Partida Rol por web

manteniéndose en su rincón oscuro hasta que decidió que la enmascarada estaba lo suficientemente a tiro o bien hasta que llegó a sentirse descubierto, William encaró con su escopeta a la recién llegada, abriendo fuego sin mediar palabra en cuanto consideró que la tenía lo suficientemente a tiro.

Lo hizo ignorando en primera estancia a la pareja que conformaban el cadaver y la plañidera, si bien mantuvo el rabito del ojo atento a cualquier movimiento inesperado.

Apenas un suspiro. Un fugaz instante en el que la imagen de aquel joven que era el hermano de Blair pasaba ante sus ojos. La joven no pudo calmar la sed de venganza, no pudo saborear las mieles del ojo por ojo, diente por diente.

El experto policia no habia dudado y había abierto fuego abiertamente contra ella, impactando en el centro mismo de su corazón. Arrebatandole la vida de un plumazo y sin tiempo siquiera a emitir sonido alguno. Los sollozos de la mujer que lloraba en el suelo se silenciaron al momento

Volviendo a cebar la escopeta cno un nuevo cartucho, apuntó esta vez a la mujer que sollozaba en el suelo.

- Contra esa pared. Ahora. Quien eres y por que querían purgarte. Habla- Ordenó a la mujer que se situase en la pared que le permitía tener controlada a la vez la entrada, para evitarse sorpresas desagradables

Su voz era totalmente carente de emoción alguna. Y en el tono había más de imperativo que pregunta.

Sin dejarle de apuntar fue caminando hacia el nuevo cadaver, asegurándose de su condición de "cadaver"

Totalmente temblando, la mujer se tapaba la boca para acallar sus sollozos, temiendo que incluso el sonido te enfadase. Se levantó a trompicones, con el bajo del camisón y las rodillas manchadas de sangre oscura y se pegó a la pared.

- Por favor... - las lágrimas le bañaban el rostro y el cuello - no me mate.. él..- miró el cadaver del suelo - él es mi ex. Le dejé hace meses... me... no, no me pegaba, pero me humillaba delante de otras personas, logró que perdiera mi empleo... me ponia los cuernos... - su miedo se entretejia con la rabia que sentia por ese hombre - por eso le dejé... pensé que lo habia aceptado, pero solo estaba esperando esto.. - sus ojos se habian clavado en ti suplicantes cuando te acercaste a los dos cadaveres que estaban bien muertos.

- No me mates... por favor... -

Se mantuvo unos segundos en silencio, observando a aquella chica implorando por su vida.

Cuando él fue quien iba a ser purgado no había tenido la oportunidad de implorar. Al contrario debió luchar por su vida y matar a su purgador con sus propias manos. Pero aquella muchacha no parecía dispuesta a tal cosa. ¿Acaso se había ganado el derecho a vivir?

La yema de su dedo acarició suavemente el gatillo de la escopeta. Ella no se había ganado el derecho a vivir, pero él si tenía derecho a decidir. Y cada año solía aplicar la cláusula de la clemencia una vez. Al fin y al cabo la noche acababa de empezar y ya llevaba dos muescas para su escopeta, podía permitírselo.

-En cuanto yo me haya ido, cierra bien la puerta o con el siguiente no tendrás tanta suerte, te lo aseguro-Dijo agachándose sobre el cadaver de Blair, para registrarlo y agarrar cualquier cosa útil.

Siempre atento a cualquier movimiento peligroso y con el arma apunto, se asomó para buscar una salida segura para proseguir con la noche.

De verlo todo despejado, abandonaría sin más aquel edificio, en busca de las sombras de la calle

Revisaste el cadaver y hayaste:

- Escopeta semiautomática cargada (10)

- Cargador escopeta (10)

- Puñal

La chica asintió temblorosa y cuando saliste afuera tras asegurarte que no habia nadie, corrió para cerrar de un portazo. Escuchaste el cerrojo correrse con fuerza pero sabias que si alguien queria entrar.... lo haria. La casa no tenia ningún tipo de seguridad.

