Partida Rol por web

Es curioso como la presencia de un ser del tamaño de André puede hacer cambiar por completo la atmósfera de un taller tan especial como este.
Aunque los pequeños hombrecillos de los uniformes de trabajo siguen a sus tareas, ya no se capta el ambiente distendido que había en tu primera visita. Pocos son los tipejos que te saludan... y realmente, aún haciendo tu mejor esfuerzo, no sabrías decir si alguno de ellos era uno con los hablaste anteriormente.
Se puede palpar la tensión que reina en la nave industrial, como un velo posado sobre el buen ánimo y la estupenda disposición de los pequeños, medios calvos y narizones hombrecillos.

Cuando apenas has dado unos cincuenta pasos alrededor de las mesas de trabajo, André regresa precedido por el pesado sonido de sus pisadas.
¡EH!
Llama tu atención con su atronadora voz.
El jefe quiere verte dentro, hombrecillo.
Señala con un pulgar que bien podría ser una pierna humana hacia el interior del almacén, hacia el despacho-taller que ya habías visitado y que pertenecía al Sr. Schulzt. La puerta permanecía entreabierta, esperando que la cruzaras.

"Es extraño, los empleados no parecen acostumbrados a trabajar con guardas de seguridad como Andre.¿Pero porque Schulzt pondria tanta seguridad en un almacen como este?¿Acaso hay alguien que le amenaza con destruir o robar el almacen y no me la haya dicho? Habia pasado unas cuantas semanas desde que el Hope hizo aquello tan raro, asi que..." No hay tiempo para pensar nada mas, el ogro ya ha venido de hablar con su jefe y me señala la puerta del despacho.

-Muchas gracias, señor Andre.

Dije con un sonrisa mientras caminaba hacia la puerta y salia del campo de vision del ogro, curandola y cerrandola tras de mi sin preocupacion por si habia un cubo de agua bendita encima de la puerta o alguna trampa similar.

El enano está sentando tras un gran escritorio de madera noble en tonos oscuros que ocupa toda la parte norte de la sala. No viste su mono de trabajo, sino una camisa de leñador de color oscuro que lleva remangada hasta los codos. En sus muñecas, dos grandes muñequeras de metal de aspecto pesado, sin detalles ni adorno algunos.
No te han conducido esta vez al pequeño taller personal del Sr. Schulzt, sino a lo que a todas luces parece su despacho personal.
Docenas de estantes cargados de piedras preciosas protegidas por vitrinas decoran una de las paredes. En la otra una colección de armas de exquisita factura, todas ellas engastadas de joyas y fabricadas con metales nobles. No puedes evitar fijarte en que siente algún tipo de predilección por las hachas y los martillos.
En la pared por la que acabas de entrar, un gran mural que representa un paisaje montañoso de sobrecogedora belleza. Los altos picos nevados se hunden en unos profundos valles, recorridos por ríos plateados y salpicados aquí y allá de pequeños bosques. Una mirada mas detallada revela que no está pintado: Está tallado en diferentes materiales entre los que destacan los metales y los minerales con una minuciosidad imposible.

Estás rodeado por una gran cantidad de obras tremendamente valiosas. Tan valiosas algunas de ellas -quizá el mural la que mas- que gustoso darías tu vida por conseguirlas.

Zorro se remueve inquieto en el interior de la mochila, percibiendo el valor de todo lo que os rodea en sus huesos demoníacos, haciendo que en los tuyos reverbere la presencia de su poder infernal

El dueño de todo aquello te contempla con una mirada fría y dura como el granito, valorando cual podría ser tu próximo movimiento.

