en aquel momento. Sabías que Mel era su prioridad, pero también estaba Lance y su traición y Jason y Amber estarían acojonados aún por lo vivido.

Pero no era momento de pensar en ello y te entregaste a tus sentidos.

De pronto te llegó un extraño olor. Era una mezcla entre humano y cabra. Estábais lejos de las granjas y dudabas que fuese un pastor perdido, porque sin duda estaría bien perdido en aquel momento. Y te detuviste.

- ¿Lo has olido? - Te preguntó Jack con una sonrisa. - No se descubrirá con facilidad y quedan pocos ya. Intenta encontrarle. - Te dijo tratando de animarte a usar tus nuevos dones. - Te vendrá bien aprender con la curiosidad alta y créeme que te sorprenderá lo que encuentres.

Era como azuzar al gato para que se coma al ratón.

Sonreí bajo esa apariencia lobuna. ¿Que si lo olía? Podía sentir su presencia y a qué distancia. Pero lo que no tenía ni idea era de qué cojones se trataba ¿Cabra?¿Humano? Estaba claro que mis sentidos estaban aumentados, pero estarían confundidos.

- ¿Que...?-

Olisqueé una vez mas. Sentí el viento de frente, y todo lo que ello traía. Sentía ese olor tan característico que Jack me incitaba a perseguir. Cerré los ojos para concentrarme, evadir el resto, apartar los olores, el tam-tam del corazón del resto de cosas vivientes que me rodeaba... tan solo existía esa cosa.

- Lo tengo!- Dije...gruñí, mas bien. Abrí los ojos, como la fuera que era y eché a correr, entre las hojas, entre las ramas de los árboles. Me sentía libre y esa cosa, no se iba a escapar de que la encontrara.

Jack sonreía mientras te veía seguir el rastro de un ser como aquel.

- Vamos chico, no es tan difícil. - Te decía con tono divertido y jovial mientras corrías de un lado a otro, en círculos, ibas y venías.

A veces te detenías en el sitio, jurarías que le tenías delante pero... delante de ti no había nadie. Y el aire movía esos olores y te tocaba volver a empezar de nuevo.

Estaba allí mismo, lo sabías. Pero la pregunta era: ¿dónde?

- Grrr- Gruñí algo confuso.

No hacía mas que dar vueltas de un lado a otro. Puede que el bicho fuera escurridizo. Desde luego era algo extraño y confuso, y quizá por eso esa criatura había estado tan oculta ojos mortales, tal y como Jack me sugería.

-No es...tan fácil, viejo.- Masculle entre...¿colmillos?

Cerré los ojos un segundo. Vale. Huele a animal, y a humano a la vez. Tengo ese olor pero se iba por momentos. Hasta que me di cuenta de una cosa ¿Como decían ene el National Geographic? El aire. Tenía que ponerme de cara al viento, al aire para que me trajera ese olor. Así que ronde un poco, agazapado y sin hacer ruido. Tan solo olfateando y escuchando a mi alrededor. Filtrando los sonido de animales pequeños, intentando identificar un par de patas cabrías y no cuatro.

Y sobre todo, ser sigiloso. Haciendo ruido  no iba a conseguir encontrarlo. Y la gran pregunta era.. ¿y después qué? Me lo como? Esperaba que no me diera por ahí estos sentidos y hambre lobuna.

Jack guardó silencio mientras observaba como te movías y como te ibas dejando llevar por tu instinto, por tus nuevo sentidos más desarrollados.

Los sonidos que antes no podías escuchar como humano, se te hicieron claros y perceptibles. Podías escuchar con claridad tus latidos de tu corazón. Otro más sereno y alejado: el de Jack y un tercero, más agitado y cercano.

El olor venía del mismo sitio donde escuchabas latir ese corazón agitado y de golpe te viste platado en medio de la nada. Tus sentidos te decían que lo tenías delante, pero no veías nada. Entonces alzaste tu mano y lo tocaste. Estaba ahí delante tuyo, invisible.

Hasta que se dejó ver.

Tal y como olías, te encontraste con una criatura, medio humana medio cabra. Un fauno, aunque lo normal era que se le confundiese con los sátiros.

- Vaaaale. Vaaaale. - Dijo entre balidos. - Ya me deeejo ver. - Sus ojos se clavaron en Jack. - ¿No teníaaaaaaaaas otro con quien diveeeeertiros? - Preguntó a tu acompañante para luego mirarte fijamente.

