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Vida Magna

El Infierno Desencadenado - Cuestión de Vida o Muerte - Escena para Vilian

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27/01/2009, 16:31
Director

Han pasado ya tres días y dos noches desde que el Infierno se desatara sobre la Tierra. Los tres días y dos noches mas horrible de la vida de Vilian y de los cientos de refugiados que han ido acudiendo a las puertas de su casa en busca de un lugar seguro dónde permanecer hasta que todo se calmara, sabía Dios por cuanto tiempo.
Al principio aparecieron pequeños grupos de gatos anunciando con melancolía que un mal terrible caería sobre la ciudad, seguidos de docenas de pequeñas aves que piaban frenéticamente el fin del mundo con sus voces chillonas. Mas tarde jaurías de perros lideradas por sus vigorosos líderes y nidadas enteras de ratas con sus crías a cuestas se presentaban sin ser invitados ni llamados, adueñándose de la casa poco a poco, ocupando cada palmo libre de la vieja casona hasta convertirla en un pequeño zoo urbano. Mapaches, halcones, loros, hurones, gatos monteses, serpientes de todos los tamaños y colores, un par de cocodrilos y otros animales menos corrientes pero igual de callejeros que sus compañeros de desgracias representaban aquel sector de la población que tenía los medios y el dinero como para criar especies exóticas en sus hogares pero no la paciencia como para aguantarlas por mas de dos años.
Su cháchara era insoportable en ocasiones, un rumor constante que apenas si dejaba llegar los sonidos del exterior. Todos hablaban a la vez, intranquilos y preocupados, transmitiéndose rumores los unos a los otros sobre monstruos llenos de cuernos y garras, de colmillos y alas, de colas y ojos. De agujeros en la tierra por los que rezumaban ríos de sangre y podredumbre. De lágrimas de fuego que caerían sobre las calles de Boston para destruir a los puros.

La casa de Vilian era un auténtico caos, un pandemónium propio de la bíblica arca que salvó la vida de una pareja de casa especie en aquel diluvio que según los visitantes del chico, pronto tendría lugar. Y ninguno de ellos estaba dispuesto a dejar que su salvador se fuera a ninguna parte, aunque Vilian pusiera todo su empeño y poder en tratar de desalojarlos o escapar.

La noche del primer día de la llegada de los animales las puertas del cielo se abrieron y una tormenta digna de ser considerada la madre de todas ellas estalló sobre las cabezas de los habitantes de Boston. El cielo se oscureció como boca de lobo mientras una tras otra todas las luces de la gran metrópolis iban decayendo hasta apagarse. Los truenos de aquella tormenta no eran naturales, retumbaban a través de la colapsada atmósfera como si la tierra se sintiera herida cada vez que un rayo impactaba contra ella con un fogonazo del color de la sangre fresca. Una cortina de agua tan espesa que no dejaba ver mas allá de dos o tres metros de distancia golpeaba con ira las calles, convirtiéndolas en verdaderos ríos imposibles de franquear.
Lágrimas de fuego caían junto a las gotas de agua, quemando con una llama que no se consumía todo cuando encontraban a su paso.

Los rumores y las predicciones de todas aquellas bestias habían resultado ciertos. Las puertas del Infierno se habían abierto y estaban vomitando tragedia sobre Boston con toda la rabia contenida de los demonios exiliados a las profundidades mas allá de las realidades.

Sin posibilidad de salir ni de comunicarse, pues hasta en las enredaderas que cubrían la fachada se podía sentir la angustia y el dolor, Vilian tuvo que esperar a la mañana del tercer día, cuando por fin volvió a lucir el sol, tímido, entre nubes de un gris plomizo, para poder asomar la cabeza al exterior.

Notas de juego

Libertad absoluta para sobrenarrar lo que te he descrito o empezar desde el momento que quieras.

