Saliendo hacia la zona de la Cascada, esta prosiguió caminando hasta el norte por donde, por desgracia, no pudo avanzar más, pues un gran muro de piedra se elevaba en su camino, superando los cinco metros de altura, este era inexpugnable... y cuando en la narración se refiere a que se "elevaba" el muro se elevó hace años... pero bueno... era una forma de hablar.
El paisaje cambió, los árboles se despejaron para ver una escena un tanto abrupta y brusca, las piedras se alzaban en donde tendría que haber árboles y el silencio apacible del bosque se rompía con el ruido atronador del agua impactando contra las rocas en una cascada.
Aquel agua que caía desde la cima de aquel precipicio, que bloqueaba la vista hacia el Este, se movía hacia el Oeste, zizagueante entre las rocas hasta formar un pequeño riachuelo que seguía moviéndose, serpenteante. Al menos esa zona parecía ser de fácil acceso, si es que no se resbalaba en las rocas húmedas.
Por otro lado, un arcoíris constante era creado por las partículas de agua en suspensión y la refracción de la luz.
Y así fue como aquella Maid decidio ir más acá, saliendo hacia la zona de la Cascada, superando los desafíos naturales que había en el terreno presentes para poder continuar con aquella larga caminata que ambas aún tenían por delante, a fin de cuentas había mucho que patear.
Con un objetivo en mente: Aquella Maid decidio partir de su ruta habitual en busca de algo que les pudiera dar respuesta, o al menos obtener algo más de información del resto de Maids que aún sabían que seguían con vida, que no eran demasiadas, al menos no de las que llegaron...