Partida Rol por web

—Mira, hijo. Yo no soy quien para decidir si se puede ir al hotel o no, pero no creo que esta gente confíe mucho en tí o en tus camaradas viendo la situación. Si tus compañeros están en el hotel mandaré a alguien a informar de vuestra ubicación. Puedo prometerte que si cooperas y venis a la Iglesia, almenos esta noche no váis a dormir tu colega y tu en el calabozo. Cualquier época del año es mala para dormir allí, pero más cuándo hace este frío.—

El padre Kransvik echa un ojo al cadaver de la mujer, siempre que alguno de los otros hombres y guardias se quitan de en medio. Entonces te susurra: —No creo que vosotros hayáis hecho esto y por lo que veo el responsable es el que hizo lo mismo con Olga, pero debemos mantener las apariencias al menos en frente del alguacil y su guardia. Venid conmigo a la casa del señor y allí hablarémos.—

Tras hablar un par de minutos con el alguacil, parece que los ánimos por fín se calman y aunque la gente quería ajusticiaros en un principio, parece que la razón ha entrado en juego. El alguacil apostará 2 guardias con el padre Kransvik para escoltaros hasta la Iglesia. Mañana irán a recoger vuestra testificación pues se está haciendo tarde.

----------------------------------------------Ya en la glesia-------------------------------------------------

Un jóven chico os abre el portón de madera. Al ver a Reidar empapado en sangre no puede evitar una arcada que no llega a rematar por los pelos. Kransvik os invita a entrar en una pequeña habitación con dos camas, una silla y una mesa. —No es mucho, pero es lo que puedo ofreceros por el momento. Eso y al menos una toalla para que os podáis limpiar.—

Los guardias del alguacil se quedan fuera de la habitación por petición del padre.

Kransvik lleva un trozo de papel que entrega al jóven que habíes visto antes. —Al hotel, y no te demores. Busca a sus compañeros.—

—Bien, ahora necesito que me contéis exactamente qué ha pasado para poder ayudaros. No os dejéis nada.— te dice mientras te mira a los ojos. —Tú—dice mirando a Reidar mientras juguetea con Geri, —¿porqué tienes la cara llena de sangre? ¿ Es que acaso te has bañado en los restos de esa pobre mujer?. —

Percibo la mirada de padre y soy consciente de que se ha percatado de mi segundo de inquietud, así que, con un suspiro que dice claramente «qué le voy a hacer», levanto las manos y gesticulo: «Normalmente escriben. Nunca han intentado hablar... es la primera vez». Tras aclarar ese matiz, me encojo de hombros, guardo con cuidado la anotación con el mensaje del espíritu en la bolsa, entre las páginas de mi cuaderno donde tengo la ingente cantidad de información que he recopilado toda la noche, y me coloco el abrigo, abrochándolo por completo, para después sacar unos guantes y un gorro a juego y calármelos también. 

Mientras tanto, escucho la respuesta de Alvar y no puedo evitar un estremecimiento cuando dice el nombre del sacerdote del pueblo, no comento nada, pero tampoco trato de ocultar la expresión de desagrado que se ha plasmado en mi rostro: ese hombre no me cae hoy mejor que anoche... Pero la imagen del cura es expulsada por completo de mis pensamientos cuando padre comienza a aventurar sobre Katarina y la posibilidad de que no esté muerta. Posibilidad que, por otro lado, ni se me había pasado por la cabeza. Sin embargo, su aguda mente analítica sí ha caído en ese detalle. Y tiene toda la razón del mundo. Clavo una mirada concentrada en él mientras me explica por qué lo piensa y asiento lentamente con la cabeza. Pero esa nueva perspectiva abre mi mente a un sinfín de otras posibilidades, a cuál más aterradora... ¿Estará siendo torturado o utilizada de alguna manera? ¿Será un sacrificio? ¿Estará retenida en algún lugar? ¿O acaso estará ella detrás de alguna de estas cosas... de eso... de forma más protagonista? ¿Será una malhechora y no una víctima, como siempre he pensado? Y si es así... ¿Cuántos de sus contactos estarán en el ajo? ¿La encargada? ¿Lisa? ¿Los alemanes? Y así, mi mente entra en una vorágine muy parecida a las que tan bien conozco, cuando escribo historias de ficción... pero esta vez no es ficción y, aunque sé que cada cosa que me viene a la cabeza es, si cabe, más absurda que la anterior, no puedo evitar preguntarme qué pasará si resultan ser verdad...