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27/01/2009, 19:40
[DEC]Vilian Holic (Jackal)

Con los primeros augurios, Holic, que confiaba en la sabiduría del mundo animal, había alzado el vuelo y se había presentado en casa de su hermana* personalmente para convencer a ésta de que volviera unos días a su apartamento en Nueva York, ya que era la ciudad donde más solía moverse por temas laborales. Vilian le había regalado tiempo atrás una exuberante paloma mensajera (de noble nombre "Sir Ulrich von Lichtenstein", familiarmente conocida como "Ulrich") con la que se comunicaba cuando las distancias entre ellos se hacían más largas de lo habitual, y a veces incluso se permitía el lujo de mandar a alguna que otra parvada con los típicos tratos de comida. Según había entendido, el supuesto infierno en Boston iba a afectar únicamente a esa ciudad, y aunque a primeras pecó de no darle demasiada importancia a la evidente exageración, se cagó en todo.

Al volver a su hogar en las afueras la población animal se había cuadruplicado, y tras intentos de desahucio y un par de ventanas rotas, Kovalenko quedó finalmente atrapado entre las paredes de su casa, cada vez más echada a perder. Los primeros días creyó que el techo iba a caerles encima, y aún con todo el valor del mundo la aglomeración de bestias que allí se encontraban no le habían dejado siquiera acercarse a la puerta principal. Las llamas habían acabado con la vida de numerosas plantas que, deshechas, aún encontraban cierto alivio en las gotas de lluvia... La ira, el miedo, el desconcierto y la preocupación no habían dejado dormir al muchacho, que rezaba a todos los dioses de los que había oído hablar y que rondaba durante horas por la casa preparado para tirarse por la ventana si los cimientos de la vieja casona decían de desplomarse. Y así cayó preso de la extenuación a la tarde del segundo día, despertándose con el silencio tras la tempestad de madrugada que precedía...

¿Estarían todos muertos? ¿Se habría acabado el mundo o había sido un sueño? Y lo más importante: ¿Su familia seguiría a salvo? Sí, Vilian se ponía insoportable cuando se le metía algo entre ceja y ceja. Y si era capaz de convencer a un leopardo de renunciar a sus manchas, que su hermana le hiciera caso una vez más estaba más chupado que la piruleta de un niño. Tenía un aspecto deplorable, y su mente y su cuerpo reaccionaban a los impulsos primarios, y esos eran: comida y agua. Y un cigarro. Ni qué decir tenía que en primera línea de la lista de prioridades se encontraba el ir al supermercado (si es que quedaba alguno en pie).

Con cierta dificultad y creciente ansia, finalmente abrió una de las ventanas (una de las que quedaban en pie, evidentemente), y es que los cristales pesaban de la mierda y la suciedad que se había ido amasando los últimos días. Pero una vez abierta el fuerte olor a sudor, sangre, heces y orina de toda clase de criaturas pudo escapar por ella. Vilian no quería ni girarse teniendo detrás semejante estropicio. Y no es que el muchacho fuera el colmo de la pulcritud tampoco, pero desde luego le atraía mucho más la idea de buscarse una nueva morada antes que enjabonar aquella...

A continuación alzó la vista al cielo con la cabeza asomada, escudriñando las nubes con los ojos entrecerrados. El paisaje le resultaba desolador, pero la necesidad de salir al exterior le mordisqueaba las entrañas... Igual que la sensación de vacío en su estómago.

Dió la vuelta, alzando el índice mientras observaba con concentración, labios apretados y cejas alzadas, a su reciente zoológico. Un rugido estomacal interrumpió el silencio, y el eslovaco se relamió los labios algo tenso:

- ...Voy a salir - advirtió, no muy seguro de sí mismo (más bien un poco acojonado), y respiró profundamente por la nariz para añadir: - Y vosotros vais a volver con vuestras crías a vuestros hogares, ¿oído? El cielo está en calma y la tormenta ha cesado. Se puede volar y cazar... Los que no puedan cruzar el agua pueden quedarse aquí hasta que remita, pero por favor... Respetaos mientras estéis aquí. No me queda Betadine - una actitud paciente disimulaba la extrema irritación de haber estado tres días en aquella situación tan deplorable, enfrentándose a las contiendas que habían provocado roedores y reptiles, canes y felinos, todos ellos hambrientos. ¿Pero qué importaba lo que él dijera? Eran decenas, y al fin y al cabo harían lo que les diera la gana.

Asintió un par de veces, creyendo haber hecho lo correcto. Cuando se volvió lo hizo impulsándose sobre el marco de la mugrienta ventana, mutando su aspecto en el aire al de un precioso halcón peregrino de ojos bicolor, asegurando sus patas a la madera verde que enmarcaba el ventanal.