Por la carretera pasó un coche donde los gritos de una mujer relleneaban el silencio de la calle. Los otros que iban atados al capó parecia que habian perdido el sentido o... algo peor. El hombre de la máscara ni te prestó atención, solo siguió camino.

A lo lejos habia un hombre enorme con una chica joven al hombro, también incosciente y maniatada. Y parecia que se dirigia a la feria de la carne.

Williams observó con atención el entorno desde la seguirdad de las sombras. No le gustaba precipitarse cuando eso suponía poner en riesgo su vida.

Mientras masticaba una barrita energética sacada de su mochila, la cual ahora guardaba los suministros recuperados de la purgadora, vió pasar el vehículo cubierto de presas y, por otro lado, una persona cargando a una joven amordazada, aparéntemente para venderla en la feria de la carne. No si él podía evitarlo, claro.

Si podía llegar hasta esa persona con una distancia suficientemente segura antes de que alcanzase el perímetro de la feria de la carne, trazaría un plan rápido para cazaro. Tanto al purgador como a la presa. En caso contrario seguiría la dirección del vehículo, sin perder de vista el ir encontrando parapetos y ocultaciones.

La noche estaba siendo muy prometedora, aunque también ayudaba tus años de experiencia como policia. Sabias como ser sigiloso, como usar las sombras y los elementos que te rodeaban a tu favor. El aire estaba ahora impregnado de una musiquita de feria que provenia indudablemente de aquel antro de perversión y maldad a donde aquel tipo se dirigia.

Te sentiste confiado para seguirle, puesto que el coche habia acelerado demasiado y se perdía ya calle abajo. De repente resonó la fuerte palmada que le habia propinado aquel tipo al trasero de la chica mientras una risa divertida brotaba de debajo de su máscara de lobo.

Le seguiste sabiendo que él no se habia percatado de que ibas tras él. O al menos es lo que te decia tu instinto de policia. De nuevo os aproximabais a la carpa de la feria de la carne. Las calles parecian desiertas, aunque de vez en cuando se oia algún grito lejano o alguien cruzaba corriendo alguna calle aledaña. La algarabia y la musiquita de la feria era cada vez más audible y más contagiosa.

En cuanto arrancas el coche, escuchas a todo volumen la canción que estaba sonando antes. Ni siquiera Ezy parece haberse despertado por el ruido, aunque seguramente hayas asustado a más de uno. Aunque el coche se nota que está viejo y alguien ha decidido llenar su interior también de barro, o eso esperas que sea, hay gasolina de sobra y todavía se puede conducir bien. 

Al poco tiempo llegas a la zona del East Village, donde parece que se ha congregado un buen número de Purgadores. El motivo de todo esto es un enorme recinto en el que hay montada una carpa de feria, totalmente iluminada y con motivo de la Purga. Alrededor de ella se pueden ver varios guardias vigilando bien armados y a un lateral de ésta, ves una entrada por la que van y vienen varios vehículos. 

En la primera frase, escuchas cómo se le corta la respiración un instante. Su tono de voz sorprendentemente ya no suena tan chuleta como antes. El miedo le ha quitado todas las ganas de lucirse.

- N-no, pero estabas... - se calla y te sigue escuchando hasta que al final parece entender qué piensas hacer - Ni de coña. ¡No te atrevas! ¡HIJO DE PUTA, NO TE AT...!

Dejas de escuchar su escandalosa voz al colgar y poco a poco es sustituida por un rumor de risas, gritos y una ligera música típica de las ferias. Al fondo de la calle ves un enorme recinto en el que hay montada una carpa de feria, totalmente iluminada y con motivo de la Purga. Se ve poca gente por la calle pero los que hay, se dirigen hacia ese lugar. 

Siguiendo tu ruta, te das cuenta de que el hogar de la familia Mendels no está muy lejos de la Feria, ya que aún puedes escuchar la música alegre del recinto. El edificio es tal y como lo recuerdas: Antiguo y descolorido. Y ahora además, ves que también es poco seguro. Algunas ventanas están tapiadas con maderos mal colocados, mientras que otras dirías que tienen cartones pegados a las ventanas, como es el caso de la vivienda del tercer piso que te interesa. Y por si fuera poco, tienen la escalerilla de incendios por fuera, de tal forma que no sería muy difícil trepar por ella. 

