Partida Rol por web

El Dr. Destrucción asintió complacido.

Muy bien. Me alegra saber que tenéis cerebro además de habilidades.

Se giró a Videshee.

No os estoy obligando niña. Si no queréis aceptar no lo hagáis, pero no tendréis ni mi ayuda ni mi protección. Seguro que comprendes la ventaja de ambas.

Al apretar un botón de sus muñequeras aparece un teclado digital y aprieta rápidamente unos numeros. La nave vira y al cabo de poco tiempo aterriza en una parte de la ciudad. El Villano baja y os señala un edificio de cuatro plantas.

Las plantas baja y primera de ese edificio están vacias. Hay seis apartamentos libres. Coged el que más os guste. El sotano tiene una cerradura electrónica. Allí encontraréis equipo, algo de dinero para coprar comida y otros menesteres que tengáis a bien. Y por supuesto un sistema de comunicaciones cifrado a través del cual recibiréis misiones e instrucciones. Aseguraos de que haya alguien siempre atendiendolo. Nunca se sabe cuando vais a ser necesarios.

Como ya he dicho mientras no estéis haciendo misiones podéis hacer lo que os de la gana. Pero no se os ocurra poner en peligro vuestra célula de la resistencia.
Obviamente tengo más por todo el pais, y algunas fuera, pero no tendréis contacto con ninguna a menos que yo os lo indique. Ni sabréis cuantas son en realidad.

Eso es todo por ahora. Bienvenidos a la última esperanza de la Tierra. Quizás deberíais pensar en poneros un nombre de batalla.

Con ese gesto teatral, Destrucción le dio a Obscure una tarjeta y subió a la nave para marcharse con rápidez. Nadie parecía haberse percatado de vuestra llegada. El hecho de que fuera de madrugada y un toque de queda también podría ayudar.
Al parecer estabáis en la parte de Southpoint. No era un barrio pijo pero al parecer teníais un refugio o cuartel generla. Hoy estabáis vivos y libres. El mañana ya se verá.

Templario examinó todo el tinglado con cara de obvia satisfacción. —Así que ahora somos la resistencia... bueno, la Súper-Resistencia. Siempre quise ser uno de los buenos. Aunque me llevaron por el mal camino. —La ironía presente en sus palabras indicaba que el primer responsable de llevarle por el mal camino era él mismo. 

Y además el jefazo este admite que tenemos cerebro. 

—Como nombre propongo "Templario y amigos", hago un gran sacrificio y con fío en que no me dejéis por un incompetente con vuestras acciones, pero tengo esperanza en vosotros. 

Entró y comenzó a mirar las habitaciones. —Lo primero va a ser encontrar a alguien que nos limpie el lugar... 

No estoy de humor para contestar las tonterías de cuatro latas, así que me limito a entrar en el primer apartamento libre para ver que tal está. Me siento como un maldito becario de superhéroe. Estoy tan cabreado que voy a necesitar algo que sacrificar a la Diosa antes de que acabe el día. 

- No os estoy obligando niña... - Repetí mentalmente haciéndole la burla.

No me caía bien, pero estaba segura de que si me quedaba sola por ahí iba a terminar presa en una cárcel extraterrestre de nuevo con uno de esos collares asquerosos, por lo que era mejor seguirle el rollo. Ya buscaría la manera de librarme de él cuanto viera alguna luz al final del túnel.

Al entrar en aquel lugar observé a mi alrededor, incluso miré al techo, queriendo averiguar si allí había cámaras o algo. No tenía ninguna intención de dejarme coger de nuevo y quería saber cómo de seguro era aquello. Puede que me entretuviera haciendo el tonto habitualmente, pero había sobrevivido a muchas cosas en mi vida como para morirme ahora, la verdad.

- Sí, claro. Un nombre ridículo es lo que necesitamos.

Seguía sin hablar, pero porque me estaba mordiendo la lengua.

Destrucción le dio a Obscure la tarjeta y eso me hizo quedarme pensando en cuántas cosas sabía hacer este tío y sobretodo, por qué narices le había dado la tarjeta precisamente a él. ¿Sería casualidad? Aquí el amigo sabía usar ordenadores, convertirse en otras cosas, hablar idiomas y seguro que alguna cosa más de la que ni me habría percatado, como esconderse con una habilidad asombrosa. 

- Este tío se cayó en la marmita de los superpoderes y los demás nos hemos quedado con las sobras.

Un poco molesta con todo eché un vistazo al equipo que habían dejado allí abajo. Cogí una pistola, un par de cargadores que para tener en mi piso sería más que suficiente y un comunicador. Miré uno de los trajes de kevlar que había, gruñí y lo tiré al suelo antes de salir de allí.

- Ni siquiera me vale la armadura que me dejan...

Así, murmurando tacos e insultos en varios idiomas, subí hasta uno de los pisos de arriba y me quedé con él.

- Necesito un baño de agua caliente y dormir en una cama.

Roxanne asintió cuando el tipo explicó las cosas de las que disponían y que al menos tendrían intimidad para ellos. Ella ya tenía un sitio en el que esconderse y vivir, pero bueno, le gustaba eso de ir cambiando de sitio cada poco tiempo. Tendría que encontrar la forma de contactar con sus amigos… pero bueno, ya lo haría. Al menos tendría tiempo libre porque no iba a estar todo el día puteando a los extraterrestres a los que quería exterminar.

Empezó a bajar para marcharse cuando escuchó eso de ponerse un nombre y sonrió. Luego las palabras dichas por Templario provocaron una carcajada.

-Ni de coña.

Le guiñó un ojo al tipo embutido en la armadura y se marchó hacia uno de los apartamentos libres. Se preguntó cuánto tardaría en salir al exterior para robar algo bonito que sirviera para decorar su nueva casa.

-Avisadme cuando tengamos problemas o tengáis alcohol.

Respondió a modo de despedida antes de terminar de perderse por el edificio.  ¿Tendrá tele este sitio? Ahora que estaba acostumbrándome a ver películas...