Saltó al vacío, haciendo una caída de un par de metros en el aire para entonces desplegar por completo las alas y alzar el vuelo sobre los tejados del vecindario, dibujando una pincelada parda que atravesaba el cielo a una velocidad envidiable, mientras quebraba el silencio con su graznido...

Notas de juego

*Su hermana es la única que sabe que se transforma, el marido no tiene ni idea (imagínate XDDDD)

Vil se marcha de expedición a una altura considerable por el centro de la ciudad :D

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13/02/2009, 22:18
Director

Vilian no era el único que alzaba el vuelo en ese mismo instante mudadas la piel y el pelo por plumas de pardos colores. Decenas sino cientos de aves de todos las clases y condiciones salían casi a la vez de los aleros y desvanes de las casas vecinas en las que se habían refugiado durante la tormenta. El ruido del batir de alas era tan intenso que por unos segundos inundó la atmósfera con su presencia, apagando cualquier otro sonido.
Y como si el peregrino fuera al mismo tiempo capitán y lobo solitario, la bandada de pájaros que había estado acogiendo en su forma humana dentro de su propia casa, abandonaba la morada por la ventana que él mismo había abierto con algo muy similar a una perfección marcial. Agradecidos por la ayuda de Vilian, ningún animal quería seguir causando molestias al que había sido su salvador.

El paisaje que se escurría bajo la aguda mirada del chico-pájaro era tan desolador como imposible. Las lluvias torrenciales habían convertido las afueras de la gran ciudad de Boston en poco menos que un cenagal del que sobresalían los edificios de dos plantas formando pequeñas islas de coherencia en un cuadro de destrucción casi total. Muchas casas habían aguantado en pie, incluso con los tejados intactos, pero todas presentaban desperfectos en mayor o menos medida.

Según el vuelo del halcón le llevaba hacia las entrañas de la urbe, pudo ir distinguiendo sonidos estruendosos de lo que deberían ser máquinas de gran tonelaje trabajando a destajo para reparar los desperfectos. Mezclados con ese rumor de fondo el lamento de las sirenas de policía, ambulancia y bomberos, trabajando codo con codo con el único objetivo de evitar que hubieran mas bajas civiles de las que ya habrían habido.

Los orgullosos edificios, centenarias construcciones de ladrillo rojo y blancas marquesinas y rascacielos de metal y cristal, estaban tan deteriorados como sus réplicas de las afueras: Ventanas rotas, zonas quemadas, fachadas destrozadas... Se tardarían meses en recuperar todas las pérdidas.

Poco a poco va recorriendo los cielos, esquivando el vuelo de los helicópteros que habían tomado el espacio aéreo con múltiples funciones: Vigilar, rescatar, localizar, transportar, informar. Todo piloto con un pájaro de hierro parecía haber acudido a arrimar el hombro en esa mañana después del desastre.

El edificio de veinte plantas que era el hogar de la hermana de Vilian no presentaba mejor aspecto que los que ya había visitado...

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27/03/2009, 11:27
[DEC]Vilian Holic (Jackal)

La espantosa visión de aquel paisaje desolado logró amedrentar sin mucho esfuerzo al joven que ahora sorteaba un infierno de bandadas y helicópteros. Desde su altura, la panorámica de destrucción parecía no acabar en ningún rincón de la espesa ciudad, y el apremio de sirenas hacía que su corazón diera un vuelco violento, alimentando el temor a perder algo importante. Y aunque entendiera que abandonar la comuna zoológica en la que se había convertido su casa durante los últimos días había sido un hecho imposible, el remordimiento y el miedo a la pérdida no encontraban ocasión para dejar tranquila el alma del muchacho, que ahora sobrevolaba los edificios con una sola imagen en mente...

El halcón apenas vaciló cuando enfocó frente así el edificio que buscaba, sino que, ansioso, sumó impulso a su aleteo para llegar lo antes posible a la escena. Era consciente del apoyo que podía ofrecer para la búsqueda de desaparecidos, gracias a sus capacidades... Pero lo primero es lo primero, y aún siguieran cayendo piedras de fuego del cielo necesitaba quedarse seguro. Agudizó la vista al tiempo que iba reduciendo la distancia con la edificación, buscando alguna ventana rota para poder llegar al interior del piso. Y una vez que estuvo lo bastante cerca, aleteó sus alas y adelantó las patas, disminuyendo la velocidad, con la intención de colarse por uno de los ventanales del salón y aterrizar sobre el parqué...