Mientras bajamos al hall de entrada del hotel, mis ojos recorren el lugar con una mirada diferente, ya no me fío de nada ni de nadie. Me fijo en cada recoveco, cada esquina, cada cuadro y cada tapiz, como si las pinturas tuvieran ojos y las paredes, oídos. De pronto, las sombras de los jarrones esconden monstruos invisibles y el hotel que tan acogedor me pareció la noche anterior, cuando buscaba un refugio seguro, se ha convertido en territorio enemigo, sin que pueda evitarlo.

Suspirando, cierro los ojos unos instantes, descartando tan descabelladas (o no) ideas de mi pensamiento. Sacudo la cabeza y, encogiéndome de hombros, me acerco un poquito más a padre y ambos nos dirigimos a la puerta principal. 

El vagabundo estaba cansado. No sólo por el viaje, sino por todo lo que había acontecido en el poco tiempo que llevaban en el pueblo. Y ahora querían acusarles de ser los culpables de lo ocurrido, cuando ni siquiera habían llegado al pueblo para el momento que Olga había sido asesinada. Por suerte había alguien en ese pueblo dispuesto a abogar por ellos, aunque una vez llegaron a la iglesia estuvo bastante seguro que decirles que habían intentado contactar con el espíritu de la mujer asesinada no les iba a ser de ayuda de ninguna manera.

Con las mangas de su ropa intentó limpiar su boca, manteniendo sus ojos azules en los del padre. -Ha sido mientras me mesaba la barba, no me fijé cuando ocurrió.- Dijo, y se rascó la barba de nuevo como para mostrarle que era un gesto más bien instintivo. -Llegué hasta el cuerpo al mismo tiempo que mi compañero.- Señaló a Castelferro antes de seguir. -Quise ver por medio del calor de la sangre si acababa de ocurrir o si llevaba un rato muerta. Así me manché las manos, y luego me rasqué la barba.- Repitió una vez más. Intentó parecer más lento de pensamiento, la gente prestaba menos atención a aquellos que consideraban de poca sesera y raciocinio.

—Es así como dice, reverendo —apoyó Castelferro a su amigo. Por el camino le había agradecido al padre Kransvik su comprensión y su ayuda, pero al llegar a la iglesia le quedó claro que aquel tipo les consideraba poco menos que delincuentes, a pesar de que sabía que ellos no habían tenido nada que ver con los asesinatos. Cambiaban el calabozo por una celda un poco menos fría pero muchísimo peor que la habitación que habían pagado en el hotel y eso le estaba quemando las tripas, porque les estaban tratando como a delincuentes y no tenían tiempo que perder. Por primera vez desde que le conociera, Leo deseaba ver aparecer el jeto orgulloso del coronel por las puertas de aquel templo cristiano.

—La mujer que ha visto era amiga de Olga. Ambas trataban de descubrir qué espíritu maligno estaba acosando a la gente en esta región. De hecho perdió su vida por ir a buscarle, reverendo —la mirada del ocultista no ocultaba cierto reproche—. Debería permitirnos continuar con nuestra misión si quiere que este pueblo vuelva a dormir tranquilo. Hasta que venga el coronel le permitiremos que nos retenga aquí pero, por favor, recapacite y busque la manera de dejarnos libres cuanto antes.

Una vez terminado se sentó cómodamente con las piernas cruzadas y con gesto paciente. Buscaba el momento de leer el diario que llevaba guardado, pero no quería que lo viera el reverendo; al menos no hasta que él supiera qué había escrito.