- ¿Un reeeecien llegado? - Te observó en silencio. - Me llaaaamo... Lucius. - Se presentó. - Soy un guaaaaardián del bosque.

¿Pero que...?

Justo cuando lo toqué y se dejó ver aparté la mano de ese bicho tan rápido como lo había tocado. No por miedo, si no por una mezcla entre sorpresa y asco. Como un perro cuando toca una luciérnaga por primera vez y esta se mueve.

El olor era inconfundible ahora, y los sonidos, tanto de su respiración como de su palpitar ajetreado, dejaban una impronta en mi subconsciente de manera que, si volvieran a pedirme que lo encontrara, sabría decir de memoria hasta su DNi. Siempre que esa cosa tuviera DNI...

-¿Que... has dicho que eres?- Ladeé la cabeza. aun tenía la voz ronca y sonaba como cuando masticas piedras dentro de un buzón de corréos. - ¿Jack?- pregunté mirándolo rápidamente para volver la vista de nuevo al caracabra.

Por un momento pensé en que era una broma pero... no podía ser. ¿Por que no haber bichos como ese?¿ No estaba claro que había hombres lobo? Se abría ante mi ahora un mundo que difícilmente podría abarcar solo con una noche. Y eso, daba miedo.

- Leo- Me presenté mirando curioso de arriba abajo, desde las patas hasta los cuernos, a aquel hombre...lo que sea. -Supongo que soy el nuevo en el bosque. ¿Alguna sugerencia para el menú de hoy?- Medio sonreí. No tenía hambre pero empezaba a integras mi chulesco humor con mi nueva forma lobuna.

Poco a poco, pues aún esa bestia palpitaba detrás de las sienes.

- Un faaaauno. Un guaaardián del bosque. - Dijo nuevamente. - Meee encarrrgo de que los pedídooos estén asalvooooo si se lo merecen. De que el boooosque no sufra más de lo necesaaaario y de ayudar a manteneeer su equilibrio natural.

»Soy quieeen traaata siempre de proooteger a los niños perdídooos. - Te respondió entre balidos.

Jack guardaba silencio. Parecía estar disfrutando con el encuentro y simplemente os sonreía a ambos.

- Nadaaa de comer faaaunos. - Y se giró hacia Jack. - ¿No sabeeee que puede comeeeer como un humanooo normal? - Luego se giró hacia ti. - Esto debeeeería decírteeeelo él, perooo como licántroooopo no debeeeerías cazar salvooooo en caso de verdaderaaaaa necesidaaaaad.

» El boooosque no es vuestrooo cotooo privado de caaaaza. Es el lugaaaar que los tuuuuyos han juradoooo protegeeeeer. Yooo soy un guaaaardián del bosqueeee, pero tu eres su guerreeeero.

Miré a Jack y sonreí de medio lado.

-No creo que los faunos estén muy buenos. No te ofendas, tio- dije mirando al bicho ese de arriba abajo.- Pero desde que vi Percy Jackson en el cine les tengo un poco de asquito.

Me relajaba por momentos, aunque ver a aquel bicho cabra hacía que mis sentidos siguieran estando alerta.

-Los niños perdidos. Ajam. Y yo soy un guerrero del bosque. Claaaaro- puse los brazos en cruz.- Y mi madre es una maga de nivel 34 que tira bolas de fuego.- Chasqueé la lengua sin poder creérmelo hasta que me di cuenta que hablaba en serio. -Ya. Y de que tengo que defender el bosque. ¿ de los cazadores furtivos?

Casi lo dije me di cuenta de una cosa. Los cazadores.

-Joder!- No podía ser.- No me jodas. Los cazadores!-Miré Jack esperando que mi afirmación no fuera cierta.- ¿Así que tengo que dar la cara por el puto bosque entero si vienen los cazadores a por las criaturas ...del bosque?- Negué con la cabeza y avancé un par de pasos hacia el viejo licántropo.- No me jodas, Jack! Esto no tiene ni puta gracia.

Lucius no pareció tomarse a mal tus bromas, de hecho fijándote bien, parecía tener tu edad más o menos. Pero si dio un respingo y un pequeño salto hacia atrás cuando mencionaste a los cazadores.