- ¿¿...KATHE?? - tornó a su forma humana, o al menos fue lo que intentó. Los nervios le jugaban una mala pasada, y de un salto posó sus patas sobre el respaldo del sofá. No estaba seguro de desear escuchar una respuesta o no a su pregunta, pero de una manera u otra iba a buscarles. La testarudez de su hermana nunca había alcanzado límites, y hacían falta años de práctica y otros muchos de paciencia para saber llevarla por donde uno quería, más aún cuando se trataba de una madre primeriza. No por nada se sobrevalora el instinto de una madre: Para ellas toda precaución es poca.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Cambio a persona!
Dificultad: 62-
Resultado: 75 (Fracaso)

Notas de juego

Hay que empezar a hacer tiraditas... Aaaahhjjj XDDDDDDD

Novedad: Te he puesto una pequeña descripción de personajes en la ficha ;D

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14/04/2009, 22:01
Director

El grito resuena, hueco, en las paredes del deteriorado piso sin llegar a recibir respuesta alguna.
La atmósfera que imperaba en el apartamento era de lo menos esperanzadora. Mirara dónde mirara Vilian, solo encontraba rastros del desastre. Casi todos los muebles estaban volcados aquí y allá, presentando diferentes daños en sus estructuras a causa de haber sido arrojados por una fuerza invisible los unos contra los otros, o contras las paredes. Las puertas se habían salido de sus goznes y los marcos tenían marcas de mas golpes. Toda decoración había sido removida y lanzada sin orden ni concierto por el salón. Fotografías, cuadros, lámparas, pequeñas estatuillas y demás eran ahora montones de basura irreconocible. Decenas de pequeños puntos reflectantes devolvían la tenue luz del exterior, provenientes de las ventanas destrozadas, las bombillas de las lámparas y otros objetos de cristal y metal... Incluso se había producido lo que parecía ser un pequeño incendio en uno de los sillones más próximos a los ventanales. Quizá una de esas gotas de fuego hubiera impactado ahí y el fuego hubiera sido luego sofocado por la lluvia. Los finos sentidos de ave de Vilian hacían que esa zona de la casa fuera especialmente incómoda: apestaba a azufre.

Fuera como fuera, en el salón no había nadie...

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20/05/2009, 14:47
[DEC]Vilian Holic (Jackal)

El ave se arrojó hacia el suelo, presentando, nada más hacer toma de contacto con los restos de lo que fuera un deslumbrante parqué, la imagen usual de Holic, quien pisaba sobre cristales rotos con la expresión sobrecogida mientras recorría con sus pupilas huidizas el salón.

Kathe...

Tragó saliva, y se enderezó para coger aire, pues al muchacho le daba la impresión de haber perdido su capacidad pulmonar habitual derrepente. El olor le desmoralizaba aún más. Mechones rebeldes coronaban ahora su frente, apegándose al agobiante sudor frío que perlaba su piel de aceituna... Fue entonces, tras no encontrar evidencias de ningún tipo de vida o movimiento, cuando se dirigió al interior del piso, deslizando las yemas con suavidad y temor sobre la pared conforme daba los pasos...

Examinó toda la casa, apartando muebles, deslizando cortinas, llamando en busca de ellos...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Cambio a persona segunda parte
Dificultad: 62-
Resultado: 38 (Exito)

Notas de juego

He's baaack(8) 8D

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14/06/2009, 21:05
Director

Nada más que el eco respondía a las voces de Vilian mientras recorría los pasillos y habitaciones de lo que antes había sido un suntuoso piso y ahora no era mas que una requemada ruina. Los minutos pasaban entre apartar muebles, cortinas desprendidas e incluso trozos de mampostería caídos y no había ni rastro de la familia. El joven se hizo mas de un pequeño desgarrón o quemadura en la ropa en su intento por encontrar cualquier cosa que le pudiera dar una pista sobre el paradero de su hermana, pero apenas si se fijaba en ellas mientras el agobio crecía apretándole el corazón como una mortaja.