—La mujer que ha visto era amiga de Olga. Ambas trataban de descubrir qué espíritu maligno estaba acosando a la gente en esta región. De hecho perdió su vida por ir a buscarle, reverendo 

—Ya veo....— El padre Kransvik hizo una breve pausa, asimilando que ahora parte de la culpa de que esa mujer estuviera muerta era suya.  —Me apena sobremanera recibir este tipo de noticias. Olga era una buena amiga de todo el mundo por aquí. Ahora su amiga también esta muerta. Me gustaría saber en qué demonios se habían metido para haber traído a ese espiritu o lo que el señor quiera que sea hasta este pacífico lugar.—

Quise ver por medio del calor de la sangre si acababa de ocurrir o si llevaba un rato muerta. Así me manché las manos, y luego me rasqué la barba.

—Hará usted bien en lavarse a fondo si no quiere que nadie le culpe de nada extraño. AHí tiene toallas, agua y un espejo. Le sugiero que sea concienzudo.— Las palabras del padre parecían ser en cierto grado duras, pero realmente había cierta sabiduría en ellas.

Debería permitirnos continuar con nuestra misión si quiere que este pueblo vuelva a dormir tranquilo. Hasta que venga el coronel le permitiremos que nos retenga aquí pero, por favor, recapacite y busque la manera de dejarnos libres cuanto antes.

—Nada me gustaría más que dejarlos libres y que camparan a sus anchas, pero me temo que el Alguacíl y sus guardias tienen otra perspectiva de lo sucedido de lo que ustedes me han contado. Trataré de mediar para que les dejen libres cuánto antes, aunque no prometo nada. Mi pequeño ayudante ya ha ido a entregar su mensaje. Si ese coronel del que me han hablado antes tiene algo de carácter y buena reputación, es mucho más sencillo que él obtenga resultados. De momento he podido evitar que acaben en un calabozo, y eso al menos es un comienzo. Pasen aqui la noche. Estarán seguros. Al menos ganaremos algo de tiempo hasta que venga su amigo. Ahora, descansen y mañana haré lo que pueda para ayudarlos.—

El padre Kransvik sale de la habitación pensativo, mientras los guardias os dedican un último vistazo antes de cerrar la puerta.

Lisa sube a buscaros con cierta prisa. Su respiración está algo agitada y mantiene un trozo de papel en su mano. Con el pulso tembloroso  se acerca a vosotros y os ofrece la nota.

—Disculpen. Han recibido ustedes un mensaje urgente. Deben de ir rápidamente a la Iglesia, ha sucedido algo.— La mirada de preocupación es intensa. Casi parece estar a punto de echarse a llorar.

"Mis estimados colegas. Es un momento aciago y me temo que debo informarles de que sus compañeros el señor filibustero  y el hombre sin techo junto a su can, se encuentran esta noche bajo el cobijo de la Iglesia en motivo de asilo temporal. Mucho me temo que han sido acusados y cogidos in fraganti de un delito que sinceramente, no creo que hayan cometido. Mencionaron el nombre de un Coronel y su hija en el Hotel. Sugiero que sean raudos para aclarar este asunto antes de que el Alguacil se los lleve para tomar declaración bajo vaya usted a saber qué condiciones, y que además les juzgue allí mismo."

Dense Prisa: Algot Kransvik

Justo cuando estamos a punto de marcharnos, Lisa viene corriendo a nuestro encuentro con expresión preocupada. Cuando nos dice que ha ocurrido algo y que debemos ir a la iglesia, inmediatamente pienso lo peor. Espero que nada grave les haya pasado a nuestros compañeros. Lanzo una mirada consternada a Ebba, tratando de anticipar cómo se tomará la noticia, antes de recoger la nota de manos de Lisa.

Lo que leo me hace sentir aliviado al saber que Reidar y el señor Castelferro se encuentran bien, pero este momento de alivio se ve sustituido enseguida por la preocupación.

—¿Cómo que acusados de un delito que no han cometido? —pregunto retóricamente, indignado—. Venimos desde Upsala a este pueblo tan apartado con la intención de ayudar, y se nos paga con esta desfachatez. Intolerable. —Levanto la nota, firmemente sujeta en un puño apretado—. Ebba, vamos. Al menos ya sabemos dónde están nuestros amigos, y que están sanos y salvos.