- No, no, no, no... tranquilos. Lucius, sabes bien que ellos no se meten con vosotros... solo van a por los que consideran un verdadero peligro. Que vosotros os encarguéis de hacer que se pierdan durante días en el bosque y acaben muriendo de sed, frío y hambre no cuenta. - Dijo con una sonrisa donde no supiste ver si decía la verdad al respecto o si bromeaba con ello.

- Supongo que ya lo habrás visto alguna de estas noches. Un alfa se ha colado en Hill Valley y él, - te señaló, - es su "pequeña obra". El chico de la fiesta, también fue atacado por el alfa, solo que no sobrevivió al cambio. - Dijo hablando de Tristan. - Y sin duda, eso y el ritual del bosque de anoche... si los cazadores no llegan esta misma noche a Hill Valley, no tardarán en hacerlo.

Luego te miró fijamente. - Nosotros, faunos, hombres lobo, druidas y otras criaturas que ya irás conociendo según te adentres en este nuevo mundo, nos encargamos de que el bosque viva y sea un lugar seguro para todos. El hombre no es la única criatura dañina, de hecho sería la más insignificante si no fuese porque su número es demasiado elevado... pero ahí tienes a los darach, los druidas oscuros.

Al oir aquel nombre, Lucius se hizo invisible de golpe.

- Usan partes de los faunos para sus rituales. - Explicó entonces Jack. - Y es evidente que un fauno no puede enfrentarse a un darach. Ahí entramos nosotros.

» Y los cazadores, son quienes nos odian y nos temen. Son humanos, entrenados y concienciados desde pequeños, algo así como Van Helsing... tienen su credo y piensan que somos criaturas del averno. Ellos no vienen a dañar el bosque, vienen a cazarnos a nosotros, a los hombres-lobo. Si de paso se encuentran con un fauno, un darach, un wendingo en su camino, lo destruiran también, porque para ellos solo existe la pureza del hombre. - Te explicó Jack.

Mientras hablaba, sentías la respiración de Lucius a vuestro lado.

Miré a todos lados, como temiendo que un cazador estuviera tras uno de esos árboles, acechándonos y a punto de dispararnos un tiro.

Lo que contaba Jack era demasiado para mil. Demasiado para cualquier adolescente. Me sentía confuso, como si fuera la pieza de un plan que no terminaba de comprender. ¿Donde encajaba en todo aquello? ¿No bastaba con no seguir al tio que me había convertido?

-Vamos, que estamos bien jodidos.-

Gruñí por lo bajo.

- ¿Sabes, caracabra?- No miré al fauno pero sabía que estaba ahí. -No te envidio, tío. A lo mejor lo mas sensato es irse a tomar por el culo de aquí. Pero aquí el menda...- señalé a Jack.-...y todos sus colegas peludos...- deje caer los brazos a los lados, de forma cansada.- ... quieren combatir lo que esté por llegar. Tanto al Alfa como a los cazadores. Pero son viejos.- Casi lo dije como con pena.- Necesitan sagre nueva y yo no soy precisamente el mejor en el que se puede confiar, ¿sabes? Jack...- intenté convencerlo.- ... de verdad me siento de puta madre con esto... en lo que me haya convertido. Pero no voy a ser suficiente para ayudaros. Creo que lo mejor es marcharse de aquí. No soy un puto heroe. No pude ni salvar a...Rylee.

Cuando mencioné su nombre me apené mas aún.

- Donde tu ves vejez, yo veo sabiduría. - Respondió Jack con severidad. - Y Revok no es tan viejo como piensas, te sacará como mucho veinte años y tirando por lo alto. Yo si te saco bastantes más y Lance... él está acabado después de lo que hizo.

Miró a la nada, donde se suponía que estaba Lucius. - Fue él quien realizó el ritual sobre la roca sagrada. No se como no lo viste. ¿Dónde estabas? No... no... no me lo digas, casi que prefiero no saberlo.

» Y nadie ha dicho que nos vayamos a enfrentar a los cazadores. Ese es siempre el último recurso. Ya salimos bien parados una vez con ellos, es complicado que se repita la suerte de aquella vez... pero hay que intentarlo. - Se puso entonces más serio.- Pero si quieres huir, adelante. No te perseguiré... puedes correr por todo el bosque, cruzar a otra ciudad, dejar atrás a tu familia y amigos, pero no lo que eres. Y cuando llegue la noche, volverás a cambiar y no podrás controlarte... y estarás condenado, porque no sabrás lo que haces y esos son las mejores presas y las más fáciles de localizar y matar por los cazadores, chico.

