Subiendo las escaleras de piedra que había en el camino, esta finalmente llegó a un pequeño Altar en la cima de la montaña, realmente ese era el pico más elevado de toda aquella isla, demasiado empinado como para subir hasta allá arriba por cualquier otro lugar, pues los muros de roca natural lo alzaban por encima del nivel del mar y por encima de la isla.
Hacia el Este se encontraba el mar, mientras que hacia el Oeste se encontraba el resto de la isla, pudiendo ver diversos puntos de interés desde las alturas; como una gran mansión ubicada en el Norte de la misma, en completa oposición a la zona donde estas despertaron en la playa, en donde estaba el pueblo en el Sur.
Por otro lado, al Noroeste de la isla parecía haber un pequeño puerto privado, o eso era lo que se alcanzaba a ver. Mientras que en el centro de la misma había un claro con algo que reflectaba la luz del sol, probablemente un lago.
MALDITA *******... AQUÍ TAMPOCO HAY... Una mansión...
Miré con atención en todas direcciones y memoricé todo lo que pude hasta que di con la mansión.
SEGURO QUE AHÍ HAY MUCHA COMIDA... Vamos...
Me voy en dirección a la mansión. Si no se puede ir directamente, busco el camino más directo posible.
Pese a que podía lanzarse de cabeza por los precipicios o acantilados, y si había suerte podía tratar de recomponerse, la Maid I decidió volver por donde había venido, bajando las escaleras hacia el Templo que recordaba de antes, quizás allí podía encontrar un camino o una ruta a través del bosque.