Las balas vuelan por el recinto de piedra impactando contra las piedras o contra la carne de los sectarios. Que a pesar de los disparos continuaban entonando sus canticos y concentrados en su ritual. Solo cuatro sectarios continuaban con el ritual. Johnson había fulminado a otro con un disparo certero en todo el pecho y Dustin había herido a otro de gravedad. Ahora el sectario herido por Dustin se preocupaba más por taponar la herida de la pierna que de continuar con el ritual.
Entonces una forma comienza a materializarse en la sala. Con el estruendo de un trueno y el olor del ozono una gigantesca criatura se materializa. Enorme y reptiliana, recuerda a una enorme serpiente de cuatro patas. ¡Es un jodido Dragón! Retorcidos cuernos surgen de su cabeza y una hilera de espinas recorre toda su espalda. Una mucosidad verde cubre sus brillantes escamas y un icor negruzco gotea de sus fauces. El ser es ligeramente amorfo, con miembros de diferente tamaño, y uno de sus ojos está más bajo que el otro en su horrible cara. La enorme criatura es casi tan grande como la caverna, enrollada en sí misma.
Tercer turno de combate
¿Dragón?
1-Sectario Muerto
2-Sectario Muerto
3-Sectario -9 pg
4-Sectario Muerto
5-Sectario
6-Sectario
7-Sectario
8-Sectario
Enma -7pg
Belmont
Tirada de cordura. Si se falla 1d8 de perdida de cordura.
Faltan dos turnos para completar el canto del libro.
Veo que entre ese grupo de civiles se está materializando alguna cosa, pero estoy concentrado mirando desde el punto de mira de mi rifle lo que está sucediendo. Esta vez me centro en el hombre que parece dirigir la invocación. En el primer disparo me precipito, pero con el segundo le acierto de lleno.
Motivo: Cordura
Tirada: 1d100
Dificultad: 61-
Resultado: 24 (Exito)
Motivo: Rifle .303
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 78 (Fracaso)
Motivo: Rifle .303
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 20 (Exito)
Motivo: daño rifle .303
Tirada: 2d6
Resultado: 12(+4)=16
Balas gastadas: 6.
Había visto muchas cosas en estos días, pero lo que ahora se planteaba ante nosotros, no podía creerlo, parecía que estos caníbales estaban atrayendo a la vida a algún tipo de criatura dragontina. Levanto el rifle y disparo, no podíamos dejar que atrajesen a esa criatura a la realidad, no sería nada bueno para nosotros ... una vez mas el disparo sale muy desviado.
- Maldita sea. Había malgastado otra bala.
Motivo: Cordura
Tirada: 1d100
Dificultad: 43-
Resultado: 46 (Fracaso)
Motivo: Perdida cordura
Tirada: 1d8
Resultado: 1
Motivo: Rifle .303
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 43 (Fracaso)
Tanto los disparos como el anterior uso de la granada es un desperdicio de tiempo. Especialmente cuando Belmont y los demás se encuentran frente a las extrañas rocas.
La única posibilidad para Richard es atacar a los sectarios con sus propios puños y su nudillera de acero. El pelirrojo con sus puños es imbatible, y ante el fallo de sus armas decide ir a por ellos peleando cuerpo a cuerpo luego de soltar su rifle junto a sus compañeros.
Tal vez de esa forma podría ganar el tiempo necesario para que el cántico de Martin sirva de algo y que los demás abatiesen a los sectarios restantes.
Desafortunadamente esos lunáticos consiguen que su ritual tenga efecto, trayendo al mundo una criatura de pesadilla con apariencia de dragón, aunque sus formas no son las correctas su simple visión aterroriza al curtido Mcnalley.
- ¡¿Que es esa mierd…?! - gesticula horrorizado por la aparición, llevando sus manos a su cabeza e intentando mantener el equilibrio.
Entonces recuerda que aun le queda una granada pero su pericia para lanzar objetos es un desastre. Mirando la granada en su mano y volviendo a contemplar los sectarios y el monstruo Richard toma una decisión alocada. Una que podría dar fin a toda esta pesadilla.
- Martin, eres un estúpido. No dejes de cantar – ordena al joven escritor de poesía que durante tanto tiempo fue acosado por el pelirrojo.
- Sigan disparando mierda, no dejen de disparar – añade a los demás.
Y con un pequeño brinco el soldado corre con todas sus energías hacia los sectarios, quitando el seguro a la granada y finalmente saltando sobre ellos.
- ¡Por Grimm hijos de put…! - grita en el aire antes de caer sobre los sectarios.
Motivo: Cordura
Tirada: 1d100
Dificultad: 54-
Resultado: 84 (Fracaso)
Motivo: Cordura 1d8
Tirada: 1d8
Resultado: 2
Motivo: Granada
Tirada: 4d6
Resultado: 11
Cordura 54-2: 52
El poeta metido a soldado continuaba recitando los extraños versos.