Para entender la mentalidad de Jack Cofre, habria que entender como funciona la mente de un pervertido, uno inmortal, muy guapo y astuto si queremos especificar aun mas, que despues de haberse miles de años catando la mejor seleccion de texturas y placeres de todas la mujeres, habia decidido trabajar para los esposos desesperados y hundidos con sus amantes, pero no solo para tomar tajada de sus esposas, sino porque en cierta manera la lujuria de los demas le alimentaba, le hacia recordar antiguos tiempos donde el tambien era novato y donde las sensaciones erasn nuevas y brillantes, recuerdos de inocencia necesarios aun mas para el selecto paladar, ya que sin ellos, conquistar una mujer que valia su peso en oro podia convertirse en rutina y hastio. Y ahora, Cofre se encontraba ante un cliente y tesoro, dandose cuenta por primera vez, que romperia gustoso esa estupida regla suya con tal de robar siquiera una decima parte de este cuarto.

Cofre se suelta un poco la corbata y se suelta un boton de la camisa, senti un calor inmenso y el sudor solo aumentaba el picazon e inquietud que sentia por toda su piel. El traje tampoco parece librarse de esta situacion, ya que de vez en cuando, manos sombrias aparecian de el y desgarraban el aire, desvaceniendose a tiempo y reprimiendose de hacer que empeore la situacion.

-Uf, que calor. ¿No tendra alguna botella de Whisky dentro de su cajon, verdad? Siento como si mi garganta fuera a quebrarse en dos.- Dijo mientras se tocaba la gargante y desviaba sin poder evitarlo hacia las paredes, estaba claro que estaba perdiendo a un ritmo muy rapido la educacion.- Ejem, disculpeme señor Schultz, creo que primero tendria que haberle saludado antes de saquear su provisiones de alcohol, decidamente el calor daña a mi lengua. Bueno, mejor asi, creo que ambos estamos deseando darnos prisa y discutir sobre lo realmente importante, obviando las formalidades y tal.- La mirada se fija en sus ojos y por primera vez en los ultimos minutos, parece centrado. Esta claro que sabe que el Hope cuesta aun mucho mas que todo lo que hay en el cuarto.- Lo tengo, y como le prometi se lo voy a dejar para que lo vea y lo examine, sin embargo, como usted no indico por cuanto tiempo, usted me dira cuanto necesita, y yo a cambio quiero que me informe de toda la informacion que obtenga de su analisis. Tengo que informarle de que no estoy dispuesto a esperar un excesivo tiempo, no sin cobrar una tarifa extra que cubra la perdida que obtengo por cada hora que no tardo por entregar la joya a su dueño y arriesgarme que la maldicion tome mi vida de poseido.¿Esta usted de acuerdo con esta condiciones?

El pequeño gran hombre observa con mirada inquisitiva las reacciones de Cofre como si estuviera tratando de tasar una gema que nunca hubiera visto con anterioridad. Parece capaz de adentrarse en lo mas profundo del alma de su interlocutor, valorando su pureza, su calidad y sus otras cualidades.
Y parecía medianamente satisfecho con el endemoniado. Quizá porque, después de dos visitas, ya le tenía tomado el pulso.

Se levanta de un salto de su silla, adaptada en tamaño a su pequeño y rechoncho cuerpo, y, sin quitar el ojo de su invitado, camina hasta una de las vitrinas de cristal, de donde extrae lo que tu habías tomado por una piedra preciosa pero que en realidad es una botella de licor.
Este licorr, amigo mío, es cien veces mejor que el wishky, tanto en texturra, como en saborr y consistencia. Viaja a trravés del cuerrpo como si fuerra mágico, dejando su huella imprresa en todos los sentidos a la vez. No prroduce embrriaguez, ni afecta a la mente al día siguiente. Mi familia lo lleva destilando en mi tierra natal desde hace cien generraciones y me atrreverría a decirr que es la bebida mas carra del mundo.
Se acerca de nuevo a la mesa con dos copas finamente talladas. Una de ellas, la que te ofrece, tiene motivos florares. La suya, en contraposición, está tallada en complejas formas geométricas.
Esperro que sepa aprreciarrlo, porrque siemprre hay tiempo parra deleitarr el paladarr.
Te sirve poco menos que lo que sería un trago de un líquido ambarino como el oro puro, se sirve él también y deja la botella sobre el escritorio, cerca de vosotros, pero lo bastante lejos de tus manos como para que no puedas alcanzarla.
Y ahorra, trratemos esos negocios.
Su expresión, amistosa al hablar del licor, se vuelve de nuevo dura y profesional.
Entiendo que quierra un pago por su tiempo, así que establezca el que crrea justo por veinticuatrro horras de examen. Entenderra que un gemólogo de mi calibrre necesita rrealizarr prruebas que consumen mucho mas tiempo. Perro porr corrtesía prrofesional, las rrealizaré en ese período tan rreducido.