No sé quién será el responsable de esta estratagema, pero desde luego no pienso olvidarlo.

En mi afán de salir en busca de nuestros amigos, casi choco de frente con Lisa que viene a buscarnos corriendo, pero la expresión de su rostro hace que me olvide completamente de cualquier tipo de comentario al respecto, más aún cuando ella habla de la "iglesia". Me estremezco involuntariamente y el corazón me da un vuelco. «No, por favor, no... Sin Raíces no...». No puedo evitar pensar en lo peor y mis ojos se abren como platos, mostrando mi faz sin poder evitarlo una expresión de terror que seguramente padre ya esperaba, dado el vistazo que me lanza antes de leer la nota. 

Prácticamente me doblo sobre su brazo para poder leerla yo también cuanto antes y, cuando comprendo su significado, no puedo evitar dejar escapar un suspiro de alivio. Paradójicamente, la noticia me hace sonreír. Enseguida quito esa expresión por miedo a que cualquiera que la vea pueda malinterpretarla, obviamente sé que la situación es muy grave, pero comparada con lo que me había imaginado, no lo es. Todo es relativo. Ha sido una de esas veces en las que la primera sensación de desazón y tristeza absoluta provoca que el alivio posterior sea exponencialmente mayor de lo que habría sido si no me hubiera pegado el susto previo. De hecho, me siento tranquila de pronto, tengo pleno convencimiento de que el coronel Björklund arreglará el malentendido. 

No puedo evitar, sin embargo, estar de acuerdo con padre cuando expresa sus pensamientos en voz alta. Intolerable. Tiene toda la razón, no obstante, le pongo una mano en el antebrazo para intentar calmarlo un poco. De nada sirve indignarse al aire: solucionémoslo. Asiento vehementemente cuando me indica que es el momento de ponernos en marcha. Ahora nos toca a ambos, cada uno a nuestra manera, hacer de tripas corazón y superar todo lo que ha ocurrido durante la noche, para poder tener la mente clara y la conciencia serena. No podremos ayudar a Leo y Reidar de otra forma. 

«Vigila los árboles», gesticulo, por toda respuesta, sin poder evitarlo, antes de enfilar el sendero que atraviesa la arboleda en dirección al pueblo, con la mano inconscientemente metida en el bolsillo en el que llevo la manzana. 

Lo siguiente son extractos de un libro extraño. Una especie de compendio de recopliaciones de los libros más iportates que alguien, o las hijas de satán se han molestado en buscar. Si todo lo que se recopila aqui es cierto, realmente hay gente que ha estudiado de cerca un poder inimaginable. Pero queda en tu capacidad lectora el escrutinio último y discernir cuál es la verdad y cuál de todas las siguientes analogías, recetas y señas pueden ser ficción, fantasía o hechos cambiados para que al gente no tema todo lo que le rodea.

Título: Brujas, magia y lo antinatural.

Autor: Edward Steffen.

Fecha de publicación: 1762.

Lugar de publicación: Desconocido.

Editorial: Desconocida.

Idioma: Inglés.

Número de páginas: Desconocido.

Formato: Desconocido.

Descripción: Describe varias sectas de brujería europeas y americanas, además de dar detalles sobre sus orígenes y prácticas. Identifica a la Media luna como americana, y describe a sus miembros, acólitos de las artes oscuras cuyo emblema es una media luna. Dice que la noche del primer cuarto (la media luna) es la que eligen para reunirse.

Título: Sobre las viejas leyendas.

Autor/es: Desconocido.

Fecha de finalización: Desconocida.

Lugar de finalización: Desconocido.

Editorial: Ninguna.

Idioma: Lengua europea de origen eslavo.

Número de páginas: Desconocido.

Formato: Bastante grande, en tapa dura y rodeado de cuero marrón. Por fuera tiene varias manchas de sangre dispuestas al azar y con el título grabado en el cuero.