¡Kíth sukko tayísh ak-etto,
Concentrado en la pronunciación de cada una de las palabras, sin levantar la vista del libro. El joven de Massachusetts ni siquiera se dio cuenta de la montuosa aparición.
PNJ
El veterano Johnson se puso a gritar como una colegiala que hubiera descubierto en su mochila una serpiente. Apretando el gatillo del fusil continuamente, disparando contra la enorme criatura sin ningún efecto. Las balas revotaban contra su piel viscosa cubierta de escamas.
Motivo: Cordura
Tirada: 1d100
Dificultad: 55-
Resultado: 94 (Fracaso)
Motivo: Cordura
Tirada: 1d8
Resultado: 2
Dustin, de un certero disparo, mato a otro de los refugiados franceses. La bala penetro a la altura del cuello del pobre desgraciado casi decapitándolo. Por su parte, Manson seguía destrozado las paredes de la cueva con sus disparos fallidos.
Entonces ocurrió algo extraordinario. En un acto de heroísmo sin igual el irlandés se lanzó sobre los ocultistas que quedaban granada en mano. La explosión retumbo en toda la sala y lleno el lugar de metralla y miembros amputados. Mcnalley quedo tumbado en el suelo, cubierto de sangre y respirando con dificulta; uno de sus brazos había desaparecido a la altura del codo y sus piernas permanecían dobladas en un extraño ángulo.
Después del acto de valor de Mcnalley, merecedor de la medalla del congreso, solo quedaban tres refugiados franceses y los tres estaban heridos, entre ellos Enma y Belmont. Ya nadie continuaba con el ritual de invocación. Pero el dragón continuaba en la sala. Con un rápido movimiento de sus fauces cargo contra Johnson, mordiéndole en la cabeza y levantándolo en vilo. El veterano chillaba sin cesar como un cerdo a la puerta del matadero. Con otro enérgico movimiento, el dragón agarro el resto del cuerpo del soldado y le arranco la cabeza.
Cuarto turno de combate
¿Dragón?
1-Sectario Muerto
2-Sectario Muerto
3-Sectario -9 pg
4-Sectario Muerto
5-Sectario Muerto
6- Sectario Muerto
7- Sectario Muerto
8- Sectario Muerto
Enma -7pg
Belmont
Mcnalley sigues vivo, pero si no recibes atención sanitaria inmediata morirás desangrado por las múltiples heridas.
Johnson ha muerto.
Faltan un turno para completar el canto del libro, solamente un turno.
Después de contemplar el acto de heroísmo del irlandés estoy seguro de que ha quedado completamente despedazado por la granada, pero cuando se despeja la gran polvareda podemos constatar que sigue vivo.
Dejo mi rifle en el suelo y me dirijo hacía donde yace mientras me saco el cinturón para hacerle un torniquete en lo que le queda del brazo.
– James cubre a Martin, puede que sea nuestra única oportunidad, voy a intentar salvar a Richard.
Nada mas llegar al lado del irlandés le paso el cinturón por encima del muñón tensándolo con todas mis fuerzas.
Nada mas hacerlo me saltan las dudas sobre si era así, o no, como nos lo enseñaron en la base de entrenamiento en Estados Unidos.
Motivo: Primeros auxilios
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 90 (Fracaso)
La visión nublada y un zumbido permanente en los oídos de Richard completaban el panorama con dolores punzantes por todo el cuerpo. Fragmentos de la granada se encontraban pro doquier en el torso, rostro y abdomen, aunque lo peor era su brazo desaparecido y reemplazado por un amasijo sanguinolento.
La decepción, luego de salir del aturdimiento inicial, fue el descubrir que todavía continuaba con vida y lo peor de ellos era saber que pese a la muerte de los sectarios ese dragón hacia de las suyas devorando a sus compañeros.
- M...mierda tira...le una gra...nada a ese bicho – maldice Mcnalley cuando Dustin se acerca a hacer el torniquete.
Su plan había fallado y la recompensa era el terrible sufrimiento que poco a poco ganaba su cuerpo.
No podía creer lo que veían mis ojos, una cosa era que un dragón se materializase ante nosotros, y otra que Mcnalley decidiese hacer acopio de todo su valor y correr contra los "sectarios". Pedazos de sectarios, vísceras, y sangre, remarcan el lugar de la explosión, seguido del clamor de los moribundos. - La madre que lo trajo, jodido-loco irlandes.
Antes de que podamos actuar, el dragón convocado cae sobre Jhonson, dejando claro que no es una simple sombra. Dustin corre por el campo de muerte hasta Mcnalley, intentando mantener con vida lo que queda del pelirrojo, dejándome a mi la protección de Martín.