A priori todo lo tenía de cara. El purgador estaba con las manos ocupadas en su trofeo.

De igual forma, su cabeza parecía ocupada en el tersocuerpecillo de la muchacha más que en estar atento a su entorno, cosa que William pensaba utilizar a su favor, de presentarse la ocasión.

Por un lado se le presentaba una víctima aparentemente asequible y por otro, de regalo, se podría llevar de regalo a la jovencita que tanto podía ser una diversión rápida como un cebo perfecto para más incautos.

Pero para eso debía actuar antes de que el malnacido llegase al recinto de la feria de la carne o las decenas de guardias armados se tomarían a mal su acción armada y probablemente le llenarían de plomo.

Tras echar un último vistazoa sus alredores en busca de posibles amenazas, se decidió por entrar en acción. Como su arma no era espeialmente adecuada para enfrentamientos a larga distancia, agarró su escopeta con fuerza y salió a la carrera en dirección a la espalda del purgador, apuntando en todo momento hacia el "lobo" y preparado para abrir fuego en cuanto estuviese a una distancia óptima, o bien ante cualquier movimiento peligroso de su objetivo

Te aproximaste corriendo y tus zapatillas resonaron contra el asfalto provocando que tu presa se girara para mirar en tu dirección. Sabías que la carrera desestabilizaria ligeramente tu disparo, pero pensaste que aquel tipo llevaba un fardo encima que ralentizaria también sus movimientos. Y así fue.

Un grito ahogado, un boqueo, y acabó tirado en el suelo, con la joven al lado, la cual seguía inconsciente a pesar de la caida.

Justo en ese momento un destartalado coche pasó cerca, con un hombre barbudo a bordo, que parece detenerse cerca de la entrada de la feria, hablando con uno de los guardias.   Mientras tanto, por el final de la calle te parece ver un vehículo con luces azules y rojas, que te recuerda bastante a una ambulancia.

"¿Que mierda se supone que es esto?" fue lo primero que pensó Rosen al ver tal "cosa". Pero, aun que no estaba muy seguro, tal vez allí le podrían ayudar aunque sea un poco. Ya que Ezy estaba inconcíente y que dudaba que dudaba que alguien siquiera quisiera mirar al auto, Rosen manejo hasta estar cerca de la entrada y le preguntó al primer tipo que paso por el lado del carro.

- ¡Disculpa amigo! ¡Necesito ayuda! le dispararon a mi amigo -hago una seña hacia Ezy- y necesito curarlo ¡Por favor,! te puedo pagar si quieres!

Rosen hablo con un tono de preocupación y miedo. Cualquiera que lo escuchase jamas pensaría que este tipo es un asesino a sueldo sin sentimientos.

Mientras te acercas a la entrada, ves a un hombre encapuchado disparar contra otro que también se estaba acercando a la feria, con una joven maniatada en brazos. El primero cae al suelo, dejando caer a la chica con él mientras el encapuchado se acerca a los dos cuerpos y te dirige una rápida mirada. 

Frente a la feria, uno de los guardias de la entrada se acerca ligeramente, portando un rifle en las manos y manteniéndose a una distancia prudencial. Sube un poco la cabeza para ver a Ezy a través del cristal y echa un vistazo a la zona por la que van varios vehículos de paso. 

- Mira, hombre, no somos precisamente un hospital. Aquí la gente paga por matar y dejar a la gente bastante peor que a tu amigo. - dice el guardia, retrocediendo un poco - Si quieres curarle, creo que había un hospital de campaña por el Lower East Side... Y si no, siempre te puedes colar en una casa y buscar lo que necesites. ¡Esto es la Purga, hombre! 

El tipo se aleja encogiéndose de hombros, con gesto de no poder hacer mucho más. En ese momento, por el final de la calle te parece ver unas luces parpadeantes que te recuerdan bastante a... ¿una ambulancia?