En el momento en que el silencio se hacía mas y mas intenso... Llamaron a la puerta. Tres golpes perfectamente acompasados y no demasiado ruidosos. Algo realmente extraño en aquella situación y que lo hacía todo mas increíble de lo que ya era.

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15/06/2009, 00:15
[DEC]Vilian Holic (Jackal)

El muchacho tragó saliva varias veces, relamiéndose los labios con una creciente ansiedad. Había terminado de registrar lo que vendría a ser el cuarto del matrimonio cuando, de espaldas a la puerta de la habitación, la llamada a la puerta le hizo quedarse en blanco. Se bloqueó un instante, pestañeando con la vista clavada en el suelo y la respiración pesada, mirando tras de sí...

Me han visto... ¿Me han visto entrar? No es una llamada de emergencia...

Aquella llamada de atención no inspiraba ni mucho menos la urgencia que desbordaba la ciudad. Quizás alguien había oído sus gritos y necesitaba ayuda... Pero así a primeras, Vilian dudó. Volvió a relamerse el labio, pero acontinuación, con un sigilo que lograba manejar, dirigió sus pasos hacia la puerta principal del piso, esquivando los obstáculos con una habilidad casi felina... Una vez a un par de metros de separación de la puerta, volvió a coger aire para acercarse y mirar por la mirilla, pegándose a la pared...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Acechar
Dificultad: 88-
Resultado: 26 (Exito)

Notas de juego

Osea... Sigilo. Qué joven soy xDDDDDDDDDDDDD

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15/06/2009, 00:41
Director

Al otro lado de la puerta, a unos dos pasos de la hoja de madera, esperaba un hombre vestido un traje corte italiano, negro como ala de cuervo. Impoluto sería la primera palabra que acudiría a la mente de cualquier observador a la hora de describirlo. Aún con todo el desastre que reinaba a su alrededor, ni una arruga, ni una pequeña mancha de polvo y ni una sola línea torcida enturbiaban la perfecta imagen que ofrecía. Llevaba un maletín igual de perfecto en su mano derecha y se cubría los ojos con unas gafas de sol que parecían no reflejar la luz. Su piel era tersa y firme, de un sano tono dorado, un moreno que parecía seleccionado para la ocasión del mismo modo que el traje. El cabello rubio le caía en una perfecta cascada lisa hasta la línea de las orejas y relucía como si fuera de oro. Sus facciones eran fuertes pero serenas y delicadas, casi se podría decir que era la réplica de una de aquellas estatuas cinceladas por los grandes de la antigua Roma. Ni una sola línea de expresión le cruzaba el rostro en dirección alguna.
Los gemelos de rubíes, el pisacorbatas y la hebilla del cinturón que había dejado al descubierto de forma intencionada, hablaban de lo poderoso y firme que era, tanto de carácter como de dinero. No parecía que hubiera nada fuera de lugar o dejado al azar en aquella persona.

Se ajusta el nudo de la corbata mientras espera que alguien le abra la puerta y mira el reloj que hasta el momento había permanecido oculto en las profundidades de la manga del traje. Los diamantes y el oro blanco lanzaron un par de destellos cuando devolvió la mano a su posición original, colgando en perfecta simetría a un lado de la cadera.

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15/06/2009, 00:58
[DEC]Vilian Holic (Jackal)

Kovalenko hizo una mueca de profunda flipez al acechar por la mirilla. De hecho, una vez comprobado que se trataba de tipo normal y corriente, llegó a ponerse más cómodo, descansando la mano sobre su cadera y apoyando el antebrazo restante sobre la puerta, pegando la frente y estudiando al caballero a través de esa barrera. Rezumaba pasta en cada movimiento de su recto proceder, pero no era su estatus económico lo que llamaba la atención del eslovaco (sorprendentemente). ¿Cómo había llegado un hombre en tan perfectas condiciones a la puerta de la casa? Los ascensores no podrían ser una opción, y el tipo no parecía haberse pegado la carrera por las escaleras...

