-De acuerdo.. le dí un último beso en sus labios antes de volver a dar unos pasos sobre la tibia arena de playa. Déjame que piense-
Cogida de su mano, con los dedos entrelázados, nos dirigimos hacia mi casa que se nos presentaba nada mas sortear un par de calles costeras y justo enfrente de la playa descansaba mi cabaña. Son las 23:30 horas por lo que vamos bien de tiempo. -Que te parece si vamos a mi casa para hablar de la Srta. Hathaway y de nuestro futuro como dos grandes fotógrafos jajaja río de buena gana mientras paso un brazo por su cuello, rodeándola y plantando un beso en su mejilla. Reconozco que no soy bueno con los planes improvisados, es broma. Oye, tenemos toda una noche por delante. Hoy tú mandas....- Miro la botella que descansa en mi mano libre aún por empezar y de repente me vienen cientos de ideas para pasar un noche juntos -Tranquilo tio, tú dejáte llevar...
-Se me está ocurriendo que podríamos terminarnos esta botella dándonos un baño con sales perfumadas mientras continúamos la entrevista... no pensarás que por que te quiero vas a tener el puesto tan fácilmente. Solo te pido que me frotes la espalda mientras yo continúo con las preguntas. La miro mientras me esfuerzo para que una sonrisa traicionera no me delate Depende de como te portes no solo tendrás el puesto, si no que me convertiré en tu exclavo por esta noche, podrás pedirme tooodo lo que quieras..-
El animal sigue andando a paso ligero siempre por delante nuestra a unos alejados metros y a lo lejos se escucha sus cortos ladridos informando de que ya ha llegado a casa..
-¿Tú no das puntada sin hilo, no? -le dijo haciéndose la ofendida para luego adquirir un tono serio- Le recuerdo señor Martin que la entrevista finalizó cuando usted salió de mi casa esta tarde, ahora que usted se aprovechara de su posición como entrevistador y de que obviamente yo me encontraba en desventaja porque... digamos... es usted quien manda es otra cosa.
Ashley lo mira de reojo y se aguanta la risa.
-Es usted un abusivo, señor, y bien que podría acusarlo de acoso laboral o una de esas cosas por poner como condicionante el que le frote la espalda para darme o no el trabajo.
Voltea y comienza a caminar de espaldas, tomada de sus manos, mirándolo con una actitud ciertamente traviesa.
-¿Se da cuenta que con lo que usted acaba de hacer lo tendré comiendo de la palma de mi mano? -le da un beso- Sepa usted, señor, que a éstas alturas el trabajo es lo que menos me importa... tengo a un atractivo fotógrafo en la mira y no estoy dispuesta a dejarlo ir.
Ainss mil perdones, olvidé por completo que el último en postear habías sido tú, no yo.
Creo que ya podemos dar por finalizada la escena. No se, escribir un epílogo en plan "y vivieron juntos, felices y comiendo perdices", como quieras, pero no me pidas que lo escriba yo, por fa. Ya te digo, si te apetece se escribe, sino pues ahí lo dejamos, total ya está claro que ese par se queda junto y no se separa más... se ven demasiado mono juntos.