Cofre penso que ese plazo de tiempo era mas que aceptable, y eso le cabreaba. Al igual que le cabreaba saber que el enano le habia ayudado inmensamente con aquella copia falsa, y como era dificil mantener una actitud seria cuando le habian servido aquel vaso que seguro que podria venderlo por un precio que haria que un mortal no pasara hambre durante su vida y 100 años mas. A este ritmo, Cofre pronto se iba a sentir como si le estuviera pidiendo favor a un tio ricachon a negociar con un cliente, y no le gustaba para nada los favores. Al igual que tampoco le gustaban las deudas, las facturas y otros "me lo debes".

-Esta bien, 24 horas. Pero a cambio quiero pedirle un pequeño favor.- Dijo con expresion seria, a lo cual sumando que sudaba a mares y se rascaba las manos cada cierto tiempo, parecia mas irritado e incomodo que otra cosa.- Vera, he notado nada mas entrar, que usted entabla cierta relacion con las armas.- Por si no era obvio, indico con la mirada todas las hachas y martillos que se distiguian dificilmente de las joyas.-Y me he estaba preguntando que, por alguna causalidad, talvez usted conoceria algun amigo artesanal experto en fabricar armas magicas, especialmente armas sagradas, armas anti-demonios o armas que usen materiales cadaveres de demonios o similares.- Jack se lleva el vaso al rostro, saboreando el olor de aquel manjar liquido.- Y sin son capaces de matar demonios con pintas de zombies megalomanos y con capacidad de poseer las personas, mucho que mejor.

No hay nada que mi genio no pueda crrearr, señorr Cofrre.
Casi podrías decir que tu petición le ha ofendido, pues su tono es mesurado, contenido y aprieta el puño con fuerza hasta que sis nudillos se tornan blancos por la presión. Y en esas manos tan rudas y curtidas es algo llamativo.
En un segundo parece que una bombilla se enciende en el interior de su cabeza y te mira con los ojillos entrecerrados, suspicaz.
Crreo rrecorrdarr que el prrecio por la rréplica son estas veinticuatrro horras con el Hope. ¿Me equivoco? No, no me equivoco, señorr Cofrre. Y aunque lo hicierra, ahí fuerra hay un ogrro que podrría parrtirrle la espalda con un suspirro. Y aquí dentrro tengo arrmas capaces de acabarr de rraíz con la vida de un demonio ladrrón y entrrometido y su compañerro humano. Y no querremos que eso suceda, ¿No? Porrque hasta ahorra nos hemos comporrtado como caballerros.
Alza sus pobladas cejas y presientes que todo lo que está diciendo es completamente cierto. Por un instante, te sientes atrapado en una ratonera y Zorro, a tu espalda se remueve inquieto. La única cosa que hace que se ponga así de nervioso es la perspectiva de volver al aburrido, y siempre lleno de vengativos agraviados, infierno.
Así que pídame el arrma que necesite y yo pensarre un buen pago porr ella. Porr supuesto, un pago justo.

-No, se equivoca totalmente.

Cofre habia dejado de sudar, es mas ahora parecia centrado y enfadado, muy enfadado. Era logico, Schultz se habia pasado de la raya con aquel comentario, un cliente que amenazaba asi no era digno ni siquiera de seguir respirando, aunque eso significara la muerte de ambos. Se llevo el licor a los labios y bebio de una sola sentada, para luego posar el vaso de una manera bastante ruda sobre el centro de la mesa. El Hope se encontraba dentro del vaso.

