La puerta de entrada era en hierro y cristal.
El local era muy moderno y lleno de luz, nada más entrar hay una sala donde una señoritas cogen los abrigos y bolsos para después colocarlos en perchas cada una con su número que entregaban a sus dueños para que no haya confusiones. Una cortina separa esa sala del local en sí, justo al fondo queda la barra y los sillones, sillas y mesas. A mano derecha se encuentra el escenario .
El local de Thala.
-Vaya, es alucinante..- Tomas no tiene palabras al ver el alucinante local de Thäla. -Pues cuando quieras firmamos el contrato...- Dice mientras se acerca a la barra para dar un vistazo suponiendo que ese sera su sitio..
Voy ahora mismo a mi despacho y te traigo un contrato - dice la mujer con una amplia sonrisa - parece que no soy la única que se sorprende de cosas - aunque la verdad es que el centro comercial es impresionante - creo que mi local estará al nivel de esta isla, aunque tendremos que descubrirlo en la inauguración - ríe mirando a Tomas - espero que se llene de gente porque la verdad es que no quiero que te aburras - dice Thäla acariciando la barra a su paso, se dirige a su despacho en la planta superior, es un cuarto que sirve para divisar desde allí a todos los empleados y clientela, además puede hacer negocios y tener intimidad.
¿Me acompañas o prefieres que lo traiga?
Entro y recorro el despacho con la mirada, cerrando la puerta tras de mí, me apoyo sobre su marco. -Tanto tú, como el local estais a la altura de esta Isla..-
-Bueno, tu mandas preciosa- Dice con una bonita sonrisa recorriendo el despacho..
Tras una buena mañana, al final Tomas firma el contrato mientras saborea el sabroso coktail que habia preparado la hermosa Thäla..
Cambiamos de escena!