- Nos ha jodido, soy la última linea de defensa. Apunto al último sectario malherido e intento acabar con él, en la literatura medieval los hechizos tenían poder mientras los mantenían. - Putos franceses. Otro disparo que sale muy desviado, y aun con el dragón sobre nuestras cabezas, a cualquiera de nosotros podría tocarnos la china de ser su siguiente comida.
Motivo: Rifle .303
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 71 (Fracaso)
A pesar de los esfuerzos de Dustin, Mcnalley continuaba sangrando profusamente por el brazo cercenado. Poner un torniquete un acto aparentemente sencillo se convertía en toda una odisea en el fragor del combate. La sangre volvía todo pegajoso y resbaladizo, el cinto no se podía ajustar bien a la herida, y no había manera de sujetarlo y apretarlo a la vez.
Manson continuaba disparando sin cesar pero sus disparos impactaban contra las paredes, sin herir a ninguno de los sectarios.
Entonces Belmont se levantó y empezó a disparar con su revolver sobre Martin a pesar de que Enma continuaba en el suelo perdiendo abundante sangre al borde la muerte. ¡MALDITO SER INFERIOR! Grito con una voz que no era de este mundo, una voz muy parecida a la que había salido de la boca de Ryan antes de morir. Una voz que parecía pronunciada por cientos de bocas a la vez. ¡NO IMPEDIRÉIS QUE LA GRANDEZA DE LOS LLOIGOR ESCLAVICE DE NUEVO LA RAZA HUMANA!
Motivo: Disparo
Tirada: 1d100
Dificultad: 45-
Resultado: 58 (Fracaso)
El dragón alzo sus enormes fauces repletas de dientes como dagas y se lanzó sobre Martin en el momento que este pronunciaba las últimas silabas del último verso.
Gee esh tal aíkík dao loth!
Las palabras resuenan en la cueva y una explosión de luz cegadora inunda la sala. El dragón grita y explota en una lluvia de chispas y trozos de carne infecta. El arco de piedra se quiebra, lanzando escombros a través de toda la sala. Varios de los trozos de carne cercenados del dragón descansan en el suelo, retorciéndose y goteando un fluido amarillento. Hay una segunda gran explosión, y todos en la sala son derribados. El silencio reina en el lugar... La luz del cristal se apaga, sumiendo la caverna en total oscuridad. Los soldados pueden discernir vagamente los sonidos de la batalla que está teniendo lugar por encima de sus cabezas, pero los sonidos de los disparos y las explosiones de las granadas van apagándose poco a poco. La batalla está terminando.
Belmont desconcertado arroja su revólver y se agacha sobre Enma que yace totalmente lívida en el suelo, seguramente muerta. El hombretón barbudo empieza a llorar y gemir mientras maldice en francés.
La cúpula empieza a desquebrajarse poco a poco y grandes trozos de piedras empiezan a caer, es cuestión de minutos que la cueva se venga abajo.
Fin de combate
Mcnalley, Dustin no consigue estabilizarte, tu personaje nota como inevitablemente se le escapa la vida.
Al desaparecer el dragón y acabar el combate parece que ahora comience a derrumbarse el techo, ¿alguna granada de artillería pesada perdida sobre nuestras cabezas?
Llamo a mis compañeros. – Mcnalley todavía respira, pero yo solo no podre sacarlo de aquí, ayudarme.
Miro de incorporarlo mientras tanto, pero al ver el ángulo en que están sus piernas lo deposito de nuevo en el suelo lo más suavemente que puedo.
– Te sacaremos de aquí tu acción ha sido heroica. – Le digo sin saber si podrá responderme o tan siquiera será capaz de oírme.
Sobre un civil indefenso, ese fue el último disparo que hice en la guerra, apesadumbrado, dolorido y ya sin odio en mi interior, descargué el último disparo de mi rifle, sobre el caníbal que nos había perseguido por el bosque de Argone. La cueva se caía a pedazos, los gritos de dolor del pelirrojo, se juntaban con los rezos de que el túnel aguantase un poco mas para conseguir salir ... solo recuerdo el silencio, cuando emergimos.
Cuando conseguisteis salir de la cueva. Esta se derrumbó sobre sí misma, como ya había pasado con la primera cueva, quedando solo un inmenso cráter lleno de escombros.
La batalla había finalizado, los soldados americanos trataban de reorganizar la defensa y curar sus heridas con los escasos suministros médicos. Era 4 de octubre, los soldados todavía tuvieron que resistir otros 3 días hasta que las tropas del Mayor Whittlesey fueron relevadas del frente. De la bolsa salen 194 soldados, solo 4 están relativamente indemnes, 107 han muerto y otros 63 han desaparecido. El paradero de las compañías perdidas es aún un misterio. Todo el mundo permanece en silencio, nadie quiere hablar de lo que ha visto en la oscuridad del bosque de Argonne.
Fin de escena.