-24 horas por la replica Y un vaso del licor mas caro del mundo.- Dijo sonriente mientras tomaba una posicion mas calmada y con la manos detras de la nuca.- Vera, señor Schultz, normalmente en los casos como usted, la gente que se cree que puede simplemente puede insultarme y chantejearme por ser un ladronzuelo con unos cuantos matones y armas sagradas, son la clase de gente que suelo echarle cosas como el demonio-toro de cuatro metros que guardo en el bolsillo y luego robarle esar armas y teletransportarlas en su recto.- La sonrisa se vuelve un poco mas perversa y verdadera.- Pero usted es diferente a la mayoria de mis clientes, ellos no comprenderian lo que es "codicia", usted en cambio, puedo notar que ama su trabajo y sus obras tanto o parecido como yo disfruto robandolas. Quizas por eso se ha molestado tanto conmigo cuando le he preguntado, si habia alguien mas experto que usted en armamento demoniaco y sacro.-Tal como lo decia, su voz sonaba como si estuviera haciendo un cumplido.- Asi que esta vez, hare oidos sordos a sus amenazas y omitire las miles de razones por la que deberia dejar de pensar en como matarme y tenderme una emboscada, entre las cuales entran que el ogro no es muy sociable con sus otros compañeros y se ahorroria una pasta pagandole su sueldo, y que la sangre verde y roja es muy dificil de disimular en trajes de marca. Ah, y del trabajo, no se preocupe por ahora, ya hablare con usted de eso cuando haya examinado el Hope. Teniendo en cuenta que Medio infierno va detras de ella y estan dispuesta a devorar el alma de quien lo posea, yo intentaria aprovechar el maximo posible de tal enriquecedora investigacion.

Cofre ahora que se encontraba mas animado y se habia olvidado temporalmente de saquear a Schultz, mueve una mano y aparece un vaso, el Hope sale rodando en direccion de Schultz hasta posarse casi cerca del borde.

-¿Que me dice? ¿Brindamos con este licor para sellar el trato y despdirnos como cabelleros?- Dije mientras acercaba el vaso en señal de que lo llenara.-¿O prefiere aprovechar las 23 horas y nosecuantos minutos que le quedan en irse a su laboratorio enfurruñado y maldiciendome?

Un chasquido de los regordetes dedos del pequeño hombre, que suena como pedernal chocando contra pirita, y una sensación de mareo te invade al segundo. Apenas si puedes centrar la vista y te cuesta mantenerte en pié. Sientes nauseas, la lengua de trapo y los pies te bailan como si te encontraras sobre la cubierta de un barco en lugar de un piso de madera común y corriente. Las paredes te dan vueltas en una loca sucesión de imágenes que jurarías se mueven con vida propia, borrones de colores que saltan y se deslizan unos sobre otros cual tentáculos animados.
Solo la voz de Schulzt llega clara como el cristal hasta tu mente, resonando como una lápida al caer sobre la tierra de un cementerio olvidado.
Crreo que no lo ha entendido, señorr. Le he trratado muy amablemente hasta el momento. Demasiado, teniendo en cuenta su naturraleza. Perro ya tengo lo que quierro y no necesito nada mas. ¿Sabe, señorr Cofrre? Existen muchos serres que pagarrían una verrdaderra forrtuna por su cabeza. Confidencialmente le dirré que hay un cazarrecompensas trras usted. Uno lo suficientemente poderroso como parra atrraparrle... Estoy tentado de entrrgarrle... perro crreo que harré algo mejorr que eso. Le enserrarré a tenerr un poco de humildad. Tómelo como un favorr perrsonal que le hago, una muestrra de buena voluntad. No tiene que devolverrme nada porr esto, lo hago de muy buena gana. Diga Adiós Señorr Cofrre. Diga adiós, señorr Zorro.
Los ojos te dan la vuelta dentro de sus órbitas y tu mente se apaga con un fundido en negro.