Gesticuló con la boca como si fuera a hablar, hasta que, impaciente, dio un paso atrás para abrirle la puerta al desconocido lentamente, como si aprovechara esa simple acción para pensar en qué bienvenida otorgarle al hombre trajeado...

- ...Buenos días - "Educación lo primero" le habían enseñado, aunque había sido un acto puramente espontáneo a ojos de cualquiera, ya que como plus mantuvo cierta distancia. Apretó los labios y alzó las cejas, entre la preocupación y el desconcierto, esperando una explicación. Que habían caído piedras de fuego del cielo, joder.

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15/06/2009, 15:58
Michael Debion

El hombre alza la mano derecha y se retira las gafas de sol con un gesto estudiado y perfecto que no malgasta la más mínima porción de energía. Un movimiento casi mecánico sino fuera porque también encerraba cierta belleza en él. Con la misma fluidez guarda las gafas en un bolsillo de la camisa, a la altura del pecho, y termina el movimiento anticipando un apretón de manos frente a Vilian.

Sus ojos eran azules como el mas denso de los glaciares del polo y parecían brillar con luz propia. No expresaban nada que aquel hombre no quisiera expresar. En ese momento eran todo un misterio indescifrable. Aquel personaje hubiera sido un perfecto jugador de póquer. Y a lo mejor lo era.

- Buenos días. - Responde con cortesía, pronunciando aquel simple saludo con una extraña musicalidad en su varonil voz. - ¿Es usted Vilian Holic Kovalenko, el hermano de Katerina? - Impresa en la voz se encontraba la propia respuesta, lo que creaba la sensación de que ese hombre sabía mucho mas de lo que parecía y que solo había lanzado aquella cuestión como forma de cortesía para su interlocutor.

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15/06/2009, 16:35
[DEC]Vilian Holic (Jackal)

Holic se echó llevó mano al pantalón para adecentarla, con un par de ligeros frotes, antes de responderle casi con la misma firmeza. El joven que quedaba frente a él bien podría tratarse de su reflejo invertido: Iba hecho un pincel, y Vilian una brocha... hecho una pena.

Reunió aire para tomar la palabra, pero el trajeado se le anticipó, y Vilian no sabía si debía preocuparse o alegrarse de la naturaleza de su cuestión. Sabía su nombre. Vale, también el de su hermana... Tampoco había que alarmarse ni echar la casa por la ventana: Guardaba coherencia. Podría ser su manager, o su agente... O su abogado. O el de la funeraria... No, por dios, ¿cómo iba a ser el de la funeraria? Pero espera... "Katerina"... Creía que se la conocía comúnmente como Katherine, no por su nombre de pila...

Frunció el ceño derrepente, lamiéndose las muelas mientras clavaba sus ojos bicolor en el azul hielo del muchacho, como si intentara extraer alguna información de ellos, sin llegar a darle una respuesta clara... La mirada en sí no resultaba amenazante, pero sí estaba llena de contrastes. No sólo cromáticos.

- ¿Quién es usted? - un tinte alarmado crecía en la mirada del hombre desaliñado, que no se movió un centímetro de la puerta - ¿De qué la conoce?

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16/06/2009, 22:32
Michael Debion

El contacto con la piel de aquel hombre era extraño. Su mano era firme y tibia y el apretón perfecto en su ejecución. Uno de esos apretones que transmiten formalidad y fuerza de carácter. Era uno de esos apretones que da gusto dar y con los que se comparan todos los que llegan después. Sin embargo... había algo extraño pero imposible de concretar. Como en el resto de su persona.

- ¿Le importa que pasemos dentro? - responde a la pregunta de Vilian con otra igual de directa pero siempre educada. En el aire quedaba impresa la sensación de que aquel hombre solo lo había sugerido, de nuevo, por deferencia. Parecía capaz de hacer cumplir cualquiera de sus deseos con solo darle forma en su mente. - He venido para tratar con usted un asunto de suma importancia y creo que sería lo adecuado hacerlo lejos de posibles oídos indiscretos - Hace un ligero gesto de mano para invitar a Vilian a entrar en el interior de la casa con toda la seguridad que otorga el ser el dueño de ella. Y lo curioso es que Vilian lo sentía así aunque no era en absoluto lógico. Al fin y al cabo, era el piso de su hermana. Y no conocía de nada a ese tipo.