Partida Rol por web

Las pantallas de energía que cubrían por completo a los dos enemigos son lo suficientemente poderosas como para bloquear los furiosos y mortalmente precisos ataques de Einherjer. Aunque sus maniobras de combate han sido perfectas, las armas han resbalado sobre la superficie lumínica sin causar daño alguno a los hombres que se ocultaban bajo ellas.

De efecto temporal, los campos se apagan con un parpadeo tras la cadena de golpes de Einherjer, dejando de nuevo a los dos hombres desprotegidos y a merced de su rival.
Aún así, encaran al guerrero centenario y abren fuego contra él con sus pistolas.
Ambos proyectiles salen desviados, sin llegar a impactar contra Einherjer, aunque este, protegido por el escudo, escucha un sonoro golpe que arranca una serie de brillantes chispas a su protección.

Maldijo en voz baja mientras seguía protegido con el escudo y en alerta para esquivar lo que le echaran encima...

En vista de que su presa no se movía, volvieron a descargar sus armas sobre él.
El primero tuvo tanta suerte como en la anterior situación. Su proyectil pasó demasiado desviado, sin llegar a impactar al guerrero, pero hundiéndose profundamente en la pared de ladrillos de uno de los almacenes que quedaban a la espalda de Einherjer.
El otro tuvo menos suerte... El arma, afectada por la humedad del ambiente, explota en una esfera de luz azulada a causa de un fallo en el sistema de alimentación eléctrico, destrozándole todas las falanges de la mano y dejando la extremidad inutilizada desde la altura del codo. No escuchas su aullido de dolor, pero el movimiento frenético de la cabeza y la forma de apretarse la herida con la mano libre, te dan una certera impresión sobre el dolor que debe estar sintiendo.

Trato de aprovechar la ventaja de la situación e invoco un hacha arrojadiza después de hacer desaparecer el escudo la cual lanzó con fuerza contra el sicario sano... la trayectoria era buena pero por un escaso centímetro falló... Negó con la cabeza ante su error y volvió a sacar el escudo...

Una última bala... que también silva en el aire cerca del escudo dorado sin llegar a alcanzar su objetivo.
Einherjer seguía con vida y en pie, mientras que el mercenario tenía un pie en la tumba... y un ligero temblor dominaba todo su cuerpo, sabiéndose muerto o mutilado.

El escudo se desvaneció de sus manos después del ultimo disparo y otra jabalina apareció en su mano la cual lanzo en cuando estuvo listo contra el que se encontraba en condiciones de luchar... El arma impacto de lleno contra su objetivo y en su muslo derecho. Einherjer retrajo el arma otra vez a su mano y la volvió a lanzar fallando por mucho... Maldijo en voz alta en su idioma y saco otra lanza preparandose para esquivar cualquier tiro nuevo que pudiera recibir poniendo su cuerpo en flexión para economizar movimientos...

El hombre herido en el muslo cae al suelo cuando su pierna derecha es incapaz de mantenerlo en pie, destrozados los músculos y cortados los tendones, retorciéndose de dolor sin control alguno.
Su compañero, incapaz de atacar, contaba el tiempo restante para que el maldito guerrero quedara inconsciente y poder así cumplir la misión. Necesitaban asistencia médica urgentemente.
Opta por una postura claramente defensiva, con el brazo inútil pendiendo inerte al costado de su cuerpo...

y otra vez repitió la misma maniobra lanzando la lanza contra el único que seguía en pie incrustando la alargada arma en su pecho y desinvocandola quedandose este en pie y en alerta dispuesto a salir corriendo del lugar y buscar refugio donde poder recuperar fuerzas...

El hombre atravesado por la lanza cae al suelo, catapultado por la fuerza del impacto, golpeando como un peso muerto el duro asfalto de la calle.
Al instante, su cuerpo desaparece en un destello de luz, como ya habían hecho los otros, escapando de forma automática hacia el mismo lugar del que habían venido.
En el suelo, el hombre herido en el muslo seguía retorciéndose, único superviviente del segundo grupo de caza...

Se acercó a ultimo que quedaba para tratar de acabar con su vida... pero del aturdimiento ya pesaba mucho sobre su cabeza haciendole que viera doble algunas cosas, añadiendo la propia fatiga del combate y la inhalación de aquel gas que lo esta mareando aún más y sin controlo... Trató de ensartarle con otra lanza sacada con el guantelete, pero ya llego al limite de su resistencia mortal... Se quedo apoyado sobre la lanza clavada en el suelo y poco a poco fue resbalando sobre ella esta caer desmayado por completo a la vez que con un polvo dorado el arma invocada desaparecía...