Lucius resopló con un balido y se volvió a hacer visible. No se había movido del sitio y miró a Jack para luego mirarte a ti. No dijo nada, solo esperó tu respuesta, sopesando mientras sus palabras antes de hablar al respecto. Si es que tenía algo que añadir a todo eso.

-Joder Jack! A las únicas personas que he visto triunfar en la vida después de los cuarenta es a Brad Pitt y a Conan el Barbaro. Y ambos viven en una mentira!- Miré el Fauno y resoplé.- ¿Quieres decirme que lo mejor que puedo hacer es agazaparme y esperar a que se vayan los problemas?

Era algo cobarde. Yo no era un cobarde! pero estaba harto que cada vez que intentaba algo en mi vida, se confundiera con una bravata y se fuera todo a la mierda.

- Pero... después de lo que ha hecho Lance...vendrán!- respondí cabreado.- No tengo elección.

Nunca la había tenido en mi puta vida. Mi padre, mi vida en el Kings Country.. y ahora esto. SI me hubieran dicho que me convertiría en un hombre lobo... habría dicho que molaba. Pero si después me hubieran dicho los contratiempos...eso ya era otra cosa.

- Y no puedo dejar a mis madres. Ni...a ellos! - Dije señalando en dirección a la casa de Lance, donde estaban mis amigos.- Esto es una mierda Jack. Es como decirte que eres Spiderman pero no puedes hacer nada. "Un poder conlleva..."- puse voz cavernosa imitando al de la película.- Quiero irme a casa Jack. No se si podré pero... necesito dormir.

Me volví hacia Lucius y sentí pena por el, ahí, tan desválido. O eso me parecía.

-Ya nos veremos, ¿eh caracabra? Mantente a salvo.

- No. Eso te lo estás diciendo tú solito. Yo solo te doy la opción a que huyas, si es lo que realmente quieres hacer, porque si te quedas, tendrás que enfrentarte a esos miedos y luchar. - Te dijo serio fijando sus amarillos ojos en los tuyos.

- Claro que vendrán! - Exclamó el licántropo. - Pero no sólo por Lance. Lo que ha hecho el alfa, tu creador, también cuenta. Aún sin el asesinato ritual por parte de King, ellos vendrán... porque hay una criatura sobrenatural descontrolada en Hill Valley y parte de su trabajo es controlar eso.

» El problema es que Lance nos ha complicado la situación más de lo necesario. - Gruñó el hombre-lobo. - Con ese alfa suelto, teníamos suficiente para salir airosos. Solo debíamos decir la verdad. Pero el maldito, maldito King. - Dijo enfurecido.

- "Eeeeres tú el que deeeebe cuidaaaarse, caraaaa perro". - Te respondió Lucius ante tu despedida y se hizo invisible de golpe. Tu fino oído te indicó por donde se alejaba.

- ¿Estás seguro de que quieres volver ya, chico? - Te preguntó mirándote a los ojos y en ellos vio el pesar y la preocupación. - Esta bien. Alcánzame si puedes. - Y "el viejo" comenzó a correr como si no hubiese mañana y por más que tratabas de alcanzarle, el cabrón te dejaba más atrás...

Estaba claro que ser viejo para ellos no era sinónimo de acabado, como tú pensabas.

¿Volver ya?

Lo que quería es que esto fuera una puta pesadilla, despertar en mi casa y cagar en ese váter de colores lila a juego con los azulejos del baño. Pero alli para limpiarme el culo sólo tenía las hojas de los árboles que nos rodeaban. Y es que estaba mas bien cagado.

-No tengo elección.- Musité después de que el hombre cabra desapareciera para irse.

Jack me lo dejó bien claro. También que no era tan viejo como parecía, por su forma de correr. Pero sobre todo hizo que algo dentro de mi dijera basta. Estaba harto de correr, de la policía, de los guardas del reformatorio, de mi padre, de los problemas... ¿y ahora de los cazadores?

- No.- Apreté las garras hasta que las uñas se me clavaron en las palmas de las manos y el apretar mil dientes y colmillos, rechinaron de una forma bastante desagradable.- Estoy harto de huir-.

Y empecé a correr tras el puto viejo. Lo perdería de vista, pero su olor me guiaría hasta él tarde o temprano. Lo perseguiría como si fuera una presa. Porque ahora, no me quedaba otra mas que luchar. Al menos si quería cambiar realmente de vida.