Contenido: Trata de diversos temas, entre ellos el vampirismo y la licantropía. Las partes traducibles hablan de la existencia de unos seres de origen europeo que están extendidos por todo el mundo. Los Banshee son seres que poseen varios poderes, entre los cuales cabe destacar su capacidad para emitir gritos capaces de destrozar cuerpos.

Título: Cabalística desvelada.

Autor: Christian Knorr von Rosenroth.

Fecha de publicación: Alrededor de 1860.

Lugar de publicación: Desconocido.

Editorial: Desconocida.

Idioma: Latín.

Número de páginas: Desconocido.

Formato: Desconocido.

Descripción: Desconocida.

Grupos sectarios:

Guardianes de la vida:

Jugar con lo desconocido siempre es arriesgado. Una orden hermética, conocida como la Semilla dorada, invocó fuerzas que no podía controlar y pagó por ello. Los pocos supervivientes tuvieron visiones confusas acerca del Broche del signo amarillo, los descendientes de Aldones, Carcosa y Hastur.

Estos supervivientes formaron un grupo de investigadores denominado los Guardianes de la vida, deduciendo que ellos deberían de obtener la joya maldita y destruirla para evitar que las fuerzas del mal la utilicen para liberar a Hastur y traerlo a la Tierra de nuevo.

Sus motivaciones son loables y sus intenciones buenas, pero manejan información incorrecta o, al menos, parcial, y desconfían de todo el mundo. En su paranoia pensarán que los investigadores forman parte de las fuerzas maléficas y harán todo lo posible por impedir que obtengan el mencionado broche.

Los vigilantes:

Los miembros de esta secta se dedican a evitar que las insensatas gentes de la superficie traten con fuerzas cósmicas y convoquen a aquéllos que deberían permanecer más allá.

Secta de las tinieblas:

Seres materialistas, malvados, enemigos del Espíritu santo. Son espíritus que desean la forma humana; su objetivo consiste en invocar demonios del más allá para que les ayuden a conquistar el mundo natural, el mundo en que vivimos, y unir los lazos que los separan del plano etéreo. Si eso llegara a ocurrir, seres demoníacos de mil formas y aspectos se apoderaría de la Tierra.

Bestiario:

Bestias Nube:

Parecen nubes animadas, que pueden formar a voluntad ojos bulbosos, bocas retorcidas y largos miembros nervudos a partir de su masa, así como retraerlos y absorberlos cuando lo deseen. En todo momento mantienen un absoluto silencio.

                Las Bestias nube flotan libremente sobre la tierra y el mar, en busca de alimento, y cuando ven una presa propicia se dejan caer lentamente sobre ella.

Bestia Lunar:

Enormes y resbaladizos seres de color gris blanquecino que podían expandirse y contraerse a voluntad, cuya forma principal (aunque cambiase a menudo) era la de una especie de sapo sin ojos, pero con una curiosa masa de tentaculillos rosados en el extremo de sus morros, chatos y poco definidos.

Caballo de lo invisible:

Los Caballos de lo invisible son una raza de criaturas parcialmente materiales provenientes de otro plano de existencia. Estos caballos son generalmente invisibles. Cuando se manifiestan, aparecen las patas delanteras, los cascos y la cabeza de un gigantesco, pálido y fantasmagórico caballo, con sus cuartos traseros oscurecidos por una espesa y misteriosa neblina. Su sobrecogedor relincho y el ruido de sus cascos son el único indicio de un Caballo de lo invisible.

Groth Golka:

Una cosa monstruosa semejante a un horripilante pájaro de ojos saltones y un pico enorme lleno de colmillos.

Groth-Golka mora bajo una montaña en la Antártida llamada “el cono negro de Antarktos.”Se parece a un pájaro enorme de ojos llameantes y un pico feroz con colmillos afilados como cuchillas. Sus alas y su cuerpo están cubiertos por unas negras y finas alas escamadas, y tiene una horrible cola peluda de dragón.

Además hay un pequeño estudio, escrito a mano sobre los rituales mayas con algunos apuntes subrayados:

Lo que sea que queráis rolear antes de pasar a la mañana lo podéis seguir haceidno en esta escena. No obstante abro la Iglesia para que estéis juntos ya.